INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO IMPROCEDENTE Y CONTRATO FORMALIZADO ANTES DEL 12 DE FEBRERO DE 2012: SE VA RECUPERANDO EL EQUILIBRIO O LA LITERALIDAD DE LA NORMA HACE CAMBIAR AL SUPREMO DE LO QUE HABÍA INCORPORADO “DE LEGE DATA”. SENTENCIA DEL TS DE 18 DE FEBRERO DE 2016 Y SU NUEVA INTERPRETACIÓN DE LA DISPOSICIÓN TRANSITORIA QUINTA DE LA LEY 3/2012. La sentencia dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Supremo el 16 de febrero, de la que fue ponente el magistrado Antonio V. Sempere (en Sala integrada también por la magistrada Rosa Virolés y los magistrados Luís Fernando de Castro, José Luís Gilolmo y Ángel Blasco) es una sentencia importante y que será de especial interés, dado que aborda cómo debe interpretarse la que en su momento fue la disposición transitoria quinta de la Ley 3/2012 de 6 de julio y ahora es la disposición transitoria undécima del Real Decreto legislativo2/2015 de 23 de octubre por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, que se refiere a las “indemnizaciones por despido improcedente”. Antes de proceder a la explicación de la sentencia de 18 de febrero, cuál es el contenido de la disposición objeto de interpretación por el TS: “1. La indemnización por despido prevista en el artículo 56.1 será de aplicación a los contratos suscritos a partir del 12 de febrero de 2012. 2. La indemnización por despido improcedente de los contratos formalizados con anterioridad al 12 de febrero de 2012 se calculará a razón de cuarenta y cinco días de salario por año de servicio por el tiempo de prestación de servicios anterior a dicha fecha, prorrateándose por meses los periodos de tiempo inferiores a un año, y a razón de treinta y tres días de salario por año de servicio por el tiempo de prestación de servicios posterior, prorrateándose igualmente por meses los periodos de tiempo inferiores a un año. El importe indemnizatorio resultante no podrá ser superior a setecientos veinte días de salario, salvo que del cálculo de la indemnización por el periodo anterior al 12 de febrero de 2012 resultase un número de días superior, en cuyo caso se aplicará este como importe indemnizatorio máximo, sin que dicho importe pueda ser superior a cuarenta y dos mensualidades, en ningún caso. 3. A efectos de indemnización por extinción por causas objetivas, los contratos de fomento de la contratación indefinida celebrados con anterioridad al 12 de febrero de 2012 continuarán rigiéndose por la normativa a cuyo amparo se concertaron. En caso de despido disciplinario, la indemnización por despido improcedente se calculará conforme a lo dispuesto en el apartado 2”. La exposición de motivos de la reforma laboral dice: “Las nuevas reglas sobre la indemnización por despido improcedente se aplican a los contratos celebrados a partir de la entrada en vigor del presente real decreto-ley. Para el caso de los contratos celebrados con anterioridad a dicha fecha, la indemnización se seguirá calculando de acuerdo con las reglas anteriormente vigentes, si bien tan sólo con respecto al tiempo de servicios prestados antes de la entrada en vigor de esta norma. Para el tiempo de servicios restante, se tendrán en cuenta la nueva cuantía de 33 días por año de servicio. Con estas reglas, se es respetuoso con el principio de igualdad ante la ley consagrado en el artículo 14 de la Constitución Española, al tiempo que se tienen en cuenta las expectativas indemnizatorias de los trabajadores con contrato en vigor”. A partir de hoy la indemnización para los nuevos contratos, en caso de despido declarado improcedente, se fija en 33 días de salario/año y un máximo de 24 mensualidades,. Para los contratos ya existentes se prevé un doble régimen de cuantía por año, 45 días para el período anterior a la entrada en vigor del RDL y 33 días para el resto. Además, la disposición transitoria quinta fija en tales casos una cuantía indemnizatoria de 720 días, que sólo podrá exceptuarse cuando del cálculo de la indemnización por el período anterior al RDL resultara un número de días superior, “en cuyo caso se aplicará este como importe indemnizatorio máximo”, y en cualquier caso el importe no podrá nunca ser superior a 42 mensualidades. la sentencia, en el fundamento de derecho tercero, apartado C), la Sala, “con ánimo de clarificar nuestra doctrina”, contenida en dos anteriores sentencias de 29 de septiembre de 2014 y 2 de febrero de 2016, considera que “interesa que precisemos el alcance que consideramos adecuado a la citada disposición transitoria” (5º de la Ley 3/2012). A título de historia: La Sala califica de “primera aproximación al tema” la sentencia de 29 de septiembre de 2014, entendiendo por “tema” cómo debe interpretarse la norma intertemporal que es la citada disposición transitoria 5º, dirigida según la Sala a “dulcificar la rebaja de la cuantía indemnizatoria que la Ley 3/2012 llevó a cabo (de 45 a 33 días por año, de 42 a 24 mensualidades)”, y explica que en la misma dicha “aproximación” consistió en interpretar la norma de tal manera que “si el día 12 de febrero de 2012 se hubieran superado los 720 días indemnizatorios (aplicando el módulo de 45 días por año) sería posible seguir devengando indemnizaciones (a razón de 33 días por año) hasta alcanzar el módulo de las 42 mensualidades”. La sentencia de 2 de febrero de 2016, en la que “hemos advertido que el importe indemnizatorio por el período de servicios anterior al 12 de febrero de 2012 no puede ser superior a cuarenta y dos mensualidades en ningún caso, con independencia de que posteriormente se hayan prestado servicios”. En efecto, el fundamento de derecho sexto de la citada sentencia, de la que fue ponente la magistrada María Luisa Segoviano, es el siguiente: “Por todo lo razonado procede la estimación del recurso formulado, casar y anular la sentencia recurrida y, resolviendo el debate planteado en suplicación, estimar el recurso de tal clase interpuesto por la representación letrada de DOÑA Hortensia, declarando que el cese de la trabajadora, por cumplimiento de la edad de 70 años, constituye un despido improcedente, a tenor de lo establecido en el artículo 55.4 del Estatuto de los Trabajadores , con las consecuencias legales previstas en el artículo 56 de dicho texto legal , teniendo en cuenta lo establecido en la DT quinta, apartado 2, de la Ley 3/2012, de 6 de julio, que señala que el importe indemnizatorio por el periodo de servicios anterior al 12 de febrero de 2012, no podrá ser superior a cuarenta y dos mensualidades en ningún caso, con independencia de que con posterioridad se hayan prestado servicios”. La sentencia de 18 de febrero se dicta con ocasión del recurso de casación de unificación de doctrina interpuesto por un trabajador del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya contra la sentencia dictada por la Sala de lo Social del TSJ catalán el 20 de junio de 2014, aclarada mediante auto de 23 de junio, que estimó el recurso de suplicación interpuesto contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social número 3 de Girona el 8 de noviembre de 2013 en procedimiento por despido. Se trata de un conflicto jurídico derivado de la amortización del puesto de trabajo que ocupaba el demandante, siendo desestimada la demanda por el juzgado y estimado el recurso por el TSJ al considerar que se trataba de un despido improcedente y condenando a la empresa a la readmisión o a la indemnización, en una cuantía que será justamente la que motive el debate jurídico al que se enfrenta el TS para dar a partir de ahí la nueva respuesta, nueva doctrina, a cómo debe interpretarse la disposición adicional 5º. La Sala procede en primer lugar a un explicación académica sobre el “presupuesto y alcance del recurso de casación unificadora”. Y en el fundamento de derecho segundo, en el que concluye que, ante una situación, el TS no coincide exactamente con las tesis mantenidas en la sentencia recurrida y en la de contraste, podrá aplicar aquella doctrina que considera correcta, acudiendo en apoyo de su tesis a la propia doctrina del TS en anteriores sentencias, y también a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Sentada doctrina, con apoyo de resoluciones anteriores de la Sala y del TC, sobre la posibilidad de dictar una sentencia con la “correcta doctrina”, aunque no sea la recogida en las sentencias recurrida o de contraste, el TS procede al estudio de la sentencia de contraste y de la sentencia recurrida. En una interpretación altamente antiformalista, y que esperemos apliquen en nuevas sentencias a partir de ahora, la Sala afirma que existe contradicción entre ambas sentencias ya que una no tiene en cuenta el cómputo de la antigüedad y otra sí. “La sentencia de suplicación parte precisamente del dato de que el trabajador es indefinido no fijo, sin cuestionarlo, por lo que el razonamiento que realiza el juez a quo en el Fundamento Segundo es una premisa que ha de ser considerada en su globalidad, y no sólo su argumentación jurídica. Aunque consignados en lugar inadecuado, los hechos en que se basa la fundamentación deben ser considerados como probados, de acuerdo con nuestra doctrina constante”. Aceptada la contradicción entre las dos sentencias, la Sala procede a realizar el cálculo de la indemnización de acuerdo a la toma en consideración del nuevo (= superior) período de cómputo, y dado que la antigüedad para dicho cómputo se inicia a partir del 4 de enero de 1993 y se extiende en el tiempo hasta el 24 de marzo de 2013, fecha de la extinción del contrato del trabajador afectado, es obligado acudir a la disposición transitoria 5ª de la Ley 3/2012, norma de aplicación en el momento en que se produjo el conflicto tal como también se recoge en el auto de aclaración del TSJ, del que la Sala afirma que posee un “escueto razonamiento jurídico”, en cuanto que “se limita a exponer que resulta aplicable al caso lo previsto en la Disposición Transitoria 5ª de la Ley 3/2012”. Una vez “interpretada” dicha disposición en los términos que expondré a continuación, se procede por la Sala al cálculo concreto de la indemnización en el caso litigioso, del que resultará la cantidad antes indicada de 94.219 euros. La Sala parte en su interpretación de una premisa: que la norma sólo es de aplicación a contratos celebrados con anterioridad al 12 de febrero de 2012, tomando como punto de referencia a efectos del período de antigüedad del trabajador el inicio del período computable, que no es otro, que el del primer contrato que se tome en consideración. A partir de esta premisa previa, en los casos de indemnización que debe abonarse cuando concurren períodos anteriores y posteriores al 12 de febrero de 2012 , “el importe indemnizatorio resultante no podrá ser superior a 720 días de salario”, salvo cuando la indemnización que pudiera percibir el trabajador por la antigüedad computada en el período anterior al 12 de febrero de 2012 sea superior a 720 día de salario, en cuyo caso “de manera excepcional… puede obviarse”, dice la sentencia. Al primer “tope indemnizatorio”, los 720 días de salario, se añade un segundo en la interpretación de la Sala, el de un máximo de 42 mensualidades, de forma que este límite mensual operará para los contratos iniciados antes del 12 de febrero de 2012 y que superen al llegar a esa fecha, a efectos del cómputo de antigüedad, los 720 días de salario por indemnización. Si el supuesto es el de un trabajador que no alcanza los 720 días antes de aquella fecha, pero sí los superara con posterioridad, el tope de los 720 días es obligatorio en cualquier caso, con la única diferencia respecto al primer supuesto, que la cuantía de la indemnización se calculará a razón de 45 días de salario por año de servicio hasta la entrada en vigor de la reforma laboral y de 33 días a partir de esa fecha, y los períodos inferiores a un año se prorratearán por meses en ambos supuestos.