Lucio Costa y Oscar Niemeyer [Biografía]

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Lucio Costa
País de Nacimiento:
Año de Nacimiento:
Brasil
1902
(1902-1998), arquitecto brasileño de origen francés, pionero del movimiento moderno
en su país y una de las figuras cumbres de la arquitectura y el urbanismo mundial. Su
obra capital fue el planeamiento de la ciudad de Brasilia, actual capital de Brasil y
Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1966.
Nació en Tolón en 1902 y se formó como arquitecto en Francia. Este hecho fue
fundamental para el posterior desarrollo de las ideas del movimiento moderno en
Brasil, país al que se trasladó en la década de 1920. En 1934, poco después del
ascenso al poder del gobierno revolucionario de Getúlio Vargas, fue nombrado director
de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro, cargo desde el que se propuso
organizar una reforma total de la enseñanza. No obstante, la oposición era tan fuerte
que se vio obligado a abandonar antes de un año.
En 1935 se hizo cargo junto con otros arquitectos, entre los que estaba Oscar
Niemeyer, de la ejecución del Ministerio de Educación bajo la atenta supervisión de Le
Corbusier, quien se desplazó en varias ocasiones a Brasil para trabajar en el proyecto.
El edificio, concluido en 1946, constituye un compendio de los cinco postulados del
maestro franco-suizo: bloques elevados sobre pilotis (pilares), planta libre, fachada
libre independiente de la estructura, ventanales longitudinales (fenêtre en longueur) y
cubiertas planas ajardinadas.
En muchas de sus obras, como el edificio residencial del parque Eduardo Guinle en Río
de Janeiro (1954), Costa proyectó grandes fachadas sombreadas por brise-soleils, un
invento corbusiano cuya finalidad era proteger los interiores del intenso sol tropical.
La obra fundamental de Lúcio Costa es el proyecto urbanístico de Brasilia. La idea de la
creación de una nueva capital no era nueva. En Brasil, al contrario que en otros países
latinoamericanos donde las capitales siguen siendo prácticamente las mismas desde la
época colonial, la idea de construir una nueva ya había surgido en el siglo XVIII. Este
proyecto se había mantenido vigente durante el siglo XIX pero no fue hecho realidad
hasta el XX. Para ello, fue crucial la elección en 1956 de Juscelino Kubitschek, hasta
entonces gobernador del Estado de Minas Gerais, como presidente de la República,
quien se embarcó en un ambicioso programa de obras públicas que culminó con la
construcción de la ciudad de Brasilia en una región semidesértica del interior del país.
Después de designar una comisión encargada de buscar el emplazamiento adecuado,
Kubitschek nombró un departamento presidido por Oscar Niemeyer cuya misión era
proyectar y construir la ciudad. Para la elaboración del plan urbanístico, Niemeyer
sugirió convocar un concurso al que se presentó Lúcio Costa. El jurado, constituido por
profesionales locales e internacionales, otorgó el premio al proyecto de Costa, quien
proponía la organización de la ciudad en torno a dos ejes que se cortan en forma de
cruz, de forma que los brazos del eje mayor se curvan acercándose al menor hasta
delimitar un área urbanizada en forma de triángulo equilátero o arco tensado.
La idea central del proyecto es la creación de un complejo sistema vial cuya arteria
principal recorre el eje norte-sur; a ambos lados de éste se disponen las zonas
residenciales articuladas en 'supermanzanas'. Perpendiculares a esta directriz se cruzan
numerosas vías de penetración perfectamente diseñadas donde se sitúan los centros de
recreo. El eje este-oeste, más corto que el anterior, es de marcado carácter
representativo. En el vértice del triángulo está situada la plaza de los Tres Poderes,
centro neurálgico de la vida política. Esta idea urbanística parte del concepto de ciudad
ideal propuesta por Le Corbusier y desarrollada en la Carta de Atenas en 1933, que
dividía la ciudad en cuatro zonas destinadas a las diferentes actividades sociales:
vivienda, ocio, desplazamiento y trabajo.
Evidentemente, una obra de tal magnitud era lógico que generara gran polémica, en
especial cuando la idea central implicaba una ruptura total con la trama tradicional de
la ciudad clásica. Las críticas comenzaron a raíz de los problemas constructivos
generados por la naturaleza del terreno elegido y que elevaron el coste de las obras
muy por encima de lo previsto. Por otra parte, la compleja red de autopistas y pasos a
nivel han convertido a Brasilia en la ciudad del automóvil en detrimento del transporte
colectivo y del peatón. Sin embargo, el principal error fue el planificar una ciudad ideal
sin contar con la peculiar idiosincrasia del pueblo brasileño, de forma que lo que debía
ser una ciudad igualitaria, donde no existiesen diferencias sociales, se ha transformado
en una ciudad elitista rodeada por varias poblaciones satélites que han crecido ajenas a
la rígida organización de la capital.
Brasilia es una ciudad que surgió de la utopía de los Congresos Internacionales de
Arquitectura Moderna (CIAM) y que pudo llevarse a cabo gracias a la mentalidad
progresista de unos gobernantes que apostaron por la modernidad. Al margen de los
problemas antes descritos, su planificación es el fruto de un programa político que
demandaba más una ciudad 'capital' que una ciudad 'vital', es decir, que requería un
alto grado de monumentalidad. En este sentido, cumple perfectamente con el
programa previsto, no sólo por su original planteamiento, sino también por la belleza
plástica de sus edificios, obra de los más insignes arquitectos brasileños.
Oscar Niemeyer
País de Nacimiento:
Año de Nacimiento:
Brasil
1907
(1907- ), arquitecto brasileño, uno de los principales exponentes del movimiento
moderno en Latinoamérica. El marcado carácter plástico de su obra se pone de
manifiesto en la utilización del hormigón para obtener volúmenes arquitectónicos de
una gran riqueza formal a la vez que incorpora los valores poéticos propios de las
cultura de su país. Junto al arquitecto brasileño Lucio Costa es responsable de la
planificación y construcción de la ciudad de Brasilia.
Nació el 15 de diciembre de 1907 en Río de Janeiro. Después de graduarse en 1934 por
la Escuela Nacional de Bellas Artes de su ciudad natal, comenzó a trabajar con Lucio
Costa, una de las principales figuras de la vanguardia en Latinoamérica. Ambos
acometieron las obras del Ministerio de Educación de Río (1936) junto al gran maestro
del movimiento moderno, el arquitecto franco-suizo Le Corbusier, que dejaría una
profunda huella en ambos. En 1939 realizaron el pabellón brasileño para la Feria
Mundial de Nueva York, y en 1943 la residencia Peixoto. En 1941 Juscelino Kubitschek
de Oliveira, alcalde de Belo Horizonte, le encargó la construcción de una serie se
edificios en los suburbios de esa ciudad. El resultado fue un magnífico conjunto en el
que la pintura y al escultura se integran de forma magistral con la arquitectura, en un
estilo muy personal e imaginativo (bóvedas parabólicas y muros inclinados) alejado del
racionalismo imperante. Uno de los edificios es la polémica iglesia de San Francisco,
tan radical en su estructura que su consagración se pospuso 16 años después de su
finalización en 1943. Niemeyer representó en 1947 a Brasil en la realización del edificio
de las Naciones Unidas en Nueva York.
En la década de 1950 el por entonces presidente de Brasil Kubitschek de Oliveira, le
nombró asesor de Nova Cap, organización encargada de fundar la nueva capital del
país, Brasilia. Bajo su consejo se decidió convocar un concurso nacional para las trazas
urbanísticas del proyecto que ganó Lucio Costa. El propio Niemeyer es autor de varios
edificios entre los que cabe reseñar el Supremo Tribunal Federal, el palacio de la
Alvorada, la capilla presidencial y la famosa catedral Metropolitana, de planta circular,
que posee una imagen muy expresiva marcada por una serie de nervios de hormigón
que ascienden hacia el centro. También es obra de Niemeyer el centro neurálgico de la
ciudad de Brasilia, la plaza de los Tres Poderes, un amplio espacio urbano rodeado por
los edificios del Parlamento.
A partir de 1960 ha trabajado indistintamente en su país y en el extranjero, realizando
diversos conjuntos arquitectónicos en Alemania, Gran Bretaña, Italia, Argelia o Francia,
entre otros países. Algunas de sus obras más destacadas durante estos años son la
Universidad Constantina en Argelia, una biblioteca y una residencia de estudiantes en
Oxford, Gran Bretaña, la embajada de Brasil en La Habana, Cuba, el Yacht Club en Río
de Janeiro y el Ministerio de Defensa en Brasilia. También es obra suya el Memorial de
América Latina, un inmenso centro cívico de ocho hectáreas inaugurado en 1989 en
São Paulo. A lo largo de su dilatada carrera ha obtenido numerosos galardones entre
los que destacan el Premio Lenin de la Paz (1963), el Premio Pritzker (1988) y el
Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1989).
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