TÍTULO: EL ENFOQUE CURRICULAR POR COMPETENCIAS, PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA UJAT. Autores: Carrera López Jeimmy del Carmen Espinosa Merchantd Johanna Dahyan Reyes Mosqueda Josimar Eje 2: Modelos curriculares por competencias. Tipo de estructura: Ensayo Villahermosa Ta b., Octubre de 2012 Resumen En el presente trabajo se pretende profundizar de las experiencias adquiridas con base en la trayectoria durante la formación universitaria, específicamente en la elaboración de módulos por competencias, donde observamos la discordancia que en el currículo y la realidad áulica existe, detectando así la incongruencias y si se logra la transformación en materia de educación o simplemente surgen como discursos emergentes tratando de apegarse a las necesidades del mundo (Globalización). Considerando en primer punto que son las competencias y el análisis de que es un modelo por competencias y si este a su vez es solo una re vestidura del modelo conductista que pretende dar posibles respuestas a las exigencias de la sociedad. Palabras claves: Modelo curricular, competencias, formación, integración. El modelo curricular por competencias, para la transformación de las sociedades. Desde hace varios años, algunas Instituciones de Educación Superior, se han visto inmersas en un proceso de reforma e innovación curricular para establecer una relación más efectiva con la problemática social; por lo que nuestra institución se ha visto en la necesidad de implementar un nuevo modelo educativo; el cual está centrado en el aprendizaje, en la formación integral del estudiante y la flexibilidad del currículum a través de la restructuración de los Planes y Programas de estudio. Siendo más claros de donde surge lo anterior, es que, nuestro país no ha logrado consolidar la construcción de un currículum que respondan realmente a las necesidades de nuestro contexto, se dice desde hace algunos años, que México se encuentra en vías de desarrollo y realmente no se evidencian los avances, prueba de ello es la reprobación durante los procesos evaluativos (Pisa y Enlace), donde sería ineludible señalar que realmente carecemos de modelos educativos que permitan maximizar el potencial de nuestros niños y jóvenes a través de los programas de asignaturas que representan las unidades del currículum educativo que se aplica, es observable que con las reformas que se han venido haciendo desde hace muchos años no se ha logrado un avance significativo en materia de educación. Por otro lado es muy cierto que el currículum permite la planeación de las actividades que hemos de hacer para posibilitar la formación de los alumnos. Sin embargo en la actualidad ya no se refiere sólo a la estructura formal de los planes y programas de estudio; sino a todo aquello que está en juego tanto el aula como la escuela y qué tan adecuado puede estar en un momento dado a los requerimientos de la sociedad . Por lo anterior resulta muy interesante hablar del currículum principalmente en estos tiempos donde se retoman tanto el tema de las competencias, ya que de alguna manera solemos preguntarnos si realmente el currículum de las universidades responde a las necesidades del contexto o surgen como discursos emergentes y específicamente de la UJAT ante las exigencias de la sociedad en la que nos encontramos inmersos, denominada Globalización. Retomando el punto de las reformas educativas y las competencias, cuestionamos si realmente el currículum por competencias resuelve los conflictos y carencias educativas que nos aquejan, pero sobre todo si se les proporciona realmente una capacitación y actualización constante a los docente para afrontar los retos que las competencias les imponen; después de haber trabajo por tantos años bajo el modelo conductual y que afirman algunos docentes producía mejores resultados que los modelos actualmente implementados. Debido a que en su mayoría, son personas no necesariamente expertos en el tema quienes formulan las reformas o implementan. Lo cual conlleva a una serie de inconformidades y principalmente la resistencia al cambio por parte de los formadores. Los elementos para el cambio de un modelo tradicional que corresponde al paradigma educativo, a un modelo educativo basado en competencias que inscrito en el paradigma pedagógico, de acuerdo a los resultados anteriormente descritos, apuntan a una educación más centrada en el aprendizaje y que por consiguiente no sólo a la formación integral del estudiante sino también a la transformación del papel del docente, es decir todo un proceso complejo. Es necesario definir entonces que una competencia, es la capacidad para responder a las exigencias individuales o sociales para realizar una actividad. Cada competencia reposa sobre una combinación de habilidades prácticas y cognitivas emociones interrelacionadas, y conocimientos, motivación, valores actitudes, otros elementos sociales y comportamentales que pueden ser movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz (OCDE). Como señala este organismo, se espera que de los retos y las alternativas que diseñen las universidades, surja una nueva misión y visión de la educación superior que, “firmemente anclada en las circunstancias locales, pero plenamente comprometida con la búsqueda universal de la verdad y el progreso del conocimiento” pueda responder de una manera eficiente a la necesidad de un nuevo horizonte de desarrollo para los países. En tal sentido, propone una renovación de los contenidos, métodos, prácticas y medios de transmisión del saber que han de basarse en nuevos tipos de vínculos y de colaboración con la comunidad. Entonces al analizar diversos conceptos y autores durante nuestra estancia en la universidad notamos una discordancia entre lo que se dice en el currículum real con lo que está sucediendo dentro del aula educativa, es decir el currículum oculto. Nos hemos dado cuenta que en el discurso manejado para explicar los modelos educativos por competencias algo no está bien. Algo está fallando: carencias, incongruencias, repetición del pasado, inconsistencias conceptuales y, frente a todo esto, una falta de acuerdos que permitan contribuir en el logro de un perfil de egreso. Sin embargo hay una fuerza que se opone a siquiera pensar en que ese modelo curricular podría estar cayendo en una especie de terapia intensiva. En el cual se está anclando porque la discusión continuará, al menos durante el siguiente lustro. Incluso muchos investigadores reconocen esto, aunque prefieren justificar su continuidad diseñando nuevas propuestas a manera de remedio, lo ideal consideramos es dejarnos de reformas y trabajar con base en lo existente. Entendemos que el modelo educativo de nuestra universidad no se encuentra bajo el modelo por competencias sino bajo un enfoque y que la formación basada en competencias es uno de los temas de moda, que además toda la maquinaria educativa termina inclinándose hacia allá. No hay forma de evadirlas. Sin embargo debemos tomar en cuenta que la variedad de debates y visiones que gravitan alrededor de ellas rompen con su propósito de origen: la unificación del conocimiento a través del aprendizaje significativo, que a su vez permita una mayor movilidad de saberes en el estudiante, y la posibilidad de que los individuos sean capaces de adaptarse a diferentes ambientes de trabajos. A lo anterior hay que sumarle la cláusula definitoria de las competencias, la aplicación de un conocimiento práctico o teórico en una situación inédita. Estos son los puntos nodales que se deben tener en cuenta. Ahora nótese cuantas discusiones pueden surgir simplemente a raíz de este planteamiento. Situaciones únicas, es decir que ser competente no es una condición permanente, uno puede ser competente una semana y en la siguiente fallar y dejar de serlo. Siguiendo esta línea, queda claro que un diseño curricular puede hacer que las personas conozcan lo que previamente se ha determinado como una competencia, la analicen, la fragmenten y entiendan su utilidad, pero lo que no es posible lograr a través de la implementación de un diseño curricular de este tipo es formar al individuo en el dominio de una competencia porque de alguna manera el docente solo podrá constatar en aprendizaje obtenido del alumno a través de la práctica. De este modo sabremos si lo sabe aplicar ese conocimiento y si no la domina intuimos que en cualquier momento puede fallar; entonces si falla, si no resuelve un problema una situación desconocida ¿al sujeto se le puede tachar de incompetente? No es la intención barrer con todos los planteamientos de los nuevos diseños curriculares, sino hacer notar que en la mayoría de los trabajos desarrollados en esta línea subyacen con una intención de generar un cambio radical. Cosa imposible, no existe el individuo ciento por ciento competente, sin embargo si aquel que en un momento dado se actualiza constantemente. No obstante, a muchos docentes se les hace creer que sí existe ese alumno competente, y se les lanza a emplear una planeación didáctica basada en competencias, empleando estrategias, contenidos e instrumentos de evaluación propios de un diseño conductual. Si entre líneas se puede leer algo en muchos de los estudios y trabajos que defienden esta propuesta es una postura conductual que simplemente se ha revestido de modernidad para poder estar a la vanguardia con el resto de las universidades de nuestro país y el mundo principalmente para la integración de los países en diversos bloques económicos regionales, que genera la necesidad de fortalecer acciones orientadas a ampliar el conocimiento de contextos distintos a los locales, y abre la posibilidad de desarrollar procesos de movilidad al interior de cada bloque y entre ellos, tanto en el ámbito académico como en el laboral y profesional. Finalmente lo que buscamos a través de estas líneas no es discriminar ni señalar lo bueno o malo de nuestro modelo curricular sino de invitar a la reflexión del modelo por competencias y a la contracción de las oportunidades de empleo que es un fenómeno global que obliga a las Instituciones de Educación Superior, (IES), a repensar el proceso formativo de los profesionales, teniendo en cuenta las tendencias no sólo locales sino mundiales, pero que si es necesario primero resolver la situación del contexto a nivel específico así como una correcta implementación del modelo basado en lo ya existente. Porque sabemos que existen diferentes interpretaciones del concepto de competencias, reduciéndose a menudo hacia la obtención de calificaciones. Aunque se refuerza el enfoque formativo, a los docentes se les crea la falsa disyuntiva entre desarrollar competencias o promover contenidos, y la discusión entre formar cabezas bien hechas o llenas siendo de esta manera entonces no se puede hablar de un enfoque por competencias como tal ya que si desde la raíz de la transmisión de conocimientos no se tienen las bases para llevarlo a cabo, entonces como puede cumplir este enfoque su propósito de vincular a los alumnos a un sector productivo y de empleos fijos. En este sentido, sería importante apreciar que una de las macro tendencias es que el sector de mayor crecimiento durante y en los próximos años será el de los servicios, seguido del sector industrial; por otra parte, se vislumbran nuevos esquemas en la manera en que los profesionistas y la mano de obra calificada se desempeñarán en diversos escenarios, tanto nacionales como internacionales; como es la movilidad laboral y la adhesión automática de este modelo por competencias. Ser polifacéticos será un requerimiento para poder integrarse al campo laboral y cumplir con las exigencias de la sociedad. Por consiguiente es que se debe recalcar la importancia de la propuesta de una educación alternativa que parta del trabajo en el aula y del trabajo docente con el fin de construir una pedagogía liberadora y transformadora, dando de esta manera verdadera base en cuestión laboral a los discentes. Esperando con lo anterior obtener mejores resultados durante la integración en el campo laboral para la transformación de las sociedades. (P., 2006) Referencias consultadas: Álvarez V. y Romero S., (2007). Formación en competencias para los profesionales. Redalyc, 12, 15-37 ANUIES, (1999). La educación superior hacia el siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo. Una propuesta de la ANUIES, Moreno T., (2008). Reseña de "Educar por competencias, ¿qué hay de nuevo? Redalyc, 44, 289-297. Ugarte C., (2010). Desarrollo de competencias profesionales en la educación superior: Un caso docente concreto. Redie, 12, 1-14. López B., (2009) Formación fácil en el proceso de enseñanza aprendizaje. Redalyc, 48, 61-71 Perrenoud P., (2006). Construir competencias desde la escuela. 1era. ed. Santiago de Compostela, España: J.C. Saenz. ANEXO Nombre de primer responsable: Jeimmy del Carmen Carrera López Correo electrónico: [email protected] Institución: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco Carrera: Licenciatura en Ciencias de la Educación Grado escolar: 9º ciclo Matrícula: 082j4095 Número de celular: 9932-32-18-59