Basta de hacer apología del fascismo.

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Basta de hacer apología del fascismo.
CJC de Valladolid :: 19/11/2004
¿Alguien se imagina que una calle de Alemania se llamara "Adolf Hitler" o que hubiera estatuas de
Goebbles en los parques de Berlín?. Es difícil de imaginar, entre otras cosas porque en este país esta
prohibido exhibir este tipo de simbología así como la distribución de propaganda nazi de cualquier
tipo. No encontraremos calles que hagan referencia a asesinos ni a genocidas porque la ley alemana
lo prohibe, no sin razones más que evidentes. No se entiende que en ninguna nación que se llame
civilizada haya homenajes públicos a regímenes fascistas y genocidas salvo para condenarlos. Claro
que eso en el estado español no se cumple. Tenemos que convivir cada día con este tipo de
exaltaciones al régimen fascista que tantas vidas consumió durante más de cuarenta años. Calles
con nombres de asesinos, de torturadores, monumentos de Franco, etc. ¿Cómo es posible?. Es
posible porque, a diferencia de lo que ocurre en el estado español, Alemania ha sabido hacer una
reflexión sobre su horrible pasado. Ha reconocido a las víctimas y a denunciado a los verdugos.
Hasta hace muy poco varias empresas alemanas han pagado enormes indemnizaciones a las víctimas
del genocidio nazi mientras que en nuestro país los descendientes de las víctimas del franquismo se
tienen que pagar de su bolsillo la exhumación de los cadáveres de sus antepasados. Increíble pero
cierto. Detrás del concepto de reconciliación, que tan de moda está ahora, se quiere encubrir el del
olvido. Una reconciliación tiene que producirse cuando se han reconocido los hechos históricos, se
ha hecho justicia con los culpables y se ha resarcido a las víctimas. Ninguna de estas cuatro cosas se
ha dado aquí. El estado alemán pidió perdón a los judíos y al resto de víctimas del nazismo y aquí
eso no ha ocurrido ni por asomo. Pagó indemnizaciones multimillonarias a los que sufrieron en los
campos de concentración. Hizo exactamente lo que debería haber ocurrido aquí si no fuera porque
eso que se llamó "Transición a la democracia" no fue más que un pacto para esconder la verdad,
hacer "tabula rasa" y sacralizar la impunidad de los asesinos. La conspiración del olvido que se ha
tramado en este país ha sido una aberración histórica. ¿Cómo se puede hablar de "reconciliación"
cuando aún hay ministros franquistas que jamas fueron juzgados por sus crímenes? No sólo hay que
"revolver" la memoria de lo que fue la dictadura (olvidada por decreto) si no que tenemos la
obligación moral de resarcir a las víctimas contando la verdad que se nos quiere ocultar. Debemos
luchar para que se haga un reconocimiento público de los cientos de miles de republicanos que
murieron por la libertad y denunciar a los que quieren modelar la historia a su antojo. Ahora es el
momento de hacerlo. La presencia de la simbología de los verdugos es una afrenta a la memoria de
los que dieron su vida por la legalidad republicana. Si se quiere recordar el pasado que se haga en
los museos y, sobre todo, en los libros de historia, poniendo a cada uno es su sitio. Habrá lugares
adecuados para las "casas de los horrores" (como es el caso de Auswich, que se mantuvo en pie en
recuerdo de lo que allí ocurrió) pero nuestras calles no pueden acoger una apología encubierta del
franquismo. Se dice que un pueblo que olvida su historia esta condenado a repetirla. Eso ha pasado
en muchos países. El olvido de los hechos reales (y no de los inventados por los vencedores) es una
condena doble para las víctimas. En este país se quiere rehacer la historia para que olvidemos la
verdad pero no podemos admitir que eso ocurra. La desaparición de la simbología franquista es el
primer paso hacia la verdad. Por ello debemos luchar para que nuestras ciudades acojan el recuerdo
de los que dieron su vida por la libertad y no de aquellos que quisieron robársela a los demás. El
perdón jamás es posible si primero no se hace justicia.
lahaine.org :: 1
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