COMISIÓN MÉDICA XI JORNADAS SOBRE MEDICINA Y DEPORTE DE ALTO NIVEL 6ª CONFERENCIA: “Idoneidad de la cerveza en la dieta equilibrada de los deportistas” PONENTE: Juan Antonio Corbalán JUAN ANTONIO CORBALÁN Licenciado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, y en Medicina del Trabajo. Ex jugador profesional de baloncesto del Real Madrid y la Selección Española. Entre 1980 y 1988 fue médico del servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos y actualmente realiza su actividad profesional en el Hospital Virgen de la Paloma, en el área de Fisiología del Ejercicio y valoración funcional cardiaca. Juan Antonio Corbalán lo ha sido todo en el deporte español y ostenta el mejor palmarés individual de la historia del baloncesto nacional. Jugó la práctica totalidad de su carrera deportiva en el Real Madrid (1972-1988), club con el que consiguió un palmarés que incluye 14 Ligas, 7 Copas del Rey, 3 Copas de Europa, 1 Recopa, 1 Copa Korac y 4 Copas Intercontinentales. Fue internacional absoluto en 177 ocasiones, y con la selección ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles ’84 y del Campeonato de Europa de Nantes ’83. Es ponente habitual y conferenciante sobre diversos temas de gestión de equipos humanos, liderazgo, motivación, etc. Como deportista de alto nivel, al margen de su palmarés, recibió el Premio al Mejor Deportista Profesional del Año "Premio Príncipe de Asturias", del Consejo Superior de Deportes. También ha obtenido el Premio Deportivo Villa de Madrid al Mejor Deportista Profesional del Año de la Comunidad Autónoma de Madrid y la Orden Olímpica del C.O.E. IDONEIDAD DE LA CERVEZA EN LA DIETA EQUILIBRADA DE LOS DEPORTISTAS La cerveza es una bebida elaborada con ingredientes naturales (agua, cereales y lúpulo) y de baja graduación, clásicamente utilizada en los países occidentales para calmar la sed. La cerveza contiene fundamentalmente agua (95%) pero también sales minerales, carbohidratos (maltodextrinas, oligosacáridos), vitaminas, antioxidantes, fibra soluble y otros componentes. Todas estas sustancias pueden ser beneficiosas para la salud en general y para la recuperación tras el ejercicio físico en particular. La cerveza también contiene una cierta cantidad de alcohol por lo que su utilidad como bebida rehidratante podría ser cuestionable. Para aclarar esta cuestión se ha llevado a cabo una revisión profunda de las investigaciones existentes hasta el momento y se ha realizado, de manera independiente y por dos centros de investigación, un estudio científico que permitiera valorar la idoneidad de la cerveza como bebida rehidratante. En cuanto a la revisión de la literatura científica, ya en el año 2000 el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM en sus siglas en inglés) junto a las Sociedades Americana y Canadiense de Dietética daban unas pautas sobre hidratación a seguir. En 2008, el propio ACSM ha adaptado estas recomendaciones a los nuevos hallazgos que han servido como base para el documento de consenso sobre bebidas para el deportista publicado por la Federación Española de Medicina del Deporte en 2009. En las conclusiones de estas investigaciones se aprecia que existen importantes coincidencias bioquímicas entre la composición de la cerveza y la bebida ideal para la rehidratación tras la práctica de ejercicio. Conseguir una adecuada rehidratación que reponga las pérdidas hidro-electrolíticas y reinstaure, rápida y completamente, los depósitos energéticos deplecionados, puede mejorar el rendimiento físico-deportivo y optimizar la velocidad de recuperación post-esfuerzo. Para conseguirlo, lo ideal es administrar una bebida que se absorba adecuadamente y consiga restablecer, en el menor tiempo posible el equilibrio homeostático. Las características que debe tener esta bebida son un contenido en carbohidratos de 6-8%, un contenido moderado de sodio y una cierta cantidad de potasio, propiedades presentes en la cerveza. La cerveza también aporta substratos metabólicos que reemplazan las pérdidas ocasionadas por el ejercicio como son aminoácidos, diversos minerales, vitaminas del grupo B y antioxidantes. Hay que destacar que la cerveza contiene 4 g de carbohidratos totales por 100 ml (que es prácticamente la cantidad recomendada para bebidas deportivas). De esta cantidad, la mayor parte son maltodextrinas de bajo peso molecular que se metabolizan lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a sangre y dan lugar a un pico de glucemia menos elevado y más prolongado en el tiempo. Por otra parte, el volumen y la frecuencia de la ingesta de la bebida está influenciada por la temperatura, sabor, aroma y apariencia, siendo las bebidas frías (7-13ºC) las preferidas. La carbonatación de la bebida también influye sobre la respuesta sensorial y la ingesta voluntaria de líquido. Entre otras características, en la cerveza destacan su marcado efecto refrescante y su poder mitigador de la sensación de sed. En relación al estudio científico desarrollado, se ha sometido a un grupo de sujetos a un protocolo de ejercicio extenuante (60 minutos corriendo en tapiz al 60% de la velocidad aerobia máxima) y en condiciones de elevada temperatura ambiental (35ºC y 60% de humedad relativa). Este ejercicio, aunque realizado en laboratorio, reproducía una práctica deportiva al aire libre realizada en verano. El protocolo de ejercicio determinó unas pérdidas hídricas de 1,5-2 l, lo que correspondía a una pérdida de peso corporal del 2-2,5%. Los sujetos realizaron este protocolo de ejercicio en dos ocasiones, en orden aleatorio y separadas por tres semanas de intervalo. Tras una de las pruebas, se rehidrataban con agua en la cantidad deseada. Tras la otra, se rehidrataban con cerveza (660 ml) y a continuación agua a demanda. Tras analizar una serie de parámetros indicativos del nivel de hidratación, composición corporal, endocrino-metabólicos y psicocognitivos (coordinación, atención, discriminación, tiempos de percepción-reacción, campo visual…) susceptibles de verse influenciados por la cerveza y/o el alcohol que ésta contiene, inmediatamente después del ejercicio y tras dos horas después, no se ha encontrado ningún efecto que la haga desaconsejable. Al contrario, la cerveza permitía recuperar las pérdidas hídricas y las alteraciones de distinto tipo determinadas por el ejercicio, por lo menos en la misma medida que lo hace el agua. De hecho, varios de estos parámetros han tenido un comportamiento ligeramente mejor cuando se consumía cerveza en relación a lo que ocurría con el consumo sólo de agua. Los resultados sugieren también que la pequeña cantidad de alcohol presente en la cerveza, no es suficiente para comprometer el efecto rehidratante de un consumo moderado de cerveza sobre los parámetros inmunes e inflamatorios. Desde el punto de vista de la recuperación del sistema inmune, el consumo moderado de cerveza podría considerarse como un modo seguro y/o alternativo de rehidratación después de la práctica deportiva en las condiciones descritas en el presente estudio. En este punto, es fundamental prestar atención al término “moderado” porque en este ámbito, como en cualquier otro aspecto de la vida, la moderación es fundamental. Sin moderación nada resulta saludable, ni siquiera la práctica de ejercicio. Junto a la moderación es preciso también atender a la lógica y la responsabilidad. Si una persona no tolera bien el alcohol, toma algún fármaco o tiene una enfermedad que contraindica su consumo, o se trata de un niño, adolescente, persona de riesgo, mujer embarazada o, simplemente, va a conducir, va a realizar una actividad que pueda verse afectada por el alcohol o se encuentra en plena competición, debe abstenerse siempre de consumir alcohol. Al igual que también debe abstenerse de realizar ejercicio si se tiene alguna contraindicación para hacerlo. En definitiva, cerveza y deporte no son antagónicos sino que, con moderación y sentido común, son complementarios, placenteros y saludables. ei s Por tanto, la cerveza, por su composición, características organolépticas y su bajo contenido alcohólico, ingerida en dosis moderadas por personas adultas habituadas a su consumo, puede suponer una bebida alternativa para rehidratarse tras la práctica deportiva. No se han encontrado efectos deletéreos en ninguno de los niveles analizados al compararla con una bebida neutral como es el agua. Dada la novedad de los resultados encontrados son necesarios futuros estudios orientados a profundizar y perfeccionar el conocimiento en esta área específica.