La moneda La función básica de la moneda es ser una unidad que sirve como medio de cambio común. Adam Smith para demostrar que las instituciones económicas son espontáneas, menciona entre otra a la moneda que surge no como un resultado de un plan preconcebido, sino como resultado de la necesidad de los hombres de contar con un bien propio, que además tenga universal aceptación de cambio. Mucho tiempo después los soberanos tomaron a su cargo la acuñación de moneda determinando su forma, peso, ligas metálicas, valor facial y demás características. Sistemas monetarios El medio circulante Las autoridades monetarias al regular el medio circulante contemplan como ya dijimos antes, la moneda metálica, los billetes emitidos por el banco central y el monto de los depósitos. Una correcta política monetaria es mantener el circulante a los mismos niveles, o en relación con el monto del producto nacional bruto. La unidad monetaria base se llama directo patrón y cuando éste se define en relación con cierto metal precioso, se está en frente a un patrón metálico. Cuando el dinero patrón, es dinero papel o billete estamos frente al patrón papel inconvertible. Los sistemas o patrones monetarios están establecidos en las leyes monetarias que eligen base del sistema monetario un tipo de dinero y establecen una relación determinada entre las demás clases de dinero y el tipo de dinero. Expliquemos ahora algunos de los sistemas o patrones monetarios. Patrón oro. Patrón moneda de oro. Patrón lingote de oro. Patrón de cambios de oro. Patrón plata. Bimetalismo. Patrón fiduciario. Patrón papel inconvertible. Patrón dirigido. El valor del dinero Los principios que rigen el valor del dinero son diferentes a los principios que rigen el valor de los demás bienes. El valor de los bienes en general se explica por su valor subjetivo, lo cual no ocurre con el dinero, que cumple una función económica a partir de su valor objetivo, o, dicho en otras palabras, el valor del dinero depende de la cantidad de bienes que con él podemos adquirir. El dinero tiene u valor intrínseco. El primero es un valor de cambio que no depende de su función monetaria, así por ejemplo el oro empleado en las monedas tiene un valor como mercancía derivada de su utilidad industrial. El valor monetario puede guardar relación con su contenido en metal fino, pero independientemente de esto, tiene un valor monetario, que es fijado por la autoridad monetaria. La inflación es un fenómeno estrechamente ligado con la circulación monetaria y de crédito y con el valor de los signos monetarios. En principio puede definirse como un aumento general de los precios, debido a una causa única a la que se deben las variaciones de precio. El exceso de demanda efectiva puede deberse a muy diversas causas, entre las que podemos mencionar las siguientes: a) Por la autoridad monetaria o por el sistema bancario o por ambos a la vez, para cubrir un déficit presupuestario a causa de una guerra, un desarrollo acelerado, o una crisis, que no es compensada por un aumento de la preferencia de liquidez. b) La inflación de costes o inflación de salarios que se genera cuando la autoridad monetaria, las cámaras de industrias o de comercio, los sindicatos etc. c) Por el lado de la oferta la causa puede ser una reducción de la cantidad de los bienes disponibles debida a la destrucción de capital y consecuentemente a la reducción de la producción a causa de una guerra o catástrofe. Cuando en el sistema económico existen recursos económicos desocupados la creación de dinero y el subsiguiente desequilibrio de la demanda efectiva no crean una presión inflacionaria, sino que impulsan a la plena utilización de los recursos desocupados. La inflación tiene graves efectos sobre la balanza de pagos, ya que el exceso de demanda se dirige parcialmente a los mercados exteriores, donde la afluencia de la moneda en cuestión, al mantenerse constante su demanda por los importadores extranjeros, provoca una pérdida de valor de dicha moneda o sea la depreciación del tipo de cambio. La deflación o restricción de la circulación monetaria es un término antagónico a la inflación y consiste en una alteración del nivel de precios, pero en sentido opuesto es decir causado por la disminución de crédito.