"Siempre es posible luchar por los derechos humanos, cualesquiera

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María Luisa Sepúlueda,
uicepresidenta de la Comisión Ualech:
"Siempre es posible luchar por los
derechos humanos, cualesquiera sean
las circunstancias"
Haydée Rojas Escobar*
DEFINITIVAMENTE A LA ASISTENTE SOCIAL M A R Í A LUISA SEPULVEOA, VICEPRESIDENTA DE LA RECIÉN CREADA COMISIÓN
VALECH (COMISIÓN NACIONAL SOBRE PRISIÓN POLÍTICA Y TORTURA), LE VIENE LA DEFINICIÓN DE MUJER DE BAJÓ PERFIL.
PORQUE PESE A SER CONSIDERADA UNA DE LAS PERSONAS QUE MÁS SABE SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS, PUES LLEVA MÁS
DE 3 0 AÑOS TRABAJANDO EN EL TEMA, POCOS LA CONOCEN. D E HECHO, SU NOMBRE FUE CONSIDERADO DE CONSENSO PARA
ENCABEZAR EL EQUIPO QUE ELABORÓ LA PROPUESTA DE DERECHOS HUMANOS DENOMINADA " N O HAY MAÑANA SIN AYER",
QUE EL PRESIDENTE RLCARDO LAGOS PRESENTÓ AL PAÍS EL 1 2 DE AGOSTO PASADO.
D E VOZ PAUSADA, PARECIERA QUE NADA ES CAPAZ DE ALTERARLA, NI SIQUIERA LAS DRAMÁTICAS SITUACIONES QUE DEBIÓ
ENFRENTAR EN EL PASADO. E N ESTA ENTREVISTA CON REVISTA MENSAJE HABLA DE ESTE NUEVO DESAFÍO.
— ¿A usted en ei tema de tos
DD.HH. se le define corno una mujer
de consenso'/
— No creo que ese sea el tema. Pienso que soy una persona que sabe de este
problema, que ha estado cerca. Ahí está
mi fortaleza. Conozco bien lo que pasó
en el país, cómo se vivieron las violaciones de los DD.HH., cuáles son las
deudas que tiene la sociedad chilena con
las víctimas.
—¿Cuál es el objetivo principal de
la Comisión Valech'.'
—Su misión es establecer el universo de personas que sufrieron prisión por
razones políticas y torturas, junto con
p r o p o n e r m e d i d a s de r e p a r a c i ó n en
aquellos casos que no hubiesen recibid o h a s t a la t e c h a o t r o b e n e f i c i o
reparatorio. Creo que es una tarea de
justicia, de gran magnitud y responsabilidad, muy demandante, y que si la
hacemos bien, será un aporte para el
país, especialmente para las víctimas.
— ¿Porqué
se habla de
reparación
austera?
— Fundamentalmente porque cualquier medida de reparación siempre será
insuficiente, dada la magnitud del daño.
SÍ se ha estado expuesto a torturas, ¿qué
reparación podría ser proporcional desde el punto de vista pecuniario? Y, por
otro lado, tiene que conciliarse con los
recursos y las necesidades del país. Un
objetivo importante es lograr un conjunto de medidas de reparación moral, en
términos de reconocer públicamente su
calidad de víctimas y darle espacio a las
reparaciones simbólicas.
— ¿Qué elementos considerará» en
la calificación ?
— A mi parecer son varios los elementos que habrá que considerar. Si
hubo o no tortura, el lugar dónde estuvo
detenido, el tiempo, el momento. Tampoco se trata de establecer una escala
de mayor a menor, eso no se puede, se
tendrán que establecer categorías de situaciones, aunque es de difícil resolución ya que también depende de cómo
afectó a cada persona lo que vivió. Hay
veces en que sólo bastan tres días para
que una vida quede marcada para siempre.
¿Qué sentido tiene una nueva
comisión de este tipo?
- Mucho. Este era un grupo que no
había tenido formas de reparación y la
primera será reconocer la calidad de víctima. Hay una responsabilidad ética
c o m o país. N o se trata sólo de establecer un universo. Durante estos años se
dictaron medidas de reparación simbólicas respecto de los detenidos desaparecidos, de los retornados, de los exonerados políticos. Pero había un vacío
y eso creo que
fue b a s t a n t e
consensuado.
— ¿Cuánta gente presumen que va
a llegar?
— No sé. Hay quienes hablan de 50
mil y otros hasta de 200 mil. Lo único
que se es que la Vicaría de la Solidaridad atendió a 47 mil personas, cifra a
la que hay que descontar algunas categorías, como son los detenidos desapa-
recidos, los ejecutados y los exiliados,
entre otros. Se sube, además, que los
primeros meses después del golpe militar se tienen menos registros de víctimas en los organismos de derechos humanos. También está el Fasic, que tiene
mucha información porque asistió y
atendió a presos políticos en cárceles y
a todas las personas que se acogieron al
Decreto N° 504, que permutaba cárcel
por extrañamiento.
- ¿Cuándo va a comenzar a funcionar la comisión y de cuánto tiempo
disponen'.'
— A principios de noviembre deberíamos estar funcionando. El Presidente nos asignó un plazo de seis meses,
con una prórroga de tres más si hay fundamento para ello.
— ¿Cómo podrá acreditar una persona que fue preso político y/o torturado-/
— L a s formas de acreditar son múltiples. Nosotros lo que tenemos que hacer es calificar los casos y acreditar que
existe la convicción jurídica y moral
de que la persona fue víctima de prisión y/o torturas. Va a haber un equipo
de trabajo de abogados, se va a tener
contacto con las organizaciones de las
víctimas de violaciones y con entidades
de derechos humanos. En esa época, algunos recibieron certificados de detención, otros tuvieron procesos, hay también testigos. En todo caso, eso está por
resolverse, pues la comisión no ha definido todavía cómo va a operar.
L O S AVANCES EN LA RECONCILIACIÓN
— ¿A su juicio, se han
registrado
avances en el tema de la reconciliación ?
— De todas maneras, aunque si seles pregunta a las víctimas, la mayoría
siente que el proceso ha sido incompleto y, a veces, insatisfactorio. Un estos
trece años de democracia se ha avanzado en verdad y en justicia. Pero también
hay que ver los procesos sociales. Creo
que los chilenos ven un avance en términos de que es una sociedad que en su
conjunto reconoce que hubo violación
de los D D . H H . No me cabe ninguna
duda de que hoy son muy pocas las personas, y a título individual, que niegan
o justifican las violaciones. Al resto de
la sociedad no le parece y las rechaza, y
quisiera que no se repitan. Lo más importante es que son heridas de las que
tenemos que hacernos cargos, que van
a ser parte de nuestra historia tal v e / por
más de una generación, y que el tiempo
y las medidas que vamos tomando ayudarán a que esta
s o c i e d a d se
reencuentre.
- Considerando
que ¡a reconciliación es un asunto que concierne a
la libre voluntad de las personas,
¿tiene asidero postular una política pública sobre este tema ?
— Lo que pasa es que todo lo que
hemos hablado de verdad, justicia y reparación son componentes de una reconciliación, son elementos que debieran
tener un proceso de este tipo. Son los
proyectos de país donde vamos a ir integrando estos dolores, sufrimientos y
reparaciones, los que van a generar progresivamente un proceso de reconciliación social y político. Pero los procesos
de reconciliación son también individuales. Y en ese sentido, no me siento con
derecho a decir quién debe perdonar. En
* Periodista.
I
-•i
todo caso, mi experiencia con las víctimas es que ellos no están por el "ojo
por ojo, diente por diente". Eso sí. están muy firmes en sus d e m a n d a s ,
pero son demandas que se ajustan a
derecho: pedir verdad, justicia, reparación, y exigir saber dónde está
su ser querido para poder darle una
sepultura digna no atenta contra la reconciliación. De repente se confunde reconciliación con olvido o con
cierre del problema, y creo que el proceso que vivimos estos últimos meses antes del a n i v e r s a r i o n ú m e r o
treinta del 11 de septiembre pudo ser
excesivo para algunos, pero para mí
fue sanador en el sentido de que volvimos a re-mirar lo que había pasado, lo que vivimos antes y después
del 7 3 . Pienso que especialmente la
juventud q u e d ó muy impresionada
con las formas de relacionarnos que
teníamos entonces, ¡a división que
existió durante tantos años entre el
gobierno militar y la sociedad civil.
Eso es un avance, siempre la verdad dicha adecuadamente ayuda a procesos de
reparación, de mayor entendimiento.
— /Cómo .SÍ-1 puede entonces favorecer un clima de
reconciliación?
— Siempre se puede hacer más. Los
procesos más sanadores son aquellos
que integran a las personas y las hacen
sentir que puede volver a ser parte de la
sociedad, que puede ser parte del proyecto de país. También fortaleciendo la
democracia y la formación de las nuevas generaciones, en términos de que
¿ QUIEN
ESO Sí, ESTÁN MUY FIRMES El
AJUSTAN A DERECHO: PEDIR \
DÓNDE ESTÁ SU SER QUERIDO
ATENTA C
puedan resolver los conflictos de mejor
manera. Oso va a ayudar a que mañana
esto no se repita.
"Lo
Q.UE H A C Í A M O S
TENIA
MUCHO SENTIDO"
—¿Qué la motivó
tenuide
los
a trabajar
en el
DD.HH:.'
— Desde el primer día me impació
lo que estaba ocurriendo en el país. Tenía la sensibilidad de que venía algo
complicado, que estábamos frente a un
conflicto profundo de sociedad. Enton-
ES?
María Luisa Sepúlveda es asistente social de profesión. Hizo sus estudios en la Universidad Católica de Valparaíso, zona donde transcurrió la
primera etapa de su vida. Está casada desde hace 32 años con el ingeniero
comercial Humberto Vega y tiene tres hijos: Javier (28), Valentina (26) y
Paula (23). Lleva más de 30 años trabajando por los derechos humanos,
primero en el Comité Pro Pa/. y después en la Vicaría de la Solidaridad. En el
200(). el presidente Ricardo Lagos la nombró su asesora para el tema de la
Mesa de Diálogo. Desde hace tres años es la subdirectora de la Comisión
Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace, y hoy, vicepresidenta
de la Comisión Valech.
ees cuando se produjo el golpe, mi percepción fue de que el
problema en que estábamos era
grave. Pero hubo un hecho que
me m a r c ó . A p e n a s habían
transcurrido unos días cuando
una mañana leí en los diarios
que unos dirigentes del campamento Santiago Pino — q u e
quedaba muy cerca del consultorio d o n d e t r a b a j a b a c o m o
asistente social—. habían sido
detenidos y al intentar huir habían muerto. Y cuando voy llegando al consulto
rio me encuentro con las mujeres de estos dirigentes, gente joven con hijos chicos, que me cuentan que los habían llevado detenidos vivos, que no se habían
resistido c o m o había aparecido en la
prensa. Ese grupo forma parte del listado de los ejecutados. Pero uno de ellos
está en la categoría de d e s a p a r e c i d o ,
porque no murió en la ejecución y llegó
con vida a la morgue. Lo trasladaron al
hospital J.J. Aguirre y lo o p e r a r o n .
Cuando se estaba recuperando los militares se lo llevaron y ahí desapareció.
T m g o recuerdos de que cuando salía del
consultorio me encontraba con estas señoras y les decía "vayan a preguntar a
tal oficina o a esta otra". Por otro lado,
pertenecía a una comunidad cristiana de
profesionales cuyo asesor era el padre
.losé Vial, jesuíta. Ahí algunas personas
empezaron a trabajar en el Comité Pro
Paz y yo me sumé a ellos. Y comencé a
atender público en el año ' 7 4 , a escuchar lo que estaba pasando.
— ¿Fue muy duro'.'
— Fue durísimo, porque ahí recibía-
DEMANDAS, PERO SON DEMANDAS QUE SE
), JUSTICIA, REPARACIÓN, Y EXIGIR SABER
PODER DARLE UNA SEPULTURA DIGNA NO
LA RECONCILIACIÓN.
mos las situaciones más graves; al familiar al que la noche anterior o la hora
anterior lo habían detenido con mucha
violencia. Estaba la Dina en su máxima
expresión üe poder de ejecución y, por
lo tanto, llegaba lodos los días un número importante de personas. Era un
circuito de información que venía de los
operativos, de la detención, de los que
iban recuperando la libertad y que avisaban quiénes quedaban adentro, a quiénes se habían llevado y no regresaban.
Teníamos pistas gracias a los liberados
y así conocimos la existencia de los recintos secretos de detención de la Dina
y los empezamos a denunciar en los recursos de amparo. Fundamentalmente,
la acción nuestra era para salvar la vida
y la integridad física, y cuando la persona recobraba la libertad o era pasada
a un lugar público de detención, nos abocábamos a olro caso de más urgencia.
Era fuerte, tanto que en las tardes, antes
de irnos a nuestras casas, hacíamos unas
reuniones a modo de catarsis. Nos j u n -
tábamos en un comedor, tomábamos té
y contábamos qué habíamos vivido en
el día. Mi profesión me daba herramientas para hacer ese trabajo, además teníamos muy buenas relaciones humanas
entre nosotros, eso nos sostenía, pero lo
que nos mantenía en pie em pelear por
la dignidad de las personas, por la vida,
por la libertad, eso daba mucha fuerza.
— ¿Tuvo miedo?
— Pasamos penas, miedo, rabia...
Hubo personas que trabajaron con nosotros que sufrieron mucho, algunos
fueron detenidos y exiliados, y a otros
los mataron, como a José Manuel Parada. Me siguieron muchas veces, me llamaban por teléfono para amedrentarme
y en esa época tenía a mi padre muy
enfermo y por eso me negué a cortar el
teléfono. En realidad, entre l o q u e veíamos que pasaba y lo que a uno le pasaba, había una gran diferencia y finalmente nos c o n f o r m á b a m o s . A d e m á s u n o
sentía una protección de la Iglesia, más
allá de lo que seguramente era. Y a todo
eso súmale la juventud de nosotros, donde el promedio de edad era 25 años, los
viejos tenían 30, eso daba una energía
especial. Pero, por sobre todo, vimos
mucho dolor, mucha brutalidad. Eso era
bien desgastador. Varios nos especializamos en ir a la morgue a reconocer
gente casi ¡(reconocible, en acompañar
y contener a madres que perdían a sus
hijos, estábamos expuestos a un dolor
muy fuerte, pero todo lo que hacíamos
tenía mucho sentido.
— ¿Qué enseñanza ha sacado de
todo esto'/
- La primera y la más importante:
que se puede, que es posible trabajar por
los DD.HH. y que debiéramos siempre
hacerlo. Para mí lo más significativo es
haberlos defendido cuando podría haberse pensado que no era posible. Hacerlo hoy es bastante más fácil, porque
lo hago desde el aparato del Estado, con
todo el apoyo del gobierno, del Presidente de la República, con recursos, y
no en las condiciones adversas de esa
época. Eso deja una gran enseñanza y
es que siempre es posible luchar por la
dignidad del ser humano, cualesquiera
sean las condiciones y circunstancias.
— ¿Cómo se puede favorecer una
cultura de ios derechos
humanos?
— En la propuesta del Presidente
está la creación del Instituto Nacional
de Derechos Humanos y Libertades Públicas, j u s t a m e n t e para trabajar este
tema. Aquí hay muchos tópicos que uno
puede desarrollar: el de la c o n v i v e n cia social y la tolerancia. Y el Presidente le dio mucha importancia a esto porque no tendría ningún sentido preocuparnos sólo de lo que pasó, si no tenem o s capacidad c o m o país de mejorar
la instilucionalidad que garantice el respeto a los derechos humanos, de formar
a los niños y jóvenes en estos valores.
Creo que una de las cosas novedosas
que tiene la propuesta " N o hay mañana
sin ayer" es la creación de este instituto. ES
S
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