La microbiología es una ventana al mundo invisible de la vida, y mientras más aprendo sobre este mundo oculto bajo nuestros ojos, más me fascino sobre la complejidad y por ende, perfección de la naturaleza, me hace preguntarme si en verdad somos causa de algo aleatorio en el cosmos, ¿Qué tanta es la probabilidad de que a partir de materia y energía se halla creado vida, el primer microorganismo, la primer bacteria? ¿Qué fue la chispa faltante que le dio vida a la materia? ¿La suerte fue quién le dijo a la primer bacteria, “tu trabajo es sobrevivir y reproducirte? la reciente revelación de las ultramicrobacterias ha abierto un capítulo fascinante en esta disciplina. Estas diminutas células han desafiado nuestras percepciones sobre el tamaño de la vida microbiana, y a medida que exploramos sus secretos, nos adentramos en un mundo donde la adaptación y la cooperación son las claves de la supervivencia.