Términos y expresiones en Platón Vocabulario que encontraréis en vuestro libro: dialéctica, doxa, episteme, fortaleza, idea, justicia, méthexis, noesis, prudencia, ser en sí, templanza, idea del Bien, morada-prisión, ascenso y contemplación, ámbito inteligible, ámbito sensible, lo cognoscible, inteligencia. Otros conceptos para completar: - - - - - - Apariencia: es lo que parece ser pero no es. Es lo cambiante y mudable de las cosas. Lo que parece ser (apariencia) se debe a las facultades humanas que no son todo lo perfectas que debieran. En Platón lo opuesto dialécticamente a la apariencia es la auténtica realidad de la idea. Para él el gran problema del conocimiento es la facilidad con que los seres humanos se dejan llevar por las apariencias, y la necesidad de desvelar la verdad que se oculta tras ellas. Lo que es: con esta expresión se refiere Platón a la idea única, lo que unifica las diversas manifestaciones o modos de aparecer de la idea. Hay en el ámbito de lo real algo que hace bellas a las cosas bellas, justas a las justas y buenas a las buenas. La ideas no es un mero contenido mental, sino que es algo del orden de lo real, lo más real de lo que es. Luz: gracias a ella es posible la visión, la hace significativa, le da sentido y la aclara. La luz es en el mundo visible lo que la idea del Bien en el inteligible. Alma: para Platón, el alma es inmortal, principio de vida y de movimiento y sede del conocimiento. Por su carácter inmaterial, es capaz de distinguir las apariencias de las verdaderas realidades, e iluminando las cosas como lo hace la luz solar, dejarlas al descubierto en su verdad, en su auténtica naturaleza. Productora de la verdad y de la inteligencia: la idea de Bien produce la verdad (alétheia) y la inteligencia (noûs), en el sentido del descubrimiento o desvelamiento de lo que hay en verdad tras la apariencia y las sombras, y de lo que es cognoscible y, por lo tanto, es un conocimiento inteligente. Para Platón “conocer” es “ver” adecuada y correctamente. El hombre tiene en su naturaleza la capacidad de conocer, de mirar. Cuando esta mirada se dirige hacia lo fijo e inmutable, obtiene un conocimiento permanente, verdadero, que no cambia. La correspondencia entre conocimiento y ser en Platón permite denominar al mundo de las ideas como mundo inteligible, porque es un conocimiento, un mirar con la inteligencia, con los ojos del alma. Lo opuesto al conocimiento inteligible es el conocimiento sensible (creencia u opinión). Justicia en sí: la idea de Justicia es junto a la belleza la idea más elevada que conduce a la idea de Bien. No se trata de una concepción distributiva de lamisca por la que cada uno tienen lo que se merece o lo que le corresponde; es más bien la adecuación al todo, la armonía que debe reinar en la vida humana, tanto individual como colectiva. Justicia es obligación y derecho para cada uno de ser partícipe del todo, tanto en - - derechos como en obligaciones y beneficios, y la necesidad de que el todo se adecua a los fines de los ciudadanos buenos. Contemplar el Bien: máxima aspiración del ser humano y del ciudadano, es ver con los ojos del alma la idea del Bien, lo que produce no un conocimiento místico, sino una iluminación del resto del conocimiento humano, de tal modo que nos hacemos sabios. Sólo los mejor dotados para el estudio y el aprendizaje están destinados a este grado de saber, de manera que están llamados a conducir los asuntos de todos los demás. Ley: en la Grecia clásica se trata de un término polémico, debatido y controvertido. Referido, entre los presocráticos, al logos y a los movimientos y cambios dependientes de la Phycis o naturaleza, de carácter cíclico y regular, se extendió su uso conceptual a las normas sociales establecidas o nomos. La polémica estriba en el origen de estas últimas, si es divino, natural o humano y, por tanto, si su carácter es necesario o contingente, permanente o mutable, fruto del consenso de los ciudadanos o de la imposición de unos sobre los otros.