Subido por Pino Calvo Juan Antonio del

VEGETACION TERRESTRE DE LA PROVINCIA DE MALAGA Ter

Anuncio
See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/266461298
VEGETACIÓN TERRESTRE DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA. Terrestrial
vegetation of the province of Malaga.
Article in Jábega: revista de la Diputación Provincial de Málaga · February 2009
CITATIONS
READS
7
1,353
2 authors, including:
Andrés V. Pérez Latorre
University of Malaga
187 PUBLICATIONS 1,211 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Flora and Vegetation of the Western Mediterranean Basin: southern Iberian peninsula and northern Morocco View project
Smart Trees - Reusing UMA Waste View project
All content following this page was uploaded by Andrés V. Pérez Latorre on 20 February 2016.
The user has requested enhancement of the downloaded file.
Vegetación terrestre
de la provincia de
Málaga
Andrés Vicente Pérez Latorre*
«…cría en las cumbres de los dos Reales
una selva negra de pinsapos…»
Simón de Rojas Clemente, 3 de octubre de 1809
Las comunidades vegetales, además de caracterizar nuestros paisajes, desempeñan un
importante papel en el mantenimiento de los ecosistemas, realizando, entre otras, las
funciones de producción primaria, control de la erosión o regulación del ciclo hidrológico. No
menos importante resulta su papel como hábitat para las comunidades animales o fúngicas.
En este sentido es fundamental el conocimiento de las asociaciones vegetales presentes en la
provincia de Málaga, relacionando sus especies, características, hábitat y distribución.
singulares endemismos propios. Este magnífico patrimonio natural merece nuestra atención científica, su
disfrute racional por los ciudadanos y un mayor esfuerzo de protección por parte de las administraciones, frente a los impactos que sufre en la actualidad.
Introducción: Flora y Vegetación
Decir «flora y vegetación» es nombrar a dos de las
partes clásicas tanto de la biodiversidad como del paisaje de los territorios, así como a dos componentes
importantes de los estudios naturalísticos en general.
Si entendemos como flora a los constituyentes vegetales específicos de una determinada zona, la vegetación estará formada por esos mismos componentes
pero asociados en comunidades vegetales, entes medibles con su propia composición florística, área de
distribución, ecología y dinamismo sucesional. A esas
comunidades vegetales se dedica este artículo, centrado en la provincia de Málaga, una de las más ricas
en vegetación de la Península Ibérica, por su carácter
de encuentro biogeográfico de vías migratorias para
la vegetación europea y africana, para la influencia
atlántica y la mediterráneo-levantina y poseedora de
I. La importancia de la vegetación
Hablar del porqué es importante la vegetación tanto
para la biosfera como para las personas no es difícil,
pues a la vista está que la vegetación es el productor
primario del planeta, fijando CO2 y produciendo oxígeno; que es un componente paisajístico de primer
orden en el Mediterráneo, guarda en su interior diversidad vegetal y animal, provee de recursos directos
como alimentos y plantas medicinales, y en cuanto a
beneficios ecosistémicos protege al suelo de la ero-
* Profesor titular de Botánica de la Universidad de Málaga.
28
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
sión, regula el ciclo hidrológico, mejora la cantidad
y calidad del aire y aguas e incluso puede ser un recurso turístico (estético y recreativo). Más allá, la vegetación es un factor inexcusable de estudio en los
trabajos de planificación y ordenación del territorio,
estudios de valoración e impacto ambiental, diseño
de espacios protegidos y turismo de naturaleza, conservación de la naturaleza (biodiversidad, hábitats),
riesgos naturales (erosión, efecto invernadero, incendios…), etc. La vegetación constituye una seña de
identidad de los pueblos y éticamente debemos respeto y atención a los seres vivos que la componen y
con los que compartimos el planeta Tierra.
1. La geomorfología, que pone a disposición de las
comunidades vegetales distintos biotopos con
distintas condiciones ecológicas: llanura, valle,
cresta, solana-umbría, tierra-mar, etc.
Por todas esas razones y ya que las comunidades vegetales guardan la diversidad vegetal y son el hábitat
para la diversidad animal y fúngica, se hizo necesaria
una protección legal de las mismas. Dicha protección
llegó en 1992, con la Directiva 92/43CEE de «Hábitats» mediante la cual se debería crear la Red Natura
2000 de espacios protegidos de la Unión Europea.
Lo más importante en lo que a vegetación se refiere es que las unidades físicas de protección ambiental de esta directiva son las comunidades vegetales
(asociaciones), por lo que los lugares de importancia
comunitaria (LIC) son áreas donde son significativas
estas comunidades protegidas, o existen comunidades prioritarias. Desde 2008 existen 41 LIC en la provincia, cuyo objetivo principal es la conservación de
dichos hábitats y sus especies.
3. Bioclima: el clima afecta activamente la distribución de los vegetales y comunidades, concretamente la temperatura, que en altitud conforma
los pisos bioclimáticos (pisos de vegetación o termotipos), y la precipitación, que conforma el ombroclima y sus ombrotipos. Otros aspectos como
la continentalidad/oceanidad también influyen
significativamente. Plantas y comunidades son
bioindicadores bioclimáticos, pues viven en un determinado rango de temperaturas y precipitación.
2. Suelo y litología, que seleccionan poderosamente
a la vegetación ya que las comunidades se adaptan en su distribución a determinados tipos de
rocas y suelos. Existe así la amplia vegetación calcícola o basófila (sobre calizas) y silicícola o acidófila (sobre rocas silíceas), y la de zonas más
restringidas como la vegetación serpentinícola
(sobre peridotitas/serpentinas).
La historia y el conocer los impactos antrópicos en
los territorios, sobre todo mediterráneos, son imprescindibles para entender tanto la vegetación actual,
como la pasada y la futura en función de su dinamismo. Incluso datos paleoclimáticos son necesarios
para reconstruir la vegetación de épocas pasadas. Los
incendios y la construcción y urbanización masiva y
sin control son dos de los mayores impactos que enfrenta hoy día la vegetación malagueña, pero las glaciaciones, los movimientos orogénicos y de placas y
los cambios climáticos fueron en su día el origen y
extinción de grandes tipos de vegetación. Desde finales del Terciario la vegetación subtropical suribérica ha ido haciéndose cada vez más mediterránea,
acogiendo en su seno a «refugiados» climáticos, procedentes de la crisis de aridez del Messiniense y de
los fríos glaciares y periodos oceánicos, creándose un
complejo florístico y de vegetación difícil de superar
en su complejidad y riqueza.
II. Aspectos que influyen en la vegetación
Las comunidades vegetales están formadas por especies y dichas especies se agrupan en primer lugar
por afinidades fisionómicas: los árboles se agrupan
en bosques, las matas en matorrales, las hierbas en
pastizales, etc., y también por afinidades ecológicas,
de modo que en zonas inundadas dominan plantas
acuáticas, en dunas dominan plantas adaptadas a los
suelos arenosos o en alta montaña solo hay plantas
que aguantan las heladas, es decir, la autoecología
de cada especie de la comunidad se suma para dar la
impronta ecológica comunitaria (sinecología).
Finalmente podemos definir que para un determinado territorio ecológicamente homogéneo existe una
comunidad vegetal que tras procesos de sucesión se
instala con un máximo de biomasa y cobertura (vege-
A este respecto los factores que más influyen en la
presencia/ausencia de los distintos tipos de vegetación son:
29
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
Piso bioclimático/
ombrotipos (intervalos
de precipitación anual)
seco
P 350-600 mm
subhúmedo
P 600-1000 mm
termomediterráneo
T > 17ºC
mesomediterráneo
T 12º a 17ºC
supramediterráneo
T 8º a 12ºC
oromediterráneo
T 4º a 8ºC
SI
Málaga
SI
Marbella
SI
Antequera
SI
Ronda
NO
NO
SI
Sierra Almijara
NO
húmedo
P 1000 a 1600 mm
SI
Gaucín
SI
Alfarnate
SI
Sierra de las Nieves
hiperhúmedo
P > 1600 mm
SI
Valle del Guadiaro
SI
Sierra del Aljibe
SI
Los Reales
SI
Sierra Tejeda
(1.800-2.068 m)
SI
Sierra de Tolox
(1.800-1.919 m)
Tabla 1. Combinaciones posibles de pisos bioclimáticos (termotipos) y ombrotipos con ejemplos de zonas donde se dan dichas
combinaciones en la provincia de Málaga
Las comunidades vegetales han sido clasificadas y estudiadas por diversas disciplinas, utilizando las especies dominantes, su característica ecológica más sobresaliente, sus caracteres fisionómicos y fenológicos
más definitorios (ecomorfología y fenomorfología),
etc. La clasificación fitosociológica es la que provee
de una sistematización más desarrollada, basada en
criterios florísticos y por tanto también ecológicos, de
distribución y dinámicos. En fitosociología las comunidades vegetales se denominan «asociaciones» y tienen un nombre latino basado en dos especies bioindicadoras definitorias. Esas asociaciones se agrupan en
alianzas, órdenes y clases, en una clasificación taxonómica jerárquica, al igual que las de las plantas. De
ese modo si decimos Paeonio broteri-Abietetum pinsapo nos estaremos refiriendo a los pinsapares basófilos supramediterráneos rondeños de Abies pinsapo.
tación climácica) y que los territorios van a presentar
una determinada zonopotencialidad (suelo, bioclima,
uso, historia fitogeográfica…) propicia para éste o
aquél tipo de vegetación, generalmente boscosa o
arbustiva. También podemos decir que la vegetación
actual puede ser simplemente una etapa serial previa a ese bosque en una dinámica progresiva o que
apareció debido a la destrucción del mismo en una
dinámica regresiva. En el Mediterráneo, algunos tipos de bosque viven en condiciones relictuales (pequeñas zonas especialmente favorecidas) y otros han
desaparecido, sustituidos por cultivos u otro tipo de
vegetación mejor adaptado a las condiciones mediterráneas, denominando a éstos últimos criptoclímax.
III. La CLASIFICACIÓN
Simón de Rojas Clemente y Rubio (s. XIX), Charles
Edmond Boissier (s. XIX) y Luis Ceballos y Carlos Vicioso (s. XX), son precursores de los estudios de vegetación en Málaga. Clemente usa nombres vernáculos
para las comunidades vegetales en el reino de Granada, con su ecología y especies fundamentales. Boissier, con un estudio más centrado en las cordilleras
béticas, propone incluso pisos de vegetación. Ceballos y Vicioso, centrados en Málaga, definen comunidades dominadas por vegetación arbórea y arbustiva
forestal con listas de especies compañeras. Tras esos
precursores, el desarrollo de métodos de estudio más
sofisticados (fitosociología, formas de crecimiento,
cartografía de la vegetación…) han estado encabezados por el área de botánica del departamento de
Biología Vegetal de la UMA.
En este trabajo se describen muy someramente los
grandes grupos de vegetación de la provincia de Málaga, con las comunidades más importantes dominadas por plantas vasculares (angiospermas, gimnospermas y pteridófitos). Sin embargo, existen también
y tienen su importancia las comunidades de briófitos
(musgos y hepáticas) y líquenes.
IV. El DINAMISMO espacio-temporal de la
vegetación
La vegetación no es una foto estática, ni mucho menos, sino que está en constante cambio tanto estructural, como espacial y lo largo del tiempo, incluso
visible a la escala humana. De este modo, las comuni-
30
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
La provincia de Málaga guarda uno de los mayores índices de diversidad vegetal (flora, vegetación y
paisaje vegetal) del sur de la Península Ibérica, debido a su posición central y de puente entre la zona atlántica y mediterránea. Presenta además dos sectores fitogeográficos muy ricos en endemismos, como
el Rondeño y Bermejense, que se aprecian en la fotografía en colores grisáceos (Sierra de las Nieves) y
rojizos (Sierra Parda), respectivamente
yor originalidad visual, como en las zonas kársticas
(torcales), litorales (dunas y playas), lagunas (láminas
de agua), etc. Por ello, el paisaje puede ser sistematizado y valorado desde el punto de vista botánico y de
la vegetación. De este modo podemos estudiar zonas
más o menos extensas en base a una combinación
de geomorfología, litología y vegetación climácica/actual, definiendo el paisaje vegetal de una determinada zona biogeográfica o incluso una tesela (figura 1).
dades se sustituyen unas por otras de modo sucesional, generalmente aumentando biomasa y cobertura
y, muy simplificadamente, desde pastizales y matorrales pasando por arbustos hasta los bosques. La
suma de comunidades ligadas por esta sucesión en
un determinado espacio ecológico es la serie de vegetación, que puede darse sobre suelos «normales»
(serie climatófila), sobre suelos influidos por hidromorfía (serie edafohidrófila) o suelos especiales por
su estructura y/o composición (series edafoxerófilas).
De todos modos hay vegetación independiente de la
sucesión, denominada exoserial (por ejemplo las comunidades rupícolas o en saladares). Finalmente, es
singular el proceso de sustitución de comunidades
(generalmente pastizales) en un mismo ciclo anual y
en un mismo lugar, demominado sinfenosucesión.
VI. Biogeografía de la provincia de Málaga
Ya que las especies y comunidades vegetales tienen
un área de distribución propia e influida por los aspectos citados anteriormente como bioclima, suelo,
uso antrópico, historia, etc., podemos utilizar dichas
áreas para sectorizar el territorio en función de la presencia/ausencia de esos bioindicadores vegetales; de
esto se encarga la biogeografía. El planeta se puede dividir sucesivamente, y de mayor a menor extensión, en reinos, regiones, provincias, sectores y distritos, diferenciables unos de otros por su especial flora
y vegetación (mapa 1). La provincia de Málaga es un
claro ejemplo del paisaje mediterráneo-occidental y
V. El paisaje vegetal
En los medios mediterráneos, la vegetación imprime
tal impronta al paisaje, que éste puede ser definido
por la formación vegetal dominante (encinares, alcornocales, pinsapares, bosques de ribera, etc.), salvo en
aquellas zonas en que el rasgo geológico sea de ma-
31
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
Figura 1. Paisaje vegetal del Parque Natural Sierra de las Nieves en función de su zonopotencialidad climácica. 1: Alcornocal termófilo (Quercus
suber). 2: Alcornocal ombrófilo (Quercus suber). 3: Encinar mesomediterráneo (Quercus rotundifolia). 4: Robledal mesomediterráneo (Quercus pyrenaica). 5: Quejigal supramediterráneo (Quercus alpestris). 6: Enebral-sabinar oromediterráneo (Juniperus communis). 7: Pinsapar serpentinícola (Abies pinsapo). 8: Pinsapar basófilo (Abies pinsapo). 9: Sabinar (Juniperus phoenicea) con pinsapos. 10: Pinares carrascos basófilos
(Pinus halepensis). 11: Pinares serpentinícolas (Pinus pinaster). 12: Fresnedas (Fraxinus angustifolia). 13: Saucedas silicícolas (Salix pedicellata).
14: Adelfares (Nerium oleander). 15: Saucedas serpentinícolas (Salix pedicellata). 16: Adelfares serpentinícolas (Nerium oleander)
4. Sector Antequerano, subsectores Antequerano y
Torcalense (comarca de Antequera, cordillera del
Torcal, Huma y Camorolos).
5. Sector Malacitano-Axarquiense, subsectores Axarquiense y Malacitano (Axarquía, Montes de Málaga, valle del Guadalhorce).
6. Sector Almijaro-Granatense, subsector Almijarense (sierras de Tejeda y Almijara).
7. Sector Alpujarro-Gadorense, subsector Alpujarreño (sierra de Nerja y Maro).
bético andaluz, pero tiene relaciones fitogeográficas
con el norte de África, sobre todo con la península
Tingitana y el Rif, con la parte atlántica de la península Ibérica y, muy puntualmente, con el litoral oriental ibérico.
En el caso de la provincia de Málaga la sectorización
fitogeográfica sería la siguiente (mapa 1):
*
Reino Holártico, subreino Paleártico (Europa, norte de África…).
** Región mediterránea, subregión Occidental (riberas del Mediterráneo occidental).
***Superprovincia Iberomarroquí-Atlántica (O Península Ibérica, NO Marruecos).
VII. Las unidades de vegetación
Para comentar las asociaciones vegetales de la provincia de Málaga, se han agrupado de modo fisionómico (1. Bosques, 2. Formaciones arbustivas, 3.
Matorrales y tomillares, 4, 5 y 6. Pastizales), o atendiendo al biotopo principal (7. Vegetación rupícola,
8. Vegetación de dunas, playas y acantilados, 9 y 10.
Vegetación acuática y halófita) o al origen (11. Vegetación alóctona e invasora). En la descripción se cita
generalmente el nombre vernáculo de la comunidad
vegetal y su especie dominante y/o característica, hábitat y distribución.
A. Provincia Tingitano-Onubo-Algarviense (litoral atlántico andaluz, sur-portugués, nord-marroquí).
1. Sector Aljíbico, subsectores Aljíbico y Marbellí (Los
Alcornocales, Valle del Genal, Costa Occidental).
B. Provincia Bética (serranías béticas…).
2. Sector Rondeño, subsectores Rondense y Mijense
(Serranía de Ronda, Sierra de Mijas y Blanca).
3. Sector Bermejense, subsectores Bermejense y Carratracense (Sierra de Aguas) (peridotitas).
32
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
Mapa 1. Sectorización fitogeográfica de la provincia de Málaga. El sector Aljíbico pertenece a la provincia TingitanoOnubo-Algarviense, los demás sectores a la provincia Bética
1. Bosques
cus broteroi) se encuentran sobre sustrato margo-arcilloso en Los Alcornocales y NO de la Serranía de
Ronda, generalmente en el piso termomediterráneo
húmedo. Finalmente los robledales de melojo (Quercus pyrenaica) ocupan suelos silíceos lluviosos en los
pisos meso y supramediterráneo aljíbico y almijarense. Los castañares son formaciones arbóreas de castaño (Castanea sativa) que ocupan grandes extensiones en el valle del río Genal, cultivados desde muy
antiguo y sustituyendo mayoritariamente a los bosques de Quercus caducifolio-marcescentes.
1.1. Quercus perennifolios. De ellos, los encinares y
alcornocales son los que ocupan mayor superficie en
la provincia. El encinar (Quercus rotundifolia) fundamentalmente se desarrolla sobre suelos calizos y margosos, en los pisos del termo al supramediterráneo,
ocupando grandes extensiones rondeñas y antequeranas. El alcornocal (Quercus suber) habita sobre suelos silíceos en los pisos termo y mesomediterráneo
siempre en zonas como mínimo subhúmedas y centrado en el sector Aljíbico con interesantes relictos
axarquienses.
1.3. Acebuchales y algarrobales. Bosques y bosquetes, a veces de apariencia arbustiva, ligados a
condiciones edáficas especiales. Los acebuchales
(Olea sylvestris) son verticícolas (a veces subrupícolas)
y fundamentalmente aljíbicos, aunque presentes en
el Corredor de Colmenar. Los algarrobales son calcícolas y viven en lapiaces y formas kársticas edafoxéricas, aunque lluviosas, en zonas rondeñas.
1.2. Quercus caducifolio-marcescentes. Castañares. Son bosques de hoja caduca que viven en zonas
lluviosas y que se diferencian entre ellos por cuestiones edáficas y de altitud. Los quejigales morunos
(Quercus canariensis) son termo y mesomediterráneos y están restringidos a zonas aljíbicas. Los quejigales de Quercus faginea son frecuentes en las sierras calizas meso y supramediterráneas, con variantes
tan interesantes como la del quejigal de Tolox con
Quercus alpestris o la de zonas más frías y lluviosas
con arces (Acer granatense), tejos (Taxus baccata) y
serbales (Sorbus aria). Los quejigales lusitanos (Quer-
1.4. Pinares-sabinares. Gran parte de la zonopotencialidad de la provincia corresponde a estos tipos de
bosques y formaciones arbustivas, aunque su extensión
se ha visto a veces aumentada por políticas forestadoras y de corrección hidrológica. Los pinares carrascos
33
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
Los alcornocales (Quercus suber) son bosques silicícolas siempreverdes típicamente mediterráneos, que
se desarrollan en zonas lluviosas y térmicas del suroccidente provincial (sector Aljíbico) y llegan de forma relictual a los Montes de Málaga (sector Malacitano-Axarquiense)
nobilis), que solo se pueden encontrar en contados
lugares privilegiados del sector Aljíbico.
(Pinus halepensis) con sabinas (Juniperus phoenicea)
son termo-mesomediterráneos sobre suelos muy xéricos y topografías muy abruptas, rondeñas y almijarenses, a veces sobre yesos en el sector Antequerano.
Los pinares resineros o negrales de Pinus pinaster son
de gran originalidad: los propios de serpentinas bermejenses son endémicos y se acompañan de coscoja
(Quercus coccifera) mientras que los almijarenses son
béticos y se acompañan de sabinas (Juniperus phoenicea). Con gran importancia biogeográfica destacan las
reliquias de pino salgareño (Pinus nigra subsp. salzmanii) en sierra Almijara. Otros pinares de distintas especies, en este caso de repoblación son: Pinus sylvestris
en sierra Tejeda, Pinus radiata en el Valle del Genal y
Pinus canariensis en los Montes de Málaga.
1.7. Riberas: choperas, fresnedas, olmedas, alisedas, saucedas, adelfares, tarajales. La vegetación
de riberas es de enorme importancia ambiental, por
su función reguladora del ciclo hidrológico y por indicar precisamente estos biotopos tan escasos y lineales en los medios mediterráneos. Las choperas de
álamo blanco (Populus alba) están hoy restringidas al
borde de algunos de los ríos más importantes (Guadalhorce, Guadiaro, Vélez, Genil) pero su zonopotencialidad corresponde a toda la vega de los mismos. El
álamo negro (Populus nigra) y sus híbridos de plantación (choperas negras) son frecuentes en los ríos antequeranos. Las fresnedas (Fraxinus angustifolia) aún
son hoy importantes en ríos y arroyos aljíbicos y del
corredor de Colmenar. Las olmedas (Ulmus minor)
son menos frecuentes y suelen ser tramos cortos, a
veces presentes por plantación, pero muy afectados
por la grafiosis, siendo los menos hidrófilos y apareciendo con más frecuencia en el sector Antequerano. Las alisedas (Alnus glutinosa) son exclusivamente
aljíbicas, pues necesitan suelos silíceos y cursos permanentes y regulares. Las saucedas arbóreas (Salix
alba, S. fragilis y S. neotricha) aparecen en el borde
1.5. Abetales. Los abetales o pinsapares de Abies pinsapo constituyen uno de los bosques más originales
de la provincia, de Andalucía y de la Península Ibérica.
Existen tres variantes: las variantes calcícola y dolomitícola en Sierra de las Nieves, con una extensión considerable, y la variante serpentinícola en Sierra Bermeja,
muy restringida a la cumbre de Los Reales.
1.6. Ojaranzales. Bosquetes ripícolas relictos con
ojaranzo (Rhododendron ponticum) y laurel (Laurus
34
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
En Málaga también existen bosques de hoja caduca de fisionomía más norteña, siempre en zonas elevadas, frías y lluviosas. Entre ellos destacan los quejigales (Quercus faginea subsp. alpestris) con arces
(Acer granatense) y serbales (Sorbus aria) como los de la Sierra de las Nieves (sector Rondeño)
Los pinares naturales ocupan una extensión apreciable, sobre todo en los biotopos más agrestes y de
suelos esqueléticos. Los pinares negrales (Pinus pinaster) con sabinas (Juniperus phoenicea) son la vegetación climácica típica de gran parte de las sierras de Almijara y Tejeda en zonas medias y altas (sector
Almijaro-Granatense)
35
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
Los pinsapares (Abies pinsapo) constituyen una imagen discordante, con aspecto de bosque boreal, en
la Málaga mediterránea y están situados en biotopos muy lluviosos y con cumbres y umbrías frescas de
Sierra de las Nieves (sector Rondeño) y Sierra Bermeja (sector Bermejense)
tosuelo), la zonopotencialidad corresponde a las bien
adaptadas gimnospermas arbustivas. Los sabinares
de sabina negral (Juniperus phoenicea) son frecuentes en las sierras calizas más quebradas y se establecen directamente sobre roca (Sierra de las Nieves, Torrecilla, Sierra Tejeda-Almijara) y sobre calizas «capas
rojas» (valle del Turón). En todas estas zonas es frecuente el enebro (Juniperus oxycedrus subsp. oxycedrus). En las sierras de Huma, el Chorro, Gobantes
y Abdalajís se encuentra uno de los sabinares más
importantes del sur de la Península Ibérica, sobre paleoacantilados, yesos y margocalizas secas, en este
caso con sabina caudada (Juniperus turbinata) que
también aparece en Sierra de la Utrera, sierra de Cártama, Hachos de Pizarra y Álora, etc.
de grandes ríos. Las saucedas arbustivas son propias
de arroyos de montaña, por toda la provincia, siendo más frecuentes las de Salix pedicellata, acompañado de Salix purpurea; más escasas son las de Salix
atrocinerea (Tejeda-Almijara) y las de Salix eleagnos
subsp. angustifolia (río Turón y arroyos almijarenses).
Cuando la circulación de agua es marcadamente estacional, la superficie se seca en el estiaje o solo es
freática, se instalan en nuestros cursos de agua los
adelfares (Nerium oleander) con cañas (Erianthus ravennae) y tarajales (Tamarix africana), estos últimos
muy abundantes en colas de embalses con muy poca
pendiente (Guadalteba).
Los bosques bien conservados presentan en el sotobosque una comunidad esciohumícola (sobre la hojarasca sombreada) de pequeñas matas herbáceas
como el orégano (Origanum virens) y la neota (Calamintha nepeta).
2.2. Lentiscares, palmitares, coscojares, madroñales. Estas formaciones normalmente sustituyen o
preceden a los bosques pero pueden ser climácicas
en zonas muy secas, rocosas o de litosuelos. Los lentiscares (Pistacia lentiscus) indican zonas térmicas no
muy lluviosas y llegan incluso al interior provincial. Los
palmitares (Chamaerops humilis) son formaciones de
matiz antropogénico que indican el piso termomediterráneo. Los coscojares (Quercus coccifera) tienden
a dominar en zonas mesomediterráneas calizas ante-
2. Formaciones arbustivas
2.1. De gimnospermas: sabinares y enebrales. En
los medios más limitantes, debido a la geomorfología abrupta o por el sustrato o suelo esquelético (li-
36
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
Los matorrales y bojedas de las sierras de Nerja y Maro (subsector Alpujarreño) son de enorme singularidad pues representan una avanzadilla de la vegetación termófila del sureste peninsular, aderezada
con relictos tirrénicos como el boj (Buxus balearica) y la olivilla (Cneorum tricoccon)
queranas y rondeñas. Los madroñales (Arbutus unedo) con brezo blanco (Erica arborea) son formaciones
arborescentes silicícolas, que suelen aparecer como
orla de alcornocales y quejigales morunos, y son importantes en la conservación del suelo.
Los espinares caducifolios tienen en el espino blanco
(Crataegus monogyna) su más notable representante y se acompaña de especies ecomorfológicamente
similares como rosales silvestres (género Rosa) y en
montaña con el agracejo (Berberis hispanica) y madreselvas (Lonicera splendida, L. etrusca).
2.3. Relictos: artales y bojedas. Reflejo de la vegetación de otros tiempos geológicos y refugiados
de periodos fríos glaciares son los artales (Maytenus
senegalensis) del litoral oriental libre de heladas y las
bojedas (Buxus balearica) con olivilla (Cneorum triccocon) de sierra Almijara y de Nerja-Maro.
2.4. La robledilla (Quercus lusitanica). Merece
apartado por su singularidad, al ser prácticamente
un quejigo enano que aparece en densas manchas,
que normalmente no llegan al metro de altura, en los
brezales aljíbicos mejor estructurados.
2.6. Escobonales y retamales. Este tipo de vegetación es muy importante a nivel edáfico, al ser primocolonizadores por su fijación radicular del nitrógeno.
Los escobonales (Cytisus grandiflorus, Adenocarpus
telonensis, Teline linifolia, Ononis speciosa) sustituyen
a alcornocales y las rascaviejas o rompesayos (Adenocarpus decorticans) se asocian a robledales almijarenses y protegen un suelo aún profundo. Los retamales
(Retama sphaerocarpa) colonizan suelos muy degradados o pobres y se acompañan de hiniesta (Genista
cinerea) o bolina (Genista umbellata).
2.5. Zarzales y espinares caducifolios. La vegetación arbustiva caducifolia está restringida a cauces
de ríos, umbrías y zonas de alta precipitación, sustituyendo u orlando a bosques caducifolios o de ribera sobre suelos profundos. Los zarzales (Rubus ulmifolius) están muy bien representados por toda la
provincia en ríos, arroyos, fuentes, vaguadas, etc.
2.7. Nitrófilas. Existen formaciones arbustivas ligadas a sustratos muy nitrificados y/o antropizados en
zonas muy secas, normalmente situados en el litoral oriental, con especies como Salsola oppositifolia,
Atriplex halimus, la malva litoral (Lavatera maritima)
el escambrón (Lycium europaeum), la orobale (Whitania frutescens), etc.
37
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
3.4. Matorrales serpentinícolas. Extraordinario conjunto de asociaciones endémicas de la provincia de
Málaga debido a que son exclusivas de los suelos serpentínicos bermejenses. Las especies más vistosas son
el jaguarzo blanco (Halimium atriplicifolium) y la aulaga (Ulex baeticus) en zonas secas, y un jaral-brezal de
jara macho (Cistus populifolius subsp. major) y brezo
negro (Erica scoparia) en zonas más lluviosas. Un gran
grupo de edafoendemismos presidido por Staehelina
baetica, Centaurea lainzii, C. carratracensis, Armeria
colorata, Silene fernandezii, etc., prestan singularidad
a estas asociaciones.
3. Matorrales y tomillares
Los matorrales son una parte importantísima de la
vegetación mediterránea y por ende de la provincia
de Málaga. Tradicionalmente infravalorados en beneficio de la vegetación arbórea, aunque sea plantada, los matorrales son más destacados, a día de hoy,
como fuente de biodiversidad, protectores del suelo,
y salvaguarda de tipos funcionales. Es una vegetación
típicamente mediterránea y la que mejor representa
la adaptación a su típica sequía estival.
3.1. Matorrales basófilos. Son los más extendidos
por todas las serranías calizas y margosas. Caracterizados por el romero (Rosmarinus officinalis), la jara
blanca (Cistus albidus), las aulagas (Ulex parviflorus,
U. baeticus), los matagallos (Phlomis purpurea), etc.,
aparecen tras el retroceso de bosques basófilos. Cuando la vegetación es aún de menor porte aparecen los
tomillares, generalmente de tomillo aceitunero (Coridothymus capitatus) y especies de cistáceas de los
géneros Fumana y Helianthemum. Sobre los escasos
yesares malagueños es frecuente el jaguarzo (Cistus
clusii) acompañado de albaida (Anthyllis cytisoides).
3.5. Jarales. Las formaciones de matorral más extendidas sobre suelos silíceos son los jarales, que sustituyen a bosques silicícolas por su desaparición y la
erosión del suelo. Los bolinares (Genista umbellata)
están muy extendidos en el sector Malacitano-Axarquiense y llevan cantueso (Lavandula stoechas). Los
jarales pringosos (Cistus ladanifer) son frecuentes en
el sector Aljíbico en zonas subhúmedas. En montaña,
los jarales los preside la jara estepa (Cistus laurifolius),
sobre todo en Sierra Tejeda.
3.6. Jaguarzales de arenas. Son matorrales de arenas litorales consolidadas, hoy día prácticamente
destruidas por la masiva ocupación del territorio en
la Costa del Sol. El jaguarzo blanco (Halimium halimifolium) indica estas escasas zonas, todavía de gran
importancia por ser el único refugio de los ecosistemas y vegetales psammófilos.
3.2. Piornales de alta montaña. El matorral almohadillado de alta montaña es exclusivo de altitudes
superiores a 1.600-1.700 m y muestra su esplendor
en las cumbres rondeñas y tejedenses. Especies semiesféricas, espinosas, dominan un paisaje típicamente oromediterráneo: destacan el piorno azul (Erinacea anthyllis) y el de crucecitas (Vella spinosa). Se
acompañan de comunidades de pequeñas gramíneas
de montaña: Festuca hystrix, Poa ligulata, rompepiedras (Saxifraga erioblasta) y geranios (Erodium cheilanthifolium).
3.7. Brezales. Vegetación también de gran importancia pues indica la influencia fitogeográfica atlántica en nuestra provincia. Son exclusivos del sector
Aljíbico y solo de zonas muy lluviosas y suelos muy
ácidos, en la zonopotencialidad de bosques silicícolas (alcornocal y quejigal moruno mayoritariamente).
La brecina (Calluna vulgaris), las bermejuelas (Erica
australis, E. umbellata) e incluso la insectívora atrapamoscas (Drosophyllum lusitanicum) son indicadores
de estas asociaciones.
3.3. Matorrales dolomitícolas. Sobre sustratos dolomíticos y kakiríticos los matorrales cambian su aspecto por uno más ralo y blanquecino, fundamentalmente en Tejeda-Almijara, sierras de Mijas-Blanca y
sierra de Yunquera, con especies como la alhucema
(Lavandula lanata), la salvia (Salvia lavandulifolia) o
aulagas endémicas (Ulex baeticus subsp. bourgaeanus y Ulex rivasgodayanus). Cuando el matorral se
transforma en tomillar en los denominados «blanquizares» (arena dolomítica = kakirita) dominan pequeñas matas plateadas (Convolvulus boissieri, Pterocephalus spathulatus) de distribución bética.
4. Pastizales secos
Los pastizales son formaciones herbáceas de plantas
anuales, a veces bianuales, que viven normalmente
en litosuelos y claros de la vegetación forestal y son
38
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
La provincia de Málaga destaca a nivel continental y mediterráneo-occidental por su gran afloramiento de peridotitas (sierras bermejas, sector Bermejense). En ellas se instalan cerca de una veintena de taxones endémicos y matorrales serpentinícolas, también endémicos, siendo una de las razones por las que está solicitada su declaración como parque nacional
de fenología primaveral temprana. Constituyen la
primera etapa colonizadora y de desarrollo del suelo.
Por cierta nitrificación puede cambiar la composición
y a veces aumentar el número de especies.
y terra rossa, se desarrollan los majadales; pastizales ganaderos muy apetecidos y caracterizados por
la gramínea Poa bulbosa y tréboles como Trifolium
subterraneum.
4.1. Sílice. Los pastizales silicícolas aparecen en los
litosuelos de las series de alcornocales y encinares,
siendo especies frecuentes las cistáceas (Tuberaria
guttata) y gramíneas (Briza minor, Aira cariophyllea), junto a fabáceas como tréboles (Trifolium arvense), etc.
4.5. Espartales. Caracterizados por el esparto (Stipa
tenacissima) son muy frecuentes en las sierras calizodolomíticas en zonas bajas y medias, xéricas, en mosaico con los matorrales.
5. Pastizales húmedos y juncales
4.2. Caliza-arcilla. Los pastizales calcícolas son más
variados y muy ricos en especies como Brachypodium
dystachion, Velezia rigida, Hornungia petraea, Campanula erinus, etc.
5.1. Juncales. En general son pastizales hidrófilos
perennes que viven en suelos encharcados al menos
temporalmente o con una capa freática cercana a la
superficie. El junco churrero (Scirpus holoschoenus)
es el más frecuente. Juncus acutus y J. maritimus
aparecen en aguas salobres o zonas litorales; J. inflexus denota una nitrificación del biotopo; J. articulatus indica aguas limpias de poca dureza.
4.3. Dolomía y serpentina. Los pastizales magnesícolas (dolomitícolas y serpentinícolas) guardan una
sorprendente cantidad de endemismos incluso locales: Arenaria capillipes, Iberis fontqueri, Linaria platycalyx, Arenaria arundana, Linaria salzmanii, L. huteri, etc.
5.2. Herbazales hidrófilos. Son praderas de hierbas
altas perennes o bianuales, exclusivas de suelos vérticos arcillosos, muy húmedos temporalmente, y en
zonas muy lluviosas aljíbicas, rondeñas y torcalenses.
4.4. Majadales. Cuando los pastizales son pastoreados por ganado ovino, en suelos arcillosos profundos
39
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
La vegetación riparia ha quedado relegada, debido al uso antrópico, a los márgenes de los ríos, encontrándose
mejor representada en los arroyos de montaña. En la fotografía saucedas (Salix pedicellata) en el río Guadaiza
(sectores Bermejense y Aljíbico), un LIC (lugar de importancia comunitaria) amenazado en su curso medio-bajo
por la urbanización masiva del territorio
6.1. Anuales. Formaciones herbáceas muy extendidas con una ligera nitrificación del suelo, con especies como Galactites tomentosa o Echium plantagineum (viborera).
Las especies dominantes son: Hordeum bulbosum,
Phalaris coerulescens, Hedysarum coronarium, Scilla
peruviana, Agrostis castellana, etc.
5.3. Nanojuncales. En suelos encharcados temporalmente por aguas limpias dulces pueden aparecer
juncales de muy pequeña talla con especies como
Juncus buffonius, J. pygmaeus, Scirpus cernuus, etc.,
junto a pteridófitos del género Isoetes.
6.2. Cardales. Si la nitrificación es muy fuerte, sobre
todo a causa del ganado, son los cardos los que dominan la vegetación: el cardo mariano (Sylibum marianum) y otros como Scolymus hispanicus, Carthamus lanatus, Eryngium campestre, etc.
5.4. Cañaverales. Muy frecuentes en los ríos tras
la destrucción de los bosques de ribera y caracterizados por Arundo donax. Espadañares (Typha angustifolia) y carrizales (Phragmites communis) están
distribuidos por toda la provincia en zonas palustres
y encharcadizas.
6.3. Tomillares nitrófilos. Se trata de pequeñas matas
muy ligadas a suelos nitrificados pero en ambientes aún
forestales o de vegetación natural. Las especies más frecuentes son las manzanillas amargas: Helichrysum serotinum y Santolina canescens, Artemisia glutinosa, etc.
6.4. Arvenses. Son las comunidades de los cultivos
tanto leñosos como herbáceos, con especies como
las amapolas (Papaver rhoeas) de los trigales o los jaramagos del género Diplotaxis en los olivares.
6. Pastizales y tomillares nitrófilos
Se trata de vegetación antropógena, es decir ligada a
la actividad humana, que aparece cuando se desarticulan las series de vegetación fundamentalmente por
desestructuración y/o nitrificación del suelo.
6.5. Ruderales y viarias. Son las comunidades de suelos completamente antropizados, como caminos, ar-
40
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
cenes, escombreras, solares abandonados, etc. Plantas
muy nitrófilas encuentran aquí su óptimo como las de
los géneros Amaranthus, Urtica, Chenopodium, etc.
Margaritas (Chrysanthemum coronarium, Cyanopsis
muricata) adornan las zonas bajas térmicas de la provincia junto a Hordeum leporinum. En los empedrados
de las calles en zonas rurales viven especies adaptadas
al pisoteo como Poa annua.
7. Vegetación rupícola
Son las asociaciones que se desarrollan en medios rupestres, es decir, rocosos: taludes, derrubios, gleras,
acantilados, extraplomos, grietas, etc.
7.1. Taludes y derrubios. Estas comunidades son
muy importantes pues guardan un impresionante número de endemismos, sobre todo las de serpentinas
y dolomías con edafoendemismos ligados al magnesio y muy locales como: Armeria colorata y Centaurea
haenseleri (serpentinas), Reseda almijarensis y Anthyllis tejedensis subsp. plumosa (dolomías almijarenses), Genista haenseleri (dolomías mijenses), etc. Los
canchales de alta montaña presentan insignes especies como Andryala agardhii o Silene boryi.
La vegetación rupícola de la provincia de Málaga es de las más
ricas del sur de la Península. En ella aparecen numerosos endemismos, adaptados a las grietas de calizas, dolomías, peridotitas...
En la cordillera del Torcal y Camorolos (subsector Torcalense) los
biotopos rupestres son muy abundantes, apareciendo comunidades vegetales endémicas como la presidida por el cardo de las rocas (Centaurea clementei)
cus suber) viven comunidades de helechos y briófitos
caracterizadas por Davallia canariensis.
7.2. Cantiles y paredes. Cuando la vegetación
vive en paredes cercanas a la verticalidad, las especies son muy características y con endemismos muy
notables: Saxifraga biternata (torcalense), Saxifraga
bourgaeana (rondense), Hieracium texedense (almijarense), Saxifraga gemmulosa (bermejense), etc. Las
repisas terrosas se caracterizan por helechos como el
polipodio (Polypodium cambricum); los extraplomos
calizos por los zapaticos (Rupicapnos africana subsp.
decipiens).
8. Vegetación de dunas, playas y acantilados
Es la vegetación terrestre típicamente litoral, que coloniza las playas y zonas dunares así como los acantilados. Estos ecosistemas han desaparecido aproximadamente en un 90% de las costas malagueñas por
una errónea gestión de dichos territorios.
8.1. Dunas y playas. La movilidad de la arena, la
salinidad ambiental y el viento, hacen que la vegetación psammófila sea muy constante y con especies
de adaptaciones muy interesantes. La oruga marina
(Cakile maritima) es frecuente en playas. En las muy
escasas zonas dunares aparecen especies como Linaria pedunculata (pastizales), Elymus farctus (dunas
embrionarias), el barrón (Ammophilla arenaria) y el
cardo azul (Eryngium maritimum) en dunas móviles,
Crucianella maritima y Ononis ramossisima (matorral
interdunar) y la sabina (Juniperus turbinata) en dunas fijas.
7.3. Tobas. Rocas especiales por la humedad, composición y estructura, están caracterizadas por el culantrillo de pozo (Adiantum capillus-veneris) y la flor
de la viuda (Trachelium coeruleum) junto a determinados briófitos (musgos).
7.4. Epífitos. En las zonas más lluviosas y de mayor
humedad ambiental del sector Aljíbico («canutos» de
Los Alcornocales y «gargantas» del valle del Genal) y
sobre las horquillas de quejigos morunos (Quercus canariensis, Quercus x marianica) y alcornoques (Quer-
41
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
La vegetación dunar solo sobrevive en contados y puntuales espacios litorales donde la masiva ocupación urbanística del suelo así lo ha permitido, habiéndose perdido casi en su totalidad la gran zona
dunar que existía entre Marbella y Fuengirola. En los reductos existentes (subsector Marbellí), aún se
pueden observar pequeñas dunas semimóviles con el barrón (Ammophila arenaria) y otras especies
psammófilas de gran valor conservacionista
Las comunidades arvenses son pastizales, generalmente anuales, que viven en el interior o el borde los
cultivos y son de elevado interés pues guardan especies ya escasas por el uso abusivo de herbicidas. En
la comarca de Antequera (subsector Antequerano) aún son frecuentes en cultivos ecológicos de cereal
y, más rara vez, de olivar
42
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Vegetación terrestre de la provincia de Málaga
Las comunidades de hidrófitos en lagunas, charcas y remansos de ríos están muy restringidas debido a la propia escasez de dichos biotopos en los medios mediterráneos, escasez acentuada por
la desecación y alteración antrópica de los mismos. El género Ranunculus está muy bien adaptado a esas láminas de agua con escasa corriente
10. Vegetación haloacuícola y halófita
8.2. Acantilados. Guardan vegetación muy especializada por la salinidad, fuerte viento y nulo sustrato edáfico. La especie más conocida es la siempreviva malagueña (Limonium malacitanum), pero
son más frecuentes el hinojo marino (Crtithmum
maritimum) o la margarita marina (Asteriscus maritimus). El romero blanco (Rosmarinus tomentosus)
es exclusivo de los acantilados de Maro (subsector
Alpujarreño).
En las lagunas saladas y salobres del interior del subsector antequerano, sobre todo en Fuente de Piedra,
viven una serie de comunidades adaptadas a los suelos y aguas con muy alto índice de salinidad. Cuando la zonopotencialidad lo permite, son tarajes (Tamarix canariensis, T. gallica) la vegetación climácica,
pero generalmente pequeñas matas crasas (almajos)
de los géneros Salsola, Salicornia, Suaeda, Arthrocnemon y Halopeplis son las que dominan estos saladares-almajares, junto a gramíneas como Puccinellia,
Crypsis, etc. Capítulo aparte merece la vegetación de
fanerógamas marinas (agua salada), en la que destaca Posidonia oceanica.
9. Vegetación dulceacuícola
Se trata de comunidades de pequeños hidrófitos herbáceos que viven en lagunas y zonas encharcadizas,
poco frecuentes en la provincia por su secular desecamiento antrópico, pero visibles aún en los sectores Antequerano y Aljíbico. Las asociaciones pueden ser flotantes como las presididas por la lenteja de
agua (Lemna minor), o enraizadas con hojas flotantes
(Ranunculus hederaceus, R. peltatus, R. tripartitus,
Callitriche sp., Potamogeton sp., Zannichellia sp.), algas verdes (Chara spp.) e incluso briófitos (Fontinalis
sp.). En las fuentes de aguas frías y limpias se puede
encontrar la comunidad de Montia fontana, junto a
diversas especies de musgos hidrófilos.
11. Vegetación alóctona e invasora
Se trata de comunidades caracterizadas por especies alóctonas, muchas de ellas invasoras de los hábitats más alterados por la actuación antrópica. Entre
la vegetación herbácea, destacan los pastizales invernal-primaverales de vinagreta (Oxalis pes-caprae) por
todas las zonas bajas de la provincia, la uña de gato
(Carpobrotus edulis) en playas y dunas y entre la ar-
43
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
jábega 101
bustiva destaca la asociación presidida por el ricino (Ricinus communis) y el falso tabaco (Nicotiana glauca).
Nieto, J. M., A. V. Pérez Latorre y B. Cabezudo (1991).
«Biogeografía y series de vegetación de la provincia de
Málaga (España)». Acta Bot. Malacitana, 16 (2): 417436.
NIETO J. M., B. CABEZUDO, A. V. PÉREZ LATORRE, D. NAVAS, P. NAVAS y Y. GIL (1998). «Apuntes para el estudio
del paisaje vegetal de la provincia de Málaga». En: Rebollo M., F. Serrano, J. M. Nieto y B. Cabezudo (Eds.). Itinerarios por espacios naturales de la provincia de Málaga.
Servicio de Publicaciones. Universidad de Málaga.
Pérez Latorre, A. V., A. Galán de Mera, U. Deil y B.
Cabezudo (1996). «Fitogeografía y vegetación del
sector Aljíbico». Acta Bot. Malacitana, 21:241-267.
PÉREZ LATORRE, A. V., P. NAVAS, D. NAVAS, Y. GIL y B.
CABEZUDO (1998). «Datos sobre la flora y vegetación
de la Serranía de Ronda (Málaga, España)». Acta Bot.
Malacitana, 23: 149-191.
Pérez Latorre, A. V., A. Galán de Mera, P. navas, D.
Navas, Y. Gil y B. Cabezudo (1999). «Datos sobre la
flora y vegetación del Parque Natural de los Alcornocales (Cádiz-Málaga, España)». Acta Bot. Malacitana,
24: 133-184.
PÉREZ LATORRE A. V. y B. CABEZUDO (2002). «La flora y el
paisaje vegetal de la provincia de Málaga: importancia
y conservación». Jábega, 90: 25-39.
PÉREZ LATORRE A. V., D. NAVAS FERNÁNDEZ, O. GAVIRA,
G. CABALLERO y B. CABEZUDO (2004). «Vegetación
del P. N. de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama». Acta
Bot. Malacitana, 29: 117-190.
PÉREZ LATORRE A. V., G. CABALLERO, F. CASIMIRO-SORIGUER, O. GAVIRA y B. CABEZUDO (2008). «Vegetación
del sector Malacitano-Axarquiense (comarca de la Axarquía, Montes de Málaga y Corredor de Colmenar). Málaga (España)». Acta Bot. Malacitana, 33: 215-270.
PÉREZ LATORRE, A. V., G. CABALLERO, F. CASIMIRO-SORIGUER SOLANAS, O. GAVIRA y B. CABEZUDO. «Vegetación de la cordillera antequerana oriental (subsector Torcalense). Málaga-Granada (España)». Acta Bot.
Malacitana, 34: 145-174.
RIVAS MARTÍNEZ, S., F. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, J. LOIDI,
M. LOUSA y A. PENAS (2001). «Syntaxonomical checklist of vascular plant communities of Spain and Portugal
to association level». Itinera Geobotanica, 14: 5-341.
RIVAS MARTÍNEZ, S., T. E. DÍAZ, F. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ,
J. IZCO, J. LOIDI y A. PENAS (2002). «Vascular plant
communities of Spain and Portugal». Itinera Geobotanica, 15 (1): 5-432.
Bibliografía
ASENSI, A. y J. M. NIETO CALDERA (1981). «Vegetación
acuática, halófila y halonitrófila de la provincia de Málaga». Trabajos y monografías del Departamento de
Botánica de Málaga, 2: 105-122.
ASENSI, A. y B. DÍEZ GARRETAS (1984). El paisaje vegetal
de la provincia de Málaga. En: Málaga, vol. IV. El medio
ambiente. Ed. Anel. Granada.
BOISSIER, E. (1839/1845). Voyage botanique dans le midi
de l’Espagne pendant l’année 1837. Vol I y II. París.
BRAUN-BLANQUET, J. (1979). Fitosociología. Ed. Blume.
Madrid.
CABEZUDO, B., J. MOLERO MESA y A. V. PÉREZ LATORRE
(1998). Vegetación de Andalucía. En: Carmen Rodríguez Hiraldo (coord.). La Flora (tomo 3). Naturaleza de
Andalucía (obra completa). Ediciones Giralda. Sevilla.
CASIMIRO-SORIGUER F. y A. V. PÉREZ LATORRE (2008).
«Aproximación al conocimiento de la flora alóctona de
la provincia de Málaga (España): Catálogo de Metáfitos». Acta Bot. Malacitana, 33: 373-382.
CEBALLOS, L. y C. VICIOSO (1933). Estudio sobre la vegetación y flora forestal de la provincia de Málaga. Inst.
Forestal de Invest. y Exp. Madrid.
Departamento de Biología Vegetal de la UMA. Enlaces botánicos de interés sobre vegetación de la provincia
de Málaga: http://www.biolveg.uma.es/links/links.html.
GALÁN DE MERA, A., A. V. PÉREZ LATORRE y J. A. VICENTE ORELLANA (2003). «Relaciones fitogeográficas entre
el suroccidente de la Península Ibérica y el noroeste de
África. Una propuesta de sectorización». Lagascalia, 23:
27-52.
GAVIRA, O. y A. V. PÉREZ LATORRE (2003). «Aproximación
al catálogo florístico del Valle del Río Genal». Anales de
Biología, 25: 113-161.
GIL ALBARRACÍN, A. (ed.) (2002). Simón de Rojas Clemente Rubio: Viaje a Andalucía. «Historia Natural del reino
de Granada» (1804-1809). Griselda Bonet Girabet, Barcelona. 1247 pp.
NIETO J. M., S. PÉREZ SANZ y B. CABEZUDO (1988). «Datos sobre la vegetación dolomitícola del sector rondeño
(Sierra de Mijas, Málaga, España)», Lazaroa 10: 35-46.
44
Extracto de la Revista Jábega nº 101, año 2009. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
View publication stats
Descargar