ENFOQUE COGNITIVISTA
A partir de los años 60, las teorías de Jean Piaget, David Ausubel y Jerome Bruner
revolucionaron la comprensión del aprendizaje, sentando las bases del enfoque cognitivista.
Piaget destacó que los niños no son receptores pasivos de información, sino que
construyen activamente su conocimiento a través de procesos de asimilación y
acomodación, integrando nueva información con sus estructuras cognitivas previas. Según
Piaget, el aprendizaje ocurre a través de etapas evolutivas que reflejan el desarrollo
cognitivo, lo que implica que las experiencias educativas deben adaptarse al nivel de
comprensión del niño (Piaget, 1972). Este enfoque marcó un cambio hacia la educación
personalizada y centrada en el estudiante.
David Ausubel, por su parte, introdujo el concepto de aprendizaje significativo y enfatizó que
los estudiantes aprenden mejor cuando conectan la nueva información con conocimientos
previos relevantes. Ausubel subrayó la importancia de los organizadores previos,
herramientas que preparan cognitivamente al estudiante para recibir nueva información,
ayudándolo a integrarla de manera más efectiva. En la educación básica, esta teoría se
traduce en el uso de resúmenes, esquemas o preguntas iniciales que contextualizan el
aprendizaje y fomentan una comprensión profunda en lugar de una memorización
superficial (Ausubel, 1963).
Jerome Bruner aportó la idea del aprendizaje por descubrimiento y sugirió que los
estudiantes deben participar activamente en el proceso de construcción del conocimiento
mediante la exploración y la resolución de problemas. Bruner defendió el uso de materiales
diseñados para estimular la curiosidad y facilitar la comprensión mediante representaciones
en niveles crecientes de abstracción: en primer lugar, manipulativos concretos; luego,
imágenes icónicas, y finalmente, representaciones simbólicas. En la educación básica, este
enfoque
se aplica mediante estrategias como los proyectos de indagación, la
experimentación en ciencias o la resolución de problemas matemáticos (Bruner, 1960).
En conjunto, las teorías cognitivistas transformaron la educación básica al promover
métodos que priorizan el desarrollo de habilidades cognitivas superiores, como el
pensamiento crítico y la resolución de problemas. La introducción de herramientas como los
mapas conceptuales, que permiten organizar y visualizar la relación entre ideas, refuerza la
capacidad de los estudiantes para comprender y recordar información. Estos enfoques no
solo mejoraron los resultados académicos, sino que también prepararon a los niños para
enfrentar desafíos complejos al fomentar una comprensión activa, estructurada y flexible del
mundo que los rodea.