Curiosidades gastronómicas Origen primitivo de la cerveza

Anuncio
Curiosidades gastronómicas
Origen primitivo de la cerveza
El origen de la cerveza arranca de los pueblos primitivos. Los sumerios fueron los inventores
de la cerveza sikaru.
El primer testimonio de su consumo en España data del año 133 después de Cristo. Los
romanos y los griegos preferían el vino a la cerveza porque entendían que era una bebida
que la utilizaban las clases bajas. Según las transcripciones romanas, la cerveza fue muy
apreciada por las tribus germánicas, que la elaboraban partiendo de la avena y cebada
malteada.
En la época del emperador romano Vespasiano ya se hacía referencia a una bebida que la
consumían los habitantes de la Bética, denominada celia o ceña, en honor a la diosa Ceres.
Durante varios siglos, fueron los centros monásticos quienes más influyeron en su
consumo y divulgación. Los frailes boticarios mejoraron el aspecto, el sabor y el aroma.
Descubrieron nuevas semillas como las de mirto de Barbante, que ayudaban a conservarla
en buenas condiciones para su consumo. Así nació la cerevisia monacarum -cerveza de los
monjes- y el antecedente más cercano a la cerveza actual.
Su consumo en España no comienza a resurgir hasta la llegada de los invasores de origen
germánico que la utilizan como la bebida oficial para celebrar sus conquistas.
Posteriormente, la dominación musulmana supuso un paréntesis en este hábito y el
consumo vuelve a bajar. No se recupera hasta el reinado de Carlos I, de origen flamenco y
muy aficionado a esta bebida. Tras su abdicación, el emperador instauró una pequeña
fábrica en el monasterio de Yuste (Badajoz) para su disfrute personal.
Plataneras
Ya Plinio el Viejo señalaba que había sido el mismísimo Alejandro Magno quien trajo a
Europa las primeras plataneras, que habría hallado en su incursión más allá del río Indo. En
efecto, el subcontinente indio es citado por la mayoría de los autores como cuna del plátano, al
que se conocía allí en tiempos remotos como "fruta de los sabios", tal vez porque eran
muchos los gurús que elegían para sus meditaciones la sombra de una platanera.
Se sabe que fue un fraile castellano llamado Tomás de Berlanga quien por primera vez, en
1516, llevó plataneras a América, concretamente a la isla conocida entonces como La
Española, la actual Santo Domingo. El fraile embarcó sus plantas en Canarias, claro está.
Descargar