PRINCIPIO DE CAPACIDAD ECONÓMICA Constituye la piedra angular que sirve para conceptuar el tributo (principal fuente de ingresos con los cuales hacer frente a los gastos públicos). Como estableció el Prof.CORTÉS DOMÍNGUEZ, “hay tributo porque hay capacidad económica”. Para el TC, en la Sentencia 27/1981, de 20-7, el deber de contribuir se enmarca en “la capacidad económica de cada uno y la del establecimiento, conservación y mejora de un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad”. La capacidad económica es el elemento esencial, no exclusivo, del principio de justicia tributaria y significa la incorporación de “una exigencia lógica que obliga a buscar la riqueza allí donde la riqueza se encuentra”. La justicia del sistema se verá colmada cuando esa capacidad se module y sitúe en el marco de “un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad”. PRINCIPIO DE CAPACIDAD ECONÓMICA (cont.) Principio de honda raigambre en el ordenamiento constitucional, pudiendo considerarlo como la regla básica a la hora de proceder al reparto de la carga tributaria. La propia redacción del art.31.1 de la CE pone de manifiesto esta última afirmación, pues configura la contribución al sostenimiento de los gastos públicos según la capacidad económica, y en torno a la cual se detallan el resto de principios o criterios de justicia del sistema tributario, a la que sirven de manera accidental, hasta el punto de que se considera que el resto de principios consagrados en el citado precepto constitucional serían una derivación de este principio básico. En efecto, este principio guarda estrecha relación, con el principio de igualdad. En este sentido, como afirma F.PÉREZ ROYO, siendo el sistema tributario un modo de repartir la carga del sostenimiento de los gastos públicos, es lógico desde el punto de vista de la igualdad que la medida de este reparto sea la capacidad económica, del mismo modo que era la capacidad física en relación con el deber de defender la Patria a través del servicio militar; por ello, en ordenamientos como el alemán su constitución no contempla este principio, identificándolo la doctrina y su TC a partir del principio de igualdad. PRINCIPIO DE CAPACIDAD ECONÓMICA (cont. y fin) Para el mismo autor, el principio de capacidad económica cumple tres funciones esenciales: -Sirve de fundamento a la imposición o tributación: El TC ha establecido la conexión entre este principio y esta función al entenderlo como “exigencia lógica que obliga a buscar la riqueza donde la riqueza se encuentra” (STC 27/1981). -Constituye un límite al legislador para el desarrollo de su poder tributario; esto es, en la configuración de los tributos, y es que el legislador no puede establecer tributos si no es teniendo en consideración circunstancias que revelen capacidad económica (p.ej.: obtención de renta, posesión de un patrimonio, consumo, adquisición de bienes, etc.), modulando asimismo la carga tributaria de cada contribuyente en función de la intensidad con que en el mismo se ponga de manifiesto este índice de capacidad económica. No pueden existir tributos que no tengan en cuenta dicho índice, por lo que de existir, serían inconstitucionales (asimismo, deberá existir en el momento de entrada en vigor de la norma; cuestión que guarda relación con el problema de la retroactividad tributaria..). También debe mencionarse el problema de la compatibilidad con los fines extrafiscales de los tributos (vid.STC 289/2000, de 30 de noviembre): p.ej.: políticas de desarrollo económico, de vivienda, protección medioambiental, etc. El TC, entre otras, en la Sentencia 37/1987, de 26 de marzo, considera que los impuestos, “sin desconocer o contradecir el principio de capacidad económica o de pago, respondan principalmente a criterios económicos o sociales orientados al cumplimiento de fines o a la satisfacción de intereses públicos que la CE preconiza o garantiza”). -Y como última función esencial, el principio de capacidad económica, sirve de programa u orientación para el legislador en relación con el uso del poder tributario que tenga conferido. Así, el constituyente ha establecido el mandato al legislador para que el sistema tributario en su conjunto refleje la capacidad económica global de los contribuyentes, lo que exige diseñar dicho sistema otorgando una relevancia significativa a aquellas figuras tributarias basadas en índices más perfeccionados de capacidad económica, como sería el caso de la imposición sobre la renta (PÉREZ ROYO). Ello conecta con otro de los principios constitucionales tributarios, el principio de progresividad.