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Derecho tributario

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EL DERECHO TRIBUTARIO
También conocido como derecho fiscal, es una rama del derecho público
que estudia las normas jurídicas a través de las cuales el estado ejerce su poder
tributario con el propósito de obtener de los particulares ingresos que sirvan para
sufragar el gasto público en aras de la consecución del bien común. La analogía
es admisible para colmar los vacíos legales, pero en virtud de ella no pueden
crearse tributos, exenciones, exoneraciones ni otros beneficios, tampoco tipificar
ilícitos ni establecer sanciones.
El maestro Giuliani Fonrouge considera que la denominación "derecho
tributario" es la más correcta por su carácter genérico, y expresa que: "el derecho
tributario o derecho fiscal es la rama del derecho financiero que se propone
estudiar al aspecto jurídico de la tributación, en sus diversas manifestaciones:
como actividad del Estado, en las relaciones de este con los particulares y en las
que se susciten entre estos últimos. (Giuliani Fonrouge, Carlos María. Derecho
Financiero, p. 40).
El derecho tributario comprende dos partes a saber:
Parte General, es donde se consagran los principios aplicables a las
relaciones entre estados y particulares, armonizando la necesidad de eficacia
funcional de los órganos fiscales con las garantías individuales de los
contribuyentes. Se busca el equilibrio razonable entre el individuo y el estado.
Teóricamente la parte importante, donde están contenidos los principios por los
cuales se rigen los estados de derecho, y que a través de la coacción impositiva
evita la injusticia.
Parte especial, contiene las normas específicas y peculiares de cada uno
de los distintos tributos que integran los sistemas tributarios.
PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO TRIBUTARIO
 El Principio de Legalidad.
 El Principio de Generalidad.
 El Principio de Igualdad.
 El Principio de Equidad
 El principio de Capacidad Contributiva
 El Principio de la No Confiscatoriedad.
EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Conocido igualmente como Principio de Reserva Legal de la Tributación. La
doctrina lo considera como regla fundamental del Derecho Público, constituye una
garantía esencial en el Derecho Constitucional, en cuya virtud se requiere que
todo tributo sea sancionado por una ley, entendida esta como la disposición que
emana del órgano constitucional que tiene la potestad legislativa conforme a los
procedimientos establecidos por la Constitución para la sanción de las leyes y
contenida en una norma jurídica.
Este principio se encuentra consagrado en el Artículo 317 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela
Artículo 317: No podrá cobrarse impuesto, tasa ni contribución alguna que
no estén establecidos en la ley ni concederse exenciones y rebajas, ni otras
formas de incentivos fiscales, sino en los casos previstos por las leyes. "Ningún
tributo puede tener efecto confiscatorio..."
Este principio halla su fundamento en la necesidad de proteger a los
contribuyentes en su derecho de propiedad consagrado igualmente en el artículo
115 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el cual se
observa:
Artículo 115: Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene
derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará
sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley
con fines de utilidad pública o de interés general. Solo por causa de utilidad
pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa
indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.
Así mismo, el Código Orgánico Tributario establece:
“Sólo a las leyes especiales tributarias corresponde regular con sujeción a las
normas generales de este Código, las siguientes materias:
 Crear, modificar o suprimir tributos; definir el hecho imponible, fijar la
alícuota del tributo, la base de su cálculo a indicar los sujetos pasivos del
mismo.
 Otorgar exenciones y rebajas de impuesto.
 Autorizar al Ejecutivo Nacional para conceder exoneraciones y otros
beneficios o incentivos fiscales.
 Las demás que le sean remitidas por este Código.
En ningún caso se podrá delegar la definición y fijación de los elementos
integradores del tributo así como las demás materias señaladas como de reserva
legal por este artículo, sin perjuicio de las disposiciones contenidas en el
Parágrafo Segundo de este artículo.
No obstante, cuando se trate de impuestos generales o específicos al
consumo, a la producción o a las ventas, así como cuando se trate de tasas o de
contribuciones especiales, la ley creadora del tributo correspondiente podrá
autorizar para que anualmente en la Ley de Presupuesto, se proceda a fijar la
alícuota del impuesto entre el límite inferior y el máximo que en ella se establezca.
Por su carácter de determinación objetiva y de simple aplicación aritmética, la
Administración Tributaria reajustara el valor de la unidad tributaria de acuerdo con
lo dispuesto en este Código".
Este principio de reserva legal o legalidad es un freno a los posibles abusos de
la administración pública en contra de los administrados, ya que la exigencia de
tributos, es una intromisión del estado en la economía de los particulares.
PRINCIPIO DE LA GENERALIDAD
El Principio de la Generalidad del Impuesto tiene su base fundamental en el
Artículo 133 de la Constitución de la República que establece:
"Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos mediante el
pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley"
Significa que se impone una obligación jurídica general a todos los habitantes
del país, excluyéndolos de privilegios que trate de relevar esa condición. La
Generalidad no excluye la posibilidad de establecer exenciones o exoneraciones.
El maestro Villegas, expresa. "Este principio de generalidad se refiere más a un
aspecto negativo que positivo. No se trata de que todos deban pagar tributos,
según la generalidad, sino que nadie debe ser eximido por privilegios personales,
de clase, linaje o casta. En otras palabras, el gravamen se debe establecer en tal
forma que cualquier persona, cuya situación coincida con la señalada como hecho
generador del tributo, debe quedar sujeta a él". (Villegas, Héctor. Curso de
Finanzas, derecho financiero y tributario. p. 200).
PRINCIPIO DE IGUALDAD
El Principio de Igualdad Tributaria no quiere decir igualdad ante la ley. Significa
que la ley misma tiene que dar un tratamiento igual, que tiene que respetar las
igualdades en materia de cargas tributarias o sea que los legisladores deben
cuidar que se dé un tratamiento igualitario a los contribuyentes, no es que los,
jueces o administraciones deban tratar a todos con igualdad ante la ley sino que
deba ser pareja; por consiguiente, el principio de igualdad es un límite para el
poder legislativo. (Jarach Dino. Curso de Derecho Tributario. p. 88).
Nuestra Carta Magna consagra el Principio de Igualdad en el Artículo 21, de
esta manera:
Artículo 21. Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia:
 No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la
condición social o aquellas que, en general, tengan por objetivo o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en
condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
 La ley garantizara las condiciones jurídicas y administrativas para que la
igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptara medidas positivas a favor
de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o
vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna
de las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancias de
debilidad manifiesta y sancionara los abusos o maltratos que contra ellas se
cometan.
 Solo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana, salvo las fórmulas
diplomáticas.
 No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias.
Osorio considera que la igualdad se orienta por lo cuantitativo patrimonial antes
que por la equiparación plena en las contribuciones personales, para que aporte
más quien más tiene o gana. (Osorio Manuel, obra citada. P. 432).
El principio de la igualdad se identifica con el de la capacidad contributiva, ya
que observa todos los valores sobresalientes para la actividad del Estado, que
corresponden a los fines y deseos de la política fiscal.
PRINCIPIO DE EQUIDAD
El Principio de Progresividad o equidad, conocido igualmente como el de la
proporcionalidad, que exige que la fijación de los tributos a los ciudadanos
habitantes de un país, sean en proporción a sus ingresos o manifestaciones de
capacidad contributiva.
A mayor ingreso mayor impuesto. Consagrado en el Artículo 316 de nuestra
Carta Fundamental que contempla:
Artículo 316. "El sistema tributario procurará la justa distribución de las
cargas según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al
principio de progresividad, así como la protección de la economía nacional y la
elevaci6n del nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema
eficiente para la recaudación de los tributos".
La doctrina ha considerado que la progresividad es equivalente al principio
de igualdad que quiere decir paridad, y progresividad significa igualdad con
relación a la capacidad contributiva.
PRINCIPIO CAPACIDAD CONTRIBUTIVA
El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas
según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de
progresividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del
nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para
la recaudación de los tributos.
Artículo 316 de la Constitución de la República que establece "El sistema
tributario procurará la justa distribución de las cargas según la capacidad
económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de progresividad, así
como la protección de la economía nacional y la elevaci6n del nivel de vida de la
población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para la recaudación de
los tributos".
Artículo 133 de la Constitución de la República que establece "Toda persona
tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago de impuestos,
tasas y contribuciones que establezca la ley"
En consecuencia, el principio de generalidad de la tributación, que basa sus
fundamentos en que todos los integrantes del grupo social, sean beneficiarios
directos o indirectos de la acción estatal, contribuyan a fin de sufragar el gasto
público, aun cuando esta principio resulta un tanto relativo, si se piensa en la
situación de desigualdad ante la ley que pueden propugnar los llamados incentivos
a la tributación, sean éstos, exenciones, exoneraciones, reducciones, no
sujeciones y rebajas de impuesto, en clara disparidad hacia otro principio
fundamental cual es el de la igualdad tributaria, y además, en el sentido de que no
todo el preceptor de riqueza o tenedor de patrimonio deba necesariamente
contribuir al Estado, en razón de que no han acaecido los presupuestos
materiales, sustanciales, temporales y espaciales del hecho imponible que
caracteriza la tributación.
La justa distribución de las cargas públicas, representa el eje fundamental
en torno al cual gira el sistema tributario en Venezuela, de manera que hasta el
principio de legalidad del tributo debe obediencia incondicional, si así pudiera
decirse, al principio de justicia tributaria.
PRINCIPIO DE LA NO CONFISCATORIEDAD
Nuestra Constitución en los Artículos 115 y 317 consagra el derecho a la
propiedad privada, asegura su inviolabilidad, su use y disposición, prohibiendo la
confiscación.
Un tributo es confiscatorio cuando absorben una parte sustancial de la propiedad o
de la renta.
García
Belsunce
expresa
que la
confiscatoriedad en
los impuestos
inmobiliarios se da en tanto afecta el capital; en el impuesto a las ganancias
cuando el “cuanto” de tributo es irrazonable; en los tributos indirectos, acreditada
la no-traslación, cuando afecta el capital empleado, y en las tasas de servicios o el
quantum de la tasa no guarde proporción alguna con el costo directo o indirecto
del servicio prestado. (García Belsunce Horacio. Estudio de Derecho Tributario).
Este principio se traduce en la exigencia de que la tributación sea graduada de
forma tal de adoptarse a la riqueza de los contribuyentes. Implica que cada ley
tributaria tome aspectos de esta riqueza, pero sin destruir su base creadora.
Tanto el conjunto de impuestos, como cada impuesto, han de adecuarse a la
capacidad económica de los contribuyentes. Y por capacidad económica ha de
entenderse a la real posibilidad de poder ser disminuida patrimonialmente, pero
sin destruirla, y sin que pierda la. Posibilidad de persistir generando la riqueza que
es materia de la tributación. La violación a esta regla por exceso tributario
configura confiscación, constitucionalmente vedada, además de una suprema
irracionalidad. (Ataliba Gerardo. Ponencia Nacional de Brasil. XIV Jornadas
Latinoamericanas de Derecho tributario).
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