Subido por leo santana ramirez

SIGUE CAMINANDO

Anuncio
SIGUE CAMINANDO.
Lucas 17:11-19 TLA
Luc 17:11 Jesús siguió su viaje hacia Jerusalén, y tomó un camino que pasaba entre la región de
Samaria y la región de Galilea.
Luc 17:12 Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres que estaban enfermos
de lepra. Sin embargo, se quedaron un poco lejos de Jesús
Luc 17:13 y le gritaron: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros y sánanos!
Luc 17:14 Jesús los vio y les dijo: —Vayan al templo, para que los sacerdotes los examinen y
vean si ustedes están totalmente sanos. Y mientras los diez hombres iban al templo, quedaron
sanos.
Luc 17:15 Uno de ellos, al verse sano, regresó gritando: «¡Gracias, Dios mío! ¡Muchas
gracias!»
Luc 17:16 Cuando llegó ante Jesús, se arrodilló hasta tocar el suelo con su frente, y le dio las
gracias. Este hombre era de la región de Samaria.
Luc 17:17 Al ver eso, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿No eran diez los que quedaron sanos?
Luc 17:18 ¿Por qué sólo este extranjero volvió para dar gracias a Dios?»
Luc 17:19 Luego Jesús le dijo al hombre: «¡Levántate y vete! Has quedado sano porque
confiaste en mí.»
INTRODUCCION: Jesús iba por la línea que separaba Galilea y Samaria cuando se encontró con
aquel grupo de diez leprosos. Sabemos que los judíos no se trataban con los samaritanos (Jua_4:9 );
sin embargo, en este grupo había por lo menos uno que era samaritano.
Aquí tenemos un ejemplo de una de las leyes de la vida: la común desgracia había roto las barreras
raciales y nacionales haciéndoles olvidar las diferencias que había entre judíos y samaritanos, y
recordar sólo que eran seres humanos necesitados de compañía y ayuda mutua.
Si se produce una inundación en un terreno y se reúnen diferentes clases de animales en algún lugar
más alto, conviven pacíficamente los que en circunstancias normales serían enemigos y lucharían a
muerte. Lo que más debería hacer que los seres humanos convivieran en paz es su común necesidad
de Dios.
Los leprosos se pararon a lo lejos (véase Lev_13:45-46 ; Num_5:2 ). No era una distancia fija; pero
una autoridad establecía que fueran por lo menos cincuenta metros los que separaran al leproso de
los sanos. Aquí el absoluto aislamiento en que tenían que vivir los leprosos.
La mayoria de los cristianos esperamos a que Dios haga algo en nuestras vidas, para responder con
obediencia y fe, el texto leido nos presenta un caso contrario a las reacciones comunes de nostros y
nos enseña que mientras se avanza en el camino de Dios, aun apezar de las adversidades, los
milagros pueden ocurrir.
Este pasaje tambien nos enseña, que cada persona responde de maner diferente a la gracia de Dios.
I.- NUNCA DEJES DE ORAR.
Luc 17:13 AMP Y alzaron la voz y llamaron: ¡Jesús, Maestro, ten piedad y ten piedad de nosotros!
A.- No importa lo dificil que se ponga el camino
1.- Esos diez leprosos representaban el estado del sufrimiento al que puede llegar un ser humano.
a.- Abandono, marginacion, olvido, rechazo, burla, los señalados, excluidos,
2.- Cuanta gente no hay en esa condicion en la actualidad.
B.- Aunque piense que jesus esta lejos, tu ora
C.- Jesus siempre te va asorprender cuando dispongas tu corazon a buscarle.
D.- Siempre encontrarar respuesta a tus necesidades , cuando te hacerques a Dios.
II.- NUNCA DEJES DE CONGREGARTE.
III.- LA OBEDIENCIA SIEMPRE SERA PREMIADA.
IV.- VIVE AGRADECIDO.
CONCLUSION: Esta es la historia evangélica que nos muestra más a las claras la realidad de la
ingratitud. Los leprosos clamaron a Jesús en una situación desesperada; Él los curó, y nueve de los
diez no volvieron a darle las gracias. Eso es lo que suele pasar: una vez que se ha obtenido lo que se
necesitaba, no se vuelve ni para dar las gracias.
(i) A menudo somos. desagradecidos con nuestros padres. Hubo una época de nuestra vida en la
que, si nos hubieran abandonado unos pocos días, nos habríamos muerto. De todas las. criaturas, el
ser humano es el que tarda más en independizarse de sus padres. Pero a veces llega el día en que los
padres son una molestia, y muchos jóvenes no están dispuestos a pagar la deuda de gratitud que les
deben. W. Shakespeare pone en boca del rey Lear:
" ¡Cuánto más aguda que los dientes de una serpiente es la ingratitud de un hijo!»
(ii) A menudo somos desagradecidos con nuestros semejantes. Será raro entre nosotros el que no
haya recibido una ayuda considerable en algún momento de necesidad, y más raro el que haya
devuelto la deuda de gratitud que contrajo. A veces un amigo, o maestro, o médico, hace algo por
nosotros que nunca podremos pagar; pero lo malo es que hasta lo olvidamos.
(iii) A menudo somos desagradecidos con Dios. En algún momento de amarga necesidad hemos
orado con intensidad desesperada; pero pasó aquella situación, y nos olvidamos de Dios. Dios dio a
su amado Hijo por nosotros a la muerte de cruz, y muchos no le hemos dado ni siquiera las gracias.
La mejor gratitud es tratar de ser un poco más dignos, o menos indignos, de su bondad y
misericordia. " Bendice, alma mía al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios» (Sal_103:2 ).
Podemos esperar que Dios nos satisfaga con misericordia cuando seamos hallados en el camino de
la obediencia.
SANIDAD DIVINA. La naturaleza «progresiva» de algunos tipos de sanidad se nota en las palabras
«mientras iban, fueron limpiados». La sanidad de los diez leprosos nos ofrece varias lecciones: 1)
No toda sanidad ocurre en el momento de la oración. Puede esperarse que a menudo ocurran
sanidades instantáneas, pero este milagro ilustra la sanidad «como un proceso» que se extiende tras
la oración durante un período de tiempo. 2) La orden de Jesús, «Id, mostraos a los sacerdotes»,
indica no solamente su afirmación de la ley (Lev_13:1-59). Como los sacerdotes eran los médicos
de esa cultura, ello significa que el Señor aprueba la conducta de personas que han recibido
sanidades y visitan a sus médicos para que las confirmen. 3) Es importante notar la obediencia de
los leprosos al mandato de Jesús. Mientras iban, en obediencia, fueron sanados. Cuando la sanidad
no es instantánea, uno no debe dudar, pero sí buscar una posible senda de obediencia. 4) De ese
grupo de leprosos a quienes Jesús sanó, solamente uno regresó para expresar agradecimiento.
Cuando viene la sanidad, expresa con alabanza y adoración tu gratitud, y no te quedes junto a los
nueve que no regresaron.(Luk_10:8-9/Joh_8:58) N.V.
Descargar