Mi Camino (de Santiago) Torres del Río-Logroño En las literas contiguas, separadas por el pasillo, ha pernoctado una pareja británica que tambien lo ha hecho en Estella y que, en su pueblo, deben ser los encargados de despertar a las gallinas; aunque no son ruidosos se acabó el dormir. En este albergue hay que dejar las botas en la planta baja, en un lugar al efecto, así que hay que bajar con la mochila ya preparada a calzarse a ese lugar. Despues del café en "La Pata de la Oca" llega el momento de ponerse en camino; éste sale del pueblo en cuesta para enseguida comenzar a descender y volver a subir y así, en un sube y baja, hasta Viana. El día está nublado y fresco y el peregrino pide al Apóstol que se mantenga sin lluvia. Algo más adelante alcanza a la pareja británica que avanza con dificultad, ella lleva una rodillera pero con la tenacidad característica de los habitantes de las islas van haciendo las etapas. Les desea Buen Camino y sigue. Apenas ha transcurrido una hora y comienza a llover justo cuando alcanza a un grupito del que forma parte el sujeto que a las seis de la mañana, a grandes voces, despertó a quienes aún dormían; es el mismo que la tarde anterior intentaba explicar al italiano de la cafetera las suertes del toreo. Como escribir en el agua pero es que "hay gente pa tó". Las rogativas al Apóstol no han surtido efecto y no queda más remedio que ponerse la capa. El sendero se mantiene libre de barro lo que es de agradecer y a las 9,30 h. llega el peregrino a Viana y hace una parada al resguardo de un soportal para tomar un bocado; concluido el trámite se dirige al albergue con la intención de sellar pero aún está cerrado por lo temprano de la hora. A partir de aquí se notan los efectos de la lluvia y el camino está bien embarrado hasta llegar al límite con la Rioja que recibe a los peregrinos con un inmenso cartel lleno de información cuya utilidad a este peregrino le parece dudosa pero en algo hay que gastar el dinero. A partir de aquí el piso de tierra pasa a ser de asfalto lo que este peregrino y algunos más no agradecen nada; quien haya tomado la decisión no ha estado acertado. A tiro de piedra de Logroño se pasa ante la casa de la señora Felisa, uno de los personajes famosos del Camino, al paso del peregrino la lluvia la ha obligado a retirarse al interior de la casa y aquel no puede sellar su credencial. A las 11,45 h. llega a Logroño. Aquí termina la andadura, por ahora, de este peregrino cuyas obligaciones profesionales le obligan a volver a casa para incorporarse a las mismas. Ha sido una experiencia gratificante y tiene que dar la razón a quienes dicen que el Camino engancha. Sólo queda empezar a preparar D.m. la próxima andadura. (la señora Felisa ha fallecido a comienzos de la primavera de 2003, q.e.p.d.)