Despertad , cantad moradores del polvo porque tu rocío es un rocío

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!Despertad, cantad moradores del polvo...!
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Uno de los pasajes más sobresalientes de la Torá, Antiguo Testamento es el paso del
Mar en el relato del Exodo, que señala el camino desde la estrechez de conciencia hacia
la conciencia expandida. Atravesar las aguas es pasar desde un estado a otro,
encontrando su clave en el concepto de -ibur-preñez. Preñez o concepción que precede
al nacimiento o "dar a luz" es descripto en la kabalah con el nombre de -tania- que
designa al alma en su proceso de investirse en el mundo físico. Esta misma palabra
-tania- reordenando sus letras como-eitan- nos lleva hacia el misterio más profundo de
la creación y del ser humano, el de la re-creación continua. Ya que no sólo nacemos
sino que estamos siendo dados a luz junto con todo lo creado permanentemente. Sin este
proceso que energiza y vitaliza la existencia todo volvería a la nada. Esta fuerza es
llamada Verbo, la Voz de Di-os silenciosa y suave que guía la vida hacia su fuente, la
eternidad. Ella anida en la peña, en la roca-tzur-, nuestra verdad que es llamada la
porción de Santidad que cada alma trae a la existencia para realizar el proyecto divino.
Punto nuclear, fortaleza de nuestro ser es allí donde el alma individual y la existencia
finita se enraizan en su fuente de luz infinita. Codificado en la palabra -eitan- cuyas
letras -alef-iod-tau-nun- son las que construyen el tiempo futuro en la lingüística hebrea,
revelando que el futuro ya está siendo traído hacia el presente para su realización. En las
mismas palabras se encuentra también el camino, mediante el sistema de -atbashdonde las letras se transforman para revelar lo oculto. Así las letras -nun y iod-2 de
valor 60 que es el valor también de la palabra -sod- secreto, se convierten en -tet y
mem- de valor 49, inicial de la palabra -temuna - escondido y lo que está justamente
escondido para el hombre es la puerta de Edén. Se dice que el ser tiene que atravesar 49
puertas para volver a encontrar la entrada al Jardín, la raíz de su creación y eternidad,
Di-s mismo. Estas 49 puertas son las 49 letras de los nombres de las doce tribus de israel-, y cada persona tiene su letra y su puerta según sus rasgos de carácter. Ya que israel- designa a la totalidad de la humanidad y no a un grupo étnico o religioso. Aquel
que rectifica o alinea sus 49 distorsiones sufridas tras la "caída" desde Edén, recibe la
Torá, que es el Mensaje divino que activa e ilumina el núcleo de cada criatura donde se
oculta su verdad, su semilla divina. Esta semilla retorna al jardín para ser sembrada,
labrada y cultivada. ¿Pero qué es el Jardín de Edén, llamado el jardín del encanto?.
huerto del alma y de los significados es un lugar que está aquí y ahora y que puede ser
recorrido en las 53 parashot o secciones (miembros) de la Torá, palabra cuya raiz -Turse refiere como exploración, en este caso exploración del alma, de la realidad divina, de
los significados. Renovándo y dándo a luz en cada signo, el camino de la lengua
sagrada, de la Inmanencia Divina, la luz que nutre y sostiene la creación, la voz que
guía la palabra, sigue un recorrido de estudio y práctica ordenado según un ciclo anual
distribuido semanalmente. De shabat a shabat la luz es re-creada nuevamente y
mediante esta instrucción imbuye de santidad toda la actividad del hombre. La santidad
es un concepto de cercanía, de conciencia de divinidad, reconociendo que Di-os es
trascendente en nuestras vidas. El secreto de la preñez, del -ibur- se experimenta
mediante la incorporación de un nuevo calendario. Esta nueva forma de cuenta sagrada
donde lo que se cuenta es la Torá, transmisión oral y escrita que vive en la conciencia
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Isaías 26:19
Alef y tau se transforman en las mismas letras, formando la palabra -et- que designa la señal, la fuente, el
alefato de 22 letras, y la palabra Tú (femenino)
de cada uno y que los sabios nos acercan según el versículo "Y la enseñarás a tus hijos y
hablarás de ellas..." encaminando nuestros pasos hacia la liberación, guiados por la
luna. Nuevo círculo, nueva rueda, que de la oscuridad de la luna naciente hacia la luz de
la luna llena y nuevamente a la oscuridad nos hace girar junto al universo a través de los
ciclos de eterna renovación y no de eterna repetición. Como la luna, desde el punto más
cercano a la fuente que paradójicamente es el de mayor oscuridad nos vamos alejando
para poder irradiar completamente la luz. Nuestra fuente de vida es comparada al sol y
la luna representa el proceso de iluminación, hasta que ambas luces se completen en una
sola carne. Lo masculino el sol y lo femenino la luna, como el hombre y la mujer
forman una unidad llamada id-yehudeo-judío o unido (palabra de valor 14). Esta unión
se completa con el uno mismo, Di-os, formando la palabra IaH de valor 15 (14+1). Este
Nombre IaH se refiere a la actividad infinita del amor que subyace la creación y la
vitaliza. La llama del amor que surge de volver al Uno, es la gracia divina-na- (palabra
de valor 51, 15 a la inversa) que nos ilumina para salir de la separación. Separación u
oculto es el estado del Adán escondido tras los arbustos en Edén luego de comer del
árbol del conocimiento, quien mediante la luz de Di-os, su iluminación puede retornartashub-há- a la certeza, al espíritu, a Di-os. El sol representa la conciencia de verdad,
los aspectos manifestados. La luna representa la conciencia restringida, los aspectos
ocultos que van siendo revelados mediante la fé. ¿Y no es acaso el pecado de Adán un
reflejo de falta de fé?. Su incapacidad de percibir la conexión intrínseca con Di-os lo
lleva a buscar afuera, a escuchar otras voces, a probar. Adán al tomar del árbol del
conocimiento elige el camino de la prueba y error, el camino de la ciencia, el camino del
mundo. En él la fé como la luna se halla restringida y debe completarse. La fé
representa el camino desde la impureza o "escondido" como Adán tras los arbustos
hacia la pureza, completitud donde la luna será como el sol. Estado de santidad en el
que el propio Nombre de Di-os "es tu luz". El paso del mar se relaciona también con
otro pasaje, el de Jacob-Yacob al cruzar el río Yaboc, su propio nombre (re-ordenando
las letras de Yaboc), hacia el nuevo estado de Israel. Estado que designa la RealidadDivina, conciencia de Di-os3. De la muerte o ignorancia se pasa a la vida o sabiduría,
realidad divina, por mediación del rocío de luz. "Porque tu rocío es un rocío de luz"
declara el profeta Isaías. Cada puerta es una matriz, un paso. El hombre es llamado
"caminante". Camino donde el ser se des-envuelve hasta volver a su desnudez original:
"Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré..." nos dice Job.
42 pasos marcan el camino hacia la tierra divina, 42 letras son las utilizadas en la
creación de cielo y tierra, 42 viajes de peregrinación de tu alma y 7 pasos más que al
atravesar el río, completan la entrada al reino donde Di-os se revela. ¿Qué recuerdas?
preguntan los sabios. Pues tu sangre es la herencia de las muchas generaciones, de los
muchos viajes donde cada huella está inscripta. Tu sangre es tu memoria que vuelve a la
vida haciéndose presente mediante el rocío de luz, la sabiduría de la Lengua sagrada,
espada giratoria del kerube, que simboliza las 231 combinaciones de las 22 letras del
alefato hebreo que forman el genoma creacional, el lenguaje contenido en tu memoria.
Territorio sagrado, reunión de aguas, -adamah-. Adamah, la tierra de tu imagen y
semejanza es el Lugar donde escuchas el eco de tu madre4, desde donde eres dado a
luz. Memoria es luz, territorio es luz y también la lengua es luz. La inmanencia de Di3
Israel es reali-shin-realidad del ruaj elohim-espiritu de Di-os de valor 300 como la letra shin
Adamah, reordenado sus letras es -hed-im- el eco de la madre, im de valor 41 es el Nombre Ahiah
(asher) Ahiah de valor 42 que refiere al ser y que se vuelve a completar cuando retornamos al seno
Creador, a nuestra esencia.
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os -Shekinah- que se expresa en el lenguaje e imbuye la realidad que es concebida como
un texto, contiene tu aura-tzelem desde donde la vida se irradia a tu existencia. "El
hombre vive en el aura de su tzelem", tu aura es la medida de tus días, dice la tradición.
Voz materna de cuyos pechos se nutre de la dimensión interna de la sabiduría que es
llamada "leche" o "luz femenina", el -mekubal-, "aquel que recibe" para transformarse
en -nekabalah-, "aquel que es recibido" por la Presencia Divina, quien lo hace ingresar
al Reino. Gracia e inmortalidad, unión de cielo y tierra, saliva de los astros, es este rocío
el que cura y revive el alma. Letra a letra en el Canto de Moisés -haazinu-escuchamos el
sonido de sus gotas cayendo: "escuchad oh cielos y hablaré y oíd la tierra los dichos de
mi boca...descenderá como lluvia mi doctrina, como rocío sobre la hierba, como
llovizna sobre el pasto". Canto de los kabalistas subiendo a las montañas a recibir la
Presencia Divina, elevando sus plegarias, "Santuario del Rey, Ciudad real, levántate,
sal de entre las ruinas..Sacude el polvo de ti, levántate, vístete con tus gloriosas
prendas...Anímate, anímate pues tu luz ha llegado, levántate, brilla...". Alabanza que
nos llama a unirnos a la caravana y hacer de nuestro camino en esta tierra el camino a la
tierra de Israel, la verdadera realidad que se esconde dentro de cada uno: "Ven amado
mío y vayamos al encuentro de la novia...recibamos -nekablah- la Presencia Divina".
Presencia-Lenguaje-Verbo, llamando a la esencia de nuestro ser a ver a través de las
ventanas de los sentidos el alma que ríe en toda la creación. Presencia que también
sonríe desde el Palacio del Rey invitándonos a que nos in-vistamos con nuestra
realeza, nuestra verdadera realidad y nos hagamos presentes. Pero, si dudas, es que
todavía estás escondido entre los arbustos. Sin embargo el juego terminó hace mucho y
ya es hora de encontrarte y encontrar a Di-os, que olvidado y abandonado continúa
preguntando de generación en generación: ¿Quién quiere jugar conmigo?. Bienvenido al
Juego Sagrado de la Verdad y la Vida, el Arte de des-cubrirte y des-cubrir a Di-os.
Estar desnudos nuevamente, sin vergüenza. Bienvenidos al Arte de la Kabalah, la
Kabalah del Arte y de la Fé.
Por Rivqáh, elul 2005.
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