Noviembre, 2012 Ley de los Consejos de Trabajadores: ¿Utopía o Destrucción Deliberada?

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Noviembre, 2012
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Coyuntura Legislativa
Como ocurriese con la redacción
de la Ley del Sistema Económico
Comunal, los eventuales proyectos
de ley de los Consejos de
Trabajadores y Trabajadoras,
resultan
inconstitucionales,
violatorios de los derechos y las
libertades económicas y del
modelo económico establecido y
consagrado en la Constitución
Nacional.
Aun así, parece ser un globo de
ensayo
del
Gobierno
–
independientemente
de
que
provenga
de
la
fracción
parlamentaria del oficialismo o de
partidos aliados, ya que es harto
conocida la falta de independencia
a conciencia-, promover un
proyecto de ley que contradice los
preceptos constitucionales.
Las disposiciones que en general
aparecen en las distintas versiones
de proyectos de esta Ley,
constituyen una destrucción de
esquemas
eficientes
de
producción
basados
en
la
propiedad privada, así como una
peligrosa
vulneración
del
governance de las operaciones de
las empresas en detrimento de un
objetivo social como lo es la
eficiencia económica.
La intención fundamental del
Proyecto de Ley sería desdibujar,
lesionar, menoscabar y reducir los
derechos de propiedad privada.
Preocupa el hecho que no se
estaría sustituyendo el esquema
Ley de los Consejos de Trabajadores:
¿Utopía o Destrucción Deliberada?
eficiente de incentivos de
internalización del producto del
esfuerzo, la innovación, la
eficiencia productiva por medio
de los derechos de propiedad.
Por el contrario, se estaría
lesionando el interés público por
medio de la imposición violatoria
sobre los derechos de propiedad
y las libertades económicas de
enormes problemas de riesgo
moral, así como la desaparición
de la función fundamental del
Estado: reducir los costos
transaccionales en el resguardo y
protección de los derechos de
propiedad.
La intromisión y vulneración de
los derechos de propiedad por
parte de los Consejos de
Trabajadores
atribuyéndose
decisiones, responsabilidades y
derechos propios, únicos y
exclusivos de los propietarios, en
materia
de
planificación,
administración, producción y
comercialización, entre otros;
resulta confiscatorio ya que han
sido los propietarios los que han
aportado el capital de riesgo y las
inversiones. De esta manera,
estas
decisiones
no
solo
constituyen
derechos
inalienables de los propietarios
sino que son estos quienes
poseen los incentivos para crear
valor a partir de sus inversiones.
Quienes pretendan crear o
destruir valor por medio de sus
decisiones tendrían que ser los
propietarios,
accionistas
o
aquellos empleados expresamente
delegados por los propietarios para
tomar decisiones estratégicas,
operativas y productivas. Lo
anterior no resulta trivial, por el
contrario el uso eficiente de los
recursos escasos, para generar y
crear valor, bienes y servicios,
constituye uno de los incentivos
intrínsecos de los derechos de
propiedad y la internalización de
tales beneficios; con lo que la
propiedad
privada
y
la
proliferación
de
actividad
económica, creación de valor, así
como bienes y servicios para
satisfacer las necesidades de la
clientela,
se
encuentra
perfectamente alineado con el
interés público. En este sentido,
violentar tales principios, atenta
contra el interés público.
Los casos particulares en los que
exista un eventual divorcio entre el
interés privado y el público, no
puede, ni deben constituir una
justificación para crear un régimen
de sanción previa, universalizando
los falsos positivos. Lo anterior
constituye una violación de los
derechos económicos de la
sociedad y de sus miembros. Más
allá, la protección del interés
público no puede ser transferida
por el Estado a grupo alguno de
interés, grupo de trabajadores,
sindicatos,
consejos
de
trabajadores, etc.
Igualmente la advertencia aplica a
todos los “centros de trabajo
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Elaborado por Rafael González
Economista. Master in Industrial
Organization
and
Markets.
Master in Competition and
Market Regulation. Especialización en Economía de los
Sectores Telecomunicaciones,
Energía, Transporte, Farmacia,
Agua y Banca. Profesor universitario de Regulación Económica y
Regulación de Competencia.
Investigador del Observatorio
Economico
Legislativo
de
CEDICE
Noviembre, 2012
Ley de los Consejos de Trabajadores:
¿Utopía o Destrucción Deliberada?
públicos”. Si bien la propiedad de
estos centros no corresponde a una
privada de particulares, el hecho de
ser empresas públicas, exige su uso
eficiente como materia de interés
público, por lo que ningún grupo
particular de interés, entre los que
se encuentran los trabajadores,
deberían tener la responsabilidad
de la gestión final de tales unidades
productivas.
desabastecimiento de productos de
primera
necesidad
evitando
la
interrupción parcial o total del proceso
de producción de bienes y servicios en
aquellos centros de trabajo considerados
estratégicos para la economía nacional”.
Sin embargo, prestemos detalle a
alguna de las disposiciones que
aparecen en una de las versiones
que ha circulado públicamente.
Todos los eventuales ilícitos económicos
a los que se refiere el artículo 6 en su
numeral 3 se encuentran tipificados en
más de una normativa vigente en
Venezuela, contando así con el ente
administrativo competente en la materia;
lo que resguardaría el debido proceso y el
derecho a la defensa –lo contrario como
ha pretendido la actual gestión de
Gobierno, actuando sin decisiones firmes
resultado
de
un
procedimiento
administrativo, constituye una sentencia
previa-.
El artículo 6 sobre los Fines de los
Consejos de Trabajadores y
Trabajadoras en su numeral 3
establecería como objetivo de estos
Consejos: “la lucha frontal contra la
especulación, el acaparamiento y el
Siendo que la materia regulatoria que
tipifica estos ilícitos económicos resulta
de interés público; mal podría el Estado
venezolano “lavarse la manos” y
transferir su responsabilidad a grupos
particulares de interés o parcialidades
Así las cosas, este proyecto de Ley
no solo resulta inconstitucional sino
socialmente lesivo e ineficiente.
como ocurriría en el caso de los Consejos de
Trabajadores.
Más allá, la práctica y conducta cuyo
perfeccionamiento tipifica el Proyecto de Ley como
la “interrupción parcial o total del proceso de
producción”, conocida como manipulación de los
factores de producción; cuenta con una prohibición
en la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la
Libre Competencia. Administrar esta ley en lo
referido a un eventual despliegue de este tipo de
tipificación de ilícito económico, requeriría del
debido proceso, resguardándose el derecho a la
defensa e igualmente protegiéndose el interés
público.
Finalmente, debe alertarse, primero, que el
desarrollo de Consejos de Trabajadores, de forma
paralela y sustituta a las instancias públicas que
resguardan el debido proceso, el derecho a la
defensa y protegen el interés público y segundo, la
vulneración de instituciones económicas tan
importantes como los derechos de propiedad y la
función fundamental del Estado de mitigar los
costos transaccionales en la protección y reguardo
de tales derechos; constituye una flagrante lesión a
la sociedad en su conjunto.
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