¡¡QUÉ ANIMALES!! Una canción de Roberto Carlos dice, en uno de

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¡¡QUÉ ANIMALES!!
Una canción de Roberto Carlos dice, en uno de sus versos, “Yo quisiera ser civilizado como los
animales” Y supongo que los animales, si pensaran, se rehusaran radicalmente a desear ser como
los humanos, quienes decimos tener “RACIOCINIO para discernir entre lo bueno y lo malo”.
No me imagino a una manada de caballos peleándose entre ellos, en un escenario como el
siguiente: un grupo de equinos salvajes con la promesa de pago de mucho heno, promesa hecha
por otros equinos que les gusta vivir como esos cerdos (con el perdón de los hermosos porcinos)
maltratados por unos elementos malignos llamados humanos y que les acostumbraron a comer
asquerosos desperdicios que extraen de rellenos sanitarios. Y estos salvajes equinos, odiando al
grupo de equinos que busca ponerlos en orden, domesticarlos, civilizarlos, se subleve de la
manera más inimaginable; simplemente no me imagino este figurativo escenario. Los animales
muestran mejor conducta con sus congéneres que esa especie llamada HUMANOS. Lo mismo
sucede con las hormigas: ordenadas, solidarias (algo que los humanos, en su mayoría,
desconocen), laboriosas, sistemáticas. De igual forma es la vida de las ratas (sí, esos roedores que a
los humanos nos resultan asquerosos y repugnantes); ellas muestra solidaridad (una comunidad de
estos roedores, al ver un sospechoso alimento, envía a uno de ellos a probar el trozo, si evidencia
trastornos, el resto ya no lo come), orden, trabajo sistematizado, respetado entre ellos. La lista es
larga, sólo hay que concluir en que la absoluta mayoría de ANIMALES tiene un comportamiento, al
interior de su especie, que muchos humanos envidiamos.
Qué vergüenza tengo ante los caballos al ver las escenas que la noche del 25 de octubre
difundieron los medios. Un herido equino con hueso expuesto producto del salvajismo de unos
desadaptados HUMANOS que se abalanzaron con criminal actitud contra policías y sus caballos;
que saquearon tiendas en Gamarra, que hicieron trizas el patrimonio ajeno, de gente que nada
tenía que ver en sus peleas. Todo ello, evidentemente pagado por unos “pobres” comerciantes
mayoristas (que, según cálculos oficiales, tienen una ganancia mensual no menor de 15 mil nuevos
soles) acostumbrados a expender productos que, primero, son roídos por las ratas, en medio del
basural e inmundicia. ¡¡Qué dirán los caballos de nosotros los HUMANOS (dizque privilegiados con
el raciocinio) cuando ven que por 100 nuevos soles, unos 700 lumpen hicieron destrozos y
buscaban matar policías!! Mi pregunta es hecha ruborizado por la vergüenza como humano ante
admirables animales como los caballos, porque es posible que los caballos se hayan enterado que
los revocadores también pusieron su granito de horror, o de piedras (que no las hay por esa zona,
pero que abundaron al momento de agredir a la PNP); y esto lo hicieron azuzando, además, a un
sector de transportistas que, en conjunto con todos los desadaptados (incluidos los de saco y
corbata, esos que son los autores mediatos), sólo buscaban, además de engrosar ilegalmente sus
billeteras, golpear políticamente a la actual gestión municipal, que sólo busca poner ORDEN,
LIMPIEZA Y LEGALIDAD a tanto caos de esa Lima, la fea.
Se me ocurre, ante los hechos de ayer, rogar para que algún día dejemos de pensar como
humanos y tengamos una conducta tan ejemplar, por solidaria, ordenada y limpia ,como la de los
ANIMALES.
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