RESUMEN DE LAS JORNADAS El Pasado 28 de marzo pasado Hispania Nostra celebró la II Jornada de Buenas Prácticas y Patrimonio Urbano. Se celebró en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación y fue patrocinada por la Fundación ACS. Tras unas palabras por parte del Presidente del Colegio, D. Jesús Paños, y del Director de la Fundación ACS, D. Francisco Menor, la Presidenta de la Asociación, Dña. Araceli Pereda, dio la bienvenida a todos los participantes y presentó los objetivos y el contenido del encuentro, indicando que las Jornadas de Buenas Prácticas son al mismo tiempo la consecuencia y el motor del “Premio Hispania Nostra de Buenas Prácticas” creado por la Asociación junto con la Fundación Banco Santander en 2011. En primer lugar se planteó cómo abordar la conservación de los valores históricos y culturales de una ciudad sin provocar su desvitalización. De ello trataron los profesores Francisco Pol en su conferencia “Rehabilitación urbana e innovación arquitectónica en las estrategias de valorización cultural y de activación turística. Experiencias recientes” y Javier Cenicacelaya, que disertó sobre “Arquitectura y trazados nuevos en ensanches de ciudades históricas”. Los efectos positivos y negativos que el turismo puede provocar en las ciudades históricas fueron tratados por un especialista de larga experiencia en observación e investigación sobre esta materia en España e Iberoamérica, el profesor Jordi Tresserras El interés por alcanzar reconocimientos internacionales para el Patrimonio, no se ve correspondido en ocasiones con el cuidado posterior e incluso puede suponer un aliciente para su destrucción. Este tema fue abordado por el arquitecto Pedro Salmerón que disertó sobre "La Ciudad de Granada: Desde el Darro a la Alhambra y el Albaicín". Conocimos también la opinión muy cualificada de Ana Magraner que disertó sobre "Patrimonio cultural europeo y Unión Europea (cuándo y dónde se encuentran)". Por la tarde otros dos grandes temas: El primero sobre la posibilidad de conseguir que conservación y modernización convivan y se potencien sin que predomine uno sobre el otro o se desequilibren los valores primitivos. Se abordó desde la experiencia en dos ciudades paradigmáticas: Zamora, con el arquitecto Francisco Somoza y Segovia, con el profesor y arquitecto José María Ezquiaga. Román Fernández Vaca, con su larga experiencia en el Instituto Andaluz del Patrimonio, ayudó a reflexionar sobre el cambio de paradigma en las ciudades históricas. El segundo gran tema de la tarde versó sobre algo en lo que las buenas prácticas en ciudades necesita, y deben insistir y cuidar de manera especial: la accesibilidad. Lo que significa facilidad que los ciudadanos podamos disfrutar del Patrimonio en cualquier circunstancia de salud, de edad o condición económica. La mesa redonda, coordinada por el experto en derecho y patrimonio el profesor Javier García Fernández, Secretario de la Asociación Hispania Nostra, contó con la participación de Francisco Menor, Director de Fundación ACS. Contamos, además, con la opinión de un usuario/sufridor muy cualificado para opinar, Jesús Hernández Galán, en representación de la ONCE. El Profesor Javier Rivera expuso algunas experiencias de buenas prácticas respecto a esta materia y resumió las intervenciones del día en las siguientes CONCLUSIONES Cualquier intervención en el Patrimonio urbano debe buscar las buenas prácticas y garantizar siempre la salvaguarda de la Memoria histórica conciliando el crecimiento de las ciudades sin menoscabar la conservación de sus centros históricos y sin renunciar a su modernización para mejorar el confort de sus habitantes. Se destaca la trascendencia de la realización y actualización del Catálogo del Patrimonio de las ciudades. La lista de edificios, entornos y paisajes urbanos que no pueden ser destruidos o alterados por sus valores históricos, artísticos, arqueológicos, etnológicos y tradicionales Éste no debe ser un mero inventario, sino estar vinculado a los instrumentos de regulación y protección urbanística de modernos planes de gestión, pues los planes generales, en muchos casos, han quedado obsoletos y anticuados. Se insiste en la importancia de crear planes de gestión, especialmente para las ciudades españolas declaradas Patrimonio Mundial, pues en este caso se encuentran muy alejadas de las mínimas exigencias del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se deben mejorar las leyes autonómicas protegiendo las clasificaciones bien realizadas por encima de los intereses parciales Es preciso resaltar la importancia de la colaboración público-privada para el rescate y la protección del Patrimonio. Asimismo, la trascendencia de la cooperación financiera y a través de oficinas técnicas con la renovación del casco histórico de las ciudades, incentivando su rehabilitación para usos contemporáneos y para avalar el mantenimiento de la población allí residente. Se deben crear medidas que favorezcan a todos los casos la accesibilidad y movilidad a las ciudades históricas y a sus monumentos a través de nuevos instrumentos contemporáneos que se asocien a la conservación de la autenticidad del pasado. La legislación, la técnica y el diseño deben colocarse al servicio de la mejora de la accesibilidad al patrimonio. Se deben favorecer las buenas prácticas tanto en la conservación del Patrimonio como en su promoción y uso comercial, evitando a toda costa la sobreexplotación que lo deteriora, lo destruye y lo transforma. Se exige estudiar fundadamente los factores de la crisis económica actual eludiendo la situación aplicada en los años anteriores de exceso de sobre inversiones mal aplicadas. Es necesario adaptarse a esta crisis y apreciar con realidad la reducción de medios económicos en el planeamiento urbano para alcanzar la eficacia. Se insta a cualificar los criterios selectivos para retornar a las políticas de subvención en la rehabilitación de las ciudades atendiendo a la debilidad de los sectores que habitan los centros históricos, considerando en especial a las personas por su edad, como por razones económicas. Se deben establecer medidas que profundicen en los estudios de uso y contenido de los centros históricos a intervenir para capacitar la ampliación de su población rejuveneciéndola, favorece la creación de equipamientos, solucionar problemas de accesibilidad y movilidad, así como de transporte. Es importante concienciar a las administraciones de que se debe evitar la tendencia actual a sectorializar las funciones en barrios nuevos para distribuirlas en los barrios históricos dotándolos de nueva vida y no crear ciudades periféricas fantasiosas. En estas claves debe evitarse la segregación social. Se debe atender a la necesaria aportación de la arquitectura contemporánea a través del favorecimiento de la actividad y los servicios con equipamientos culturales y sociales, como museos, palacios de congresos, auditorios, aparcamientos, colegio y hospitales, etc., que generan riqueza y empleo. Pero siempre atendiendo a su dimensión realista y sensata, fuera de las ambiciones que han caracterizado el inmediato pasado, atentos a la situación de crisis y a la sostenibilidad. En este sentido se exige a los técnicos superar las soluciones proyectuales y de gestión. Las intervenciones contemporáneas de gestión deben considerar la importancia de las nuevas tecnologías de la investigación y la comunicación. Se debe mejorar el mantenimiento y la calidad de las ciudades históricas turísticas, las escasas que están sobreviviendo a la crisis. Debe realizarse buscando innovación en el tratamiento del Patrimonio manteniéndolo vivo, identificando y resaltando no solo el Patrimonio histórico sino buscando también fuentes y realidades de valoración contemporánea, como nuevos patrimonio materiales e intangibles de los que nuestras sociedades presentan potencialidades increíbles. Se debe trabajar con métodos adecuados contra la turismofobia, o tratar de eludir su aparición, en ambos casos a través del trabajo en consenso y de la participación ciudadana. Esta participación ciudadana es absolutamente indispensable para todos los proyectos de gestión del patrimonio, pues la conciencia social sobre su salvaguardia se garantiza por medio de la participación en estos procesos de las sociedad y asociaciones defensoras del patrimonio, es decir, por la presencia activa de la sociedad civil. Por ello también se exige a la administración la cooperación entre una y otras y se resalta aún más la colaboración públicoprivado. La Jornada terminó con gran satisfacción de los asistentes, que superaron a las cien personas Madrid 28 de marzo de 2014