Joaquín PRATS: “La selección de contenidos para la educación secundaria” 3.2.2 La crisis de los sistemas educativos de los últimos tiempos, sumado a la crisis de la propia disciplina generaron un desconcierto que debilitaron la utilidad de la historia (H) como conocimiento formativo. Sin embargo, Prats cree que la presencia de la H en la educación se justifica por muchas y variadas razones, con un interés propio y autosuficiente como materia educativa. Pero para que ello sea así, deben elaborarse los criterios de selección de contenidos y las funcionalidades que el conocimiento histórico debe poseer en el contexto escolar. Especialmente en este momento en que se está haciendo uso y abuso de la H. Los criterios de selección deben compaginar los objetivos educativos con el respeto a la coherencia y a la explicación histórica conseguida por el método histórico, por lo cual la H enseñada debe incorporar los avances de la ciencia histórica, aunque sin desconocer la distinción entre el ámbito historiográfico y el educativo, lo cual implica la necesidad de adecuar los contenidos del primero para ser impartidos en el segundo. Parte de la complejidad de la enseñaza en la historia radica en que, además de explicarlos, los hechos históricos deben ser dados a conocer (en el ámbito académico se dan por supuestos); pero también el profesor debe mantenerse al tanto de los avances en el campo académico. Y a todo ello hay que agregar: los elementos contextuales socio-políticos propios de la dinámica educativa, los objetivos formativos generales que la H puede y debe contribuir, y el nivel de destrezas intelectuales (procedimientos). Este difícil equilibrio entre los avances de la ciencia y los objetivos educativos se puede salvar a través de una adecuada elección y secuenciación de los contenidos, y de la puesta en práctica de una estrategia didáctica que consolide los aprendizajes que ayudan a comprender las explicaciones históricas y la naturaleza de éstas. Para ello es necesario partir de una noticia histórica, analizarla, criticarla y verificarla, de hacer hipótesis sobre el pasado, de incorporar respuestas a esas preguntas a una visión más general, y construir conceptos que caracterizan los tiempos históricos. Criterios tradicionales empleados en la selección de contenidos históricos en educación Según el autor, la selección de contenidos en educación nunca se hizo según los avances de la ciencia, ni siguiendo las necesidades educativas de los estudiantes. En el mundo clásico, la H era una disciplina literaria; en la edad media, una explicación bíblica, e incluso durante la Ilustración, la H no formaba parte de los estudios académicos. Recién en el siglo XIX con el Positivismo, la H es incorporada a la educación: primaria, secundaria y universitaria. Pero la enseñanza de la H pasó a ser una forma de ideologización para transmitir ideas políticas y sentimientos patrióticos en el proceso de consolidación de los estados-nación liberales. En los últimos años, se han replanteado los criterios de selección de los contenidos. Se distinguen tres perspectivas: 1. Programas desde la dominante de la historia nacional Éste es el criterio más tradicional y proviene del siglo XIX y principios del siglo XX. El objetivo fundamental era trasmitir una idea de H colectiva como nación: la H al servicio de los estados. Esta visión sigue presente en la actualidad. 2. Historia como instrumento para la transformación del presente Esta visión tiene su origen en la Ilustración y fue incorporada a la teoría marxista. Considera a la H como un proceso de progreso continuado, otorgándole un fuerte potencial transformador de la sociedad. Según esta perspectiva, el objetivo de la H no será tanto cultivar un determinado sentimiento de adhesión a una colectividad, sino el aprendizaje del funcionamiento de las sociedades y las fuerzas que las transforman para tomar posición ante los problemas de la sociedad. Luego de la caída de la URSS, este enfoque está en franco retroceso. 3. Historia como instrumento para el desarrollo personal y para la difusión de ideas y actitudes sociales Esta visión propone una reflexión interesada ajena a la comprensión objetiva del pasado, cuyos contenidos no tienen más valor que la funcionalidad que cobran en un argumento ideológico, perdiendo toda eficacia racional para explicar el pasado, y por analogía, el presente. En realidad, ninguno de los tres enfoques se produce en la práctica de la manera descrita. Los programas suelen ser más eclécticos y plantean una combinación de visiones relacionadas con el refuerzo de la identidad colectiva, el cultivo de valores y actitudes, y el desarrollo de destrezas intelectuales. ¿Qué tipos de contenidos históricos deberían incluirse en los procesos de aprendizaje? La propuesta siguiente no trata de ofrecer una cuarta opción, sino un cambio de perspectiva. Los contenidos deben tener en cuenta la posibilidad real de aprendizaje por parte de los alumnos, por lo cual será necesario sacrificar muchas veces las contingencias recientes de la ciencia histórica. Por ello, la selección de contenidos debe partir de: 1) la imposibilidad de plantear en la Educación Secundaria los saberes históricos adecuados, y 2) ir construyendo y enseñando a construir el conocimiento histórico (métodos y técnicas de trabajo de la disciplina). Los conceptos de mayor relevancia, según Prats son: 1) Temas que incorporen elementos para el estudio de la cronología y el tiempo histórico, es decir el tiempo y los ritmos de cambio. Reconocer el carácter convencional de las unidades de medida del tiempo. 2) Estudio de conocimientos, personajes, y hechos significativos de la H. Superar la H de “reyes y batallas” pero recobrar ese tipo de contenidos concretos para resituarlos en el contexto de una explicación más general. 3) Temas que planteen ideas de cambio y continuidad, teniendo en cuenta: a) los cambios lentos y los cambios rápidos, b) el ritmo de cambio, c) que los cambios no han ocurrido de forma continua y no siempre han sido positivos ni progresivos y que existen momentos de transformación acelerada, d) rescatar los factores de continuidad incorporando elementos que ejemplifiquen la pervivencia del pasado. 4) Estudios que versen sobre la explicación multicausal de los hechos del pasado, eligiendo contenidos históricos que evidencien la dificultad y la complejidad que existe al momento de determinar las causas de los acontecimientos. Un primer paso será diferenciar entre la intencionalidad de los agentes y la causalidad. Los estudiantes deben aprende a preguntar por los motivos de las personas o grupos sociales en los procesos históricos, entendiendo además a la H como un proceso continuo de cambio. 5) Trabajos que muestren la complejidad de cualquier fenómeno o acontecimiento social. Es más formativo entender la formulación de un problema que conocer su resultado sin saber cómo se ha llegado a éste. Entender a la complejidad como el denominador común de “lo social”. 6) Estudios de lugares paralelos. Establecer comparaciones entre realidades históricas que son simultáneas en el tiempo pero que ofrecen características diferentes permiten comprender la relativización de las situaciones e identificaciones demasiado esquemáticas.