El problema racial y la lucha por los derechos civiles Los problemas raciales recrudecieron a partir de la segunda mitad de los cincuenta, coincidentemente con el período de mayor bienestar general. La desigualdad racial en EUA no era un hecho nuevo de la segunda posguerra, sino que estuvo presente, con mayor o menor intensidad, a lo largo de toda su historia. La situación de la población negra recorrió diferentes etapas desde la época colonial hasta el presente siglo. Desde los orígenes de esta nación hasta la guerra de Secesión, la condición jurídica de los negros fue de esclavitud: se les asignaban tareas muy duras, especialmente en las grandes plantaciones de tabaco, algodón y caña de azúcar de los Estados del Sur. La guerra de Secesión, aunque les reconoció su libertad por las enmiendas 14 y 15 de la Constitución, no pudo resolver una integración digna a la sociedad ni la aceptación por parte de muchos blancos de su condición de hombres libres. A fines del siglo XIX y a raíz de la agudización de los conflictos raciales, la Suprema Corte de Justicia les reconoció el principio de “iguales pero separados”, condición que les obligó a vivir marginados de los blancos tanto en barrios como en el uso de espacios libres, de esparcimientos, transporte y educación. Su destacada participación durante las guerras mundiales, y en especial la segunda, les permitió avanzar en el reconocimiento de sus derechos civiles. Durante el gobierno de Truman se declararon inconstitucionales los contratos de alquiler o venta que contuvieran cláusulas perjudiciales para los negros, se combatió la segregación en los coches restaurantes de los ferrocarriles y se inició la tarea de eliminar la segregación en los puestos públicos, llegando incluso algunos negros a desempeñar funciones políticas en la Casa Blanca. No obstante estos logros, en la década de los cincuenta y sesenta el problema negro se agudizó, en parte porque la población afroamericana tomó conciencia de la significación real de la segregación y se propuso combatirla, también por la existencia de tendencias antirracistas en los grupos liberales blancos y por la existencia de un contexto internacional favorable, consecuencia del proceso de descolonización afroasiático. 1) Situación de la población negra en los cincuenta Ser negro implicaba, en la mayoría de los casos, una situación de desigualdad frente a los blancos. Los siguientes datos permiten comprender una dimensión de ello: - más del 40% se empleaba en la agricultura o como obreros no calificados; otros trabajaban en el sector servicios, de camareros o recolectores de basura en las grandes ciudades. Su presencia era mínima en el sector de los trabajadores de “cuello blanco”; - el trabajador negro percibía promedialmente el 50% menos que el blanco; - la mitad de las familias pobres de EUA eran negras; - la expectativa de vida era de 64 años para blancos y 53 años para negros. Así considerados, los negros se organizaron dentro de instituciones que les eran propias y que se constituían en sus centros de reunión y expresión. Unas de las primeras instituciones fueron las iglesias negras, donde practicaban, además del culto, diversas actividades sociales, mundanas, políticas o culturales en las que podían desempeñar un papel importante que la sociedad blanca les negaba. Las escuelas desempeñaron un papel fundamental: el de permitirles emanciparse por medio de la educación y poder acceder a una mejor profesión y remuneración. Sin embargo, la calidad de la enseñanza era inferior a la proporcionada al resto de los ciudadanos, así como los recursos que se les asignaban para su funcionamiento. La prensa constituyó un medio de expresión por excelencia cuyo desarrollo fue paralelo al de la educación elemental. En sus páginas se ponía énfasis en la brutalidad policial, en el nombramiento de comisiones investigadoras de los problemas raciales, en las candidaturas negras a las elecciones locales, desempeñando un importantísimo papel en el despertar de la conciencia de los negros. 2) La revolución negra Los primeros movimientos negros estadounidenses se pueden ubicar a partir de la Primera Guerra y se clasifican en dos grupos: los legalistas o “gradualistas” y los movimientos separatistas. a- Los legalistas o “gradualistas” La entidad de alcance nacional más antigua en la lucha contra la segregación racial fue la NAACP (Asociación Nacional para el Mejoramiento de la Gente de Color). La componían blancos liberales, negros pertenecientes a las capas privilegiadas y todas las personas dispuestas a luchar contra las injusticias sociales. Proponía el empleo de la no violencia y sus ámbitos de acción fueron el legal, el legislativo y el educativo. A este grupo se sumó, años más tarde, en 1957, la SCLC (Conferencia del Sur de Líderes Cristianos) que, sostenida en la fe evangélica e inspirada en la filosofía de Gandhi, impulsaba métodos pacíficos de resistencia al racismo y a las leyes segregacionistas. En ambos movimientos participó el pastor Martin Luther King. Las manifestaciones de protesta, los sit-ins (sentadas) y el boicot contra los comerciantes o líneas de ómnibus que maltrataban a los negros fueron algunas de las acciones de estos grupos integracionistas. En Carolina del Norte, cuatro estudiantes negros entraron en un restaurante reservado para blancos y pidieron ser servidos. Ante la negativa, abrieron sus libros y permanecieron sentados, lo que obligó al dueño a cerrar el local. Esta actitud del propietario llevó a que en los días siguientes grupos de manifestantes se ubicaran frente al comercio denunciando el hecho y protestando contra la discriminación. El caso más famoso y de mayor repercusión fue el protagonizado por Rosa Parks en la ciudad de Montgomery, quien al no dejar el asiento a un pasajero blanco fue obligada a pagar una fuerte multa. El hecho desencadenó un boicot de 368 días contra la línea de autobuses locales, que provocó graves perjuicios económicos a la empresa, ya que obtenía más del 70% de sus ganancias del transporte de los negros. b- Los movimientos separatistas Aunque durante los gobiernos de Kennedy y Johnson se implementaron medidas antisegregacionistas, estas carecieron de eficacia en muchas zonas del país. Los ataques de los racistas blancos fueron cada vez más violentos y generalizados: en 1963 cuatro niñas negras murieron mientras el grupo ultrarracista Ku Klux Klan continuaba cons sus programas terroristas. La impaciencia de algunos sectores de la población negra se acrecentó: comenzaron a defender los valores de “la negritud” y a reivindicar un nacionalismo negro que no aceptaba la integración al mundo blanco. Proclamaron el “poder negro” en las regiones y territorios donde eran mayoría y proponían la violencia como arma contra el racismo. Entre sus máximos líderes se encontraban Malcolm X y Stockely Carmichael.