EL COVID 19 Y EL MUNDO DEL TRABAJO Por: Santiago Ulloa Chilito 26 de noviembre de 2020 "No guardes nada para una ocasión especial, vivir es una ocasión especial" Hakuna Mataza Actualmente, la vida para el ser humano debido a la pandemia ha cambiado de una manera drástica, debido a la crisis que no fue solo sanitaria, si no también social y económica. El futuro de todos es incierto y se verá afectado principalmente en lo económico y social, es cierto que nadie estaba preparado para algo de esta magnitud, pero la capacidad de respuesta que los gobiernos han tenido alrededor del mundo ha sido reprochable, al no ver esta crisis como una amenaza no se tomaron medidas inmediatas y no se ayudo eficazmente a los que más lo necesitan. Los cierres de empresas han afectado directamente la economía nacional e internacional. Empresas de todos los tamaños ya han cesado sus operaciones, han reducido las horas de trabajo y despedido al personal. Muchas están al borde del colapso, a medida que van cerrando tiendas y restaurantes, se cancelan vuelos y reservas de hoteles, y las empresas optan por el trabajo a distancia. Las primeras personas y la más afectadas fueron aquellas el cual su empleo era precario, por ejemplo, vendedores, vendedores informales, limpiadores etc. Los despidos han afectado millones de familias, dejando a la persona cabeza de hogar en una situación desesperante obligándolos a tal punto de la mendicidad por no tener otra opción ya que nadie cartas en el asunto seriamente y un gobierno que desamparo totalmente a muchas familias y privo de recursos a otras. Existe la posibilidad de salvar millones de puestos de trabajo y de empresas si los gobiernos actúan con determinación para garantizar la continuidad de las empresas, impedir despidos y proteger a los trabajadores vulnerables. Las decisiones que adopten hoy determinarán la salud de nuestras sociedades y nuestras economías en los años que vienen. Es imprescindible aplicar políticas fiscales y monetarias expansivas sin precedentes para evitar que la actual caída precipitada no se convierta en una recesión prolongada. Debemos asegurarnos de que la gente tenga suficiente dinero en el bolsillo para llegar a fin de mes. Para ello, debemos asegurarnos de que las empresas, que son la fuente de ingresos de millones de trabajadores, puedan mantenerse a flote durante la fuerte recesión y estén en condiciones de volver a funcionar tan pronto como las condiciones lo permitan. En particular, se necesitarán medidas adaptadas a los trabajadores más vulnerables, incluidos los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores a tiempo parcial y los que tienen un empleo temporal, que tal vez no reúnan los requisitos para obtener un seguro de desempleo o de salud, y a los que es más difícil llegar. No es malo, ni está demás plagiar y adoptar las estrategias que se han estado estableciendo en otros países, muchos países ya han introducido paquetes de medidas de estímulo sin precedentes para proteger a la sociedad y la economía, y también para mantener el flujo de dinero hacia los trabajadores y las empresas. Para optimizar la eficacia de esas medidas, es imprescindible que los gobiernos trabajen con las organizaciones de empleadores y sindicatos a fin de encontrar soluciones prácticas que preserven la seguridad de la población y protejan los puestos de trabajo. Estas medidas incluyen el apoyo a los ingresos, las subvenciones salariales y subvenciones para los despidos temporarios a quienes tienen un empleo más formal, créditos fiscales a los trabajadores autónomos, y ayuda financiera a las empresas. Por eso se busca proteger al empleado y no permitir que esta coyuntura que estamos pasando lo obligue a tomar medidas extremas y no tener estabilidad económica en estos tiempos, el privilegio es la vida humana y que como persona pueda saciar sus necesidades sin importar que este sucediendo por esta crisis, es de suma importancia que los gobiernos le garanticen a las personas una estabilidad económica, social y en salud principalmente.