EL PAPEL QUE CUMPLEN LOS LUGARES DE LA MEMORIA EN LOS CONTEXTOS DE CONFLICTO DE TRÁNSITO HACIA LA PAZ Y EN LA MATERIALIZACION DE LOS ACUERDOS DE PAZ DEBER DE MEMORIA DEL ESTADO 1. DISCUTIR ACERCA DEL DEBER DE A MEMORIA DEL ESTADO 2. PRINCIPALES DEMANDAS DE LA SOCIEDAD FRENTE CONSTRUCCION DE MEMORIA HISTORICA EN EL PAÍS. A LA Buenos días para todos y para todas. Llevo varios días pensando cómo podría organizar esta intervención, cómo podría poner sobre la mesa el papel que ha jugado y que juega el Estado Colombiano en la construcción de la memoria histórica en el país, podría empezar por mencionar que como integrantes del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) trabajamos por reconstruir la verdad; la verdad de lo que paso con nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros padres y esposos. Durante 10 años le hemos dado rostro a las miles de víctimas que, aunque siguen en la impunidad, continúan luchando cada día por develar las intencionalidades y las circunstancias en las que sus familiares fueron asesinados, detenidos, torturados o desaparecidos. El olvido y la desinformación se han convertido en una estrategia de represión que facilita la manipulación de las identidades de las víctimas, las familias y las organizaciones; el origen del olvido es un eje fundamental para el análisis de las complejas situaciones políticas, sociales, culturales e históricas que atraviesa nuestro país; la ley 1448; como todos saben tiene inmensos vacíos en la mayoría de sus propuestas, sin embargo no hare énfasis en ellas porque ya sabemos que son tantas fallas que podría irse más de dos sesiones discutiéndolo, pero lo que sí resaltare es que el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación integral están íntimamente relacionados, son una triada que por ningún motivo puede trabajar por separado, la pregunta acá seria si en verdad se tienen las herramientas para garantizar estos derechos de las víctimas. El deber del Estado frente a la reconstrucción de la memoria histórica debe ser una prioridad en la construcción de la paz, las víctimas exigen la garantía de no repetición de los crímenes pero esta solo puede ser realizada desde una resistencia a olvidar, desde la fuerza de recordar, recordar para lograr comprender los verdaderos motivos del conflicto interno en el país y para analizar los hechos coyunturales como prácticas sistemáticas con objetivos específicos de defender una idea de Estado, para esto hemos desarrollado varias estrategias que contribuyan a la lucha contra el olvido y a la transformación; todo con el fin de recordar, recordar para dignificar la memoria de nuestros muertos, recordar para fortalecer los procesos de lucha contra la impunidad, recordar para exigir la verdad la justicia y la reparación integral, recordar el pasado para construir un nuevo futuro. Sin embargo es innegable que el Estado ha jugado un papel trascendental en la imposición del olvido, no solo lo menciono por la descarada ley 975 promotora de la terrorífica política del perdón y el olvido; sino que también lo menciono por la divulgación que efectivamente han realizado sobre la historia oficial, esa que es plasmada en los distintos libros para las instituciones educativas, esa que es constantemente reproducida por los organismos oficiales, esa que narra las historias de los vencedores, esa historia que señala fechas importantes y trozos sesgados de los huellas de horror que deja la guerra, esa historia que no recoge las voces de los que vivieron los hechos, esa historia solo nos muestra una cara de la moneda. Ahora bien no solo hemos visto la intervención del Estado en la reproducción y transmisión de la historia oficial, también la hemos visto en sus intervenciones en los medios de comunicación, en su desinterés por construir herramientas que sustenten una sociedad de paz, vemos el papel que juega en el fortalecimiento de mecanismos de impunidad que a su vez fomentan procesos de olvido colectivo, desde lejos podemos oír discursos de garantías de no repetición pero sin bases fácticas reales que nos permitan trabajar en ello, sin el reconocimiento de los verdaderos culpables de los Crímenes de Estado, sin la develación de las intencionalidades de las eliminaciones sistemáticas de un pensamiento contra hegemónico y sin la construcción de las distintas memorias que aporten a la transformación social y a una comprensión complejizada del conflicto y de las víctimas que ha dejado a su paso. Las reflexiones del papel del Estado en la reconstrucción de la memoria histórica me han llevado a pensar que este, no ha sido el más garante del esclarecimiento de los hechos y el reconocimiento de las responsabilidades de los Crímenes, el derecho a la verdad, es el primer paso para garantizar un trabajo real en torno a la memoria, cundo hablamos de reparación integral en distintos espacios la relación que suele hacerse es la exigencia de una compensación económica, sin embargo no es esto lo que le exigimos al Estado, en realidad lo que exigimos es que así como nosotros tenemos presentes a nuestros familiares, la sociedad conozca quiénes fueron, por qué ya no nos acompañan, pero, sobre todo, que conozcan POR QUÉ VIVIERON. Hace seis años yo era una estudiante de universidad pública llena de ideas sobre el mundo que me rodeaba, con el acento académico que nos hace sentir poderosos y por supuesto con un montón de aparentes certezas, sin embargo un buen día así como cuando la casualidad aparece y pateando la puerta de nuestras vidas, me acerque a una pequeña oficina en el centro de la ciudad, no muy lejos de aquí en aquella época , me acerque; con la simple pretensión del préstamo de un libro, pero la vida que no deja ningún cabo suelto me mostro una nueva comprensión de mundo, pero sobre todo me mostro muna nueva pasión. Allí, en esa pequeña oficina me tomé un tinto con una mujer que me cambio la vida, le hice una sola pregunta simple y ahora que lo recuerdo bastante fría, pregunté: sumerce porque está aquí? La respuesta de esta mujer valiente, temeraria y llena de amor fue: yo estoy aquí porque no olvido a mi Irina y quiero que nadie nunca se olvide de ella, para que ninguna mamá vuelva a pasar por lo que yo pasé. Esa mujer es Blanca Nubia Díaz, aquí presente, porque ella siempre me acompaña; esa mujer ese día me hizo comprender que las luchas por la memoria son eternas y que como sociedad es nuestro deber exigir al Estado que la mantengan viva, que fomenten políticas con prácticas reales que permitan mover en lo cotidiano los nombres y las luchas de los que hoy no están, que arranque de raíz los mecanismos de impunidad que se limpie el nombre de nuestros familiares señalados por buscar un mundo mejor, pero sobre todo es nuestro deber exigir la divulgación de la verdad de los hechos que hoy nos acogen en este lugar, para que partir de ahí podamos reconstruir una memoria histórica colectiva. Para finalizar quiero decir que son los integrantes del MOVICE los que me enseñaron para que recordar, como recordar y a quienes recordar, ya no soy la misma que entro hace seis años a esa oficina hoy en día puedo pararme frente a ustedes a decirles que la memoria nace, se construye, y prevalece en los cuerpos y desde los símbolos que resisten a toda violencia, hoy puedo decir que la memoria esta tatuada en la piel, en algunos casos literalmente, en otros va tatuada en el alma y es ahí donde siguen naciendo deseos de recordar el deber que tiene el Estado, porque solo mueren los que olvidamos.