y de pequeños detalles, no por pequeños menos significativos, que en su complicada totalidad integran el paisaje vegetal. Tal conocimiento, base indispensable para los trabajos de profundización ecológica y de valoración fitogeográfica, además de su interés intrínseco, resulta necesario si se pretende un aprovechamiento racional y no destructivo del patrimonio natural de que dispone el hombre. En los momentos actuales, en que la humanidad toda y, muy especialmente, los pueblos de los países tropicales se enfrentan a gravísimos problemas de conservación de un ambiente que permita a las generaciones futuras un nivel de vida digno, la comprensión de los complejos sistemas naturales en el seno de los que nos movemos y de las leyes que rigen el funcionamiento de los mismos adquiere una trascendencia cada vez mayor. Si nuestra modesta aportación resulta un estímulo que contribuya a impulsar la ingente empresa de estudio de la vegetación neotropical, nos sentiremos plenamente satisfechos. Es nuestro deseo que la actividad de los botánicos brasileños, cada vez más numerosos y más activos, sea causa de que el texto que ofrecemos quede pronto superado por los resultados de nuevos estudios más amplios y comprensivos. No podríamos terminar estas líneas sin expresar nuestro profundo agradecimiento a todos los amigos que, con su amabilidad, han facilitado nuestro trabajo y, muy en especial a los botánicos de Curitiba María Luiza Dombrowski y Nobor Imaguire, cuyo conocimiento de la flora y vegetación del país nos ha sido de un valor inestimable, y al Prof. Dr. Carlos Vellozo Roderjan, que ha dibujado los expresivos gráficos de vegetación que ilustran el texto. O. de Bolos A.C. Cervi G. Hatschbach