La vida religiosa de Sariñena Extracto del Pregón de Semana Santa 2010 a cargo de D. Jesús Vived Centrándonos en la Semana Santa de Sariñena, diré que entronca con el sentido religioso habido en la villa. En ella existe la ERMITA DE SANTIAGO, construida por San Eufrasio, hijo de Sariñena y uno de los discípulos del Apóstol Santiago, llamados los convertidos. San Eufrasio dedicó la pequeña iglesia a su maestro Santiago y a la Virgen del Pilar. Reconstruida por Alfonso I el Batallador en el siglo XI, el 15 de mayo de cada año se celebra una romería. Elevando a los altares San Isidro y señalada su fiesta el 15 de mayo, también este santo fui incluido en el culto del templo hasta convertirse en el protagonista. Con todo, la iglesia subsiste con el nombre de Santiago. Otro edificio de corte religioso era el antiguo convento de San Francisco. Fue ocupado por los padres franciscanos desde 1567. A él llegó el padre Miguel Pico, que había sido confesor de Carlos I e hijo de Sariñena. Trajo una Virgen de Loreto, imagen que fue venerada por los sariñenenses. Fue destruida en la guerra civil de 1936. Finalizada la contienda, el edificio, en malas condiciones, fue derruido. En Sariñena existió también un convento que fue destruido en el último tercio del siglo XIX. Las hermanas carmelitas descalzas eran las titulares del convento. Tras el incendio se instalaron en un edificio próximo a la plaza del Salvador. Últimamente estuvieron en Sariñena las Hijas de San Vicente de Paul, dedicadas a la enseñanza. Capítulo aparte merece la iglesia del Salvador, que formó parte del citado convento de San Francisco. Fue levantada en el siglo XVII. Tuvo coro en el presbiterio, con pinturas de Fray Manuel Bayeu, procedentes de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Excepcional fue la imagen románica de esa advocación. Nada, salvo la cabeza de esa Virgen, queda, ni del enorme retablo barroco con grandes esculturas. Próxima a Sariñena está la que fue Cartuja de Las Fuentes. Arturo Morera, que bajo el sobrenombre de Salvador Saineanus, escribió una historia novelada de Sariñena, habla de ella. Fue el primer convento de la orden en Aragón. Vivieron en un principio en uan edificaciones muy antiguas, hasta que finalmente se edificó un suntuoso edificio de nueva planta, inaugurado en el año 1723. En 1836 los cartujos fueron obligados a exclaustrarse a causa del decreto de desamortización de bienes religiosos. Don Antonio Beltrán, ilustre sariñenense, en alguno de sus numerosos escritos sobre Sariñena también se ocupa de esta cartuja, que aún permanece en pie, dice, sin que haya de dolernos su desaparición. Y aboga por que una fundación se haga cargo de ella. Insiste en que debe haber una preocupación general sin excusas para que no haya que decir una misa de réquiem sobre las ruinas, con las que todos nos enterraremos allí con nuestra desidia. Cerca de Sariñena se encuentra también el Monasterio de Sigena, vivero de historia y espiritualidad. Beltrán también se lamenta de que un mal día ardió de parte a parte y otro mejor restañó heridas y trato de salvar para la cultura no sólo un monasterio románico singular, sino las pinturas más importantes de su tiempo, que ciertamente ya no están allí, pero hay que esperar que Vuelvan y que nunca se desvincularan de lo que significan. HIJOS ILUSTRES La Semana Santa en Sariñena responde también a su tradición de orden religioso, entrañada en la vida de algunos hijos suyos que vivieron el compromiso de una vida religiosa. Tal es el caso de GILLERMO GORRIZ, teólogo, fallecido en Zaragoza en el año 1511. O del también doctor y famoso GASPAR LAX, nacido en Sariñena en 1487. A los veinte años era catedrático de la Universidad de Paris. Estudió en Zaragoza, donde se graduó en Artes y Teología. Fue maestro de Luis Vives y de San Francisco de Borja. Otro sariñenense ilustre fue Fray DOMINGO DEL PICO; doctor en Teología y vicario general de los franciscanos conventuales reformados. Carlos V lo nombró su predicador. Otro hijo de Sariñena destacado fue PEDRO VALLÉS, teólogo. Floreció en el siglo XVI. Recordamos asimismo a Fray JERÓNIMO FALCÓN, vicario general de la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza, y a don DOMINGO PUEYO, catedrático de vísperas de la Universidad de Lérida y luego de la Facultad de Teología de la Universidad de Zaragoza, en el siglo XVII. Recordamos también a Fray LORENZO ÁNGEL ESPÍN Y SALILLAS, ilustre teólogo carmelita, nacido en 1598; fue catedrático de Teología de la Universidad de Huesca. Otro sariñenense destacado fue Fray ANTONIO DE SARIÑENA, nacido el 1620. Vistió el hábito de la Orden de San Francisco. Recordemos también al doctor JUAN CARDONA, nombrado en 1588 por el Papa Pío V, maestrescuela de la universidad de Huesca a propuesta de Felipe II. Falleció en 1603. Ya en nuestros tiempos, hubo en sariñenense ilustre, el muy ilustre señor don JOSÉ PUZO, nacido en 1920. Fue canónigo lectoral de Huesca y, trasladado a Zaragoza, fue canónigo arcipreste de LA SEO. Falleció en Zaragoza en 1976 y fue llevado a enterrar a Huesca, donde había ejercido una brillante tarea como profesor y publicista. De él es el famoso catecismo que estudiamos en nuestra etapa escolar. Quiero recordar en esta memoria al maestro JOSÉ GUINI, músico e intérprete excelente de violón, entre otros instrumentos. Compuso también piezas religiosas. De él un famoso escritor nacido en Chalamera, RAMÓN J. SENDER, en su libro CRÓNICA DEL ALBA escribe: “En pleno concierto llegó su maestro, que era un italiano –al menos lo llamaban el italiano– que caminaba doce o quince kilómetros para venir a darle clase a un muchacho dos veces por semana. Recuerdo –escribe Sender– que estando yo allí, llegó una ronda de mozos al pie de la casa y estuvieron tocando la jota. El italiano cogió el violín del chico, salió al balcón y cuando la rondalla daba entrada al cantador, toco la canción con el violín. El instrumento parecía otro. Daba sonios de cristal, purísimos y diáfanos” Parte de este texto, por iniciativa del doctor Gascón, figura en el monumento que Sariñena dedicó a GUIONI en la plaza de Mezín. Quiero cerrar la memoria de estos personajes de ribete religioso con un recuerdo a mi amigo JOAQUÍN BASOLS, sacerdote entregado y generoso. Nos queda citar el dance, ejemplar en su estructura y con resonancias religiosas en su magnífica escenificación. Aunque no nacido en Sariñena, sino en Villanueva de Sigena, no quiero dejar de recordar a MIGUEL SERVET. De él escribió uno de los mejores especialistas de su vida y obra, don ÁNGEL ALCALÁ: “La asiduo lectura de los textos servetianos nos confirma en la conclusión de que Miguel Servet es uno de los más grandes cristianos y de los más grandes místicos cristianos de todos los tiempos. Su heterodoxia, relativa como rodas, y su aparente panteísmo, fruto de intencionadas interpretaciones, no impide la comprobación de este hecho esencial”. Por proximidad a nuestra tierra no quiero olvidarme tampoco de la andadura del Sant Cáliz de la Cena por la provincia de Huesca. Cuenta la tradición que San Lorenzo, dignidad de primer diácono elevado por Sixto II, era el encargado de administrar y custodiar los bienes de la Iglesia, Sixto entrega el cáliz a Lorenzo, y éste antes de sufrir el martirio y ante el peligro de que tan preciosa reliquia desapareciera en Roma, encargó su traslado a Huesca a un soldado paisano suyo. Al crearse la diócesis de Huesca pasó el cáliz a la Catedral en el año 553. Con el invasión árabe, el amor 712 el cáliz fue objeto de un largo recorrido por diversos pueblos oscenses, hasta que el 1071 es llevado al monasterio de San Juan de la Peña. En 1399 el Rey don Martín el Humano lo recibe del Abad del monasterio y el 1416 llegó a Valencia con el rey Alfonso II de Valencia y V de Aragón. Y en la Catedral de Valencia en la denominada “Capilla del Santo Cáliz” se encuentra hoy.