El Insituto tecnológico de canarias estudia la producción de antioxidantes naturales a través de las algas. SANTA CRUZ DE TENERIFE, 27 (EUROPA PRESS/ACN PRESS). El Centro de Investigaciones Biológicas Aplicadas (CIBA) , perteneciente al Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), está desarrollando un programa de investigación mediante el que pretende lograr un sistema de extracción de antioxidantes naturales por medio las algas. Los antioxidantes son elementos químicos que evitan el envejecimiento y el deterioro de cualquier producto de origen biológico, de manera que son muy utilizados para la conservación de los alimentos y no es extraño encontrarlos en las etiquetas de cualquier tipo de conservas. Con el nombre de 'Albiox', esta iniciativa del CIBA está en marcha desde hace varios años y consiste en un sistema mediante el que se estudia la viabilidad del desarrollo, a nivel industrial, de la extracción y sintetización de antioxidantes que se encuentran en varias especies de algas marinas. Esas algas que tanto proliferan en las costas del Archipiélago y que pueden resultar molestas a la hora de disfrutar de la playa son, para el CIBA, la base esencial de este proyecto de investigación que estudia, precisamente, las distintas variedades de algas pardas, las más comunes de todo el litoral canario. Según el responsable del CIBA, Miguel Jiménez, la utilización de los antioxidantes es bastante común en las empresas de envasado, pero el origen de estos antioxidantes es, en la mayoría de los casos, de carácter sintético, "lo que no deja de implicar ciertos riesgos para la salud". LOS BENEFICIOS DE LO NATURAL. La ventaja principal de los antioxidantes naturales está en que resultan bastante más baratos que los sintéticos y tienen menos limitaciones legales para su utilización. Y es que, según Jiménez, "varias investigaciones médicas han encontrado ciertas pegas a la utilización de los antioxidantes sintéticos, ya que pueden producir efectos secundarios nocivos para la salud", motivo por lo que algunos países han impuesto restricciones al uso de alguno de ellos. En momentos en los que la dietética y la calidad de los alimentos parece ser una de las mayores preocupaciones de la sociedad, la demanda de productos naturales se ha convertido en toda una opción de negocio y de explotación comercial y ésta es una de las razones que han movido al CIBA a iniciar este proyecto. Y es que, según explica Miguel Jiménez, los antioxidantes no sólo se utilizan como un ingrediente más en las conservas sino que también se destinan a la fabricación de fármacos contra el envejecimiento y contra enfermedades como la arterioesclerosis, "precisamente porque actúan de freno, deteniendo los procesos biológicos de deterioro". Por ello, indica que es importante determinar los niveles de concentración de antioxidantes que contienen las algas así como averiguar si es posible lograr mayores cantidades de este compuesto modificando sus condiciones de cultivo. (EUROPA PRESS). 06/27/12-25/99.