IV CENTENARIO CONGREGACIÓN HIJAS DEL PATROCINIO DE MARÍA CELEBRACIÓN EN MANIZALES (COLOMBIA) Manizales, 28 de diciembre de 2006 Al iniciar el acto quiero mostraros mis sentimientos en estos momentos, después de haber celebrado la Eucaristía de Acción de Gracias en la Parroquia Virgen del Patrocinio del barrio El Caribe (Manizales) y de estar aquí con todos ustedes en el Auditorio Padre Cosme. Siento una profunda alegría porque los 400 años que celebramos no son una mirada nostálgica al pasado, sino que nos lleva a hacer fiesta porque estamos viendo de modo palpable que aquí, en nuestro barrio El Caribe, sigue vivo su espíritu en todo el trabajo que realizan las hermanas, ya sea en el colegio o en otras actividades. Con los actos de hoy, aquí en Manizales, continuamos la celebración del IV Centenario de la Congregación que iniciamos oficialmente el día 11 de noviembre en Córdoba. Los Actos de Apertura del IV Centenario han sido la celebración de la Eucaristía en la Mezquita-Catedral de Córdoba, presidida por el Obispo y con numerosas autoridades civiles y religiosas y el día 1 de diciembre con un Acto Académico. QUÉ PRETENDEMOS En nuestro proyecto de celebración del Centenario, no se ha improvisado nada. El primer paso que dimos en su preparación fue el plantearnos qué pretendemos con esta celebración y hemos buscado que gire alrededor de tres ejes que son los que le van a dar la cohesión a los distintos actos. El primer eje: Una acción de gracias al Señor por el don de la Congregación Gratitud a Dios por su presencia amorosa que permitió y acompañó la historia de la Congregación en el transcurrir de estos años y a María bajo cuyo patrocinio hemos estado siempre. Esa gratitud la hacemos extensiva a las hermanas de la congregación que dieron respuesta al Evangelio con el espíritu que lo hizo el P. Cosme y a otras muchas personas que han hecho camino con nosotras, porque estos 400 años son una historia llena de nombres El segundo eje: La posibilidad de dar a conocer a Cosme Muñoz y su obra Estamos convencidas de que esta celebración no es sólo importante para nosotras: En Córdoba, la ciudad que vio nacer su obra, es de justicia que se conozca a este sacerdote soriano que ejerció su ministerio durante más de 29 años en Córdoba y que se entregó de lleno a remediar todas las necesidades que estaban a su mano. Como obra principal y de gran novedad para su tiempo y ahora, fue la dedicación a la educación preventiva e integral de las niñas huérfanas y pobres, por ser grande el peligro que corrían de perderse en la prostitución en la sociedad del siglo XVII. Siendo el Colegio de la Piedad la primera institución cordobesa fundada para la educación de la mujer. Su vida entregada fue testimonio para muchas personas que lo tenían por intercesor ante Dios de sus necesidades y santo, según se desprende de su biografía. Esa fama de santidad, deseamos verla pronto reconocida oficialmente por la Iglesia. En los demás lugares que está la Congregación, también es necesario, con este motivo, renovar y actualizar la novedad de su proyecto y concienciarnos de que la educación de los niños y jóvenes es el mejor medio de contribuir a formar una sociedad más justa e igualitaria. El tercer eje: Un renovado compromiso con la educación y una ocasión de encuentro No es desconocido para nadie la importancia de la educación para una sociedad y la problemática que está presentando en nuestros días. Las aulas escolares son noticia con frecuencia y por motivos que nos preocupan a todos: padres, educadores, autoridades. En nuestro proyecto está el profundizar en la misión educativa, desde los desafíos de hoy para seguir buscando caminos de futuro. Adentrarnos en el mundo de los jóvenes, acogiendo sus valores y carencias, explicitando con lenguajes nuevos y sugerentes el mensaje de Jesús. En este momento de nuestra historia y con motivo de estos 400 años deseamos dar una respuesta creativa a las necesidades educativas actuales como el padre Cosme lo hizo en su tiempo. Estos motivos nos llevan a celebrar y hacer fiesta con una mirada agradecida a nuestra historia y a lo que somos hoy con un deseo esperanzado de compromiso con el mañana. Y esto, unidas a todos los que por amistad o compromiso formamos la familia “Patrocinio de María” porque “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. QUÉ CELEBRAMOS Celebramos en este IV Centenario tres acontecimientos: 1 La ordenación sacerdotal del P.Cosme Muñoz Pérez, nuestro Fundador 2 La fundación de este colegio de “Nuestra Señora de la Piedad”. 3 El inicio de la Congregación H.P.M. 1. El Padre Cosme, un soriano nacido en Villar del Río que se va a Málaga con 16 años para “buscar fortuna” y que, tras una fuerte conversión ante la Virgen de la Victoria, se desprende de cuanto tiene entregándolo a los pobres y llega a Córdoba hacia 1600 con la intención de dedicar su vida a Dios. Se ordena sacerdote hacia 1607, después de haber sido rechazado por los franciscanos de la Arruzafa y, Fray Diego de Mardones, Obispo de Córdoba, le encarga una doble misión: la dirección de la Casa de las Recogidas ( o de Santa María Egipcíaca) y la fundación y reorganización del colegio Ntra. Sra. de la Piedad para la atención y educación de niñas huérfanas. Desde el comienzo de su vida sacerdotal destacan dos dimensiones además de la pastoral: la social y educativa. Es el hombre, el sacerdote, entregado al servicio de la sociedad cordobesa. Atiende a todos y se relaciona con todos, indigentes, transeúntes y encarcelados, mujeres que por la precariedad económica se ven abocadas a la prostitución, personas de posición relevante, familias sencillas, a los obispos; siempre mirando la salvación de unos y otros e implicando a los pudientes en el socorro de los necesitados. Pide infatigable por las calles para atender las dos obras que tiene encomendadas; trabaja como ayudante de albañil en la construcción de la iglesia de Ntra. Sra. de la Piedad; sobre todo, destaca como educador y organizador del primer centro educativo en Córdoba dedicado a la educación de la mujer. 2. El Padre Cosme tiene la experiencia, por las Recogidas, de que la mujer sin formación tiene muy pocas salidas en la vida, y ninguna si es niña huérfana y pobre. Por otra parte ha experimentado en su propia vida la acción transformante y liberadora de la Virgen y lo que supone vivir abierto a Dios. Siente que la gloria de Dios exige y pide la formación y promoción de la mujer, totalmente ignorada en la sociedad del siglo XVII. Por eso se entrega en cuerpo y alma a la fundación del colegio Ntra. Sra. de la Piedad, para la atención promoción y educación de las niñas huérfanas y pobres de Córdoba y su provincia. No se trata sólo de atender en la material a las huérfanas y suplir la carencia de unos padres, sino de facilitarles una educación integral y liberadora desde una visión humanista y cristiana. Para ello se informa de Centros que van surgiendo en algunos lugares de España para la educación de la mujer y organiza el colegio a partir de un precioso Reglamento que guía la vida de las que forman el colegio: las Madres y las huérfanas, en su interior; el Rector y los Hermanos desde fuera para orientar y buscar medios para su funcionamiento. El Padre Cosme se adelanta dos siglos a lo que será una conquista de la Iglesia y la sociedad: la formación y promoción de la mujer. Muy bien le cuadra su frase: “La causa de Dios se hace abrazando todos los trabajos” El P. Cosme quiere que en el colegio se imparta una educación integral, de calidad y muy completa, partiendo siempre de una pedagogía preventiva antes que correctiva. Podemos destacar como características de la misma: - Educación en dimensión femenina, graduada según la edad y materias impartidas, desde los rudimentos de Matemáticas y Lengua castellana a las materias artísticas como la Música con la práctica del arpa y órgano para las que tenían cualidades. - Educación desde la cercanía, el cariño y el ejemplo de las “Madres”, las futuras religiosas, que viven en ambiente de familia compartiendo comida, trabajo, y oración con las niñas. Educación siempre gratuita. - Educación en la igualdad de deberes y derechos entre las distintas personas que integran el colegio; con un exquisito respeto a las niñas a las que se considera como sujeto de su educación y parte esencial de la escuela, sin castigos sino con estímulos. - Educación para la vida real, que les permita integrarse en la sociedad y vivir con dignidad, ser mujeres dinámicas y autónomas, que puedan sacar sus casas adelante, si fuera necesario. Se les enseña a valorar y gestionar su trabajo, ponerle precio y manejar su fruto. El Colegio entrega a las huérfanas al salir 200 ducados que les sirven de dote tanto para casarse o entrar en un convento, pudiendo elegir y no depender en todo del hombre. Todo ello desde una vivencia cristiana y evangélica. 3. La Congregación “Hijas del Patrocinio de María” tiene sus raíces en esta fundación del Padre Cosme y en la surgida en Villafranca, en el año 1712, Colegio Jesús María y José, por el sacerdote secular P. Luis Pérez Ponce, hombre adelantado a su época, muy preocupado por la formación de la mujer, tanto niña como adulta. Los Colegios inspirados en la obra de estos dos inquietos en insignes sacerdotes, se extienden por diversos pueblos cordobeses, Lucena, El Carpio, Montoro, Aguilar, Espejo, Castro del Río, La Rambla, Almodóvar, Baena, Priego..., y son un fermento de educación de la mujer, en los siglos XVII, XVIII y, por tanto, han aportado y aportan un extraordinario servicio a la educación y promoción de la niñez y juventud cordobesa, muchas veces desde el anonimato pero muy presente ante Dios. En el siglo XX traspasan la provincia de Córdoba y llegan a la de Málaga, Granada, Madrid. De la mano de Fray Albino, gran benefactor de la Congregación, se funda en Bélgica. En 1963 se abren las primeras Casa en Venezuela y, posteriormente, en Colombia. La actual Congregación surge de la unión de ambas fundaciones, la del Padre Cosme y la del Padre Luis, en 1919 bajo la guía de Monseñor Guillamet y Comá, Obispo de Córdoba y de la primera Superiora General, Madre Amalia Cea. Siempre ha trabajado en el campo educativo y de promoción social, en dimensión cristiana desde la gratuidad, en humildad sencillez y buen ejemplo, como reza en su escudo. Por estos motivos celebramos el IV Centenario y os invitamos a celebrarlo con nosotras. Para terminar quiero recordar la promesa que la Virgen de la Piedad le hizo al P. Cosme por medio del Hno. Francisco de Santa Ana: “Dile a Cosme que persevere, ahora empiezo yo”. El P. Cosme se encontraba en Granada a causa de un pleito, estaba solo, alejado del Colegio, preocupado por la niñas, sus angelitos… En estas circunstancias recibe este mensaje de ánimo y esperanza. Cuando la Virgen le dice a Cosme que “ahora” empieza Ella, está dándole la certeza de que siempre, en todo tiempo va estar cuidando, protegiendo, su obra. Desde su origen hasta su culminación Esta promesa, que es cumplimiento, se llena de sentido en la celebración de estos 400 años y ha sido el hilo conductor que ha orientado nuestra historia. Es la promesa de la presencia y protección constante de María sobre nuestra Congregación, su patrocinio. El “ahora” de la promesa llega hasta nuestros días. Cuatrocientos años después, el Colegio de La Piedad y la Congregación siguen en las manos de María, ella empezó y ha continuado amparando nuestra labor que continúa haciendo realidad el sueño del Padre Cosme. Y ese ahora no se queda en el pasado sino que llega al presente y hace posible que hoy en Manizales estemos de fiesta, pero no se queda ahí sino que también lo trasciende y se proyecta al futuro y es la confianza que nos hace vivir y afrontar nuevos tiempos. Muchas gracias por estar hoy aquí celebrando con nosotras. Vuestra presencia nos hace sentir más viva nuestra condición de ser Iglesia y parte de esta bella ciudad de Manizales que acogió con tanto cariño el proyecto de la Congregación. En este centenario os pedimos que nos ayudéis con vuestra oración y presencia a vivir este año jubilar y que viváis como propia esta celebración, experimentando el gozo de ser testigos de este acontecimiento histórico que es nuestro IV Centenario.