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VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
22 de julio de 2014
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Mendoza; estábamos con representantes de todos los partidos; mis
principales asesores eran todos justicialistas. Ahí empezamos a notar algo
que ocurrió y sigue ocurriendo. Este es el momento de prepararse; este es el
momento de saber qué es lo que los mendocinos tenemos que hacer. No es
posible llegar al gobierno con un equipo que recién se empieza a armar en
ese momento y recién empezamos a pensar qué vamos a hacer.
Con políticas de Estado nos empezamos a dar cuenta que nos dejaron
solos. Éramos nosotros, una serie de tipos medios locos y nos habíamos
hecho cargo del problema y todo el mundo se sentía satisfecho de que
nosotros estuviéramos allá. Fuimos el equipo que más duró, en la historia
de la Provincia, en materia de seguridad. Tan mal no nos fue.
Los que quieren ser gobernantes, difícilmente se capacitan en este
tema. No saben ni lo que ocurrió, ni lo que se hizo ni lo que va a ocurrir.
Ellos, por supuesto, que van a encontrar un equipo que se haga cargo de la
cosa.
Yo soy un.. del Código Procesal Penal vigente que se aprobó en 1999.
Cómo no va a ser responsable la política, si todavía ese código que
establece una serie de modalidades y hace quince años que no cambia.
Todavía los gobernantes no encontraron el dinero suficiente para
implementar este código en toda la Provincia. Debemos ser la única
provincia en el mundo que tienen dos Códigos Procesales distintos.
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Entonces, tratemos de usar un solo Código Procesal que agiliza los
procedimientos. Este Código es viejo. Ya hay estudios para modificar este
Código, que sería bueno, porque la impunidad es una de las principales
causas de inseguridad. Cuando la gente ve que las victimas, si sobreviven
o sus parientes, se dan cuenta de que los homicidas, los ladrones siguen en
libertad. Entonces, esto trae un mensaje negativo.
Entonces, el tema procesal penal, para resolver más allá del 4 o 5 por
ciento de las causas que resuelve Mendoza, que pese de que el Código
Procesal no ha podido superar este porcentaje de juzgamiento de los delitos
que se cometen, creo que es un tema del que nos tenemos que ocupar.
El otro problema es que acá no se construye un solo calabozo; acá no
tenemos donde poner los presos. En la cárcel de mujeres de la Penitenciaría
de San Rafael nos presentamos personalmente y vimos que las condiciones
no son muy malas, son peores. Los presos viven en los pasillos, con
quemadores de gas para hacerse su comida, sin sistema antiincendio; el día
que eso se prenda fuego tendremos un desastre provincial y nacional.
Vemos que Mendoza que no es una superficie superpoblada; acá
tenemos cuatro oasis, no más, pero estamos en el punto de salida del
MERCOSUR. Periódicamente sale en los diarios que la policía descubrió
camiones con droga. Todos los camiones que vienen de Paraguay vienen
con droga.
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Entonces, necesitamos una organización provincial que se ocupe de
estos temas. Si ponemos policías, organismos especializados en la lucha
contra la droga, vamos a poder combatir el tráfico que está generando
nuestra juventud en los barrios.
Es cierto que un porcentaje muy chico de los muertos se debe a las
organizaciones... No son narcotraficantes, o son consumidores o están
cometiendo delitos para conseguir o están totalmente sacados, como este
loco que ha matado a la periodista en Mendoza, que nos ha tocado a todos
porque era una chica que nos llamaba por teléfono para hacer reportajes.
Estaba haciendo una cola en una municipalidad y le pegaron unos
cuchillazos por la espalda. La policía dice que está loco, pero no dice que
además estaba drogado.
El que sepa darle la solución a esto que lo diga y nos callamos todos.
Son un montón de cosas, los puedo aburrir o dormir, porque la experiencia
que he tenido ha sido dura, difícil, triste, alegre; lo que sí puedo decir es
que tuve un equipo impresionante y que todavía sigue trabajando o
seguimos trabajando. (Aplausos).
SR. SALOMON ALEJANDRO – Como buen discípulo de Orquin,
también he estado en la política, así que tengo cierta responsabilidad.
Desde hace muchos años que venimos trabajando en este grupo y
vemos que la problemática de la seguridad no se asume como política de
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seguridad, son acciones que se van haciendo de forma espasmódica,
tratando de resolver la tapa de los diarios de ese día.
No va a poder ser una política de seguridad si no se hace lo primero, y
lo primero es contar con estadísticas criminales. Acá es cero estadísticas y
si no tenemos estadísticas es muy difícil hacer un diagnóstico de cuál es el
problema que debemos resolver. No podemos resolver un problema que no
conocemos. Entonces, el primer tema de la política en seguridad es
recuperar los indicadores estadísticos que tienen que existir y tienen que
existir porque hay una ley nacional, que obliga a la División Nacional de
Política Nacional, Ley 25286, que obliga, esa Dirección, a publicar
anualmente el informe nacional criminológico con todas las estadísticas. Si
no tenemos eso no sabemos contra qué luchar. No sabemos cuántos son los
delitos; qué clase de delitos hay y cómo se tienen que combatir. Yo creo
que en seguridad estamos mal y no tenemos soluciones o planteos o cosas
que decir, porque no sabemos de qué estamos hablando.
En segundo lugar, una vez que tengamos las estadísticas, tendremos
que resolver algunos temas y, si bien, la policía para mí no es el único
elemento para la lucha contra el delito, es quizás uno de los elementos más
importantes y creo que la política ha estado ausente en el tema policial.
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La única policía que tiene una ley más o menos actualizada es la
Policía de Seguridad Aeroportuaria, es del año 2005. O sea, no podemos
pensar en la seguridad con policías que son la década del 50 y del 60.
Cuando se habla de una política de Estado, uno tiene que sentarse para
plantear estos temas y decir qué modelo policial queremos. Queremos que
sea militarizada, bueno; puede ser una fuerza policial militarizada y
democrática, puede ser. También puede ser que queramos una fuerza
policial civil cercana al ciudadano, para resolver los conflictos del
ciudadano, perfecto, pero no nos quedemos con esas leyes, porque si bien
la Ley de Seguridad, que es relativamente nueva, es del año 99, tiene 18
modificaciones; 18 veces le han metido la mano y le han metido la mano
mal, porque en muchos casos lo que han hecho es contradecir la filosofía
de la ley y ahí se produce una tensión y esa tensión se ve reflejada en la
relación policial. También está la Ley 6721, que también le han metido
mano y va contra la misma filosofía de la ley.
En un país con una cultura política fuertemente... en el Poder
Ejecutivo, donde no existe participación ciudadana, se hace muy difícil
hacer la participación ciudadana. Hay que hacer una cultura, porque ese rol
del ciudadano, esa participación; hablo de participación y no movilización
de la gente, hablo de participación que es, de alguna manera, trabajar en la
evaluación de la calidad del servicio que presta la policía y hay que
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entender que lo que hace la policía es un servicio público y como tal tiene
que ser evaluado.
Hay una tendencia mundial a crear policías municipales en una lógica
de mayor acercamiento al ciudadano. Hoy, como estoy viendo la cosa, creo
que es un gran riesgo. Creo que más allá de un salto hacia adelante, creo
que nos va a retroceder al siglo XIX, en donde los alcaldes tenían un fuerte
poder sobre la policía y en una cultura política donde los controles
institucionales son muy débiles, la reelección de los intendentes son
permanentes y lo que vamos a tener son intendentes que van a manejar las
fuerzas policiales, donde no están definidos cuáles son los mecanismos de
control, donde no hay participación ciudadana para crear una evaluación de
esos cuerpos policiales y en ese esquema, creo que más que ir hacia
delante, creo que vamos a hacer un retroceso al siglo XIX. (Aplausos).
SRA. MODERADORA -