LA ESCUELA DE MAFALDA. Para poder comprender plenamente las críticas que la historieta realiza al sistema educativo, es necesario saber a qué tipo de escuela asisten Mafalda y sus amigos. A lo largo de las tiras, se puede apreciar que la misma pertenece al sistema educativo moderno tradicional ya desde el espacio físico que ocupa. En el ejemplo siguiente se puede apreciar la disposición del aula. Se representa el aula marcando la relación pedagógica asimétrica: la maestra se muestra al frente del aula, sentada en un escritorio que está ubicado sobre una tarima. Esa tarima marca la diferencia de poder, ya que la ubica por sobre el nivel de los alumnos. Ellos están sentados en pupitres, uno detrás del otro, de manera ordenada. Como se dijo anteriormente, la morfología del pupitre impedía la movilidad del alumno y promovía la individualidad, lo cual dificultaba el trabajo grupal y el aprendizaje colectivo. Esto respondía a la lógica de la educación bancaria, la cual consideraba que el docente era el único poseedor del saber que sería depositado en los alumnos, considerados como tábulas rasas, por lo tanto sin ningún conocimiento previo para compartir con sus pares. Además, la tira representa ciertos indicios de mecanismos disciplinadores, típicos de la escuela moderna, como se ha explicado respecto a la utilización del pupitre. Pero también la tarima sobre la que se encuentra la maestra responde a esta lógica, ya que la diferencia en la altura permite que ella pueda ver a todos sus alumnos al mismo tiempo, incluso a aquellos que estén sentados en los últimos lugares. Nuevamente, la posibilidad que tiene el docente de vigilarlos y controlarlos, le confiere poder sobre los alumnos. METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA. Más allá de la crítica sobre la no-significatividad de los conocimientos escolares, la historieta también cuestiona la metodología de enseñanza de la escuela moderna, en diferentes aspectos. La crítica que realiza hacia la concepción bancaria de la educación se hace evidente en el siguiente ejemplo: En esta tira, se manifiesta la idea de que los saberes escolares eran “metidos en la cabeza” de los alumnos, sin ninguna mediación de su parte, quedando limitados a un rol pasivo en el proceso de aprendizaje. Los maestros, poseedores de esos saberes, eran los encargados de realizar tal trabajo. A su vez, la cabeza era entendida como un mero recipiente donde eran depositados los saberes escolares. El hecho de que Mafalda la midiera y destinara toda su capacidad a archivar los saberes escolares, da cuenta de que la misma era considerada como hueca, vacía: se desconocía la existencia de otros conocimientos o experiencias previas, que pudiese intervenir de algún modo en la adquisición de los nuevos conocimientos. En este sentido, el aprendizaje era mecánico, basado en la repetición y memorización de los conocimientos, más que en su elaboración y comprensión. La reiteración de los conocimientos promueve la fragmentación de los mismos, ya que es muy difícil poder repetir y memorizar unidades temáticas complejas. En efecto, esto se hace más evidente en el estudio de la historia, sea nacional o universal, que se enseña como acontecimientos históricos aislados, repetidos año tras año en su aniversario, a modo de efemérides, sin enseñar el proceso histórico en su complejidad, esto es, sin atender a los diferentes factores políticos, económicos y sociales que lo constituyeron. La historieta aborda la problemática en el siguiente ejemplo: En el primer cuadro, Manolito se queja porque todos los años le encomiendan la misma tarea escolar, cuestionando la reiteración como método de enseñanza. En general, la historia es enseñada de ese modo, exigiendo la memorización de datos: nombres, fechas, lugares. Dado que la memoria es selectiva, este tipo de información suele ser olvidado poco tiempo después. Esta metodología de enseñanza desacredita la importancia del acontecimiento histórico y de su estudio, contando una versión de la historia “acartonada, aburrida y poco significativa”. QUIEBRES Y CAMBIOS La aparición de los nuevos medios masivos de comunicación y la globalización que permitió la tecnología a mediados del siglo XX, generó que la representación social de la escuela se modifique. Los medios de comunicación aportaban información y conocimientos, lo que provocó que la escuela dejara de ser el único lugar de transmisión de saberes. Libertad no comprende que la maestra la está evaluando y parece no entender que tiene que saber la información de memoria. Cuestiona que deba conocer el nombre de la montaña si puede encontrarlo en una revista “con fotos y todo”. Esta aclaración demuestra que la información que pueda publicar, por ejemplo una revista, podía ser más completa y significativa que saber solamente el nombre de la montaña, como se solía exigir en la escuela. Por otro lado, el ritmo del flujo de información que transmiten los medios de comunicación es distinto al ritmo escolar: los primeros se caracterizan por la velocidad Por otro lado, el ritmo del flujo de información que transmiten los medios de comunicación es distinto al ritmo escolar: los primeros se caracterizan por la velocidad y la actualidad mientras la escuela propone un ritmo mucho más lento y prolongado, dado que las características de sus contenidos no requieren de inmediatez, como sí sucede con los contenidos mediáticos. En esta tira se hace referencia explícita al deterioro de la infraestructura escolar, lo que marca un abandono de la educación, por parte de las autoridades políticas, en su rasgo más evidente. Esto responde a un cambio en la concepción de la escuela, que antes era considerada como algo “sagrado” y, por lo tanto, requería cuidado y respeto desde lo más básico, como es el edificio escolar. La arquitectura de las escuelas modernas estaba basada en el ideal sarmientino que afirmaba que la infraestructura de la escuela era una herramienta pedagógica en sí misma, la cual reflejaba la importancia de la educación para la sociedad. El abandono en el mantenimiento edilicio que se representa en el ejemplo marca una ruptura con la importancia del rol social que históricamente se le otorgó a la escuela. Si es cierto, como lo creía Sarmiento, que el edificio escolar debía reflejar la valoración social de la educación, la tira anterior habla por sí sola.