Vista de Delft Esquema 1) Ficha técnica a) Título de la obra b) Localización c) Cronología d) Autor e) Estilo f) Técnica g) Soporte 2) Contexto a) Histórico b) Cultural c) Científico d) Música e) Religioso 3) Estilo a) Características generales b) Barroco holandés c) Pintores 4) Descripción de la obra 5) a) Significación b) Función 1) a) Vista de Delft b) Mauritshuis, Haya c) 1658-1660 d) Jan Vermeer e) Barroco holandés f) Óleo g) Tela, 98,5 x 118,5 m 2) a) Europa experimentó una época de crisis y progreso durante los siglos XVII y XVIII. Surgieron muchos conflictos: el estancamiento de la agricultura y la industria, las tensiones sociales, la crisis demográfica, las tensiones sociales, la peste y la Guerra de los Treinta años. Surgen nuevos imperios coloniales que reducen los efectos de la crisis económica con el excedente derivado del comercio con América y Oriente. El absolutismo se extendió por casi toda Europa, como en Francia con Luís XIV, menos en Inglaterra (monarquía parlamentaria) y Holanda (república). Italia se encontraba fragmentada políticamente en diferentes estados, dominados por Francia o España. b) En Roma se acentuó el dominio del catolicismo y el papado enfrente de la Iglesia Protestante. Roma, Venecia y Nápoles fueron los principales centros artísticos del s.XVIII. se organizaron museos para exponer las colecciones de arte. Se duplicaron los palacios y las plazas, con jardines y estatuas. c) Se experimentó un gran avance científico que estableció las bases para la expansión industrial posterior. Se fundo la ciencia moderna grácias a Galileu Galilei, el racionalismo con Descartes, y grandes descubrimientos matemáticos con Newton. d) La música empezó a destacar como arte. Nace la ópera con Monteverde. Nuevas formas de composición (sonatas, concertos, cantates, fugas…) Destacan: Bach, Haendel, Vivaldi, Purcell… e) Contrarreforma: se refirman los principios tradicionales de la Iglesia católica, se refuerza la autoridad del Papa, el trabajo pastoral de obispos y clérigos y se funda la Compañía de Jesús. Destacan los papas Sixt V y Pablo V. El papado intentó crear un imperio espiritual, en Roma, donde destaca la construcción de San Pedro del Vaticano. 3) a) Los siglos XVII y XVIII se consideran los siglos de oro de la pintura europea. Todos los artistas acudían a Roma para escapar de los manierismos nacionales. Fueron continuos los desplazamientos de las cortes de París, Londres, Roma y Madrid que se intercambiaban los pintores. La pintura barroca reacciona contra el manierismo y sus principios, como la distorsión, la asimetría y el intenso colorido. Interesa la expresión y la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, bien reflejados en los rostros de las figuras. La pintura del Barroco aporta sensación de profundidad y movimiento. Introduce el realismo y la teatralidad. -Gusto por lo que es efectista y aparatoso. -Naturalismo y realismo impulsan a representar la deformidad, el dolor, y incluso cadáveres en putrefacción. -La importancia vital de la luz y los contrastes de luces y sombras. El dominio de la perspectiva aérea, en la cual se intenta representar la atmósfera que envuelve los objetos. -Las técnicas que se utilizan son el óleo encima de la tela y el fresco para las bóvedas. -El tema religioso es el predilecto, aunque no se olvidan de los temas paganos, como la mitología y la historia clásicas. La representación de las glorias celestes contempladas por los místicos y de los mártires en el momento del tránsito origina composiciones espectaculares b) Después de la separación de los Países Bajos, Holanda desarrolló una escuela de marcado carácter nacional. Su principal cliente era la burguesía enriquecida por el comercio, que pedía cuadros de pequeño formato para decorar las casas. Se conrearon los retratos, individuales o colectivos, las escenas costumistas y domésticas, los paisajes y las naturas muertas. En Holanda surgió el retrato corporativo, de grandes dimensiones, en que se retrataron en grupo los miembros de una comunidad. c) Rembrandt van Rijn (1606 – 1669): fue la figura más importante del barroco holandés, aunque sus contemporáneos no lo entendieran así. En sus últimos años, su obra se volvió más profunda y espiritual. El arte de Rembrandt parte del claroscuro, aunque, en sus obras el límite entre la luz y la penumbra no es tan contundente, de modo que las penumbras suaves y doradas crean una bella atmósfera fantástica y misteriosa. Conoció a Caravaggio de quien adoptó el realismo y el uso de la luz. Utilizó esta técnica para remarcar las líneas importantes de la composición y el significado psicológico. Técnicamente, la pincelada estrecha y dibujística de las primeras obras evoluciona hacia una ejecución suelta y de empastamiento a partir de anchas manchas de color. Trabajó todos los géneros, y entre sus obras destacamos: Dánae, como obra mitológica; El descenso de la Cruz, como religiosa; El buey desollado, como paisaje y natura muerta; y como retrato colectivo, Lección de anatomía del profesor Tulp, La ronda de noche y Los síndicos. Frans Hals (1585 – 1666): trabajó toda su vida como retratista, donde dominaba la familiaridad y la falta de solemnidad. Destacamos El alegre bebedor y La gitana, como retratos individuales; y El banquete de los oficiales de la milícia de San Jorge, como retrato corporativo. Johannes Vermeer de Delft (1636 – 1675): su producción se centra en escenas de interior, donde muestra la placidez y la serenidad de la vida doméstica. La sencillez y el realismo están presentes en sus escenas, en que coloca pocos y silenciosos personajes que realizan faenas cuotidianas. El aspecto fundamental de sus cuadros es la luz, clara y diáfana, que suele penetrar en el lugar por una ventana lateral. El bello y rico cromatismo se aplica en cortas y suaves pinceladas y con una gran minuciosidad en los rostros y los objetos cuotidianos que envuelven las figuras, como en La cocinera o Chica leyendo una carta. Se observan, a demás, otras constantes como las atmósferas de recogimiento y la intuición melancólica de una ausencia. La sensación de quietud hace pensar siempre en naturalezas muertas, en cosas en reposos, como en la obra a comenta, Vista de Delft. 4) El cuadro sigue la gradación de planos que establece la profundidad barroca. La ciudad de Delft está vista desde el canal de Rotterdam. Hay tres zonas que la determinan: la ribera del canal, el canal y la cuidad. -La ribera del canal: encontramos principalmente las personas. Hasta ahora se pintaban los personajes realizando alguna actividad o en movimiento, pero Vermeer los sitúa en compás de espera, en armonía con el conjunto. -El canal: la superficie del río muestra el reflejo de las casas de la otra ribera sobre las aguas y consigue crear la impresión de espacio abierto entre la cuidad y la persona que mira el cuadro. -La ciudad: en el centro se levanta la puerta de Schiedam, con un reloj que señala las siete y diez; a la derecha a puerta Rótterdam; entre ambas, al fondo iluminada, se destaca la torre de la iglesia, donde Vermeer fue bautizado, y a la izquierda la de la iglesia Vieja, donde recibió sepultura. Posteriormente en primer término hay casa de contornos suaves y colores desvaídos, presididas por una luminosidad más fría, que contrastan con el amarillo brillante y luminoso que lucen las casas del segundo plano, donde llegan los rayos del sol que se escapan entre los resquicios de las nubes. Este juego de sombras y luz es tan complejo y genial que parece que la escena vaya cambiando delante del observador. -El cielo: nublado, inmenso, favorece los espectaculares juegos de sombras y de luz que planean sobre la cuidad. El sol cae sobre Delft desde la derecha, difuminando con su intensidad las siluetas de los edificios de este lado; en contraposición una luminosidad fría permite destacar los contornos de los edificios de la izquierda. El amplísimo cielo de los paisajes holandeses se presenta tan suavizado, en sus colores y líneas, que en ningún momento relega a un plano secundario la contemplación de las casas. -Colores: la paleta del pintor muestra una clara preferencia por los colores amarillos y azules matizados. En este cuadro el amarillo domina las zonas más sólidas; siendo más brillantes en el primer plano (en la parte inferior del cuadro) y va perdiendo fuerza al encontrarse con el verde (al otro lado de la ribera); de hecho, la degradación del amarillo acaba convirtiendo en azul el verde de los árboles. El azul también predomina en el canal y en el cielo y también aparece en los tejados. -Luminosidad: tiene golpes de efecto como la manera de disolverla (la luz) cuando adquiere la máxima intensidad: lo hace a partir del color blanco y no del negro, como era tradicional. Este planteamiento queda claro en la parte central del cuadro, entre las dos torres. La pincelada es impecable y detallista, y en algunos puntos, adquiere un cierto carácter puntillista. Con los pequeños toques colorados potencia la intensidad lumínica, de tal manera que la barca del primer plano, vista de cerca, es un cúmulo de puntos iridiscentes no reconocibles. Gracias a esta técnica el pintor consigue evocar también la sensación de humedad del agua. Su encanto máximo reside en el juego de variaciones de luces y sombras, dentro de las preocupaciones del barroco, pero con una sensibilidad por las circunstancias metereológicas del instante pasajero que anticipa las preocupaciones de los impresionistas, ya que más que ante una perspectiva urbana nos encontramos contemplando una “rayo de sol sobre la ciudad después del temporal, que es la idea del pintor.” Los que es más destacable en el ámbito de la composición es la unidad focal completa que muestra la pintura: el artista consigue que ningún elemento no sobresalga por encima de los otros. Incluso la gran extensión del cielo, muy habitual en los paisajes holandeses de la época, es tan matizada en líneas y colores que nunca no relega las casas a un plano secundario. 5) a) Significación: Vermeer inmortalizo la cuidad de Delft que havia visto nacer con los parámetros que hacia servir en todos sus cuadros: cada uno de los elementos potencia la sensación de quietud y serenidad, de silencio. Por estos motivos, este cuadro se ha considerado como una natura muerta de ciudad. La grandeza del cuadro se debe principalmente al sentido poético de la luz y del color que tenía Vermeer. El tratamiento de la luz tiene un cierto paralelismo con el de sus famosísimos interiores, en que acostumbraba a ser filtrada por el efecto de los vidrios de las ventanas; son las nubes los que hacen esta función en la Vista de Delft. b) Función: Vermeer es uno de los representantes más insignes de los pintores holandeses que se dedicaron a la pintura de género, especialmente en los cuadros de interior que reflejaban la vida tranquila y confortable de la burguesía del tiempo, y a los paisajes. En el siglo XVII había en Holanda muchísimos pintores que se dedicaban al retrato y también a la pintura de escenas de la vida holandesa. Por eso no es extraño que Vermeer pasara inadvertido. Hasta que en 1866 fue redescubierto por el francés Thoré, que quedó impresionado precisamente por este cuadro. A partir de ese momento sus obras experimentaron una permanente revalorización que lo puso a la altura de Rembrant y Hals. Vermeer consiguió, en contraposición a sus coetáneos, con sus efectos ópticos, recomponer los pequeños mundos que pintaba en totalidades coherentes y vivas.