Subido por Annia Acosta

25. El Cultivo de Ajo

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El Cultivo
de Ajo
Autor: Equipo Editorial INTAGRI
La producción de ajo tiene un gran potencial económico en México, ya que el ajo
se ha convertido en un cultivo de alto valor para la exportación, principalmente a
países europeos. Para poder cubrir la demanda del mercado es muy importante
la calidad del bulbo, por lo que se deben tener en cuenta ciertas consideraciones
en el cultivo para obtener producciones rentables.
Época de
siembra
El ajo es una planta que necesita temperaturas frescas y días
cortos durante las primeras etapas de su ciclo vegetativo,
para favorecer el desarrollo de las hojas. Al final del ciclo
necesita de temperaturas cálidas y días largos, para promover el desarrollo del bulbo. Por esta razón se recomiendan las
siembras entre los meses de septiembre y octubre.
El rendimiento y la calidad del ajo están asociados con el
tamaño de la semilla utilizada, por ello se aconseja separar
los dientes por tamaño; además de tener en cuenta la sanidad, peso, forma, color y firmeza que tienen. Es indispensable comenzar a desgranar los bulbos cinco días antes de la
siembra para evitar el vaciado de los dientes por perdida de
humedad, que pueda provocar la reducción del poder germinativo de los mismos. Es recomendable utilizar los dientes
de tamaño grande y mediano, mientras que los chicos se
deben sembrar por separado. Cuando la siembra va a ser
mecánica es conveniente clasificar la semilla de acuerdo al
tamaño del diente para calibrar la sembradora.
Figura 1. Ajo germinado
Foto: Intagri.
Establecimiento
del cultivo
El ajo se puede sembrar en surcos o en camas, con diferentes anchuras; lo que
dependerá de la población por hectárea y el método de riego que se empleará.
En superficies pequeñas que fluctúan entre 1 y 3 ha, la sie mbra generalmente se
efectúa de forma manual, donde debe contemplarse la posición de las semillas.
La semilla debe colocarse con el pie hacia abajo para facilitar su germinación,
evitar la deformación de los bulbos y pérdidas en la producción.
Fertilización
El cultivo tiene dos etapas, la primera
corresponde al crecimiento de la planta y la
segunda a la formación del bulbo. En los
primeros meses el objetivo de la fertilización debe ser incrementar el vigor de la
planta, que posteriormente determinará el
potencial de rendimiento. Los últimos dos
meses del desarrollo, la nutrición debe estar
enfocada al incremento de peso, tamaño y
calidad del bulbo; por lo que es indispensable asegurar que los nutrientes estarán
disponibles para el cultivo.
Si en la producción de ajo el riego es por
gravedad, es conveniente al menos tres
épocas de fertilización. La primera debe ser
previa a la plantación, la segunda en la
primera escarda y la tercera antes de la
formación de bulbos. En riego por goteo, la
aplicación de la dosis de fertilizante puede
ser de manera continua, desde antes de la
siembra hasta el inicio de la formación del
bulbo.
Es conveniente realizar, de forma previa a la
siembra, un análisis químico del suelo para
conocer su fertilidad, que permita ajustar la
fertilización según la demanda del cultivo
Riego
El manejo del agua es uno de los factores
más importantes a considerar para la
obtención de altos rendimientos y bulbos
de buena calidad. Es común que en la producción de ajo el riego sea mediante sistemas de goteo o por gravedad. El principio
básico del riego por goteo es mantener
una humedad acorde a la demanda de la
planta, tratando de conservar la humedad
aprovechable en un 60 %.
Cuando se utiliza el riego por gravedad, la
siembra se puede realizar en seco. El
primer riego se aplica procurando que el
agua moje lentamente por trasporo y
evitando que rebase el nivel del surco. Posteriormente, según sean las condiciones
climáticas y de textura del suelo, de 5 a 10
días después del primer riego se debe aplicar el segundo riego para uniformar la germinación y facilitar la emergencia de las
plántulas. Los riegos posteriores pueden
aplicarse con intervalos de 15 a 20 días,
para mantener la humedad disponible al
60 %. Cuando las temperaturas comiencen
a elevarse los riegos deberán de ser más
frecuentes, reduciendo los intervalos a 8
días. El último riego se debe de realizar 15
o 20 días antes de la cosecha para evitar
tener pérdidas en la calidad de los bulbos
por agrietamiento.
Figura 2. El último riego del ciclo es indispensable
para evitar agrietamientos en el bulbo.
Foto: Intagri
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2021. El Cultivo de Ajo. Serie Hortalizas, Núm. 25. Artículos técnicos de
INTAGRI. México. 3 p.
Literatura consultada
-INIFAP. 2016. Cultivo de Ajo. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agricolas y Pecuarias. 12 p.
-Valenzuela, C. P.; Nuñez, M. H. . Ajo. CIRNO- Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales Agricolas y Pecuarias. 8 p.
-Castellanos, J. 2020. Fertirriego en el Cultivo de Ajo. Diplomado Internacional de
Fertirriego, Intagri.
-Silva, G.; Victor, M. 2006. Evaluación del Rendimiento y Calidad de Cultivares de Ajo
Colorado Fertirrigados con Nitrogeno. Revista de la Facultad de Ciencias Agrarias.
33:2, 37-48.
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