TEMA DEL CONOCIMIENTO EN PLATÓN (de Paula Beldad) Platón considera, en contra del relativismo de los sofistas, e igual que Sócrates, que existe un conocimiento universal, absoluto y necesario, que se puede conocer a través de la razón. Mantiene una posición racionalista, la razón puede conocer la verdadera realidad, la realidad inteligible. El conocimiento no se adquiere en esta vida en la que el alma está unida al cuerpo (innatismo) Al intentar fundamentar este conocimiento se pregunta por cuál es su objeto y su naturaleza, y establece que el conocimiento Universal y Necesario ha de tener dos características: infalible y objetivo, es decir, su objetivo ha de ser la verdadera realidad. Las cosas concretas y sensibles no pueden ser el objeto de dicho conocimiento pues están en continuo cambio y por tanto no se puede dar de ellas una definición universalmente válida. Este conocimiento, para que exista ha de ser permanente e idéntico consigo mismo, y por tanto su objeto solo pueden ser las Ideas, objeto del verdadero conocimiento, pues fundan la objetividad y universalidad de este conocimiento. Frente a él estaría la Percepción, conocimiento relativo y subjetivo, como decía Pitágoras, que capta las cosas materiales, sensibles y cambiantes. ¿Este conocimiento cómo podemos obtenerlo si nos encontramos en el mundo sensible? No podemos obtenerlo a través de la experiencia sensible pues los sentidos nos muestran cosas cambiantes. Para solucionar tal dilema, Platón sugiere la Teoría de la Reminiscencia, la razón, el alma ya posee la verdad en sí misma, desde siempre, y por tanto Conocer sería recordar aquello que ya está en uno mismo. Esta teoría aparece en dos diálogos. Primero en el Menón, diálogo de Transición. Se utiliza la Teoría de la Reminiscencia para responder a la aporía que propone Menón, no podemos investigar sobre lo que se sabe, porque ya se sabe ni sobre lo que no se sabe, pues no se sabe qué se está buscando. La solución la plantea Platón en el conocimiento como anamnesis, remerger de lo ya existente en uno mismo, es decir, conocer es recordar lo presente desde siempre en el alma. Aparece de dos formas, una sería mediante el mito órfico :el alma que es inmortal y ha renacido varias veces ha conocido la realidad de este mundo y del más allá (con el más allá no se refiere al mundo de las ideas) y por tanto conocer sería recordar aquello que el alma ha olvidado pero no borrado, y la otra es mediante un diálogo en el que Sócrates propone un problema geométrico a un esclavo que no ha estudiado geometría, para probar que éste “sacaba” a la luz (Mayéutica) el conocimiento que ya poseía pero que había olvidado. En el Fedón ya establece la diferencia entre los dos mundos. Captamos las cosas concretas pero también tenemos nociones de realidades perfectas, como el cuadrado. Estas nociones sólo las hemos podido adquirir si ya están en nosotros mismos antes de nacer. El alma inmortal antes de meterse en el cuerpo ha contemplado el mundo de las ideas, y luego al meterse en él, lo ha olvidado pero no borrado. Conocer es recordar, clarificar el recuerdo. En Platón conocimiento y realidad están inseparablemente unidos. Habrá tantos grados de conocimiento como grados haya de realidad. Puesto que hay dos realidades, hay dos tipos de conocimiento. Esto lo plasma en el símil de la Línea y en el mito de la caverna. Episteme (ciencia): Conocimiento Universal que se lleva a cabo a través de la razón, verdadero y fundado pues a través de él se capta la realidad inteligible (verdadera realidad).Tiene dos grados: por un lado noesis, el grado más alto de conocimiento, conocimiento intelectivo, es decir, la razón lleva a cabo la aprehensión directa de las Ideas, se toma por verdadera realidad las Ideas; y por otro dianoia, conocimiento hipotético-deductivo, que parte de hipótesis que se consideran verdaderas y de ahí se deducen teoremas, que serán verdaderos si las hipótesis lo son. Para alcanzar este conocimiento hay que tomar como verdadera realidad, la realidad inteligible. Si por el contrario consideramos como verdadera realidad el mundo sensible estamos en Doxa (opinión), que tiene dos grados: ekasía: se toma por real las fantasías, sueños, sombras, y por otro Pistis, si lo que se toma por real son los objetos físicos y las observaciones que captan las cosas concretas.(Esto sería el símil de la línea). En el Mito de la Caverna, se representa el símil de la línea(grados de realidad y conocimiento), pero lo que destaca sobre todo es la dificultad para pasar de la Opinión(Doxa) a Ciencia(Episteme), es una subida dificultosa, y además se establece la función del filósofo(tarea política), guiar a los hombres en este ascenso difícil. Hay dos caminos para llegar a Noesis, el primero es la dialéctica, que en la República significa el proceso por el que el intelecto va de Idea en idea hasta llegar a la idea suprema de Bien. Dialéctica ascendente sería lo dicho y la descendente, proceso contrario para ver el lugar que ocupan las Ideas más concretas dentro de la jerarquía del mundo ideal. La otra forma de llegar es a través de la filosofía como catarsis o purificación: Los filósofos se preparan toda la vida para morir pues será entonces cuando contemplen el mundo de las Ideas, por ello el filósofo no teme a la muerte, pues durante su vida, gracias a la filosofía, se ha desprendido de los lazos sensibles que unen el alma al cuerpo.