COLOQUIO 1 Complejo de Edipo • surge en la búsqueda de causas y fundamentos de la neurosis que decantó en el descubrimiento de conflictos entre los impulsos sexuales del sujeto y la resistencia contra la sexualidad. En donde las represiones de estos impulsos sexuales y de la sexualidad se habían producido en los años más tempranos de la vida infantil del sujeto. Asi como expresaban psicólogos y poetas las impresiones de este temprano período de vida sucumbian en mayor parte a la amnesia y dejan huellas perdurables en el desarrollo del individuo. • Freud plantea que la sexualidad infantil aparece cuando los niños eran corrompidos por un adulto, que era lo que había observado en los relatos de sus pacientes. Luego se vio forzado a reconocer que tales escenas de corrupción no habían sucedido realmente nunca, siendo tan sólo fantasías imaginadas por los pacientes. Pero cuando logró reponerse de la primera impresión ( ya que había hasta dudado de su técnica ) dedujo en seguida de su experiencia las conclusiones acertadas, que los síntomas neuróticos no se hallaban enlazados directamente a sucesos reales, sino a fantasías optativas, y que para la neurosis era más importante la realidad psíquica que la material. Fue éste el primer contacto con el complejo de Edipo. • Planteó que la función sexual existía desde un principio, se apoyaba primeramente en funciones importantes para la conservación de la vida y luego se hacía independiente. Se manifestaba primero como actividad de toda una serie de componentes instintivos dependientes de zonas somáticas erógenas; partían independientemente uno de otros, a la conquista del placer y encontraban generalmente su objeto en el propio cuerpo. La función sexual no se hallaba al principio centrada y era predominantemente autoerótica. Un primer grado de organización aparecía bajo el predominio de los componentes orales; luego seguía una fase sádicoanal, y sólo la tercera fase, posteriormente alcanzada, traía consigo la primacía de los genitales. La energía de los instintos sexuales recibió el nombre de libido. • El primer objeto erótico posterior al estadio del autoerotismo es, por ambos sexos, la madre, cuyo órgano alimenticio no fue distinguido al principio del propio cuerpo. Más tarde, en los primeros años infantiles, se establece la relación del complejo de Edipo, en la cual concentra el niño, sobre la persona de la madre, sus deseos sexuales y desarrolla impulsos hostiles contra el padre, considerado como un rival. La constitución bisexual innata interviene ya que transcurre bastante tiempo hasta que el niño se da cuenta de la diferencia de los sexos. La primera elección de objeto infantil es incestuosa. • El carácter más singular de la vida sexual humana es su división en dos fases, con una pauta intermedia. Alcanza su primer punto culminante en el cuarto y quinto año de la vida, pasados los cuales desaparece esta temprana floración de la sexualidad, surgiendo el período de latencia, que dura hasta la pubertad. Esta división del desarrollo sexual parece ser privativa del hombre y constituye la condición biológica de su disposición a la neurosis. Con la pubertad quedan reanimadas las tendencias y las cargas de objeto de las épocas tempranas, incluso los ligámenes sentimentales del complejo de Edipo. Sueño • Con ayuda del procedimiento de la asociación libre y del arte de interpretación, el psicoanálisis consiguió demostrar que los sueños poseen un sentido y que este se puede adivinar. Los sueños eran considerados en la antigüedad como profecías. Pero tratándolos como un incomprendido síntoma neurótico o como una idea delirante u obsesiva, prescindiendo de su contenido aparente y haciendo 1 objeto de la asociación libre a cada uno de sus diversos cuadros, se llega a un resultado distinto. Las numerosas ocurrencias del sujeto del sueño llevaron al conocimiento de un producto mental que equivalía a un rendimiento psíquico completo y que constituía el sueño manifiesto en una traducción deformada, abreviada y mal interpretada, compuesta por imagenes gralmente visuales. • Frente a esto se planteaban toda una serie de problemas, que mayormente se referían a la existencia de un motivo de la formación de los sueños, a las condiciones en las que la misma se desarrollaba y a los caminos que conducían desde las ideas latentes del sueño. Freud publica se obra «La interpretación de los sueños», en 1900 donde intenta resolver todos estos problemas. Aquí explica que si examinamos las ideas latentes que el análisis del sueño revela encontramos una que resalta entre las demás, que son razonables y conocidas por el sujeto. Estas otras ideas son restos de la vida despierta. En cambio, en la idea aislada reconocemos un impulso optativo ajeno a la vida despierta del soñador. Este impulso es el que ha provocado el sueño y ofrece la energía necesaria para su producción. El sueño así surgido presenta una situación que integra la satisfacción de tal impulso, constituyendo una realización de deseos. En el reposo, dada la simultánea oclusión, el yo disminuye el esfuerzo, con el que en toda otra ocasión mantiene las represiones. Esta negligencia nocturna de la represión es aprovechada por el impulso inconsciente para llegar a la consciencia por medio del sueño. La resistencia de represión del yo no queda suprimida durante el estado de reposo, sino simplemente disminuida, y una parte de ella queda en pie, como censura onírica, y prohíbe al impulso optativo inconsciente manifestarse en la forma que le es propia. • La censura onírica decanta en la deformación onirica, a la que debe el sueño manifiesto sus más singulares caracteres. Podemos entonces decir justificadamente que el sueño es la realización (disfrazada) de un deseo (reprimido), siendo el producto de una transacción entre las aspiraciones de un impulso instintivo reprimido y la resistencia de un poder del yo, que ejerce la censura. • La función general del sueño es anular aquellos estímulos exteriores o interiores que harían despertar al sujeto. El estímulo exterior queda rechazado mientras que el estímulo interior es admitido por el durmiente y le permite llegar a la satisfacción por medio de la formación de un sueño. Pero cuando surge tal peligro y el sueño se hace demasiado preciso, lo interrumpe el durmiente, despertando asustado (sueño de angustia). El proceso que transforma con la colaboración de la censura las ideas latentes en el contenido manifiesto ha sido denominado por Freud elaboración onírica, y consiste en una elaboración especial del material ideológico preconsciente. La elaboración onírica es un excelente ejemplo de los procesos que se desarrollan en los más profundos estratos inconscientes de la vida anímica. La interpretación muestra que, además de constituir la realización de un deseo reprimido, el sueño puede haber continuado la actividad mental preconsciente diurna. • Se le atribuye a freud la afirmacion de que los sueños que poseen un contenido sexual se refieren a energías instintivas sexuales, pero el explica que el hambre, la sed y otras necesidades crean sueños de satisfacción, del mismo modo que cualquier impulso reprimido. Dice que los sueños de los niños pequeños nos ofrecen una fácil demostración de la exactitud de su teoría ya que se comprueba con frecuencia que los sueños que no son sino satisfacciones no disfr.azadas de impulsos optativos no satisfechos durante el día y pueden producirse también en los adultos tales sueños de tipo infantil. 2 SEXUALIDAD INFANTIL Los poetas y psicólogos afirman que las impresiones de este temprano periodo de vida dejan huellas perdurables en el desarrollo del individuo,pero dado que estas impresiones infantiles se trataba siempre de excitación sexual y de la reaccion contra ellas,nos encontramos ante el hecho de la sexualidad infantil, otra novedad contraria a los prejuicios de los hombres,se acepta generalmente a la infancia como inocente,hallándose libre de todo impulso sexual y que no comienza hasta la pubertad.Los casos de actividad sexual en los niños eran consideradas como degeneración o caprichos de la naturaleza. El primer objeto erótico es la madre,cuyo órgano alimenticio no fue distinguido al principio dle propio cuerpo.Más tarde pero aun en los primero años infantiles se establece la relación con el complejo de edipo. El carácter más singular de la vida sexual humana es su division en dos fases.Alcanza su primer punto culminante en el cuarto y el quinto año de vida pasando los cuales desaparece esta temprana floración de la sexualidad, siguiendo con el periodo de latencia, que dura hasta la pubertad. En la vida sexual de la pubertad luchan entre si los impulsos de la primera fase y las inhibiciones del periodo de latencia,se forma una especie de organización genital,es lo que conocemos con el nombre de primacía fálica. Los descubrimientos de la sexualidad del niño debieron su origen al análisis de los adultos,pero luego fueron confirmadas en todos sus detalles por observaciones directa de sujetos infantiles.Realmente es tan fácil convencerse de las actividades sexuales regulares de los niños pero sin embargo hay hombres que defienden la leyenda de la asexualidad infantil. Esto debe depender,indudablemente, de la amnesia que la mayoría de los adultos padecen por lo que respecta a su propia niñez. LA LIBIDO La energía de los instintos sexuales y solo de ellos,recibió el nombre de libido.En el complejo de Edipo se nos mostró enlazada la libido a la representación de los progenitores del sujeto;pero este paso antes por una época en la que carecía de todo objeto. De esta circunstancia dedujimos la existencia de un estado en el que la libido llena el propio yo,habiendolo tomado como objeto.Este estado podría denominarse narcisismo, y no era fácil adivinar que en realidad subsiste siempre,y que el yo continúa siendo a través de toda la vida el gran deposito de libido.Así pues la libido narcisista se transforma continuamente en libido objetiva, y vicevesa.El enamoramiento sexual o sublimado,que llega hasta el sacrificio del sujeto, nos ofrece un ejemplo de la magnitud que esta transformación puede alcanzar,a partir de esto nos fue posible llegar a los elementos represores. Al reconocer los instintos de conservación como la naturaleza libidinosa, esto es,como libido narcisista, vemos que el proceso de la represión de desarrolla dentro de la libido misma.La libido narcisita se opone a la libido objetiva,y el interés de la propia conservación se defiende contra las exigencias del amor objetivo.Primero estableció la antítesis de instintos del yo (conservacion-hambre) e instintos libidinosos (amor), sustituyendola después por la de libido narcisista y libido objetiva. CONGRESOS Primer congreso: Fué realizado en 1908 en Salzburgo. Su principal aporte fué la fundación de una revista publicada por primera vez en 1909 la cual fue dirigida por Bleuler y Freud y Jung como jefe de dirección. Se creó una estrecha comunidad de trabajo entre Zurich y Viena. 3 Zurich se convirtió en la pequeña tropa que pugnaba por conquistar el reconocimiento para el análisis. Segundo congreso: se desarrolló en Marzo de 1910 en Nuremberg. Se forjó un proyecto (por Freud) con la ayuda de Sándor Ferenczi. Freud pensaba trasladar su centro(Viena) a Zurich a cargo de Jung como jefe. Sin embargo, para Freud ésta fué una mala decisión ya que él (Jung) era incapaz tanto de soportar la autoridad de otro como para constituir el mismo una autoridad. El fin de la asociación psicoanalítica era Cultivar y Promover la ciencia psicoanalítica fundada por Freud en su condición de Psicología pura y en su aplicación a la medicina y a las ciencias del espíritu” En este congreso se constituyeron tres grupos locales: ● Berlín bajo la presidencia de Abraham ● Zurich: bajo la presidencia de Jung ● Viena: bajo la presidencia de Adler ● Budapest: se forma más tarde que los otros anteriores Como consecuencia de la aprobación de ésta asociación psicoanalítica Zurich y Burgholzli se separan Tercer congreso: Realizado en Septiembre de 1911 en Weimar. Superó a todos los anteriores por el espíritu y por el gran interés científico. En el mismo se autorizó la fundacion de un segundo grupo norteamericano reuniendo a miembros de Canadá y todo EE.UU. Siendo Putnam presidente y Ernest Jones secretario. Cuarto congreso: Septiembre 1913 en Múnich, presidido por Jung pero de una manera desconvenida ya que se limitó el tiempo a los expositores , los debates predominaron sobre las comunicaciones. En este congreso se activó el grupo local de Budapest bajo la presidencia de Ferenczi. Seguido de esto, Jones se trasladó a Londres y fundó el primer grupo ingles. INFLUENCIAS ● Breuer: principales aportes al psicoanálisis con el método Catártico ● Charcot: llevó a cabo los primeros estudios sobre la histeria y descubre que estos fenómenos son auténticos ● Escritos bíblicos y literarios:Freud relaciona siempre sus estudios y teorías con distintos conceptos extraídos de libros que él había leído con anterioridad ● Amistad escolar: un compañero lo había influenciado para que el se dedicase a la abogacía, sin embargo no lo llevó a cabo (no estoy segura) ● Teoría Darwinista Las grandes corrientes de psicología positiva en el siglo XIX ● Asociacionismo inglés: Corriente que piensa que las abstracciones son el pasaje de lo simple a lo complejo. El conocimiento es adquirido por la experiencia. Posibilitó el empirismo. Algunos de sus representantes son: Berkeley, Hume, Stuart Mill. Sensación →Percepción→Abstracción →Asociación (complejización)→Ideas complejas. ● Espiritualismo francés: Ponían el acento en la noción de instinto (tendencias impulsivas al comportamiento). Sistema filosófico que defiende la esencia espiritual y 4 ● ● ● ● la inmortalidad del alma, y se contrapone al materialismo. Sus representantes son: Cabanis, Esquirol, Comte. Asociacionismo alemán: Trataban de concebir los fenómenos psíquicos como fuerza, energía, magnitud mental. Pensaban la psicología como una ciencia experimental. Sus representantes son: Fechner, Helmholtz, Wundt. Evolucionismo: Integra una comprensión diacrónica de los procesos psíquicos. (La presencia de lo antiguo en lo nuevo). Sus representantes son: Darwin, Spencer. Reacción globalista: Creían que la vida psíquica no es reducible a sus partes. “El todo es más que la suma de las partes”: Sus representantes son: Brentano, William James, teóricos de la Gestalt. Feud también recibió influencias de la psiquiatría de su época, siendo figuras destacadas: Grlensingel, Morel, Kahlbaum, Kraepelin, Kraft-Ebbing; y también de la literatura. CRÍTICAS → Críticas de Freud hacia las corrientes separatistas de Adler y Jung Adler: Dice Freud: “cuando salieron a relucir las incompatibles discrepancias científicas de Adler, y yo hice que se lo excluyese de la redacción del Zentralblatt (revista de psicoanalisis), el abandonó también la asociación y fundó una nueva unión que al principio se atribuyó el nombre de Unión para el psicoanálisis libre”. S in embargo esta quedó a la sombra del psicoanálisis tradicional, por lo que Adler dio un paso y rompió todo lazo con este y separó sus doctrina con el nombre de psicología individual. ● Freud consideraba a la teoría de Adler como un sistema, cosa que el psicoanálisis evitó. Asegura que su doctrina se caracterizó menos por lo que aseveraba que por lo desmentia, y que contaba de tres elementos de valor desigual: buenas contribuciones a la psicología del yo, traducciones de los hechos analíticos a la nueva jerga, y desfiguraciones y tergiversaciones de estos hechos en todo lo que no se adecuaban a las premisas del yo. ● La doctrina de Adler destaca el complemento egoísta de las mociones pulsionales libidinosas. ● Se vale de la racionalización para encubrir el motivo inconsciente. ● Afirma que los componentes de la doctrina de Adler, el psicoanálisis tiene que avalar como propio, ya que no es otra cosa que conocimiento psicoanalítico al que después de un cambio de nomenclatura, le ha estampado su marca de propiedad. ● El sistema adleriano reza que el propósito de autoafirmación del individuo, su voluntad de poder es que bajo la forma de protesta masculina se revela dominante en la conducción de la vida, en la formación del carácter y de la neurosis. Para Freud esto no era otra cosa que la represión desprendida de su mecanismo psicológico y sexualizada, lo que mal condice con el hecho de que Adler intentaba “quitar” el papel de la sexualidad dentro de la vida anímica. ● Lo inconsciente aparece todavía como una particularidad psicológica, pero sin relación alguna con el sistema. ● La represión no encontró en Adler comprensión alguna. ● “Igualmente lamentable vacío es todo lo que ha expresado sobre el sueño. Fue para el una vuelta de la línea femenina a la masculina, lo que significaba la 5 traducción de la doctrina del cumplimiento de deseo en el sueño, al lenguaje de la “protesta masculina”. ● En cuanto a la resistencia, dice que esta le sirve al paciente para imponerse sobre el médico, pero Freud opina que no se dilucidan cuestiones como de dónde viene esta, y como es que sus fenómenos están a disposición de ese propósito del enfermo, y que no se presta atención a los mecanismos detallados de los síntomas y de los fenómenos. Jung: Freud considera que la modificación de Jung aflojó el nexo de los fenómenos con la vida pulsional, y es tan oscura y confusa que no es fácil tomar posición frente a ella. ● Para Freud, Jung y sus seguidores han estudiado en detalle el modo en que el material de las representaciones sexuales procedentes del complejo familiar y de la elección incestuosa de objeto es empleado en la figuración de los supremos intereses éticos y religiosos de los hombres. ● Todas las modificaciones de Jung ha emprendido en el psicoanálisis emanan del propósito de eliminar lo chocante en los complejos familiares a fin de no reencontrarlo en la religión y en la ética. La libido fue sustituida por un concepto abstracto que permaneció como algo misterioso. El complejo de Edipo se entendió sólo simbólicamente, e el la madre representaba lo inalcanzable a lo cual debe renunciarse a fin del desarrollo de la cultura, y el padre, a quien se da muerte representaba al padre “interior” del que es preciso emanciparse para llegar a ser autónomo. El conflicto entre aspiraciones eróticas desacordes con el yo y la afirmación del yo fue reemplazado por el conflicto entre la “tarea de vida” y la “inercia psíquica”. El sentimiento neurótico de culpa correspondió al reproche que el individuo se hace po no haber cumplido su tarea de vida. De tal modo se creó u nuevo sistema ético-religioso. ● La investigación del individuo fue relegada y sustituida por un enjuiciamiento cuyo punto de apoyo se extrajo de la investigación de los pueblos. ● Esta nueva orientación revela su total ruptura con el psicoanálisis en su modo de tratar a la represión, que en los 9escritos de JUng apenas si se mencionan. → Las críticas al psicoanálisis, considera Freud que se encontraban en el hecho de que sus adversarios se negaban a ver en ella otra cosa que un producto de su fantasía especulativa, y dado que a juicio suyo el análisis no tenía contacto con la observación ni la experiencia se consideraron con derecho a rechazarlo sin una propia experiencia contraria. Janet también le plantea que el psicoanálisis y más precisamente la aseveración de que las neurosis se reconducen a perturbaciones de la vida sexual, sólo podía originarse en una ciudad como Viena, en una atmósfera de sensualismo e inmoralidad que sería ajena a otras ciudades; simplemente sería el reflejo, la proyección teórica de estas condiciones particulares de la ciudad. CÓMO SURGE EL PSICOANÁLISIS Breuer y Freud desarrollaron el método catártico, el cual incluía la hipnosis y consistía en traer mediante esta los recuerdos que originaban el síntoma, permitiéndole al paciente hablar sobre ellos dandose asi la catarsis la cual desarmaba el síntoma. Sin embargo, más tarde Freud descubrió que la estructura histérica prevalecía. Advirtió entonces esta deficiencia en el método y buscó con qué sustituir la hipnosis. Para esto llego al denominado método del 6 apremio, el cual recordó haber visto hacer a Bernheim, y consistía en distraer a la persona de su conciencia usando la sugestión, poniendo su mano en la frente y con su insistencia acababan por surgir los recuerdos olvidados. Se preguntó entonces cómo era posible que los enfermos hubiesen olvidado hechos de su vida interior y exterior y pudiesen recordarlos cuando se les aplicaba la técnica antes descrita? Descubrió que todo lo olvidado había sido penoso por un motivo cualquiera para el sujeto, siendo considerado por las aspiraciones de su personalidad como temible o doloroso. En las neurosis el yo se había retirado ante el impulso instintivo repulsivo, cerrandose el acceso a la conciencia y a la descarga motora directa, con lo cual habría conservado dicho impulso toda su energía (a esto lo llamo REPRESIÓN). La teoría de la represión constituyó la base de la comprensión de las neurosis e impuso una modificación de la labor terapéutica. Su fin era descubrir las represiones y suprimirlas mediante un juicio que aceptase o condenase definitivamente lo excluido por la represión. En acatamiento a este nuevo estado de cosas, dio al método de investigación y curación resultante el nombre de psicoanálisis para sustituir el de catarsis, siendo luego su método la asociación libre, que plantea que para llegar al inconsciente hay que dejar que el paciente hable libremente. Autobiografía - Freud (1924/5) Nací el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, en el luego denominado Príbor, Moravia, actual Rep. Checa (Murió el 23 de septiembre de 1939 por cáncer de laringe). Mis padres eran judíos. A la edad de 4 años llegué a Viena, donde realicé todos mis estudios. En el “Gymnasium” fui el primero de la clase, tenía una posición de preferencia. Aunque vivíamos en condiciones muy modestas, mi padre me incentivo a guiarme exclusivamente por mis inclinaciones en la elección de una carrera. Me movía un apetito de saber dirigido a la condición humana. Mi temprano ahondamiento en la historia bíblica tuvo cierto efecto sobre mis intereses. Por influencia de mi amistad con un compañero de escuela algo mayor, nació en mí el deseo de estudiar derecho, como él. Por otro lado, la doctrina de Darwin, me atrajo poderosamente porque prometía un extraordinario avance en la comprensión del universo, lo que me decidió a inscribirme en medicina. Ingrese en 1873 a la universidad, donde se pensaba que debería sentirme inferior y extranjero por ser judío. Nunca he concebido avergonzarme por mis antepasados o por mi raza. La peculiaridad y estrechez de mis dotes me denegaban éxito en muchas disciplinas científicas que me interesaban. Al fin, en el Laboratorio de Fisiología de Ernst Brücke halle satisfacción plena. Brücke me propuso una tarea referida a la histologia del Sist. Nervioso. Entre 1876 y 1882 trabajé en ese instituto. No me atraían las disciplinas, médicas, con excepción de la psiquiatría. En 1881 me doctoré en medicina. En 1882 abandoné el laboratorio e ingresé como aspirante al Hospital General. Pasado cierto tiempo fui promovido a medico interno y presté servicios en diversas secciones; entre ellas, durante más de seis meses, junto a Meynert. Brücke me había indicado como objeto de investigación la médula espinal de uno de los peces inferiores y ahora pasaba al sistema nervioso central del ser humano. El hecho de que al comienzo escogiera como único objeto de estudio la médula oblongata o bulbo raquídeo era una repercusión de mis primeros pasos. Desarrolle la inclinación a concentrarme en un tema o problema. Me convertí en un trabajador muy activo de Anatomía del Cerebro. En esos años de hospital publiqué algunos pequeños escritos que recibieron atención de Edinger. Meynert, un día, 7 me propuso que me consagrase definitivamente a la anatomía del encéfalo, con la promesa de traspasarme su cátedra universitaria, me negué por la magnitud de la tarea. Inicie por mi parte, el estudio de las enfermedades nerviosas. Esta disciplina se cultivaba muy poco en Viena. En la lejanía destellaba el nombre de Charcot, profesor de neuropatología en París, y así concebí el plan de obtener el puesto de Dozent (docente adscrito, al cual se le permite dictar una serie de clases sobre temas vinculados al programa de estudios) en enfermedades nerviosas, a fin de poder después completar mi formación en París. Mientras seguía siendo médico interno publique varios estudios caso sobre enfermedades orgánicas del Sist. Nervioso. Localicé un foco en la médula oblongata con exactitud tal que el especialista en anatomía patológica nada tenía que agregar, y fui el primero en Viena en enviar a la autopsia un caso con el diagnóstico de polineuritis aguda. Esto atrajo la atención de médicos norteamericanos, ante quienes leí, en pidgin-English, un curso sobre los pacientes de mi departamento. Acerca de la neurosis, yo no sabía nada. Cierta vez que presente ante mi auditorio a un neurótico que padecía de dolor de cabeza permanente como un caso de meningitis crónica, todos se apartaron de mi. A comienzos de 1885, recibí el cargo de docente adscrito en neuropatología en mérito a mis trabajos, poco después, tras una recomendación de Brücke, se me adjudicó una beca de viaje a París. Ingrese como alumno en la Salpetriere, y al comienzo, se hizo poco caso de mi. Un dia oí a Charcot lamentar que el traductor de sus conferencias al alemán no hubiera dado señales de vida después de la guerra; que le gustaría que alguien tomara su cargo. Yo me ofrecí por escrito a hacerlo; Charcot me acepto, me introdujo en su círculo privado y a partir de entonces tuve participación plena en todo cuanto ocurría en la clínica. Junto a charcot, lo que más impresión me causó fueron sus indagaciones sobre la histeria que , en parte, todavía se desarrollaban ante mis ojos. Antes de abandonar París, planee con el maestro un trabajo comparativo de las parálisis histéricas con las orgánicas Además, antes de regresar a Viena, me detuve en Berlín para obtener algunos conocimientos acerca de las enfermedades de la infancia. En los años siguientes, publique desde Kassowitz, varios trabajos sobre parálisis encefálicas unilaterales y bilaterales de los niños. En 1886 me instale en Viena como médico y contraje matrimonio. En 1884, un profundo interés me movió a solicitar de Merck, cocaína, y estudiar sus efectos fisiológicos. En medio de ese trabajo se presentó la oportunidad de viajar y volver a ver a mi prometida en ese entonces. Concluí rápidamente la investigación, y consigne en mi escrito que pronto se descubrirán otras aplicaciones. Sugerí a mi amigo oculista, L. Konigstein, que examinase si las propiedades anestésicas de la cocaína no podían aplicarse al ojo enfermo. Cuando regrese me encontre que Koller, a quien tambien le hable del tema, había realizado los experimentos en el ojo animal, presentándolos en el Congreso de Oftalmología de Heidelberg, considerándose así, el descubridor de la anestesia local mediante cocaína. En 1886, ya instalado en viena como especialista en enfermedades nerviosas, tenia la obligacion de dar cuenta ante la Sociedad de Medicina de lo que había visto y aprendido junto a Charcot, pero mis observaciones fueron muy mal recibidas. Meynert me desafío a buscar e Viena y presentar casos como los que describi. Lo intenté, pero médicos me negaron realizar observaciones o trabajar con ellos. Criticaban que mis ideas eran un disparate “Hysteron” significa útero me decían ¿Cómo podría ser histérico un varón?. Por fin, descubrí, fuera del hospital, un caso de hemianestesia o anestesia lateral del cuerpo histérica clásica en un varón, a quien presente en la sociedad de medicina el mismo año. 8 Esta vez se me aplaudió, pero no se mostró más interés en mi. Poco después se me cerró el acceso al laboratorio de anatomia cerebral y entonces me retire de la vida académica y de la sociedad de medicina. Mi arsenal terapéutico sólo comprendía la electroterapia y la hipnosis. En cuanto a la electroterapia, me confié al manual de W. Erb. Por desdicha, comprobé que era muy ineficaz. La hipnosis, siendo aún estudiante asistí a una sesión pública del “magnetizador” Hansen y observé que unos de los sujetos del experimento palidecía, al entrar en el estado de rigidez cataléptica y permanencia así hasta que el magnetizador lo hacía volver a su estado normal. Había visto el hipnotismo en París, crear síntomas y luego hacerlos desaparecer. En Nancy, poco después, surgió una escuela que utilizaba la sugestión, con hipnotismo o sin él, par fines terapéuticos. Todo esto llevó a que la sugestion hipnotica se convirtiera en mi principal instrumento de trabajo durante mis primeros años de actividad médica. Esto suponía la renuncia al tratamiento de las enfermedades nerviosas orgánicas. Más tarde descubrí los inconvenientes del hipnotismo, pero al principio solo podía reprocharle dos cosas: 1. No resultaba posible hipnotizar a todos los enfermos 2. No estaba al alcance del médico lograr en determinados casos una hipnosis tan profunda como la que creyera conveniente. Con el propósito de mejorar mi técnica fuí en 1889 a Nancy, vi allí al anciano Liebault en su labor con mujeres y niños de la población obrera y fui testigo de los experimentos de Bernheim. Persuadí a una paciente a seguirme a Nancy, una histérica que a través de la sugestion hipnotica conseguí procurarle una existencia soportable, el hecho de que al cabo de un tiempo recayese, siempre lo atribui a que su hipnosis nunca había alcanzado a llegar al nivel de sonambulismo con amnesia, Bernheim intentó también hipnotizarla profundamente pero no lo logró. Traduje al alemán sus dos obras sobre la sugestión y los efectos terapéuticos. De 1886 a 1891 abandoné la investig. científica y apenas publique algo. En 1891 publiqué mi primer trabajo sobre parálisis cerebrales infantiles, en colaboración con el Dr. Oscar Rie, y fui invitado a escribir sobre la afasia desde una teoría localizacionista sostenida por Wernicke y Lichtheim, esto tuvo como resultado un libro llamado “sobre la afasia”. Siempre practique la hipnosis con otro fin además de la sugestion hipnotica. Me servía de ella para explorar al enfermo con relación a la historia genética de su síntoma. Llegue a este otro procedimiento cuando aún trabajaba con Brücke, conocí al Dr. Breuer. Antes de viajar a París, Breuer me había informado de un caso de histeria tratado por él entre 1880 y 1882 de un modo que le permitió echar una mirada sobre la causa y el significado de los síntomas histéricos. Ya en París dí a conocer con Charcot los descubrimientos de Breuer, pero este no presentó interés. De regreso a Viena, volví sobre la observación de Breuer. La paciente había enfermado mientras cuidaba a su padre amado. Cuando Breuer la tomó a su cargo, presentaba parálisis, contracturas, inhibiciones y estados de confusión. Una observación casual permitió al medico pensar que era posible liberarla si se la movía a expresar con palabras la fantasía afectiva que en ese momento la dominaba. De esto Breuer obtuvo un método de tratamiento. La ponía en estado de hipnosis profunda y hacia que le contara lo que oprimía su ánimo. En estado de vigilia, la muchacha no sabía cómo se habían generado sus síntomas ni la relación entre ellos e impresiones cualesquiera de su vida pero en la hipnosis descubría enseguida la conexión. Todos sus síntomas se remontaban a vivencias que tuvo mientras cuidaba a su padre enfermo. 9 Breuer consiguió liberar a su enferma de todos sus síntomas. Empecé a repetir las indagaciones de Breuer con mis pacientes, y termine por no hacer otra cosa. A lo largo de varios años y cuando ya había reunido un considerable material de observaciones análogas a las de Breuer le propuse una publicación en comun. Cedió sobre todo porque los trabajos de Janet ya habían anticipado una parte de sus conclusiones. Así publicamos, en 1893, “Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos”, a la que siguió, en 1895, nuestro libro “Estudios sobre la histeria”. Los estudios sobre la histeria serían propiedad intelectual de Breuer en todo lo esencial. Breuer definió nuestro método como catártico, su fin terapéutico era llegar al afecto que mantenía el síntoma, que por haber emprendido un camino falso se hallaba estancado frente a caminos normales que podrían conducirlo a una descarga (abreacción). En cuanto al paso de la catarsis al psicoanálisis, el suceso que inició esa época fue el retiro de Breuer. En cuanto a saber cuándo un proceso anímico se hace patógeno, Breuer opinaba que se escapaban del destino normal nacían en estados anímicos extraordinarios, hipnoides. Así se planteaba un nuevo problema, el del origen de tales estados. En cambio yo deducía más bien un juego de fuerzas, intenciones y tendencias análogas a las observables en la vida normal. Así se enfrentaron “histeria hipnoide” y “neurosis de defensa”. pero a estas oposiciones se sumaron otros factores que llevaron a su retiro: 1. Su labor como médico de familias le reclamaba mucho tiempo; 2. Su confianza en sí mismo tambaleaba; 3. Lo que más contribuyó a su decisión fue que mis trabajos emprendian una orientación con la que no estaba del todo de acuerdo. COLOQUIO 2 (Pasar epistemología) COLOQUIO 3 1. Comunicación preliminar(1893) Freud y Breuer buscan la etiología de la histeria, es decir las causas por las cuales la misma se produce. Dicen que por la hipnosis se comienza, dado que en la gran mayoría de los casos, no es posible aclarar el punto inicial mediante el simple examen clínico, ya que suele tratarse de vivencias que al enfermo le resulta desagradable comentar, pero que principalmente no las recuerda, y muchas veces no vislumbra el nexo causal entre el proceso ocasionador y el fenómeno patológico. Aseguran que casi siempre es preciso hipnotizarlos, y despertarles los recuerdos de aquel tiempo en que el síntoma afloró por primera vez, así se consigue evidenciar el nexo mencionado antes. La conexión entre el trauma y el síntoma histérico, puede darse de tres maneras: · Puede el nexo ser tan claro que es bien visible como el suceso ocasionador produjo justamente ese fenómeno y no otro. Por ejemplo: Un afecto doloroso, generado en el curso de una comida, pero sofocado, produce luego náuseas y vómitos, y estos últimos duran mese como vómitos histéricos. · En otros casos no es tan simple, solo consiste en un vínculo simbólico entre el ocasionamiento y el fenómeno patológico. · Y en otros casos, un determinismo de esa índole no se ofrece al entendimiento de primera intención, esto es, que no se puede descubrir la conexión al menos al principio. Entre estos casos se encuentran los síntomas histéricos típicos. 10 La causa eficiente son los traumas. Freud designa como tal a vivencias que susciten los afectos penosos del horror, angustia, vergüenza, dolor psíquico y la sensibilidad de la persona afectada. (Trauma= recuerdo + afecto). El trauma actúa como un cuerpo extraño. El afecto no se descarga y queda ligado a la vivencia. Sostiene que descubrieron, al comienzo que los síntomas histéricos singulares desaparecían enseguida y sin retornar cuando se conseguía despertar con plena luminosidad el recuerdo del proceso ocasionador, convocando al mismo tiempo el afecto acompañante, y cuando luego el enfermo describía ese proceso de la manera más detallada posible y expresaba en palabras el afecto. (METODO CATARTICO) El histérico padece por la mayor parte de reminiscencias (Está enfermo de recuerdos traumáticos) ¿De qué depende que un recuerdo no sea olvidado? Lo que sobretodo importa es si frente al suceso afectante se reaccionó energéticamente o no. Frente al suceso se puede: ● Reaccionar. Entienden aquí toda la serie de reflejos voluntarios e involuntarios en que se descargan los afectos. Si la reacción es sofocada, el afecto permanece conectado con el recuerdo. ● Por elaboración asociativa. El ser humano cuenta con un lenguaje, un sustituto de la acción; con su auxilio el afecto puede ser “abreaccionado” casi de igual modo. A través de la palabra se puede elaborar lo que no se elaboró por una reacción motriz. ● Puede darse también el olvido. ● Los recuerdos que han devenido ocasionamientos de fenómenos histéricos se han conservado durante largo tiempo con asombrosa frescura y con su plena afectividad. Se demuestra que estos corresponden a traumas que no han sido suficientemente “abreaccionados”. Los enfermos no disponen de estos recuerdos como disponen del resto de su vida, al contrario están completamente ausentes de su memoria en su estado psíquico habitual (consciente). Entonces las representaciones devenidas patológicas se conservan tan fresca y con tanto vigor afectivo porque les es negado el desgaste normal por abreaccion y por reproducción en estados de asociación desinhibida. Charcot enumera fases del ataque histérico de las cuales Freud toma la tercera como importante, ya que en ella se produce una reproducción alucinatoria de recuerdos traumáticos. Estos recuerdos que afloran durante los ataques histéricos corresponden a traumas psíquicos que no se tramitaron por vía de abreacción ni por un trabajo asociativo al pensar, y se sustraen enteramente o en sus partes esenciales a la capacidad mnémica de la conciencia normal. Se excluyen del comercio asociativo con los recuerdos conscientes pero entre ellos forman una organización más o menos alta, el rudimento de una conciencia segunda. Un síntoma histérico corresponde a una intromisión de ese estado segundo en la inervación corporal gobernada comúnmente por la conciencia normal. Al final del texto, Freud dice que este método no cura la histeria y que no pueden hacer nada contra el retorno de nuevos síntomas. 2. Etiología de la histeria (1896) Para poder determinar cuál es la etiología de la histeria, dice Freud que hay una posibilidad de lograrlo si se avanza desde los síntomas hasta la noticia sobre las causas. 11 Para realizar este recorrido desde los síntomas hasta las causas, es necesario que la escena tenga estas dos características para constituir un trauma al cual se arribará: idoneidad determinadora (por ejemplo, se considera el síntoma del vómito histérico y bien creemos poder penetrar su causación si el análisis reconoce el síntoma a una vivencia que justificadamente produjo un alto grado de asco, p ero si tiene que ver con otro suceso como un accidente ferroviario, uno podrá preguntarse cómo es que el terror ha llevado justamente al vómito, a este último caso le falta idoneidad determinadora) y la necesaria fuerza traumática. Plantea a continuación que puede ocurrir que la escena traumática en que el síntoma se engendró reúne las dos condiciones antes mencionadas. Aunque la mayoría de las veces, o carecen de idoneidad o carecen de fuerza, o bien carecen de ambas. Entonces si el recuerdo descubierto no responde a las expectativas ¿no será necesario seguir indagando? ¿No será que tras la primera escena traumática se esconde una segunda que acaso cumplirá mejor las condiciones? Ante esto responde, que toda vez que la escena hallada primero es insatisfactoria, es fuerza que tras ella se esconda una vivencia anterior del carácter esperado. El análisis lleva entonces a estas escenas. Para que tengamos un síntoma, varios símbolos mnémicos deben ayudar para su formación. Ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera con la causación del síntoma. E ntonces un síntoma está determinado por muchas cadenas asociativas. Los síntomas histéricos se hallan superdeterminados. A continuación Freud cuestiona: ¿Adónde llevaría si seguimos las cadenas de recuerdos asociados que el análisis descubre? ¿Acaso llevan a vivencias de algún modo homogéneas que llevarían a la buscada etiología de la histeria? Así se llaga a que no importa el síntoma del cual se haya partido, infaliblemente se termina por llegar al ámbito sexual, quedando descubierta la etiología sexual de los síntomas histéricos. Las primeras impresiones de este tipo ocurrían en la pubertad, sin embargo, esas vivencias son muy heterogéneas y de valor dispar. Muestran una insuficiencia apta para proseguir el trabajo analítico, porque carecen de idoneidad determinadora. Hay que buscar el determinismo de estos síntomas en otras vivencias que se remontan todavía más atrás, llegando a la época de la niñez temprana. Formula esta tesis: En la base de todo caso de histeria se encuentran una o varias vivencias de experiencia sexual prematura, y pertenecientes a la tempranisima niñez. Lo sexual produce un conflicto psíquico con dos partes intervinientes: una representación intolerable y una defensa del yo. La naturaleza patógena de la vivencia posterior es retroactiva: hay una vivencia que deviene traumática en la niñez que permanece reprimida con su afecto ligado, y la vivencia posterior determina un síntoma en tanto concuerda con las escenas tempranas. Aclara Freud en el final que el papel etiológico de las vivencias sexuales infantiles no se limita al campo de la histeria, sino que de igual manera rige para las neurosis de representaciones obsesivas y quizás para las formas de la paranoia crónica y otras psicosis funcionales, aunque en este punto no asegura nada terminante. 3. PSICOTERAPIA DE LA HISTERIA Cuando intenté aplicar a una serie mayor de enfermos el método de Breuer para la curación de síntomas histéricos por ví, tropecé con dos dificultades persiguiendo las cuales di en modificar tanto la técnica como la concepción. 1) No eran hipnotizables todas las personas que mostraban síntomas inequívocamente histéricos y en las cuales, con toda probabilidad,reinaba el mismo mecanismo psíquico. 2) Debí tomar posición frente al 12 problema de saber que, en verdad, caracterizaba a la histeria y la deslindaba de las otras neurosis. Pospongo para luego comunicar cómo dominé la primera dificultad y qué aprendí de ella. Comenzaré detallando la posición que en la práctica cotidiana tomé frente al segundo problema. Es muy difícil penetrar de una manera acertada un caso de neurosis antes de someterlo a un análisis profundo; o sea un análisis como sólo se lo obtiene aplicando el método de Breuer. Pero la decisión acerca del diagnóstico y la variedad de terapia debe tomarse antes de disponer de esa noticia en profundidad. No me quedaba otro camino, pues,que escoger para el método catártico aquellos casos que eran posible diagnosticar provisionalmente como de histeria porque presentaban unos pocos o muchos de los estigmas o síntomas característicos de ella. Me sucedía a menudo obtener pobrísimos resultados terapéuticos. Partiendo del método de Breuer, di en ocuparme, pues, de la etiología y el mecanismo de las neurosis en genera l.legué a la conclusión de que la neurastenia respondía en verdad a un monótono cuadro clínico en el que, como los análisis lo demostraban, no desempeñaba ningún papel un «mecanismo psíquico». De la neurastenia se separó tajantemente la neurosis obsesiva,he sustentado que sobreviene por la acumulación de una tensión psíquica que es,de origen sexual;tampoco esta neurosis tiene un mecanismo psíquico, pero influye sobre la vida psíquica de una manera bien regular. Los casos puros de histeria y de neurosis obsesiva son raros; de ordinario estas dos neurosis se combinan con una neurosis de angustia. Examinaré los historiales clínicos aquí comunicados para ver si corroboran mi concepción sobre la falta de autonomía clínica de la histeria. Anna O., la paciente de Breuer, parece contradecirlo e ilustrar la contracción de una histeria pura. Sin embargo, este caso, que tan fecundo ha sido para el discernimiento de la histeria, no fue considerado por su observador bajo el punto de vista de la neurosis sexual y hoy es simplemente inutilizable para esto. Cuando yo empecé a analizar a la segunda enferma, la señora Emmy von N., bien lejos me encontraba de esperar una neurosis sexualcomo suelo de la histeria.Hay una segunda barrera la eficacia del método catártico: no influye sobre las condiciones causales de la histeria, y por tanto no puede impedir que en lugar de los síntomas eliminados se generen otros nuevos. Tropecé con la dificultad de que algunos enfermos no eran hipnotizables, aunque el diagnóstico indicaba histeria y declaraba probable la vigencia del mecanismo psíquico por nosotros descrito. Sólo noté que en algunos pacientes el impedimento se remontaba un paso más atrás; se rehusaban ya al intento de hipnosis.Tales experiencias me dejaron la impresión de que un mero esforzar podía hacer salir a la luz las series de representaciones patógenas cuya presencia era indudable. Mediante la presión de la mano se evoca un recuerdo que es consabido en sí mismo para el enfermo, pero cuya aparición le causa asombro porque ha olvidado su vínculo con la representación de partida. Hace aflorar pensamientos que el enfermo nunca quiere reconocer como los suyos, que él no recuerda,si bien admite que el contexto los exige imprescindiblemente, y, en ese transcurso, se convence de que esas representaciones, y no otras, producen el cierre del análisis y la cesación de los síntomas. Breuer y yo, hemos hablado repetidas veces de otras dos variedades de histeria, para las cuales empleamos las designaciones de «histeria hipnoide» e «histeria de retención».La histeria hipnoide sería un ejemplo el primer caso de Breuer, que encabeza nuestras historias clínicas." Para una histeria hipnoide de este tipo, Breuer ha indicado un mecanismo psíquico esencialmente diverso de la defensa con conversión,a saber: que una representación devendrá 13 patógena por el hecho de que ella, concebida en un particular estado psíquico, permanece de antemano fuera del yo. No ha hecho falta entonces ninguna fuerza psíquica para apartarla del yo, y tampoco se despertará resistencia alguna si se la introduce en el yo con auxilio de la actividad mental sonámbula. En suma: no puedo aventar la sospecha de que histeria hipnoide y de defensa coincidan en algún lugar de sus raíces, y que, en tal caso, la defensa sea lo primario. Pero no sé nada más sobre esto.Igualmente incierto es por ahora mi juicio sobre la «histeria de retención». La histeria traumática monosintomática es por así decir un organismo elemental, un ser unicelular, por comparación con la compleja ensambladura de una neurosis histérica comparativamente grave. En primer lugar estuvieron presentes un núcleo de recuerdos en los cuales ha culminado el momento traumático y presenta,un triple ordenamiento.Primero, es inequívoco un ordenamiento lineal cronológico que tiene lugar dentro de cada tema singular. esos temas muestran una segunda manera de ordenamiento: estratificados de manera concéntrica en torno del núcleo patógeno. No es difícil señalar qué constituye esa estratificación, ni la magnitud creciente o decreciente siguiendo la cual se produce ese ordenamiento. Son estratos de resistencia, creciente esta última hacia el núcleo,y con ello zonas de igual alteración de conciencia dentro de las cuales se extienden los temas singulares. Los estratos más periféricos contienen, de diversos temas, aquellos recuerdos (o fascículos) que se rememoran con facilidad y fueron siempre claramente conscientes; cuanto más hondo se cala, con mayor dificultad se disciernen los recuerdos aflorantes,hasta que, en la proximidad del núcleo, se tropieza con aquellos que el paciente desmiente aun en la reproducción. un tercer tipo de ordenamiento, es el ordenamiento según el contenido del pensamiento, el enlace por los hilos lógicos que llegan hasta el núcleo, enlace al cual en cada caso puede corresponderle un camino irregular y de múltiples vueltas. Cuando entre las tareas del análisis se encuentra la eliminación de un síntoma susceptible de acrecentamiento en su intensidad o de retorno (dolores, síntomas por estímulo como el vómito, sensaciones, contracturas), durante el trabajo se observa, de este síntoma, el interesante y no indeseado fenómeno de la «intromisión» .El síntoma en cuestión reaparece, o surge con intensidad. La intensidad del síntoma se incrementa cuanto más hondo se entre en uno de los recuerdos patógenos pertinentes, o desaparece por entero durante un tiempo. Esta oscilación de la intensidad del síntoma histérico se repite cada vez que uno ataca un recuerdo nuevo, patógeno respecto de ese síntoma; patógeno se procura tramitación definitiva a este síntoma. En rigor, ese comportamiento del síntoma histérico no difiere del de la imagen mnémica o el pensamiento reproducido que uno conjura bajo la presión de la mano. 4. Las Neuropsicosis De Defensa Los problemas de la neurosis se dividían en dos grupos: neurosis actuales (neurastenia y estado de angustia) y psiconeurosis (histeria y obsesiones). ESCISIÓN: división entre dos o más partes de algo material o inmaterial. Postura de escisión según Janet: la escisión de conciencia es un rasgo primario de la alteración histérica. Tiene por base una endeblez innata de la aptitud para la síntesis psíquica, un estrechamiento del campo de conciencia que como estigma psíquico testimonia la degeneración de los individuos histéricos. Postura de escisión según Breuer: la base y condición de la histeria es el advenimiento de unos estados de conciencia peculiarmente oníricos, con una aptitud limitada para la asociación: estados hipnoides. 14 La escisión es secundaria, adquirida y se produce en virtud de que las representaciones que afloran en estados hipnoides están segregadas del comercio del comercio asociativo con el restante contenido de conciencia. La postura de escisión según Freud: la escisión del contenido de conciencia es la consecuencia de un acto voluntario del enfermo. No sostengo que el enfermo se proponga producir una escisión; su propósito es otro, pero él no alcanza su meta, sino que genera una escisión de conciencia. Tanto la histeria como la representaciones obsesiva y la psicosis alucinatorias se originan debido a que el paciente tuvo la intención de “olvidar” una vivencia desagradable pero que sin embargo no se logró provocando reacciones patológicas (el YO se opone). Para tratar de eliminar u olvidar el hecho traumático volviéndolo más “débil” primero se tuvo que extirpar o arrancar el afecto (= suma de excitación). Es decir, para limitar al recuerdo traumante se le debe sacar el afecto. Sin embargo éste afecto debe redirigirse o ser aplicado a otro empleo. En la HISTERIA el afecto se traslada a lo corporal, proceso denominado conversión la cual puede ser total o parcial; produciendo una inervación motriz o sensorial que permanecerá ahí hasta que sobrevenga una conversión en la dirección inversa. El YO ha conseguido así quedar exento de contradicción. Este proceso de conversión se debe a una defensa que tiene como fin olvidar el trauma. La representación reprimida no ha sido sepultada sino que forma lo sucesivo el núcleo de un grupo psíquico segundo (inconsciente). Cabe destacar que existen momentos traumáticos auxiliares que logran conseguir una asociación (inconsciente develado), sin embargo el método de defensa actúa para volver a olvidar dicho hecho. La histeria puede ser curada mediante el método catártico el cual consiste en: volver a guiar la excitación, con conciencia de la meta, de lo corporal a lo psíquico, para forzar luego a reequilibrar la contradicción mediante un trabajo de pensamiento y a descargar la excitación por medio del habla . En cambio, si en una persona predispuesta (a la neurosis) no está presente la capacidad convertidora, y no obstante, para defenderse de una representación inconciliable se emprende el divorcio entre ella y su afecto, es fuerza que ese afecto permanezca en el ámbito psíquico (ideas). La representación debilitada queda segregada de toda asociación dentro de la conciencia, pero el afecto liberado se adhiere a otras representaciones en sí, no inconciliables, que en virtud de este “enlace falso” devienen representaciones obsesivas. Las mismas se tratan de una defensa continua frente a representaciones sexuales que llegaban en forma permanente. Las fobias o la representación obsesiva sólo aparecen después de que el empeño voluntario hubo alcanzado en apariencia su propósito. Cabe destacar que no todos los pacientes que padecen de las mismas tienen en claro su origen. En estos casos las ventajas obtenidas por el yo tras emprender la defensa en el camino del transporte del afecto, es mucho menor que en caso de la conversión de una excitación psíquica en una inervación somática. Por último, las ALUCINACIONES son una modalidad defensiva más energética y exitosa, que consiste en que el YO desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera comparecido. En el momento que se consigue esto, la persona se encuentra en una psicosis que no admite otra clasificación que no sea “confusión alucinatoria”. El YO se arranca de la representación insoportable, pero ésta se entrama de manera inseparable con un fragmento de la realidad objetiva y en tanto el YO lleva a cabo esa operación se deshace también, total o parcialmente, de la realidad objetiva. 15 5. Obsesiones y fobias 1894-95 SU MECANISMO PSÍQUICO Y ETIOLOGÍA Comenzaremos con negar dos aserciones muy frecuentemente repetidas con respecto a las obsesiones y fobias. Es preciso afirmar: 1.° Que no forman parte de la neurastenia propiamente dicha, ya que las víctimas de estos síntomas son algunas veces neurasténicos y otras no. 2.° Que no es exacto hacerlos depender de la degeneración mental, pues los hallamos en personas no más degeneradas que la mayoría de neuróticos y, además, suelen corregirse, e incluso en alguna ocasión curarse. Para delimitar de mejor manera el tema, dejaremos a un lado las obsesiones intensas, que no son sino recuerdos, imágenes no alteradas de sucesos importantes. Por ejemplo: la obsesión de Pascal, que creía ver abrirse un abismo a su izquierda “desde el día en que la carroza en que iba estuvo a punto de volcar y precipitarse en el Sena”. Estas obsesiones y fobias, que podríamos calificar de traumáticas, se enlazan a los síntomas de la histeria. Una vez separado este grupo, es necesario distinguir otros dos: a) Las Obsesiones propias; y b) Las Fobias. Su diferencia e sencial es la siguiente: En toda obsesión hay dos elementos: 1° Una idea que se impone al enfermo 2° Un estado emotivo asociado. Ahora bien, en las fobias, este estado emotivo, es siempre la angustia, mientras que en las obsesiones puede ser cualquier otro, como la duda, el remordimiento, la cólera, etc. I. En muchas obsesiones verdaderas es evidente que el estado emotivo en lo principal, que persiste inalterado, variando, en cambio, la idea a él asociada. Por ejemplo; la sujeto de observación n°1 tenía remordimientos varios: de haber robado, de haber maltratado a sus hnas, de haber fabricado monedas falsas, etc. Igualmente, las personas que dudan, dudan de muchas cosas a la vez sucesivamente. El estado emotivo permanece en estos casos invariable, mutando, en cambio, la idea. En otros es ésta también fija, como en la sujeto de observación n°4, que profesaba un odio incomprensible a todas las criadas de la casa, cambiando , no obstante, de persona. Pues bien: un escrupuloso análisis psicológico de estos casos muestra que el estado emotivo como tal está siempre justificado. L a muchacha n°1, que siente remordimientos, tiene suficientes motivos para ello; las mujeres de la observación n°3, que dudaban de su resistencia contra las tentaciones, sabían muy bien por qué, y la muchacha n°4, que detestaba a las criadas, tenía perfecta razón para quejarse de ellas. El sello patológico de estos casos consiste únicamente en los dos singulares caracteres siguientes: 1.° Que el estado emotivo se ha eternizado 2.° Que la idea asociada no es ya la idea justa, la idea original, relacionada con la etiología de la obsesión, sino una idea sustitutiva de la misma. Prueba de ello es que en los antecedentes del enfermo, y en época inicial de la obsesión, puede hallarse siempre la idea original, después sustituida. Tales ideas sustituidas tienen caracteres comunes, correspondiendo a impresiones verdaderamente penosas de la vida sexual del individuo, que éste se ha forzado en olvidar, sin conseguir más que reemplazar la idea inconcebible por otra, poco apropiada para asociarse al estado emotivo, el cual por su parte, ha permanecido sin alteración. A esta forzosa conexión del estado emotivo y la idea asociada es a la que se debe el carácter absurdo de las obsesiones. 16 Expondré aquí mis observaciones y daré luego como conclusión una tentativa de explicación teórica. ● Observación n°1. - U na muchacha, que se hacía reproches de haber robado, fabricado moneda falsa, etc., según sus lecturas cotidianas, dándose, sin embargo, cuenta de lo absurdo de tales reproches.. Rectificación de la sustitución. - Se reprochaba el onanismo(masturbacion), que practicaba en secreto sin poder renunciar a él. Quedó curada por medio de una escrupulosa observación, que la impidió masturbarse. ● Observación n°2. - U n joven estudiante de medicina, que padecía una obsecion análoga. Se reprochaba múltiples actos inmorales: haber matado a su prima, desflorado a su hermana, incendiado una casa, etc. Llegó a sentir la necesidad de volverse continuamente en la calle para convencerse de que no había matado al transeúnte con quien acababa de cruzarse. Rectificación. - H abía leído en un libro de divulgación médica que el onanismo, al cual se entregaba, desmoralizaba al individuo, habiendole impresionado mucho la noticia. ● Observación n°3. - V arias mujeres que se quejaban de la obsesión de arrojarse por la ventana, herir a sus hijos con cuchillos, tijeras, etc. Rectificación. - Tentaciones obsesivas típicas. - Tratábase de mujeres insatisfechas en su matrimonio, que se debatían contra los deseos e ideas voluptuosas que surgían en ellas a la vista de otros hombres. ● Observación n°4. - Una jóven perfectamente sana de espíritu y muy inteligente, que mostraba un odio infinito contra las criadas de la casa. Este odio se había despertado en ella ante los descaros de una criada y se había ido transmitiendo luego de criada en criada, haciendo imposible el servicio de la casa. Como motivo de este sentimiento (mezcla de odio y repugnancia) alegaba la sujeto que las suciedades de aquellas criaturas le estropeaban su idea del amor. Rectificación. - La joven había sido testigo involuntario de una escena amorosa de su madre. Al sorprenderla se cubrió el rostro y se tapó los oídos, haciendo luego todo lo posible por olvidar la escena, que la repugnaba, y cuyo recuerdo la hubiera obligado a separarse de su madre, a la que amaba tiernamente Consiguió, en efecto, el deseado olvido; pero la cólera que despertó en ella ver ensuciada su idea del amor persistió en su ánimo, asociándose a ella poco después la idea de una persona que pudiese reemplazar a su madre. ● Observación n°5. - Una joven se había aislado casi completamente a consecuencia de un miedo obsesivo a la incontinencia de orina. No podía salir de su cuarto ni recibir una visita sin haber orinado múltiples veces. Hallándose en su casa y en reposo no sentía miedo alguno. Rectificación. - Se trataba de una tentación o una desconfianza obsesiva . De lo que desconfiaba no era de su vejiga , sino de su resistencia contra un impulso amoroso. Así lo demostraba el origen de la obsesión. Una vez, en el teatro, había sentido, a la vista de un hombre que le gustaba, un deseo amoroso, acompañado (como siempre en la polución espontánea de las mujeres) de ganas de orinar, Habiéndose visto obligada a abandonar el teatro, fue presa desde aquel momento del miedo a volver a sentir la misma sensación; pero el deseo de orinar se sustituyó al deseo amoroso. Curó completamente. Las observaciones precedentes, si bien muestran diversos grados de complejidad, tienen de común que la idea original (inconciliable) ha sido sustituida por otra. 17 En las que a continuación pasamos a exponer, la idea original ha sido también sustituida, pero ya no por otra idea, sino por actos o impulsos que sirvieron originariamente de alivio o de procedimientos protectores, y que ahora se hallan en una grotesca asociación con un estado emotivo, con el que no armonizan, pero que es el original, y continúa estando tan justificado como en un principio. ● Observación n°6. - Aritmomanía excesiva. - Una mujer había contraído la obsesión de contar las baldosas de la acera, los escalones, etc., y lo realizaba de continuo, presa de un ridículo estado de angustia. Rectificación. - H abía comenzado a contar para distraerse de sus ideas obsesivas (tentaciones), y lo había conseguido, pero quedando sustituida la obsesión primitiva por el impulso a contar. ● Observación n°7. - Especulación obsesiva (Gruebelsucht). - U na mujer padecía ataques de esta obsesión , que no cesaban sino durante los periodos , siendo reemplazados entonces por miedos hipocondríacos. El tema del ataque era una parte del cuerpo o una función; por ejemplo, la respiración. ¿Porque es necesario respirar?¿Y si yo no quisiera respirar?, Etc. Rectificación. - A l principio había tenido miedo de volverse loca; fobia hipocondriaca, muy frecuente en las mujeres no satisfechas por su marido, caso que era el suyo. Para convencerse de que no iba a volverse loca y de que aún gozaba de su inteligencia, había comenzado a plantearse cuestiones y a ocuparse de problemas de importancia. Con esto consiguió al pronto tranquilizarse, pero la especulación mental llegó a sustituirse a la fobia. Desde hacía quince años padecía alternativamente períodos de miedo (patofobia) y de especulación obsesiva. ● Observación n°8. - Duda obsesiva. - V arios casos que mostraban los síntomas típicos de esta obsesión, pero que se explicaban sencillamente. Estas personas habían padecido o padecían aún obsesiones diversas, y la conciencia de que la obsesión había perturbado sus actos e interrumpido el curso de sus pensamientos, les hacía dudar legítimamente de la fidelidad de su memoria. Todo el mundo siente vacilar su seguridad en sus propios actos, y se ve obligado a releer una carta o a rehacer una cuenta cuando su atención ha sido repetidamente distraída varias veces durante la ejecución del acto. La duda es una consecuencia lógica de la presencia de las obsesiones. ● Observación n°9. - Duda obsesiva (vacilación) . - La sujeto de la obs. n°4 se había vuelto excesivamente lenta en todos los actos de la vida ordinaria , particularmente en los de su tocado. Le eran necesarias horas enteras para anudar los cordones de sus zapatos o para arreglarse la uñas. Por su parte, lo explicaba diciendo que no podía atender a su tocado mientras la preocupaban las ideas obsesivas ni inmediatamente después de cada retorno de las mismas. ● Observación n°10. - Duda obsesiva. Temor a los papeles escritos - Una joven, que había sentido escrúpulos después de haber escrito una carta, y que a partir de entonces recogía todos los papeles que veía, dando como explicación el temor de haber confesado un amor secreto. A fuerza de repetirse sin cesar el nombre de su amado, surgió en ella el miedo de que dicho nombre se hubiese escapado de su pluma, habiendolo escrito en un papel cualquiera en un momento de ensimismamiento. ● Observación n°11. - Misofobia . - Una mujer, que se lavaba las manos cien veces al dia, y que por no tocarlos abría las puertas empujandolas con el codo. Rectificación. - E ra el caso de lady Macbeth. Las abluciones (lavarse) tenían un carácter simbólico y se hallaban destinadas a sustituir por la pureza física la pureza moral, que la 18 sujeto lamentaba haber perdido. Se atormentaba con el remordimiento de una infidelidad conyugal, cuyo recuerdo había decidido ahogar. Por lo que respecta a la teoría de esta sustitución: 1° ¿Cómo puede llevarse a cabo tal sustitución? Parecemos constituir la expresión de una disposición psíquica especial. Por lo menos, hallamos muy frecuentemente en las obsesiones la herencia similar, como en la histeria. Así, el enfermo de la Obs. n°2 me comunicó que su padre había padecido síntomas semejantes, y un dia me presento a un primo hermano con obsesiones y “tic” convulsivo, y a la hija de su hermana, niña de once años, que mostraba ya obsesiones (probablemente remordimientos). 2° ¿Cuál es el motivo de tal sustitución? A mi juicio podemos considerarla como un acto defensivo del yo contra la idea inconciliable. Entre mis enfermos hay algunos que recuerdan el esfuerzo de voluntad realizado para expulsar la idea o el recuerdo penoso del campo de la conciencia (Obs. n° 3, 4 y 11). En otros casos, esta expulsión de la idea inconciliable se produjo de un modo inconsciente, que no ha dejado huella alguna en la memoria de los enfermos. 3° ¿Por qué el estado emotivo asociado a la idea obsesiva se ha perpetuado, en lugar de desvanecerse como los demás estados de nuestro yo? La respuesta consta en la teoría sobre los síntomas histéricos, fruto de mi colaboración con Breuer. El hecho mismo de la sustitución hace imposible la desaparición del estado emotivo. II. A estos dos grupos de obsesiones propias se añade el de las fobias. Estas se diferencian de las obsesiones en que el estado emotivo a ellas concomitante es siempre la angustia. Añadiremos que las obsesiones son múltiples y más especializadas, y, en cambio, las fobias, más bien monótonas y típicas. También, en las fobias podemos distinguir dos grupos, caracterizados por el objeto de la angustia: primero, Fobias Comunes: miedo exagerado a aquellas cosas que todo el mundo teme algo, como la noche, la soledad, la muerte , las enfermedades, las serpientes, los peligros en gral.,etc; y segundo, Fobias Ocasionales: Angustia emergente en circunstancias especiales que no inspiran temor al hombre sano. Así, la agorafobia y las demás fobias de la locomoción. Es interesante observar que estas últimas fobias no son obsesivas como las obsesiones propias y las fobias comunes. El estado emotivo no surge en estos casos sino en circunstancias especiales, que el enfermo evita cuidadosamente. El mecanismo de las fobias es totalmente diferente al de las obsesiones. No se trata ya de una sustitución. Sólo se encuentra un estado emotivo de angustia , que por una especie de elección ha hecho resaltar todas las ideas susceptibles de llegar a ser objeto de una fobia. En los casos de agorafobia, etc., se encuentra con frecuencia el recuerdo de un ataque de angustia y en realidad, lo que el enfermo teme es la emergencia de tal ataque en aquellas circunstancias especiales en las que cree no podrá escapar a él. La angustia de este estado emotivo no se deriva de ningún recuerdo. Está justificado establecer una neurosis especial, la neurosis de angustia, de la cual es el síntoma principal dicho estado emotivo. Las fobias forman parte de la neurosis de angustia y aparecen acompañadas casi siempre de otros síntomas de la misma serie La neurosis de angustia es también de origen sexual, pero no se enlaza a ideas tomadas de la vida sexual, ni en realidad posee un mecanismo psíquico. Su etiologia especifica es la acumulacion de la tensión genésica, provocada por la abstinencia o la irritación genésica frustrada ( por efecto del coito reservado de la impotencia relativa del marido, de las excitaciones sin satisfacción ulterior de los novios, de la abstinencia forzada, etc.). 19 En estas condiciones, sobre todo para la mujer, en la sociedad actual, es en la que se desarrolla la neurosis de angustia, de la cual las fobias son una manifestación psíquica. Para concluir, las fobias y las obsesiones pueden combinarse y se combinan, efectivamente, con gran frecuencia. Así, podemos hallar que en los comienzos de la enfermedad existía una fobia desarrollada como síntoma de la neurosis de angustia. La idea que constituye la fobia y a la cual se encuentra asociado el miedo puede ser sustituida por otra idea o más bien por el procedimiento protector que parece aliviar al miedo. La obs n°6 es un claro ejemplo de una fobia doblada de una obsesión propiamente dicha por sustitución. 6. Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de 《neurosis de angustia》 (1895 [1894]) I. Sintomatología clínica de la neurosis de angustia Lo que llamo 《neurosis de angustia》 se observa en plasmación de casos relativamente completos y aislados que refirman la impresión de que dicha neurosis posee independencia clínica. El cuadro clínico de la neurosis de angustia comprende los siguientes síntomas: 1. La irritabilidad general: síntoma nervioso frecuente. En la neurosis de angustia es de ocurrencia constante y posee significación teórica. Una irritabilidad acrecentada indica una acumulación absoluta o relativa de estímulos. (Por ejemplo: hiperestesia auditiva = hipersensibilidad a los ruidos). 2. La expectativa angustiada: ofrece una gradación continua que se amortigua hasta lo normal, abarcando todo cuanto de ordinario se designa 《estado de angustia》, 《inclinación una concepción pesimista de las cosas》. La expectativa angustiada es el síntoma nuclear de la neurosis. Aquí está presente un quantum de angustia libremente flotante que gobierna la selección de las representaciones y está siempre pronto a conectarse con cualquier contenido de representación que le convenga. 3. Ataque de angustia: e s una manera de exteriorizar el estado de angustia. Puede consistir en el sentimiento de angustia solo, sin ninguna representación asociada, o bien mezclarse con la interpretación más espontánea, como la aniquilación de la vida, la amenaza de volverse loco. 4. Existen ataques de angustia rudimentarios y equivalentes del ataque de angustia: muestran una gran riqueza de formas y su diagnóstico es una tarea que los neuro patólogos deberían abordar con urgencia. Lista de las formas que yo conozco del ataque de angustia: a. Ataque de angustia acompañado por perturbaciones de la actividad cardíaca: arritmia breve, taquicardia persistente, hasta llegar a estados graves de debilidad del corazón. b. Ataque de angustia acompañados por perturbaciones de la respiración: disnea nerviosa, ataques semejantes al asma. c. Ataques de oleadas de sudor, a menudo nocturnos. d. Ataques de temblores y estremecimientos. e. Ataques de hambre insaciable frecuentemente conectados con vértigo. f. Diarreas q ue sobrevienen como ataques. g. Ataques de vértigo l ocomotor. h. Ataques de las llamadas congestiones. 20 i. Ataques de parestesias. 5. Terror nocturno: es muy frecuente. Es una variedad del ataque de angustia, condiciona una segunda forma de insomnio en el marco de la neurosis de angustia. 6. El vértigo: e n su forma más leve es un 《mareo》 y en su forma más acusada y grave es un 《ataque de vértigo》. En la neurosis de angustia el vértigo se clasifica dentro del locomotor o de coordinación, consiste en un un malestar específico, acompañado por las sensaciones de que el piso oscila, las piernas desfallecen y es imposible mantenerse en pie. Sin embargo, yo sostendría que estos ataques de vértigo pueden estar subrogados por un ataque de desmayo profundo y otros pueden depender de un colapso cardíaco. 7. Sobre la base del estado de angustia crónica (expectativa angustiada y angustia con vértigo) se desarrollan dos grupos de fobias típicas: a. El primero a las amenazas fisiológicas comunes como la angustia ante las serpientes, la tormenta, la oscuridad, etc. Aquí la angustia disponible se aplica simplemente al refuerzo de aversiones que están implantadas en todo ser humano. b. El segundo a la locomoción, contiene a la agorafobia con todas sus variedades colaterales. El vínculo de estas fobias con las fobias de la neurosis obsesiva es como sigue: la concordancia reside en que aquí como allí una representación se vuelve compulsiva por el enlace con un afecto disponible. El mecanismo de la traslación del afecto v ale entonces para ambas variedades de fobia. Pero en las fobias de la neurosis de angustia: 1) este afecto es monótono (de un solo tono: angustia) 2) no proviene de una representación reprimida, sino que al análisis psicológico se revela no susceptible de ulterior reducción, así como no es atacable mediante psicoterapia. P or tanto, el mecanismo de la sustitución n o vale para las fobias de la neurosis de angustia. 8. La actividad digestiva experimenta en la neurosis de angustia unas pocas, pero características, perturbaciones (ganas de vomitar, náuseas, hambre insaciable, etc.). La actividad estomacal e intestinal en la neurosis de angustia muestra aguda oposición con los influjos a que esa misma función está sometida a la neurastenia. Casos mixtos presentan a menudo la consabida "alternancia de diarrea y constipación". Análoga a la diarrea es la urgencia de orinar d e la neurosis de angustia. 9. Las parestesias: c obran interés por su capacidad de asociarse en una secuencia fija, estas sensaciones asociada son atípicas y cambiantes. 10. Varios de los mencionado síntomas que subrogan al ataque de angustia se presentan también de manera crónica. En estos casos la sensación angustiada pasa más inadvertida que en el ataque de angustia. II. Producción y etiología de la neurosis de angustia Toda vez que hay razones para considerar adquirida la neurosis, uno halla como factores de eficiencia etiológica una serie de nocividades y de influjos que parten de la vida sexual. Estos parecen al comienzo de naturaleza diversa, pero fácilmente se ve el carácter común, se encuentran solos o junto a otros influjos nocivos banales. Para la exposición más exacta de las condiciones etiológicas de la neurosis de angustia, vamos a dividir por sexo. En las mujeres deviene por: 21 a. Como angustia virginal o de las adolescentes: es un primer encuentro con el problema sexual, una revelación algo brusca de lo hasta entonces velado, puede provocar en niñas adolescentes una neurosis de angustia combinada, a menudo, con una histeria. b. Como angustia de las recién casadas: s eñoras jóvenes que en las primeras cópulas han permanecido anestésicas, que luego torna a desaparecer porque la anestesia ha dejado sitio a una sensibilidad normal. c. Como angustia cuyo marido muestra ejaculatio praecox o una potencia muy aminorada. d. Cuyo marido practica el coitus interruptus o reservatus. E stos casos c y d se unifican. Es fácil pensar que interesa solamente que la mujer alcance o no la satisfacción, ya que si no la alcanza es causa de la génesis de la neurosis de angustia. e. Como angustia de las viudas y abstinentes voluntarias a menudo se combinan con representaciones obsesivas. f. Como angustia en el climaterio, d urante el gran acrecentamiento final de la necesidad sexual. Los casos c, d y e son las causas con mayor frecuencia de las neurosis en las mujeres. Condiciones sexuales de la neurosis de angustia en los varones: a. Angustia de los abstinentes v oluntarios, combinada a menudo con síntomas de defensa (representaciones obsesivas, histeria). b. Angustia de los varones con excitación frustránea o de las personas que se conforman con tocar o mirar a la mujer. c. Angustia de los varones que practican el coitus interruptus. C obra nocividad para el varón cuando este atendiendo a la satisfacción de la mujer dirige voluntariamente el coito, pospone la eyaculación. d. Angustia de los varones en la senescencia donde muestran un climaterio y en la época de su potencia declinante y su libido creciente producen una neurosis de angustia. Debo agregar dos casos que valen para ambos sexos: a. Los que son neurasténicos a causa de la masturbación, son personas incapaces de tolerar la abstinencia. b. La neurosis de angustia se genera en ambos sexos por el factor del trabajo excesivo, del empeño agotador. La principal objeción a mi enunciado de una etiología sexual aducirá a que dada la general difusión de relaciones anormales de esta clase en la vida sexual, uno las hallaría toda vez que la buscase. Dada la frecuencia de la neurosis de angustia no se podría esperar un factor etiológico de rara o currencia, además esto cumple el postulado de la patología de poder demostrar que el factor etiológico es más frecuente que su efecto, ya que para este último caso se requieren todavía otras condiciones. Ahora me limitaré exclusivamente al factor etiológico del coitus interruptus y a presentar algunas experiencias singulares probatorias: 1. Siempre que en señoras jóvenes la neurosis de angustia no está aún constituida, sino que se manifiesta en unos amagos que desaparecen de manera espontánea, se puede demostrar que estas oleadas pertenecen a coitos con satisfacción faltante. 2. En la anamnesis de muchos casos se descubre una llamativa oscilación en la intensidad de los fenómenos, y aun en la aparición y desaparición del estado íntegro. Cierto año anduvo todo de maravilla, pero el siguiente fue terrible, etc. 3. Por la anamnesis de los enfermos se averigua a menudo que los síntomas de la neurosis de angustia relevaron en cierto momento a los de otra neurosis. 22 La neurosis de angustia estalla cuando el efecto latente del factor específico se suma al efecto de otro influjo nocivo, banal. Este último puede subrogar cuantitativamente al factor específico, pero no sustituirlo cualitativamente. El factor específico sigue siendo que que comanda la forma de la neurosis. III. Esbozos para una teoría de la neurosis de angustia En lo expuesto hasta aquí sobre la neurosis de angustia hay ya algunos puntos de apoyo para una visión del mecanismo de esta neurosis. Primero la conjetura de que quizá se trate de una acumulación de excitación, luego el hecho de que la angustia que está en la base de los fenómenos no admite ninguna derivación psíquica. Otro punto de apoyo nos lo ofrece de que la neurosis de angustia se conjuga con el más nítido aminoramiento de la líbido sexual, del placer psíquico a punto tal que cuando se les dice a los enfermos que su padecer se debe a una "insuficiente satisfacción" su respuesta es que eso es imposible. Todos estos indicios favorecen la expectativa de que el mecanismo de la neurosis de angustia haya de buscarse en ser desviada de lo psíquico la excitación sexual somática y recibir, a causa de ello, un empleo anormal. Existe un alivio psíquico que lo llamaré acción específica o adecuada; c onsiste, para la pulsión sexual masculina, en un complicado acto reflejo espinal que tiene por consecuencia el aligeramiento de aquellas terminaciones nerviosas, y en todos los preparativos que se deben operar en lo psíquico para desencadenar ese acto reflejo. También para la mujer cabe suponer una excitación sexual somática y un estado en que esta excitación deviene estímulo psíquico, líbido, y provoca el esfuerzo hacia la acción específica a la que se anuda el sentimiento de voluptuosidad. Solo que somos incapaces de indicar qué sería lo análogo a la distensión de las vesículas seminales. Se genera una neurastenia toda vez que el aligeramiento adecuado es sustituido por uno menos adecuado. En cambio, llevan a la neurosis de angustia todos los factores que estorban al procesamiento psíquico de la excitación sexual somática, los fenómenos de la neurosis de angustia se producen cuando la excitación sexual somática desviada de la psique se gasta subcorticalmente, en reacciones de ningún modo adecuadas. La psique cae en el afecto de la angustia cuando se siente incapaz para tramitar, mediante la reacción correspondiente, una tarea (un peligro) que se avecina desde afuera; cae en la neurosis de angustia cuando se nota incapaz de reequilibrar la excitación (sexual) endógenamente generada. Se comporta entonces como si ella proyectara la excitación hacia afuera. El afecto y la neurosis a él correspondiente, se sitúan en un estrecho vínculo recíproco; el primero es la reacción ante una excitación exógena, y la segunda, la reacción ante una excitación endógena análoga. El sistema nervioso reacciona en la neurosis ante una fuente interna de excitación, como el afecto correspondiente lo hace ante una análoga fuente externa. IV. Nexo con otras neurosis Para el análisis de las 《neurosis mixtas》puedo decir: Toda vez que se presenta una neurosis mixta, se puede demostrar una contaminación entre varias etiologías específicas. Semejante multiplicidad de factores etiológicos, condicionantes de una neurosis mixta, puede producirse por mero azar o en otros casos no es azarosa, sino que uno de ellos pone en vigencia al otro. 23 En otra categoría de neurosis mixtas el nexo entre los síntomas es todavía más estrecho, pues la misma condición etiológica provocará, simultáneamente y con arreglo a ley, las dos neurosis. Por esto, es preciso distinguir entre las condiciones etiológicas para la producción de las neurosis y los factores específicos de ellas; porque solo los factores etiológicos de aquellas abstraídos, como un aligeramiento inadecuado, una insuficiencia psíquica, una defensa con sustitución, p oseen un nexo inequívoco y específico con la etiología de cada una de las grandes neurosis. Por último, la diferencia reside meramente en que la excitación cuyo desplazamiento (descentramiento) se exterioriza la neurosis es puramente somática en la neurosis de angustia (la excitación sexual somática), mientras que en la histeria es psíquica (provocada por un conflicto). 7. Algunas consideraciones con miras a un estudio comparativo de las Parálisis Motrices Orgánicas e Histéricas (1893 [1888-93]) Características principales de los dos tipos de parálisis motrices: Parálisis perifero-espinal ● Es una parálisis 《détaillée》 (detallada). ● Cada músculo puede ser paralizado de manera individual y aislada, esto depende del sitio y de la extensión de la lesión nerviosa. Parálisis cerebral ● Es una parálisis 《en masse》(en masa). ● Es una afección que ataca una amplia zona de la periferia, nunca afecta a un músculo individualmente. ● En las parálisis cerebrales de las extremidades los segmentos periféricos sufren siempre más que los segmentos cercanos al centro. En un estudio crítico sobre la afasia (1891), intentó demostrar que la causa de la diferencia entre las parálisis se debe buscar en la estructura del sistema nervioso. Cada elemento de la periferia corresponde a un elemento dentro del eje gris (su terminal nervioso); la periferia es por así decir proyectada sobre la sustancia gris de la médula punto por punto, por eso propongo denominar parálisis de proyección a la parálisis perifero-espinal. Por otra parte, las fibras que van de la médula a la corteza ya no representan cada una un solo elemento periférico, sino más bien un grupo de estos y, un elemento periférico puede corresponder a varias fibras conductoras espino-corticales. Esto se debe a un cambio de ordenamiento producido en el punto de conexión entre los dos segmentos del sistema motor. Por esto sostengo que la reproducción de la periferia en la corteza no es una reproducción fiel, sino una relación entre fibras que podemos llamar representativas; por ello propongo para la parálisis cerebral el nombre de parálisis de representación. A la histeria se le ha atribuido la facultad se simular las afecciones nerviosas orgánicas más diversas. Se trata de saber si hay parálisis histéricas de proyección y de representación. Aquí se destaca un hecho importante: la histeria nunca simula las parálisis de proyección; sólo comparten los caracteres de las parálisis orgánicas de representación. Es bueno aclarar que yo solo trabajo parálisis histéricas fláccidas y no de la contractura histérica. Las parálisis fláccidas nunca afectan a un solo músculo, salvo en el caso en que ese músculo sea el instrumento único de una función, son siempre en masse. La parálisis histérica se aproxima a la cerebral porque presenta una facilidad mayor para la disociación, pero no deja de distinguirse de ella por: 24 ● No está sometida a la regla de que el segmento periférico es siempre más afectado que el segmento central. ● No ofrece la menor dificultad producir artificialmente una parálisis aislada del muslo, de la pierna, etc. La parálisis histérica es intermedia entre la de proyección y la de representación orgánica, porque no posee los caracteres de disociación y de aislamiento de la primera ni está sujeta a las leyes estrictas que rigen la segunda. Entonces, se puede sostener que la parálisis histérica es también una parálisis de representación, pero una especial cuya característica debe ser descubierta. La parálisis histérica puede ser mucho más disociada, más sistematizada, que la parálisis cerebral. Los síntomas de la parálisis orgánica se encuentran como fragmentados en la histeria. Según le he oído decir a Charcot, la histeria es una enfermedad de manifestaciones excesivas que tiende a producir sus síntomas con la mayor intensidad posible. Entonces, la parálisis histérica es de una delimitación exacta y de una intensidad excesiva. En esto reside su mayor contraste con la parálisis cerebral orgánica, en la cual, de una manera constante, estos dos caracteres no están asociados. Una parálisis orgánica no puede volverse absoluta y permanecer delimitada a la vez, esto es algo que la parálisis histérica puede muy bien realizar. Y las parálisis histéricas se acompañan de perturbaciones de la sensibilidad mucho más a menudo que las parálisis orgánicas. Las condiciones que dominan la sintomatología de la parálisis cerebral son los hechos de la anatomía: la construcción del sistema nervioso y la distribución de sus vasos. Por esto, el número de fibras que van de la médula a la corteza en comparación al número de las fibras que van de la periferia a la médula es la base de la diferencia entre las parálisis de proyección y de representación. Es imposible que la anatomía pueda explicar los rasgos distintivos de la parálisis histérica. Para las parálisis orgánicas, la naturaleza de la lesión desempeña un papel secundario, lo que importa es la extensión y su localización; entonces ¿cuál podría ser la naturaleza de la lesión en la parálisis histérica? Charcot decía que a menudo era una lesión cortical, pero puramente dinámica o funcional, esto equivale a afirmar que en la autopsia no se hallarían cambios tisulares apreciables. Yo afirmo, por el contrario, que la lesión de la parálisis histérica debe ser por completo independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se comporta en sus parálisis y otras manifestaciones como si la anatomía no existiera, o como si no tuviera noticia alguna de ella. La histeria es ignorante de la distribución de los nervios, y por ello no simula las parálisis periferoespinales o de proyección. Toma los órganos en el sentido vulgar, popular, del nombre que llevan. Intentaré desarrollar como podría ser la lesión que es causa de la parálisis histérica. Tomaré la expresión 《lesión funcional o dinámica》 en su sentido propio de 《alteración de función o de dinamismo》, alteración de una propiedad funcional, por ejemplo una disminución de excitabilidad o de una cualidad fisiológica. Afirmó que es la concepción trivial, popular, de los órganos y del cuerpo en general la que está en juego en las parálisis histéricas, no se funda en un conocimiento ahondado de la anatomía nerviosa, sino en nuestras percepciones táctiles y, sobre todo, visuales. La lesión de 25 la parálisis histérica será una alteración de la concepción (representación) de, por ejemplo, la idea de brazo. Pero ¿de qué índole es esta alteración para producir la parálisis? Considerada psicológicamente, la parálisis del brazo consiste en el hecho de que la concepción del brazo no puede entrar en asociación con las otras ideas que constituyen al yo del cual el cuerpo del individuo forma parte importante. La lesión sería entonces la abolición de la accesibilidad asociativa de la concepción del brazo. Si la concepción del brazo está envuelta en una asociación de gran valor afectivo será inaccesible al libre juego de las otras asociaciones. El brazo estará paralizado en proporción a la persistencia de este valor afectivo o a su disminución por medios psíquicos apropiados. El órgano paralizado o la función abolida están envueltos en una asociación subconsciente provista de un gran valor afectivo, y se puede mostrar que el brazo se libera tan pronto como ese valor afectivo se borra. Cada suceso, cada impresión psíquica está provista de cierto valor afectivo del cual el yo se libra por la vía de una reacción motriz o por un trabajo psíquico asociativo. Si el individuo no puede o no quiere tramitar el excedente, el recuerdo de esta impresión adquiere la importancia de un trauma y deviene la causa de síntomas permanentes de la histeria. La lesión en la parálisis histérica no consiste en otras cosa que en la inaccesibilidad de la concepción del órgano o de la función para las asociaciones del yo consciente, que esta alteración puramente funcional esté causada por la fijación de dicha concepción en una asociación subconsciente con el recuerdo del trauma, y que esta concepción no devenga libre y accesible hasta que el valor afectivo del trauma psíquico no haya sido eliminado por la reacción motriz adecuada o por el trabajo psíquico consciente. 8. Caso Elizabeth R Primer tiempo del analista (Paciente cuestiona al analista). El método utilizado era el relato: ● Elizabeth llega a Freud en 1892, ella tenía 24 años ● Su problema eran los fuertes dolores en la pierna y una dificultad para caminar. Como consecuencia se excluye de la sociedad. ● Su padre fallece. Isabel lo cuidó durante toda su enfermedad hasta que llegó en dia de su deceso (durante éste cuidado el padre apoyaba su pierna en Isabel.Primer dolor psiquico) su. Al fallecer, toda su familia sufre una caída en su status social y económico. ● Su madre tenía problemas en la vista, por lo tanto requería de los cuidados de Isabel. ● También relató que su segunda hermana se encontraba felizmente casada, su esposo era el cuñado más querido de la familia, con el tuvo dos hijos, sin embargo durante el transcurso de su segundo embarazo se enferma, y luego de un tiempo también fallece. ● Cuando su hermana se enferma(durante su segundo embarazo) Isabel tuvo el deber de cuidar de su sobrino ● Su primera hermana también se encontraba casada, sin embargo, éste cuñado, su esposo, no era tan querido ya que alejó a su hermana de la familia. ● En esta instancia, freud se dio cuenta que la pierna ,además de provocarle un dolor a la paciente, también le provocaba placer (si un tercer se la tocaba). Zona denominada Histerógena. Freud comienza a hablar de ● Abasia: dificultad para andar ● Astasia: dificultad para ponerse en forma vertical 26 La Paciente utiliza el dolor de la pierna como una brújula (dependiendo de la persona sobre la cual relata era el lugar de dolor) Segundo tiempo Método utilizado es el apremio mediante hipnosis Este tiempo cuenta con dos partes sumamente importantes: ● En una primera parte, Isabel relata sobre un Joven, muy amigo de su papá. Este joven la habría invitado a una fiesta, a la cual, luego de pensar, decide ir. Al volver de dicha fiesta, Isabel encuentra a su padre muy desmejorado. Éste fué el primer momento en que Isabel sintió dolor. Tras esta escena surge un conflicto, un choque entre el sentimiento de culpa y su interés erótico. Este interés erótico es una representación incompatible con el sentimiento de culpa, el afecto que se encontraba arraigado al mismo ahora es extirpado y se une a un dolor anterior (vez que su padre fallece). Así un dolor psíquico se convierte en un dolor físico ● En una segunda parte, la paciente relata una serie de sucesos: Se habían ido a veranear, junto con su hermana y su cuñado querido, ella al quedarse con el siente un dolor en la pierna Subió a una colina donde se puso a pensar en distintas situaciones de su vida; al bajar sintió dolor Al empeorar su hermana , ella (a pesar de su dolor de pierna) va a visitarla. Finalmente la hermana fallece y el dolor se vuelve más intenso Al fallecer su hermana ella tiene un pensamiento: “ mi cuñado es libre ahora podrá hacerme su mujer” Tercer tiempo Durante el análisis, Isabel escuchó una dulce voz que venía de afuera, era su cuñado que venía a visitarla. Al escucharlo inmediatamente se paró y quería poner fin a su análisis Se encuentra otra relación entre su síntoma y la representación. COLOQUIO 4 Sobre el sueño (1901) Freud se dió cuenta que había otra formaciones psíquicas que no eran patológicas, pero seguían el mismo mecanismo que los síntomas. Entre estas se encuentran los sueños. Los antiguos veían en los sueños un anuncio propicio o nefasto de unos poderes superiores, demoníacos y divinos, es decir, veían en ellos la expresión de un SENTIDO. Hoy en día se tiene la certeza de que son una genuina operación psíquica del soñante, poseen un sentido y son interpretables. Sin embargo este sentido no está dado por una “clave fija”, sino que para cada sujeto este es distinto, y se obtiene en función de las asociaciones que realiza en el análisis. Freud obtuvo nuevas elucidaciones sobre el sueño a través del método de la asociación libre. y afirma: “el sueño es una suerte de sustituto de aquellas ilaciones de pensamiento rebosantes de afecto y ricas de sentido que yo he alcanzado tras un análisis completo”, es decir, que su escenario son nuestros deseos, y constituyen una realización de los mismos. El material de los sueños está compuesto por el contenido manifiesto, que es el relato del sueño tal como se aparece, y el contenido latente, es aquel descubierto por el análisis y permite acceder a una multitud de hilamientos que dan origen al contenido manifiesto. La elaboración onírica es la transformación de pensamientos inconscientes (contenido latente) en contenido manifiesto. Es el trabajo que realiza el sujeto al dormir. Esta transformación se produce bajo ciertos procesos: 27 El proceso primario es netamente inconsciente y en él se ponen en juego cuatro operaciones: 1. Condensación: Un pensamiento onírico puede representar a varias asociaciones de pensamiento.Se requiere que algo común, o varias cosas comunes, estén presentes en todos los componentes. Esta operación hace coincidir los diversos componentes como superponiéndolos unos a otros; entonces aparece nítidamente destacado lo común en la imagen conjunta y donde no están presentes esos rasgos comunes entre los pensamientos oníricos, el trabajo del sueño se empeña en crearlos. Surgen con la condensación las personas de acumulación o personas mixtas. Así cada uno de los elementos del contenido del sueño está sobredeterminado por el material de los pensamientos oníricos. 2. Desplazamiento: Posibilidad de que la intensidad psíquica circule de una representación a otra (libre movilidad de las cargas). También puede trasponerse la intensidad, importancia o afectividad psíquicas de los pensamientos en cuanto a su vivacidad sensorial. Lo más nítido en el contenido del sueño parece sin duda lo más importante; pero [por el desplazamiento ocurrido] en un elemento no nítido del sueño a menudo se puede reconocer el retoño más directo del pensamiento onírico esencial. 3. Figurabilidad en imágenes: El contenido manifiesto del sueño consiste las más de las veces en situaciones visuales; los pensamientos oníricos, por eso, tienen que soportar primero todo un acomodamiento que los haga aptos para ese modo de figuración. (la profe no explicó este asi que pongo eso nada mas). 4. Simbolismo: Los pensamientos oníricos no aparecen vestidos en las sombrías formas idiomáticas de que nuestro pensamiento se sirve preferentemente, sino que están figurados más bien de una manera simbólica, mediante símiles y metáforas, igual a como sucede en el lenguaje de la poesía. El proceso secundario es preconsciente intenta dar inteligibilidad al sueño. Agrega nexos lógicos a la hora de relatarlo. En nuestro aparato anímico existen dos instancias formadoras de pensamiento: la segunda, que posee el privilegio de que sus productos tienen acceso a la conciencia, mientras que la actividad de la primera instancia es en sí inconsciente y sólo puede alcanzar la conciencia pasando por la segunda. En la frontera entre ambas instancias, se encuentra una censura que sólo deja pasar lo que le es agradable, y a lo otro lo refrena. Entonces, eso expulsado por la censura se encuentra en el estado de la represión.En ciertas condiciones, una de las cuales es el estado del dormir, la relación de fuerzas entre ambas instancias se altera de tal modo que lo reprimido ya no puede ser refrenado del todo.Esto sucede en el estado del dormir, así, lo hasta entonces reprimido consigue facilitarse el camino hasta la conciencia. Pero, puesto que la censura nunca es cancelada, a lo reprimido se le hace preciso “ocultarse” en unas alteraciones para suavizar sus aspectos escandalosos. Superado el estado del dormir, la censura vuelve a erguirse y ahora puede aniquilar de nuevo lo que le fue impuesto mientras duraba su debilidad. En los sueños hay un conflicto entre los pensamientos oníricos (contenido latente) y la censura onírica. -El detonante del sueño es un resto diurno, se produce en el dia una impresión que habilita la aparición de un pensamiento inconsciente que genera el sueño. -Función: El sueño debe ser reconocido como el guardián del dormir, dado que inhibe los estímulos del ambiente y hace posible dormir. Capítulo 7: “Sobre la Psicología de los procesos oníricos” 28 B. La regresión El sueño es un acto psíquico de pleno derecho; su fuerza impulsora es un deseo por cumplir; que sea irreconocible como deseo, se deben a la influencia de la censura psíquica que debió soportar en su formación; además del constreñimiento a sustraerse de esta censura, cooperaron en su formación la condensación del material psíquico, un miramiento por su figurabilidad en imágenes sensibles y un miramiento por dar una fachada racional e inteligible al producto onírico. De cada uno de estos enunciados se abren nuevas vías hacia postulados y conjeturas psicológicas. Los carácteres que podemos definir son: ● En primer término es por un cumplimiento de deseo que el proceso de pensamiento del durmiente se mudó en un sueño. Este es el carácter psicológico más general y llamativo del soñar; un pensamiento, por lo común el pensamiento deseado, es objetivado en el sueño, es figurado como escena o, según creemos, es vivenciado. Dentro de la forma en que se manifiesta este sueño hay impresos dos caracteres casi independientes entre sí. Uno es la figuración como situación presente, omitiendo el «quizá»; el otro, la trasposición del pensamiento a imágenes visuales y dichos. La trasmudación que los pensamientos oníricos experimentan por esa vía es que la expectativa expresada en ellos es puesta en presente, tomemos un sueño en que el deseo onírico no se aparte de la prosecución de los pensamientos de vigilia en el estado del dormir, por ejemplo el de la inyección de Irma. Aquí el pensamiento onírico que alcanza la figuración es una oración desiderativa: «¡Ojalá que Otto sea el culpable de la enfermedad de Irma!». El sueño suplanta {verdrángen} el optativo * y lo sustituye por un presente de indicativo: «Sí, Otto es el culpable de la enfermedad de Irma». Y es esta la primera de las mudanzas que el sueño, aun el más exento de desfiguración, emprende con los pensamientos oníricos. El presente es el tiempo en que el deseo se figura como cumplido. ● El segundo carácter es que el contenido de representaciones no se piensa, sino que se muda en imágenes sensibles a las que se da crédito y se cree vivenciar. Sin embargo, no todos los sueños muestran esa trasmudación de la representación en una imagen sensible; hay sueños compuestos sólo por pensamientos, y a los que no por eso se les negará el carácter de sueños. Además, en todo sueño algo largo hay elementos que no pasaron por la trasmudación a lo sensible, que simplemente son pensados o sabidos como suelen serlo en la vigilia. Este carácter del sueño, toda vez que se presenta, nos aparece como el más notable, a punto tal que no podríamos concebir sin él la vida onírica. Quiero destacar una observación de todas las teorías del soñar que merece ser retomada, la de G. T. Fechner que expresa en su Psychophysík, ”a propósito de algunas elucidaciones que ahí consagra al sueño, la conjetura de que el escenario de los sueños es otro que el de la vida de representaciones de la vigilia”. N ingún otro supuesto permitiría conceptualizar las peculiaridades de la vida onírica. La idea que así se quiere mostrar es la existencia de una localidad psíquica que corresponde a un lugar en el interior de un aparato, en el que se produce uno de los estadios previos de la imagen. Imaginemos entonces el aparato psíquico como un instrumento compuesto a cuyos elementos llamaremos instancias o sistemas. Estos sistemas han de poseer quizás una orientación espacial constante. No necesitamos suponer un ordenamiento realmente espacial de los sistemas psíquicos, nos basta con que haya establecida una secuencia fija entre ellos, es decir, que a raíz de ciertos procesos psíquicos los sistemas sean recorridos por la excitación dentro de una determinada serie temporal. 29 Nos referiremos a los componentes del aparato como «sistemas Ψ». Este aparato, compuesto por sistemas Ψ, tiene una dirección. Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos (internos o externos) y termina en inervaciones. Hay un extremo sensorial y un extremo motor; en el extremo sensorial se encuentra un sistema que recibe las percepciones, y en el extremo motor, otro que abre las esclusas de la motilidad. El proceso psíquico transcurre, en general, desde el extremo de la percepción hacia el de la motilidad. El esquema del aparato psíquico tendría entonces el siguiente aspecto: Ahora tenemos fundamentos para hacer que ingrese en el extremo sensorial una primera diferenciación. De las percepciones que llegan a nosotros, en nuestro aparato psíquico queda una huella, llamada «huella mnémica», la función atinente a esta la llamamos «memoria». Si tomamos en serio el designio de anudar los procesos psíquicos a sistemas, la huella mnémica sólo puede consistir en alteraciones permanentes sobrevenidas en los elementos de los sistemas. Manifiestas dificultades trae consigo suponer que un mismo sistema deba conservar fielmente alteraciones sobrevenidas a sus elementos y, a pesar de ello, mantenerse siempre abierto y receptivo a las nuevas ocasiones de alteración. De acuerdo con el principio que guía nuestra búsqueda, distribuiremos entonces estas dos operaciones entre sistemas diversos: ● un sistema del aparato, el delantero, recibe los estímulos perceptivos, pero nada conserva de ellos y por tanto carece de memoria ● detrás del primer sistema hay un segundo sistema que traspone la excitación momentánea del primero a huellas permanentes. Este sería, el cuadro de nuestro aparato psíquico: De las percepciones que tienen efecto sobre el sistema P conservamos como duradero algo más que su contenido, estas se revelan también enlazadas entre sí en la memoria, sobre todo de acuerdo con el encuentro en la simultaneidad que en su momento tuvieron. Este hecho lo llamamos asociación. Sin embargo, si el sistema P no tiene memoria alguna, no puede conservar las huellas para la asociación; los elementos P singulares se verían intolerablemente impedidos en su función si contra cada percepción nueva se hiciese valer un resto de enlace anterior. Por esto, tenemos que suponer que la base de la asociación son más 30 bien los sistemas mnémicos. El hecho de la asociación consiste entonces en: como consecuencia de reducciones en la resistencia y de facilitaciones, desde uno de los elementos Mn la excitación se propaga más bien hacia un segundo elemento Mn que hacia un tercero. Una mayor profundización nos muestra la necesidad de suponer varios de esos elementos Mn, dentro de los cuales la misma excitación propagada por los elementos P experimenta una fijación de índole diversa. El primero de estos sistemas Mn contendrá en todo caso la fijación de la asociación por simultaneidad, relaciones de semejanza u otras. Sería vano empeñarse en indicar con palabras el significado psíquico de un sistema semejante, ya que su característica residiría en la intimidad de sus vínculos con elementos del material mnémico en bruto, o sea, si queremos apuntar a una teoría que vaya más a lo hondo, en las gradaciones de la resistencia de conducción hacia esos elementos. El sistema P, que no tiene capacidad ninguna para conservar alteraciones, y por tanto memoria ninguna, brinda a nuestra conciencia toda la diversidad de las cualidades sensoriales. A la inversa, nuestros recuerdos, incluso los más hondos, son en sí inconcientes. Es posible hacerlos conscientes; pero en el estado inconsciente despliegan todos sus efectos. Lo que llamamos nuestro carácter se basa en las huellas mnémicas de nuestras impresiones; y las que nos produjeron un efecto más fuerte, las de nuestra primera juventud, son las que casi nunca devienen concientes. Pero cuando los recuerdos se hacen de nuevo conscientes, no muestran cualidad sensorial alguna o muestran una muy ínfima en comparación con las percepciones. Al parecer en los sistemas Ψ, memoria y cualidad para la conciencia se excluyen entre sí. Para el conocimiento de otra pieza del aparato, el sueño nos servirá como fuente de prueba. Resulta imposible explicar la formación del sueño si no osamos suponer la existencia de dos instancias psíquicas, una de las cuales sometía la actividad de la otra a una crítica cuya consecuencia era la exclusión de su devenir-conciente. La instancia criticadora mantiene con la conciencia relaciones más estrechas que la criticada. Se sitúa entre esta última y la conciencia como una pantalla. Encontramos asideros para identificar la instancia criticadora con lo que guía nuestra vida de vigilia y decide sobre nuestro obrar consciente, voluntario. Ahora, siguiendo nuestras hipótesis, sustituyamos estas instancias por sistemas; el sistema criticador se situará en el extremo motor. Incluimos los dos sistemas en nuestro esquema, y en los nombres que les damos expresamos su relación con la conciencia: Al último de los sistemas situados en el extremo motor lo llamamos preconsciente ya que los procesos de excitación habidos en él pueden alcanzar sin más demora la conciencia, siempre 31 que, por ejemplo, se alcance cierta intensidad, cierta distribución de «atención», etc. Es al mismo tiempo el sistema que posee las llaves de la motilidad voluntaria. Al sistema que está detrás lo llamamos inconsciente porque no tiene acceso alguno a la conciencia si no es por vía del preconsciente, al pasar por el cual su proceso de excitación tiene que sufrir modificaciones. Ahora bien, ¿en cuál de estos sistemas situamos el envión para la formación del sueño? Para simplificar, lo hacemos en el sistema Icc. Claro que en ulteriores elucidaciones llegaremos a saber que esto no es correcto y que la formación del sueño se ve precisada a anudarse con pensamientos oníricos que pertenecen al sistema del preconciente. Cuando tratemos del deseo onírico, nos enteraremos de que la fuerza impulsora del sueño es aportada por el Icc y a causa de este factor adoptamos el supuesto de que el sistema inconsciente es el punto de partida para la formación del sueño. Esta excitación onírica exteriorizará el afán de proseguirse dentro del Prcc y alcanzar desde ahí el acceso a la conciencia. Durante el día la censura de la resistencia les ataja a los pensamientos oníricos este camino que lleva a la conciencia pasando por el preconciente. En la noche se abren el acceso a la conciencia, pero debemos averiguar por qué camino y merced a qué alteración. Si ello les fuese posibilitado por el hecho de que a la noche disminuye la resistencia que monta guardia en la frontera entre inconciente y preconciente, recibiríamos en el material de nuestras representaciones unos sueños que no mostrarían el carácter alucinatorio que ahora nos interesa. Lo que ocurre en el sueño alucinatorio no podemos describirlo de otro modo que diciendo lo siguiente: La excitación toma un camino de reflujo porque en lugar de propagarse hacia el extremo motor del aparato, lo hace hacia el extremo sensorial, y por último alcanza el sistema de las percepciones. Si a la dirección según la cual el proceso psíquico se continúa en la vigilia desde el inconsciente la llamamos progrediente, estamos autorizados a decir que el sueño tiene carácter regrediente. Esta regresión es entonces, una de las peculiaridades psicológicas del proceso onírico; pero no es propia ni exclusivamente de los sueños. El recordar deliberado y otros procesos parciales de pensamiento normal corresponden a una marcha hacia atrás dentro del aparato psíquico desde algún acto complejo de representación hasta el material en bruto de las huellas mnémicas que está en su base. Pero en la vigilia esta retrogresión no va más allá de las imágenes mnémicas; no puede producir la animación alucinatoria de las imágenes perceptivas. ¿Por qué ocurre de otro modo en el sueño? Cuando hablamos del trabajo de condensación dimos cuenta que las representaciones son transferidas íntegramente de una a otra por obra del trabajo del sueño. Probablemente sea esta modificación del proceso psíquico corriente la que posibilita que el sistema de las P se invista hasta la plena vivacidad sensorial en la dirección inversa, partiendo de los pensamientos. El nombre del fenómeno cuya explicación no alcanzamos es «regresión» al hecho de que en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez partió. Pero ¿Para qué poner un nombre si ello no nos enseña nada nuevo?. En este punto obtenemos la primera recompensa por haber establecido ese esquema. Si consideramos al proceso del sueño como una regresión en el interior de ese aparato anímico que hemos supuesto, se nos explica sin más el hecho, de que a raíz del trabajo del sueño todas las relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos se pierden o sólo hallan expresión trabajosa. De acuerdo con nuestro esquema, esas relaciones entre pensamientos no están contenidas en los primeros sistemas Mn, sino en otros, situados mucho más adelante, y por eso en la regresión tienen que quedar despojados de todo medio de expresarse, excepto el de las imágenes perceptivas. La ensambladura de los pensamientos 32 oníricos es resuelta, por la regresión. Pero, ¿qué alteración posibilita esa regresión imposible durante el día? Puede tratarse de alteraciones en las investiduras energéticas de los sistemas singulares, en virtud de las cuales ellos se vuelven más o menos transitables para el decurso de la excitación. Enseguida se piensa, desde luego, en el estado del dormir y en las alteraciones de investidura que provoca en el extremo sensorial del aparato. Durante el día hay una corriente continua desde el sistema Ψ de las P hasta la motilidad; ella cesa durante la noche y ya no podría oponer impedimento alguno a una contracorriente de la excitación. Esta sería la «clausura del mundo exterior». La regresión se produce a pesar de una corriente sensorial ininterrumpida en la dirección progrediente. Respecto de las alucinaciones de la histeria y de la paranoia, y de las visiones de personas normales, puedo dar este esclarecimiento: de hecho corresponden a regresiones, es decir, son pensamientos mudados en imágenes, y sólo experimentan esa mudanza los pensamientos que mantienen íntima vinculación con recuerdos sofocados o que han permanecido inconscientes. Por ejemplo, aquí puedo traer a cuento cómo se resolvió una visión que me contó una histerica de cuarenta años, del tiempo en que estaba sana. Una mañana abrió los ojos y vio en la habitación a su hermano, a pesar de que, como bien sabía, él se encontraba en el manicomio. Su hijito dormía en la cama junto a ella. Para que el niño no se espantase ni le viniesen convulsiones viendo a su tío, lo cubrió con la sábana, y entonces se esfumó el aparecido. Esta visión es la refundición de un recuerdo infantil de la dama, que por cierto fue consciente, pero en su interioridad mantenía la más íntima relación con todo un material inconsciente. Su niñera le había contado que su madre, fallecida muy prematuramente, había sufrido convulsiones epilépticas o histéricas a consecuencia de un susto que le provocó su hermano (el tío de mi paciente) apareciéndose como un fantasma con una sábana sobre la cabeza. La visión contiene los mismos elementos que el recuerdo: la aparición del hermano, la sábana, el susto y su efecto. Pero estos elementos se han ordenado en una nueva trama y se han transferido a otras personas. El motivo manifiesto de la visión, el pensamiento al que esta sustituye, es la preocupación de que su hijito, físicamente tan parecido a su tío, hubiese de sufrir el mismo destino que él. Con este ejemplo puedo ratificar que en casos de mudanza regrediente del pensamiento no es posible descuidar el influjo de un recuerdo sofocado o que ha permanecido inconsciente, las más de las veces infantil. A los pensamientos que están en conexión con él, este recuerdo los arrastra consigo a la regresión, en cuanto es aquella forma de figuración en que él mismo tiene existencia psíquica. Puedo aducir aquí, que las escenas infantiles (sean ellas recuerdos o fantasías), cuando se logra hacerlas conscientes, son vistas de manera alucinatoria y sólo al comunicarlas se borra este carácter. Si tenemos presente el papel que en los pensamientos oníricos desempeñan las vivencias infantiles o las fantasías fundadas en ellas, la frecuencia con que sus fragmentos reaparecen en el contenido del sueño, y el hecho de que los deseos oníricos mismos muchas veces derivan de ahí, no podremos rechazar, la posibilidad de que la mudanza de pensamientos en imágenes visuales sea en parte consecuencia de la atracción que sobre el pensamiento desconectado de la conciencia y que lucha por expresarse ejerce el recuerdo, figurado visualmente, que pugna por ser reanimado. Según esta concepción, el sueño puede describirse también como el sustituto de la escena infantil, alterado por trasferencia a lo reciente. La escena infantil no puede imponer su renovación; debe conformarse con regresar como sueño. La referencia al significado {valor} por así decir paradigmático de las escenas infantiles para el contenido del sueño vuelve superfino uno de los supuestos que Scherner [1861] y sus dicipulos hicieron. Este supone un estado de «estímulo visual», de excitación interna en el 33 órgano de la visión, toda vez que los sueños muestran una vivacidad particular o una abundancia notable en sus elementos visuales. Es decir hay un estado de excitación tal meramente para el sistema perceptivo psíquico del órgano de la visión, pero sosteniendo que ese estado de excitación es producido por el recuerdo, es el refrescamiento de una excitación visual que en su momento fue actual. En resumen esta peculiaridad del sueño que consiste en trasvasar su contenido de representaciones a imágenes sensoriales. A este carácter del trabajo del sueño no lo hemos explicado, sino que lo destacamos como algo que apunta a constelaciones desconocidas y lo distinguimos mediante el nombre de «carácter regrediente». Esta regresión es, un efecto de la resistencia que se opone a la penetración del pensamiento en la conciencia por la vía normal, así como de la simultánea atracción que sobre él ejercen recuerdos que subsisten con vivacidad sensorial. En los sueños quizá contribuye a hacer más fácil la regresión el cese de la corriente progrediente que durante el día parte de los órganos sensoriales. No queremos dejar de apuntar que en estos casos patológicos de regresión, así como en el sueño, el proceso de la transferencia de energía podría ser diverso que en las regresiones de la vida anímica normal, pues en virtud de él se posibilita [en los casos patológicos y en el sueño] una total investidura alucinatoria de los sistemas perceptivos. Lo que en el análisis del trabajo del sueño hemos descrito como el «miramiento por la figurabilidad» podría ser referido a la atracción selectiva de las escenas visualmente recordadas y con las cuales los pensamientos oníricos entran en contacto. Distinguimos entonces tres modos de regresión: a) una regresión tópica, en el sentido del esquema aquí desarrollado de los sistemas Ψ b) una regresión temporal, en la medida en que se trata de una retrogresión a formaciones psíquicas más antiguas, y c) una regresión formal, cuando modos de expresión y de figuración primitivos sustituyen a los habituales. Pero en el fondo los tres tipos de regresión son uno solo y en la mayoría de los casos coinciden. El soñar en su conjunto es una regresión a la condición más temprana del soñante, una reanimación de su infancia, de las mociones pulsionales que lo gobernaron entonces y de los modos de expresión de que disponía. Postula Nietzsche: en el sueño «sigue actuándose una antiquísima veta de lo humano que ya no puede alcanzarse por un camino directo»; ello nos mueve a esperar que mediante el análisis de los sueños habremos de obtener el conocimiento de la herencia arcaica del hombre, lo que hay de innato en su alma. C. Acerca del cumplimiento del deseo ● El sueño no es más que el cumplimiento de un deseo, este deseo que figura en el sueño es un deseo infantil. ● El cumpliento del de deseo permite separar a los sueños en dos grandes grupos: ○ Sueños irreconocibles y a menudo ocultado por todos los medios ○ Sueño no desfigurado: se presentan de manera franca. Es más comun en los niños aunque hay casos que en los adultos se desarrollan de forma breve. ● Génesis del deseo que se realiza en el sueño: ○ Excitación vivida durante el día pero que no fue satisfecha y por ende no tramitada (PCC) ○ Deseo que emerge pero que es sofocado por el sujeto, por ende no es tramitado. (detrás del PCC) ○ carece de relacion con la vida diurna solo se moviliza en la noche 34 ○ Deseos actuales (sed, hambre) ● En el adulto el deseo proviene del ICC ● En el niño el deseo es algo incumplido, no reprimido de la vigilia ● El sujeto puede cesar las investiduras energeticas de nuestro pensamiento de vigilia. Sin embargo puede darse el caso de que las preocupaciones no resueltas y martirizantes hacen que la actividad del pensamiento prosiga mientras dormimos dentro del PCC. Esta última situación se puede dar por: ○ Lo que en el día a causa de una coartación no se llevó a cabo hasta el final ○ Debido a que se produce un desfallecimiento de la capacidad de pensar quedan cosas sin solucionar. ○ Existen cosas en el ICC que son alteradas por el PCC ○ Cosas consideradas como indiferentes que no fueron procesadas durante el día. ● Modo en que se comporta el sueño cuando se le ofrece un material displacentero: ○ El sueño logra sustituir todas las representaciones penosas y sofocar afectos displacenteros. Da como resultado el cumplimiento de deseo ○ Las representaciones penosas modificadas en mayor o menor medida pero reconocidas pueden traer consigo todo el afectos penoso o despertar un desarrollo de de angustia 1. Plantean una divergencia entre CC e ICC y son también un cumplimiento de deseo. 2. Tienen que ver con lo reprimido ● Sueños displacenteros (=/ distinto) Sueños punitorios ● Sueños punitorios pertenecen al YO ○ El carácter de éstos es de naturaleza satisfactoria no permitida (el sujeto no se permite la satisfacción) El deseo punitorio reacciona contra el deseo reprimido. ● El pensamiento onírico actúa como Empresario (Preconsciente) es el detonante del inconsciente, despierta al inconsciente ● . El deseo que produce el inconsciente actúa como Capitalista(combustible del deseo preconsciente). Deseos inmortales.Recuerdan algo de la condición temprana del niño ● Existen sueños sostenidos por más de un deseo, y así existen más variantes. ● El análisis del sueño pone en manifiesto un entrelazamiento de una impresión reciente de tipo indiferente que actúa como sustituto de los pensamientos oníricos más antiguos (inconscientes). Estas están todavía libre de asociaciones. Las manifestaciones indiferentes toman algo prestado del ICC (fuerza pulsionante) y a la vez ofrecen el apoyo necesario para adherir transferencia. APARATO PSÍQUICO (COMO NACE EL DESEO) ● Al nacer, el niño, tiene una necesidad, la cual causa una sensación de desamparo. Durante éste periodo el aparato psíquico del niño se encuentra en formación y constitución. ● Ante esta necesidad de desamparo que experimenta, el niño llora y la madre lo asiste otorgándole un objeto. Este objeto es el pecho materno. 35 ● Una vez que éste objeto le es dado, el niño experimenta una primera vivencia (experiencia) de satisfacción y forma así una percepción. Una vez que el niño vive ésto, la necesidad del objeto desaparece. ● La imagen mnémica de esta percepción formada por el niño queda de ahi en más asociada a una huella que dejó en la memoria la excitación producida por la necesidad. ● Sobre ésta huella mnémica se arma el deseo. ● La huella mnémica da lugar a la IDENTIDAD DE PERCEPCIÓN (estado primitivo del aparato psíquico)Donde el sujeto busca aquel objeto que satisfació en un primer momento su necesidad natural. Este camino terminaba en un alucinar (primer modo de funcionamiento del aparato psíquico del niño) ● A raíz de ésto el niño debe experimentar una amarga experiencia vital en donde se modifique la necesidad primaria en otra secundaria más acorde al fin. Así se forma la IDENTIDAD DE PENSAMIENTO, se pasa de un modo de funcionamiento inconsciente a uno preconsciente. (adulto) ● El pensamiento se vuelve satisfacción del deseo alucinatorio.(adulto) COLOQUIO 5 TRES ENSAYOS DE TEORÍA SEXUAL (1905) Capítulo II: "La sexualidad infantil" EL DESCUIDO DE LO INFANTIL Forma parte de la opinión popular acerca de la pulsión sexual la afirmación de que ella falta en la infancia y sólo despierta en el período de la vida llamado pubertad. Y cuando en la bibliografía hallamos ocasionales noticias acerca de una práctica sexual temprana en niños pequeños, acerca de erecciones, de la masturbación y aun de acciones parecidas al coito, se las menciona siempre como procesos excepcionales, como curiosidades o como horrorosos ejemplos de temprana corrupción. Cuando en realidad, la existencia de una pulsión sexual en la infancia posee el carácter de una ley. Y en los escritos acerca del desarrollo del niño casi siempre se omite tratar el desarrollo sexual. AMNESIA INFANTIL Un fenómeno psíquico que hasta ahora se ha sustraído de toda explicación es la peculiar amnesia que en la mayoría de los seres humanos (¡no todos!) cubre los primeros años de su infancia, hasta el sexto o el octavo año de vida. Se nos informa que en esos años, de los cuales no tenemos recuerdos, reaccionábamos con vivacidad frente a las impresiones, sabíamos exteriorizar dolor y alegría de una manera humana, mostrábamos amor, celos y otras pasiones que nos agitaban entonces con violencia y una vez adultos, nada de eso sabemos. ¿Por qué nuestra memoria quedó tan retrasada respecto de otras actividades anímicas? En ningún otro período de la vida tenemos la capacidad de reproducción y de recepción como en los años de la infancia. Mediante indagación psicológica podemos decir que esas impresiones que hemos olvidado dejaron las más profundas huellas en nuestra vida anímica y pasaron a ser determinantes para todo nuestro desarrollo posterior. No es que hay desaparición real de las impresiones infantiles, sino que hablamos de una amnesia semejante a la que observamos en los neuróticos respecto de vivencias posteriores y cuya esencia consiste en un mero apartamiento de la conciencia (represión). 36 La amnesia infantil, que convierte la infancia de cada individuo en un tiempo anterior, por así decir prehistórico, y le oculta los comienzos de su propia vida sexual, es la culpable de que no se haya otorgado valor al período infantil en el desarrollo de la vida sexual. 1. El período de latericia sexual de la infancia y sus rupturas LAS INHIBICIONES SEXUALES En el período de latencia (total o parcial) se edifican los poderes anímicos que luego se presentarán como inhibiciones en el camino de la pulsión sexual y angostarán su curso a la manera de unos diques (el asco, el sentimiento de vergüenza, los reclamos ideales en lo estético y en lo moral). Se cree que estos diques son obra de la educación, si bien esta contribuye, pero en realidad este desarrollo es de condicionamiento orgánico, fijado hereditariamente, y puede producirse sin ayuda de la educación. FORMACIÓN REACTIVA Y SUBLIMACIÓN. En el período de latencia, la energía de las mociones sexuales —en su totalidad o en su mayor parte— es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines. Los historiadores de la cultura suponen que de esa desviación de las fuerzas pulsionales sexuales de sus metas, y su orientación hacia metas nuevas (proceso llamado sublimación), se adquieren poderosos componentes para todos los logros culturales. Este proceso tiene lugar en el desarrollo del individuo, y su comienzo se sitúa en el período de latencia sexual de la infancia. Las mociones sexuales de estos años infantiles serían inaplicables, ya que las funciones de la reproducción están diferidas (carácter principal del período de latencia); y serían en sí perversas, ya que partirían de zonas erógenas y se sustentarían en pulsiones que dada la dirección del desarrollo del individuo sólo provocarían sensaciones de displacer. Por eso necesitan fuerzas anímicas contrarias (mociones reactivas) que construyen, para la eficaz sofocación de ese displacer, los mencionados diques psíquicos: asco, vergüenza y moral. RUPTURAS DEL PERÍODO DE LATENCIA El empleo de la sexualidad infantil durante el período de latencia constituye un ideal pedagógico del cual el desarrollo del individuo se aparta casi siempre en algunos puntos. De tiempo en tiempo irrumpe un bloque de exteriorización sexual que se ha sustraído a la sublimación, o cierta práctica sexual que se conservó durante todo el período de latencia hasta el estallido reforzado de la pulsión sexual en la pubertad. Los educadores, cuando prestan alguna atención a la sexualidad infantil, creen que la práctica sexual hace ineducable al niño y toman como «vicios» todas las exteriorizaciones sexuales. Estos fenómenos temidos por la educación pueden esclarecer la conformación originaria de la pulsión sexual. 2. Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil EL CHUPETEO Es un modelo de las exteriorizaciones sexuales infantiles, que es el mamar con fruición*placer o gozo intenso*. Aparece en el lactante y puede conservarse hasta la madurez o persistir toda la vida. Consiste en un contacto de succión con la boca (los labios), repetido rítmicamente, que no tiene por fin la nutrición. Pueden ser tomados como objetos de succión una parte de los propios labios, la lengua, un lugar de la piel o incluso el dedo gordo del pie. Una pulsión de prensión que emerge al mismo tiempo suele manifestarse mediante un simultáneo tironeo rítmico del lóbulo de la oreja y el apoderamiento de una parte de otra persona (casi siempre de su oreja) con el mismo fin. La acción de mamar cautiva por entero la atención y lleva al adormecimiento o incluso a una reacción motriz en una suerte de orgasmo. No es raro que esta acción se combine con el frotamiento de ciertos lugares sensibles del cuerpo, el pecho, los genitales externos. Por esta vía, muchos niños pasan del chupeteo a la masturbación. 37 En la crianza, el chupeteo es equiparado a menudo a las otras «malas costumbres» sexuales del niño. Se plantea una cuestión difícil e inevitable: ¿Cuál es el carácter universal de las exteriorizaciones sexuales del niño, que nos permitiría reconocerlas?. Gracias a la indagación psicoanalítica podemos considerar el chupeteo como una exteriorización sexual. AUTOEROTISMO Hay que destacar que el carácter más llamativo de esta práctica sexual, es el hecho de que la pulsión no está dirigida a otra persona; se satisface en el cuerpo propio, es autoerótica. La acción del niño chupeteador se rige por la búsqueda de un placer —ya vivenciado, y ahora recordado—. Así, la satisfacción se obtiene mamando rítmicamente un sector de la piel o de mucosa. Su primera actividad, la más importante para su vida, el mamar del pecho materno (o de sus subrogados), lo familiariza con ese placer. Los labios del niño se comportaron como una zona erógena y la estimulación por el cálido aflujo de leche fue la causa de la sensación placentera. Al comienzo, la satisfacción de la zona erógena se asoció con la satisfacción de la necesidad de alimentarse por esto, el quehacer sexual se apuntala primero en una de las funciones que sirven a la conservación de la vida, y sólo más tarde se independiza de ella. La necesidad de repetir la satisfacción sexual se separa entonces de la necesidad de buscar alimento, una separación que se vuelve inevitable cuando aparecen los dientes y la alimentación ya no se cumple más exclusivamente mamando, sino también masticando. El niño no se sirve de un objeto ajeno para mamar; prefiere una parte de su propia piel porque le resulta más cómodo, y así se independiza del mundo exterior al que no puede aún dominar, y también encuentra una segunda zona erógena, de menor valor. El menor valor de este segundo lugar lo llevará más tarde a buscar en otra persona la parte correspondiente, los labios (podríamos imaginarlo diciendo: «Lástima que no pueda besarme a mí mismo».) No todos los niños chupetean. Cabe suponer que llegan a hacerlo aquellos en quienes está constitucionalmente reforzado el valor erógeno de la zona de los labios. Si este persiste, tales niños, llegados a adultos, serán grandes gustadores del beso, se inclinarán a besos perversos o, tendrán una potente motivación intrínseca para beber y fumar. Pero si sobreviene la represión, sentirán asco frente a la comida y producirán vómitos histéricos. Siendo la zona labial un campo de acción recíproca, la represión invadirá la pulsión de nutrición. En el chupeteo hemos observado ya los tres caracteres esenciales de una exteriorización sexual infantil: ● Esta nace apuntalándose en una de las funciones corporales importantes para la vida ● No conoce un objeto sexual, pues es autoerótica ● Su meta sexual se encuentra bajo el imperio de una zona erógena Estos caracteres son válidos también para la mayoría de las otras prácticas de la pulsión sexual infantil. 3. La meta sexual de la sexualidad infantil CARACTERES DE LAS ZONAS ERÓGENAS La zona erógena es un sector de piel o de mucosa en el que estimulaciones de cierta clase provocan una sensación placentera de determinada cualidad. Los estímulos productores de placer están ligados a particulares condiciones; entre ellas, el carácter rítmico. Otro menos seguro que se pueda designar «particular» al carácter de la sensación placentera provocada por el estímulo (particularidad en la que estaría contenido, justamente, el factor sexual). La propiedad erógena puede adherir prominentemente a ciertas partes del cuerpo. Existen zonas erógenas predestinadas, pero cualquier otro sector de piel o de mucosa puede prestar los servicios de una zona erógena. Entonces, para la producción de una sensación placentera, la cualidad del estímulo es más importante que la complexión de las partes del cuerpo. El 38 niño chupeteador busca por su cuerpo y escoge algún sector para mamárselo con fruición; después, por acostumbramiento, este pasa a ser el preferido. Si por casualidad tropieza con uno de los sectores predestinados (pezones, genitales), este será el predilecto. Las zonas erógenas e histerógenas exhiben los mismos caracteres. META SEXUAL INFANTIL La meta sexual de la pulsión infantil consiste en producir la satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido. Para que se cree una necesidad de repetirla, esta satisfacción tiene que haberse vivenciado antes; y es lícito pensar que la naturaleza se encargará de que esa vivencia no quede librada al azar (por ejemplo en el chupeteo: el enlace simultáneo de este sector del cuerpo con la nutrición). La necesidad de repetir la satisfacción se trasluce por dos cosas: ● un peculiar sentimiento de tensión, que posee el carácter del displacer ● una sensación de estímulo o de picazón condicionada centralmente y proyectada a la zona erógena periférica. Por esto la meta sexual puede formularse también procurando sustituir la sensación de estímulo proyectada sobre la zona erógena, por aquel estímulo externo que la cancela al provocar la sensación de la satisfacción. Este estímulo externo consistirá la mayoría de las veces en una manipulación análoga al mamar. La necesidad puede suscitarse también periféricamente, por una alteración real en la zona erógena y esto armoniza a la perfección con nuestro saber fisiológico. Es sorprendente que, para cancelarse, un estímulo requiera de un segundo estímulo aplicado al mismo lugar. 4. Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias ACTIVACIÓN DE LA ZONA ANAL La zona es apta por su posición para proporcionar un apuntalamiento de la sexualidad en otras funciones corporales. Debe admitirse que el valor erógeno de este sector del cuerpo es originariamente muy grande. Por el psicoanálisis damos cuenta de las trasmudaciones que experimentan normalmente las excitaciones sexuales que parten de él, y cuán a menudo conserva durante toda la vida una considerable participación en la excitabilidad genital. Los trastornos intestinales tan frecuentes en la infancia se ocupan de que no falten excitaciones intensas en esta zona. Los catarros intestinales en la más tierna edad tornan «nervioso» al niño; si más tarde este contrae una neurosis, cobran una influencia determinante sobre su expresión sintomática y ponen a su disposición toda la suma de los trastornos intestinales. Y con referencia al valor erógeno del tracto anal no puede pasarse por alto la influencia de las hemorroides, a las que la vieja medicina concedía tanto peso para la explicación de los estados neuróticos. Los niños que sacan partido de la estimulabilidad erógena de la zona anal se delatan por el hecho de que retienen las heces hasta que la acumulación de estas provoca fuertes contracciones musculares y, al pasar por el ano, pueden ejercer un poderoso estímulo sobre la mucosa, de esta manera se producen sensaciones voluptuosas junto a las dolorosas. Uno de los mejores signos anticipatorios de rareza o nerviosidad posteriores es que un lactante se rehuse obstinadamente a vaciar el intestino cuando lo ponen en la bacinilla, cuando la persona encargada de su crianza lo desea, reservándose esta función para cuando lo desea el mismo. Lo que le interesa, es sólo procurar que no se le escape la ganancia colateral de placer que consigue con la defecación. Los educadores aciertan cuando llaman «díscolos»(desobedientes) a los niños que «difieren» estas funciones. El contenido de los intestinos que, en calidad de cuerpo estimulador, tiene para el lactante importantes significados. Lo trata como a una parte de su propio cuerpo; representa el primer «regalo» por medio del cual el pequeño puede expresar su obediencia hacia el medio circundante 39 exteriorizándolo, y su desafío, rehusándolo. A partir de este significado de «regalo», más tarde cobra el de «hijo», el cual se adquiere por la comida y es dado a luz por el intestino. La retención de las heces, que al comienzo se practica deliberadamente para aprovechar su estimulación masturbadora de la zona anal o para emplearla en la relación con las personas que cuidan al niño, es por otra parte una de las raíces del estreñimiento tan frecuente en los neurópatas. En niños mayores no es nada rara una genuina estimulación masturbatoria de la zona anal con ayuda del dedo y provocada por una picazón de condicionamiento central o sostenida periféricamente. ACTIVACIÓN DE LAS ZONAS GENITALES Entre las zonas erógenas del cuerpo infantil se encuentra una que no desempeña el papel principal ni puede ser la portadora de las mociones sexuales más antiguas, pero que está destinada a grandes cosas en el futuro. Tanto en los varones como en las niñas se relaciona con la micción*orinar* (glande, clítoris), y en los primeros está dentro de un saco de mucosa, de manera que no puede faltarle estimulación por secreciones, que desde temprano son capaces de encender la excitación sexual. Las activaciones sexuales de esta zona erógena son el comienzo de la posterior vida sexual «normal». Por su situación anatómica, por el sobreflujo de secreciones, por los lavados y frotaciones del cuidado corporal y por ciertas excitaciones accidentales (como las migraciones de lombrices intestinales en las niñas), es inevitable que la sensación placentera que estas partes del cuerpo son capaces de proporcionar se haga notar al niño ya en su período de lactancia, despertándole una necesidad de repetirla. Para mantener la limpieza, se establece el futuro primado de esta zona erógena para la actividad sexual. La acción que elimina el estímulo y desencadena la satisfacción consiste en un contacto de frotación con la mano o en una presión ejercida por la mano o apretando los muslos. Esta última operación es con mucho la más frecuente en la niña. En el caso del varón, la preferencia por la mano señala ya la importante contribución que la pulsión de apoderamiento está destinada a prestar a la actividad sexual masculina. Es preciso distinguir tres fases en la masturbación infantil: 1. La primera corresponde al período de lactancia 2. La segunda al breve florecimiento de la práctica sexual hacia el cuarto año de vida 3. La tercera responde al onanismo (masturbación) de la pubertad LA SEGUNDA FASE DE LA MASTURBACIÓN INFANTIL El onanismo del lactante parece desaparecer tras un breve lapso; no obstante, su prosecución ininterrumpida hasta la pubertad puede constituir ya la primera gran desviación respecto del desarrollo a que se aspira para el ser humano en la cultura. Después del período de lactancia, por lo común antes del cuarto año, la pulsión sexual suele despertar de nuevo en esta zona genital y durar un lapso, hasta que una nueva sofocación la detiene, o proseguir sin interrupción. Todos los detalles de esta segunda activación sexual infantil dejan las más profundas (inconcientes) huellas en la memoria de la persona, determinan el desarrollo de su carácter sí permanece sana, y la sintomatología de su neurosis si enferma después de la pubertad. En este último caso, hallamos que este período sexual se ha olvidado, y se han desplazado los recuerdos conscientes que lo atestiguan; es decir que tiene que ver también la amnesia infantil normal con esta activación sexual infantil. Por medio de la exploración psicoanalítica se logra hacer conciente lo olvidado y, de esta manera, eliminar una compulsión que parte del material psíquico inconsciente. RETORNO DE LA MASTURBACIÓN DE LA LACTANCIA La excitación sexual del período de lactancia retorna en los años de la niñez indicados; puede hacerlo como un estímulo de picazón, que reclama una satisfacción onanista, o como un 40 proceso del tipo de una polución, que, de manera análoga a la polución de la época de madurez, alcanza la satisfacción sin ayuda de ninguna acción. Este último caso es el más frecuente en las niñas y en la segunda mitad de la niñez; y a menudo parece tener por premisa un período de onanismo activo anterior. La sintomatología de estas exteriorizaciones sexuales es pobre; del aparato sexual todavía no desarrollado da testimonio el aparato urinario, que se presenta, como su portavoz. La mayoría de las afecciones vesicales de esta época son perturbaciones sexuales. Causas internas y ocasiones externas son decisivas para la reaparición de la actividad sexual; en casos de neurosis, ambas pueden colegirse a partir de la conformación de los síntomas y descubrirse con certeza mediante la exploración psicoanalítica; las ocasiones externas contingentes cobran una importancia grande y duradera. En primer término se sitúa la influencia de la seducción, que trata al niño como objeto sexual y le enseña a conocer la satisfacción de las zonas genitales; secuela de ello es casi siempre la compulsión a renovarla por vía onanista. Semejante influencia puede provenir de adultos o de otros niños. Sin embargo, no se requiere de la seducción para despertar la vida sexual del niño, ya que ese despertar puede producirse también en forma espontánea a partir de causas internas. DISPOSICIÓN PERVERSA POLIMORFA Bajo la influencia de la seducción el niño puede convertirse en un perverso polimorfo, siendo descaminado a practicar todas las trasgresiones posibles. Esto demuestra que en su disposición trae consigo la aptitud para ello; tales trasgresiones tropiezan con escasas resistencias porque, según sea la edad del niño, no se han erigido todavía o están en formación los diques anímicos contra los excesos sexuales: la vergüenza, el asco y la moral. En esto el niño no se comporta diversamente de la mujer ordinaria, no cultivada, en quien se conserva idéntica disposición perversa polimorfa. En condiciones corrientes, ella puede permanecer normal en el aspecto sexual; guiada por un hábil seductor, encontrará gusto en todas las perversiones y las retendrá en su práctica sexual. Esa misma disposición polimorfa, y por tanto infantil, es la que explota la prostituta en su oficio. PULSIONES PARCIALES La influencia de la seducción no ayuda a descubrir la condición inicial de la pulsión sexual, sino que confunde nuestra intelección de ella, porque aporta prematuramente al niño el objeto sexual, del cual la pulsión sexual infantil no muestra al comienzo necesidad alguna. Sin embargo, la vida sexual infantil muestra componentes que desde el comienzo envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales. De esa índole son las pulsiones del placer de ver y de exhibir, y de la crueldad. Aparecen con cierta independencia respecto de las zonas erógenas, y sólo más tarde entran en estrechas relaciones con la vida genital; se hacen notables en la niñez como unas aspiraciones autónomas, separadas al principio de la actividad sexual erógena. Sobre todo, el niño pequeño carece de vergüenza, y muestra una inequívoca complacencia en desnudar su cuerpo poniendo particular énfasis en sus genitales. Bajo la influencia de la seducción, la perversión de ver puede alcanzar gran importancia para la vida sexual del niño. La pulsión de ver puede emerger en el niño como una exteriorización sexual espontánea. Niños pequeños cuya atención se dirigió alguna vez a sus propios genitales —casi siempre por vía masturbatoria— suelen dar sin contribución ajena el paso ulterior, y desarrollar un vivo interés por los genitales de sus compañeritos de juegos. Para satisfacer esa curiosidad se presenta al satisfacer las dos necesidades excrementicias, esos niños se convierten en voyeurs, fervientes mirones de la micción y la defecación de otros. La crueldad es cosa enteramente natural en el carácter infantil; en efecto, la inhibición en virtud de la cual la pulsión de apoderamiento se detiene ante el dolor del otro, la capacidad de compadecerse, se desarrollan relativamente tarde. No se ha logrado todavía el análisis 41 psicológico exhaustivo de esta pulsión. Nos es lícito suponer que la moción cruel proviene de la pulsión de apoderamiento y emerge en la vida sexual en una época en que los genitales no han asumido aún el papel que desempeñarán después. Gobierna una fase de la vida sexual que llamaremos organización pregenital. Niños que se distinguen por una particular crueldad hacia los animales y los compañeros de juego despiertan la sospecha de una práctica sexual prematura e intensa proveniente de las zonas erógenas; y en casos de madurez anticipada y simultánea de todas las pulsiones sexuales, la práctica sexual erógena parece ser la primaria. La ausencia de la barrera de la compasión trae consigo el peligro de que este enlace establecido en la niñez entre las pulsiones crueles y las erógenas resulte inescindible más tarde en la vida. Desde las Confesiones de Jean-Jacques Rousseau, la estimulación dolorosa de la piel de las nalgas ha sido reconocida por todos los pedagogos como una raíz erógena de la pulsión pasiva a la crueldad (del masoquismo). Con acierto han deducido de ahí la exigencia de que el castigo corporal, que casi siempre afecta a esta parte del cuerpo, debe evitarse en el caso de todos aquellos niños cuya libido pueda ser empujada hacia las vías colaterales. 5.La investigacion sexual infantil A la par que la vida sexual del niño alcanza su primer florecimiento, entre los tres y los cinco años, se inicia en él también aquella actividad que se adscribe a la pulsión de saber o de investigar. La pulsión de saber ,su acción corresponde, por una parte, a una manera sublimada del apoderamiento, y, por la otra, trabaja con la energía de la pulsión de ver. Empero, sus vínculos con la vida sexual tienen particular importancia. EL ENIGMA DE LA ESFINGE :La amenaza que para sus condiciones de existencia significa la llegada, conocida o barruntada, de un nuevo niño, y el miedo de que ese acontecimiento lo prive de cuidados y amor, lo vuelven reflexivo y penetrante. El primer problema que lo ocupa es: «¿De dónde vienen los niños?». En cuanto al hecho de los dos sexos, al comienzo el niño no se revuelve contra él ni le opone reparo alguno. Para el varoncito es cosa natural suponer que todas las personas poseen un genital como el suyo, y le resulta imposible unir su falta a la representación que tiene de ellas. COMPLEJO DE CASTRACIÓN Y ENVIDIA DEL PENE. El varoncito se aferra con energía a esta convicción, la defiende obstinadamente frente a la contradicción que muy pronto la realidad le opone, y la abandona sólo tras serias luchas interiores (complejo de castración). El supuesto de que todos los seres humanos poseen idéntico genital (masculino) es la primera de las asombrosas teorías sexuales infantiles, grávidas de consecuencias. De poco le sirve al niño que la ciencia biológica dé razón a su prejuicio y deba reconocer al clítoris femenino como un auténtico sustituto del pene. En cuanto a la niñita, no incurre en tales rechazos cuando ve los genitales del varón con su conformación diversa. Al punto está dispuesta a reconocerla, y es presa de la envidia del pene, que culmina en el deseo de ser un varón. TEORÍAS DEL NACIMIENTO. ¿De dónde vienen los niños? Las soluciones anatómicas fueron en esa época de los más diversos tipos: vienen del pecho, son extraídos del vientre, o el ombligo se abre para dejarlos pasar. En cuanto a la investigación correspondiente a los primeros años de la infancia, es muy raro que se la recuerde fuera del análisis; ha caído bajo la represión mucho tiempo atrás, pero sus resultados fueron uniformes: los hijos se conciben por haber comido algo determinado y se los da a luz por el intestino, como a la materia fecal. CONCEPCIÓN SÁDICA DEL COMERCIO SEXUAL. Si a esa edad los niños son espectadores del comercio sexual entre adultos, lo cual es favorecido por el convencimiento de los mayores de que el pequeño no comprende nada de lo sexual, no puede menos que 42 concebir el acto sexual como una especie de maltrato o sojuzgamiento, vale decir, en sentido sádico. Por el psicoanálisis nos enteramos de que una impresión de esa clase recibida en la primera infancia contribuye en mucho a la disposición para un ulterior desplazamiento {descentramiento} sádico de la meta sexual. EL TÍPICO FRACASO DE LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL. Los niños perciben también las alteraciones que el embarazo provoca en la madre y saben interpretarlas rectamente; a menudo escuchan con una desconfianza profunda, aunque casi siempre silenciosa, cuando les es contada la fábula de la cigüeña. Pero como la investigación sexual infantil ignora dos elementos, el papel del semen fecundante y la existencia de la abertura sexual femenina ,los esfuerzos del pequeño investigador resultan por lo general infructuosos y terminan en una renuncia que no rara vez deja como secuela un deterioro permanente de la pulsión de saber. 6.Fases de desarrollo de la organización sexual La vida sexual infantil: es esencialmente autoerótica {su objeto se encuentra en el cuerpo propio) y sus pulsiones parciales singulares aspiran a conseguir placer cada una por su cuenta, enteramente desconectadas entre sí. El punto de llegada del desarrollo lo constituye la vida sexual del adulto llamada normal; en ella, la consecución de placer se ha puesto' al servicio de la función de reproducción, y las pulsiones parciales, bajo el primado de una única zona erógena, han formado una organización sólida para el logro de la meta sexual en un objeto ajeno. ORGANIZACIONES PREGENITALES. Llamaremos pregenitales a las organizaciones de la vida sexual en que las zonas genitales todavía no han alcanzado su papel hegemónico. Una primera organización sexual pregenital es la oral o, si se prefiere, canihálica.El objeto de una actividad es también el de la otra; la meta sexual consiste en la incorporación del objeto, el paradigma de lo que más tarde, en calidad de identificación, desempeñará un papel psíquico tan importante.Una segunda fase pregenital es la de la organización sádicoanal. Aquí ya se ha desplegado la división en opuestos, que atraviesa la vida sexual; empero, no se los puede llamar todavía masculino y femenino, sino que es preciso decir activo y pasivo. La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento a través de la musculatura del cuerpo, y como órgano de meta sexual pasiva se constituye ante todo la mucosa erógena del intestino. En esta fase, ya son pesquisables la polaridad .sexual y el objeto ajeno. AMBIVALENCIA Esta forma de la organización sexual puede conservarse a lo largo de toda la vida y atraer permanentemente hacia sí una buena parte de la práctica sexual. El predominio del sadismo, y de la zona anal en el papel de cloaca, le imprimen un sesgo notablemente arcaico .Para completar el cuadro de la vida sexual infantil, es preciso agregar que a menudo, o regularmente, ya en la niñez se consuma una elección de objeto como la que hemos supuesto característica de la fase de desarrollo de la pubertad. El conjunto de los afanes sexuales se dirigen a una persona única, y en ella quieren alcanzar su meta. He ahí, pues, el máximo acercamiento posible en la infancia a la conformación definitiva que la vida sexual presentará después de la pubertad. LOS DOS TIEMPOS DE LA ELECCIÓN DE OBJETO El siguiente proceso puede reclamar el nombre de típico: la elección de objeto se realiza en dos tiempos, en dos oleadas. La primera se inicia entre los dos y los cinco años, y el período de latencia la detiene o la hace retroceder; se caracteriza por la naturaleza infantil de sus metas sexuales. La segunda sobreviene con la pubertad y determina la conformación definitiva de la vida sexual.. Los resultados de la elección infantil de objeto se prolongan 43 hasta una época tardía; o bien se los conserva tal cual, o bien experimentan una renovación en la época de la pubertad. Pero demuestran ser inaplicables, y ello a consecuencia del desarrollo de la represión, que se sitúa entre ambas fases. Sus metas sexuales han experimentado un atemperamiento, y figuran únicamente lo que podemos llamar la corriente tierna de la vida sexual.La elección de objeto de la época de la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como corriente sensual. 7.Fuentes de la sexualidad infantil La excitación sexual nace: a) como calco de una satisfacción vivenciada a raíz de otros procesos orgánicos; b) por una apropiada estimulación periférica de zonas erógenas, y c) como expresión de algunas «pulsiones» cuyo origen todavía no comprendemos bien.La observación de niños tiene la desventaja de elaborar objetos que fácilmente originan malentendidos, y el psicoanálisis es dificultado por el hecho de que sólo mediante grandes rodeos puede alcanzar sus objetos y sus conclusiones; no obstante, los dos métodos conjugados alcanzan un grado suficiente de certeza cognoscitiva. A raíz de la indagación de las zonas erógenas hemos descubierto que estos sectores de la piel muestran meramente una particular intensificación de un tipo de excitabilidad que, en cierto grado, es propio de toda la superficie de aquella. Por eso no nos asombrará enterarnos de que a ciertos tipos de estimulación general de la piel pueden adscribirse efectos erógenos muy nítidos. EXCITACIONES MECÁNICAS Una excitación sexual mediante sacudimientos mecánicos del cuerpo, de carácter rítmico. Debemos distinguir en ellos tres clases de influencias de estímulo: las que actúan sobre el aparato sensorial de los nervios vestibulares, las que actúan sobre la piel y las que lo hacen sobre las partes profundas (músculos, aparato articular). La existencia de las sensaciones placenteras así generadas merece destacarse que estamos autorizados a usar indistintamente, para todo un tramo, «excitación sexual» y «satisfacción», la existencia de esas sensaciones placenteras, entonces, producidas por ciertos sacudimientos mecánicos del cuerpo, es documentada por el gran gusto que sienten los niños en los juegos de movimiento pasivo, como ser hamacados y arrojados por el aire, cuya repetición piden incesantemente. ACTIVIDAD MUSCULAR Es sabido que una intensa actividad muscular constituye para el niño una necesidad de cuya satisfacción extrae un placer extraordinario. Está sujeto a elucidaciones críticas el determinar si este placer tiene algo que ver con la sexualidad, si él mismo incluye una satisfacción sexual o puede convertirse en ocasión de una excitación sexual. Esas elucidaciones pueden apuntar también a la tesis ya expuesta, a saber, que el placer provocado por las sensaciones de movimiento pasivo es de naturaleza sexual o genera excitación sexual. En la promoción de la excitación sexual por medio de la actividad muscular habría que reconocer una de las raíces de la pulsión sádica. Para muchos individuos, el enlace infantil entre juegos violentos y excitación sexual es codeterminante de la orientación preferencia! que imprimirán más tarde a su pulsión sexual. PROCESOS AFECTIVOS Es fácil comprobar mediante observación simultánea o exploración retrospectiva que los procesos afectivos más intensos, aún las excitaciones terroríficas, desbordan sobre la sexualidad; esto, por lo demás, puede contribuir a la comprensión del efecto patógeno de esos movimientos del ánimo.Si es lícito suponer que también sensaciones de dolor intenso provocan idéntico efecto erógeno, sobre todo cuando el dolor es aminorado o alejado por una condición concomitante, esta relación constituiría una de las raíces principales de la pulsión sadomasoquista, en cuya múltiple composición vamos penetrando así poco a poco. 44 TRABAJO INTELECTUAL Por último, es innegable que la concentración de la atención en una tarea intelectual, y, en general, el esfuerzo mental, tiene por consecuencia en muchas personas, tanto jóvenes como más maduras, una excitación sexual concomitante.Respecto de estas fuentes de la exitacion sexual, la cualidad del estímulo es sin duda lo decisivo, aunque el factor de la intensidad (en el caso del dolor) no es del todo indiferente. Pero, además, preexisten en el organismo dispositivos a consecuencia de los cuales la excitación sexual se genera como efecto colateral, a raíz de una gran serie de procesos internos, para lo cual basta que la intensidad de estos rebase ciertos límites cuantitativos. DIVERSAS CONSTITUCIONES SEXUALES, a) Así como antes vimos la posibilidad de basar las diversas constituciones sexuales innatas en la diferente plasmación de las zonas erógenas, ahora podemos ensayar eso mismo englobando las fuentes indirectas de la excitación sexual. Nos es lícito suponer que estas fuentes brindan su aporte en todos los individuos, pero que no tienen la misma intensidad en todos ellos; cabe admitir, entonces, que la plasmación privilegiada de cada una de las fuentes de la excitación sexual contribuye también a diferenciar las diversas constituciones sexuales. LAS VÍAS DE LA INFLUENCIA RECÍPROCA, b) Si abandonamos las expresiones figuradas que usamos durante tanto tiempo, y dejamos de hablar de «fuentes» de la excitación sexual, podemos arribar a esta conjetura: todas las vías de conexión que llegan hasta la sexualidad desde otras funciones tienen que poderse transitar también en la dirección inversa. PULSIONES Y DESTINOS DE PULSIÓN (1915) Freud comienza destacando que el concepto de pulsión resulta imprescindible para la psicología, y luego realiza una diferenciación entre esta y los estímulos fisiológicos. Estímulo fisiológico Estímulo pulsional proviene del mundo exterior proviene del interior del propio organismo Actúa como una fuerza de choque (impacto) Actúa como una fuerza constante que momentánea. empuja permanentemente hacia la satisfacción. Ante este uno tiene posibilidades de huir. No es posible huir de la pulsión, sólo se cancela ante la satisfacción. Luego plantea una definición y sostiene que la pulsión es UN CONCEPTO FRONTERIZO ENTRE LO ANÍMICO (PSÍQUICO) Y LO SOMÁTICO. Es un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma. Es una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón (conexión)con lo corporal. La pulsión posee dos elementos: la idea y el afecto. Estos siempre están juntos, y solo se separan mediante la vía de la represión. La pulsión posee cuatro cualidades: ● ESFUERZO: Su factor motor. Es la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Ese carácter esforzante es una propiedad universal de las pulsiones. Toda pulsión es un fragmento de actividad. ● META O FIN: En todos los casos es la satisfacción, que solo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulació en la fuente de la pulsión. 45 ● OBJETO: Es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable de la pulsión ya que no está enlazado originalmente con ella (puede ser cualquier cosa, persona, pare de uno mismo). Puede ocurrir que el mismo objeto sir simultáneamente a la satisfacción de varias pulsiones. ● FUENTE: Es de donde proviene la pulsión. Freud sostiene que el estudio de las fuentes pulsionales no compete a la psicología, y que dentro de la vida anímica esta solo nos es conocida a través de sus metas. Freud propone que existen dos grupos de pulsiones primordiales: pulsiones yoicas y pulsiones sexuales. (PRIMERA TEORÍA PULSIONAL). Las pulsiones yoicas están ligadas a la autoconservación y al o físico. Por ejemplo el hambre. En cambio la pulsión sexual está ligada a la conservación de la especie, son numerosas y proceden de diferentes fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independencia unas de otras y sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada. La meta a la que aspira cada una de ellas es el logro del placer de órgano, y sólo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la funcion de reproduccion. Destinos de la pulsión: Pueden ser 4 ● Transformación en lo contrario, que incluye dos procesos: vuelta de una pulsión de la actividad a la pasividad, y el trastorno (inversión) en cuanto al contenido. ● La vuelta hacia la persona propia ● Represión ● Sublimación. (sobre represión y sublimación no habla en este texto) A continuación va presentando distintos ejemplos para los destinos. En la transformación en lo contrario, en el proceso de vuelta de la actividad en pasividad propone dos pares antitéticos: sadismo- masoquismo y voyeurismo- exhibición, donde el trastorno sólo corresponde a las metas de la pulsión. . En el proceso de inversión de contenido propone el ejemplo de amor- odio, donde se da un cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta. La vuelta hacia la persona propia puede verse en los dos primeros ejemplos. Sadismo- masoquismo: El proceso se presenta del siguiente modo: A. El sadismo consiste en una acción violenta, una afirmación de poder dirigida a otra persona como objeto. (El sujeto actúa sobre el objeto) B. Este objeto es resignado y sustituido por la persona persona propia. (Vuelta hacia la persona propia, y mudanza de la meta pulsional activa en una pasiva). C. Se busca de nuevo como objeto una persona ajena, que, a consecuencia de la mudanza sobrevenida en la meta, tiene que tomar sobre sí el papel de sujeto. (El sujeto se transforma en el objeto). Esta tercera fase es el masoquismo. El mismo es originariamente sadismo. Vouyerismo y Exhibicionismo Las pulsiones tienen por meta el ver y el mostrarse.En los mismos pueden notarse distintas etapas: A. El ver como actividad dirigida hacia un objeto ajeno (S mira al O) B. La resignación del objeto, la vuelta de la pulsión de ver hacia una parte del cuerpo propio (trastorno en pasividad)-> Mirar-se S=O 46 C. La inserción de un nuevo sujeto al que uno se muestra con el fin de ser mirado (S se transforma en O del O) Inicialmente la pulsión de ver es autoerótica, tiene un objeto pero éste se encuentra en el propio cuerpo (Narcisismo). En un segundo momento el objeto va a permutar en el cuerpo ajeno. POLARIDADES DE LA VIDA ANÍMICA (Actividad a la pasividad) A. SUJETO-OBJETO: Yo-No yo,Sujeto(yo)-Objeto (mundo externo). La misma se impone en el individuo tempranamente por la experiencia de que puede acallar los estímulos exteriores mediante su acción muscular pero está indefenso frente a los estimulos pulsionales. B. PLACER-DISPLACER: se adhiere a una serie de la sensación donde la decisión de nuestras acciones juega un papel muy importante C. ACTIVO-PASIVO:Pasivo hacia los estímulos exteriores y activo por sus pulsiones propias (siempre hay satisfacción y puede darse un cambio de meta) POLARIDAD DE LA VIDA ANÍMICA (Inversión de contenido) LEAN POR LAS DUDAS DESDE LA 129 HASTA LA 134 A. AMOR-ODIO: Reproduce la polaridad placer-displacer.Cuando el objeto es fuente de sensaciones placenteras hay una tendencia motriz de acercarlo al YO, decimos que amamos al objeto. Cuando el objeto es fuente de sensaciones displacenteras se crea una distancia hacia el y sentimos una repulsión hacia el objeto (lo odiamos) B. AMARSE A SÍ MISMO: Si definimos el amar como la relación del YO con sus fuentes de placer en la etapa narcisista el individuo solo se ama a sí mismo y es indiferente al mundo (el sujeto = objeto → AUTOEROTISMO) C. AMAR-SER AMADO:Responde a la injerencia de la polaridad entre actividad y pasividad y a la pulsión de ver COLOQUIO 6 INTRODUCCIÓN AL NARCISISMO APARTADO I ¿Qué es el narcisismo? ● Procede de la descripción clinica ● Designa los casos en que los individuos toma como objeto sexual a su propio cuerpo y lo contempla con agrado hasta llegar a su propia satisfacción ● Constituye una PERVERSIÓN que ha acaparado toda la vida sexual del sujeto. ● En la evolución sexual regular del individuo se dan ciertas localizaciones narcisistas de la libido. “Estado precoz donde el organismo catectiza sobre si mismo toda la libido” Narcisismo Primario El narcisismo ya no sería una perversión, sino el complemento libidinoso del egoísmo del instinto de conservación. A la organización yoica se le adhiere la libido TIPOS: 47 A) PARAFRENIA (Patológico): ● Sus características principales son: a. Delirio de grandeza b. Falta de interés por el mundo exterior ● Retraen la libido de las cosas y personas del mundo exterior sin haberlas sustituidos por otras en sus fantasías ● La libido sustraída al mundo exterior ha sido aportada al YO (megalomanía) B) VIDA ANÍMICA INFANTIL Y DE LOS PUEBLOS PRIMITIVOS ● Muestra rasgos que si se presentan aislados serían atribuidos a la megalomanía ● Hiperestimación de poder de sus deseos y actos mentales, la omnipotencia de las ideas, la fe en la fuerza mágica de las palabras, la “mágia” aplicada a premisas megalómanas. C) ENFERMEDAD ORGÁNICA ● El sujeto retira la carga libidinosa de los otros y la vuelca sobre sí mismo para curarse ● La pérdida de la función normal de la realidad solo puede ser causa de la retracción de la líbido ● La introversión de la libido sexual conduce a una carga libidinosa del YO, la cual produce probablemente la pérdida del contacto con la realidad. APARTADO II ● La principal vía de acceso al narcisismo es el análisis de las parafrenias. ● Colegir la simplicidad aparente de lo normal desde las desfiguraciones y exageraciones de lo patológico. ● Otros caminos para aproximarnos al conocimiento del narcisismo son; ○ la consideración de la enfermedad orgánica: influencia de esta sobre la distribución de la libido. El enfermo retira sobre su yo sus investiduras libidinales para volver a enviarlas después de curarse (mientras sufre, también retira de sus objetos de amor el interés libidinhal, cesa de amar). Libido e interés yoico tienen el mismo destino y se vuelven indiscernibles. De igual manera el estado del dormir implica un retiro narcisista de las posiciones libidinales; sobre la persona propia; más precisamente, sobre el exclusivo deseo de dormir. ○ de la hipocondría: esta se exterioriza, en sensaciones corporales penosas y dolorosas, y también tiene efecto sobre la distribución de la libido. El hipocondríaco retira interés y libido de los objetos del mundo exterior y los concentra sobre el órgano que le atarea. Se diferencia entre hipocondría y enfermedad orgánica: ya que el segundo caso las sensaciones penosas tienen su fundamento en alteraciones [orgánicas] comprobables y en el primero no. Freud pensaba que no era excesivo imaginar que una partícula de hipocondría es, por lo general, constitutiva de las otras neurosis (actuales). ○ de la vida amorosa de los sexos (vida erótica): las primeras satisfacciones son vividas en relación con funciones vitales destinadas a las conservación. Las pulsiones sexuales se apoyan al principio en la satisfacción de los instintos del yo y sólo ulteriormente se hacen independientes de estos últimos. 48 El individuo tiene dos objetos sexuales primitivos: él mismo y la mujer nutricia. La elección de objeto en el hombre y en la mujer supone diferencias fundamentales. Caminos de la elección de objeto. Se ama: 1. Conforme al tipo narcisista: a. Lo que uno es (a si mismo) b. Lo que uno fue c. Lo que uno quisiera ser d. A la persona que fue parte de uno mismo 2. Conforme al tipo de apoyo o apuntalamiento o anaclítico: a. A la mujer nutricia b. Al hombre protector APARTADO III En general, en este apartado Freud plantea cómo se constituye el ideal del yo. (introduce los primeros planteamiento sobre el superyó, aunque todavía no lo llama de esta forma). ● En el adulto, se ha producido una renuncia al narcisismo infantil, en función de la cultura. ¿Que ha sido de su libido yoica? Freud responde que ha sucumbido a los efectos de la represión. La condición de dicha represión es la formación de un ideal del yo, es decir el sujeto ha erigido en su interior un ideal por el cual mide su yo actual. Y sobre este yo ideal recae ahora el amor de si mismo de que en la infancia gozó el yo real. El narcisismo aparece desplazado a este nuevo yo ideal, que se encuentra en posesión de todas las perfecciones valiosas. La incitación para formar este ideal parte de la influencia crítica de los padres, a la que luego se suman los educadores (maestros), y todas las otras personas del medio (otros familiares). ● Establece una relación entre el ideal del yo y la sublimación, y dice que la formación del ideal aumenta las exigencias del yo, y favorece la represión, mientras que la sublimación constituye aquella vía de escape que permite cumplir esas exigencias (del yo) sin dar lugar a la represión. ● Afirma que no sería sorprendente descubrir una instancia psíquica, cuyo objetivo sea velar por el aseguramiento de la satisfacción narcisista proveniente del ideal del yo, y que con ese propósito observase de manera continua al yo actual, midiendolo con el ideal. Asegura que es lícito equipararla con lo que llamamos nuestra conciencia moral. (primeros planteamientos del superyó) ● A continuación habla sobre el sentimiento de sí, que se presenta como expresión de la “grandeza del yo”. Depende de manera particularmente estrecha de la libido narcisista. Es lo que se denomina “autoestima”, y constituye una función entre la relación del ideal del yo, con el yo ideal. ● El desarrollo del yo consiste entonces en un distanciamiento respecto del narcisismo primario y engendra una intensa aspiración a recobrarlo. Este distanciamiento se da por medio de desplazamiento de la libido a un ideal del yo, donde la satisfacción se obtiene por el cumplimiento de este ideal. Simultáneamente, el yo ha emitido las investiduras libidinosas de objeto, y se empobrece en favor de ellas, y del ideal del yo. No obstante vuelve a enriquecerse por las satisfacciones de objeto y por el cumplimiento del ideal. El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) [1949] 49 El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica La concepción del estadio del espejo que introduje en nuestro último congreso, hace trece años. Este acto una vez adquirido, de la inanidad de la imagen, rebota en seguida en el niño en una serie de gestos en los que experimenta lúdicamente la relación de los movimientos asumidos de la imagen con su medio ambiente reflejado, y de ese complejo virtual a la realidad que reproduce, o sea con su propio cuerpo y con las personas, incluso con los objetos, que se encuentran junto a él. Este acontecimiento puede producirse, como es sabido desde los trabajos de Baldwin, desde la edad de seis meses, y su repetición ha atraído con frecuencia nuestra meditación ante el espectáculo impresionante de un lactante ante el espejo, que no tiene todavía dominio de la marcha, ni siquiera de la postura en pie, pero que, a pesar del estorbo de algún sostén humano o artificia. Esta actividad conserva para nosotros hasta la edad de dieciocho meses el sentido que le damos, y que no es menos revelador de un dinamismo libidinal, hasta entonces problemático. Basta para ello comprender el estadio del espejo como una identificación en el sentido pleno que el análisis da a éste término: a saber, la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen. El hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente, nos parecerá por lo tanto que manifiesta, en una situación ejemplar, la matriz simbólica en la que el yo [je] se precipita en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en lo universal su función de sujeto. Debería más bien designarse como yo-ideal, en el sentido de que será también el tronco de las identificaciones secundarias.Pero el punto importante es que esta forma sitúa la instancia del yo, en una línea de ficción, irreductible para siempre por el individuo solo;cualquiera que sea el éxito de las síntesis dialécticas por medio de las cuales tiene que resolver en cuanto yo [je] su discordancia con respecto a su propia realidad. La forma total del cuerpo, gracias a la cual el sujeto se adelanta en un espejismo a la maduración de su poder, no le es dada sino como Gestalt, es decir en una exterioridad donde sin duda esa forma es más constituyente que constituida, pero donde sobre todo le aparece en un relieve de estatura que la coagula y bajo una simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que se experimenta a sí mismo animándola. Que una Gestalt sea capaz de efectos formativos sobre el organismo es cosa que puede atestiguar por una experimentación biológica, a su vez tan ajena a la idea de causalidad psíquica que no puede resolverse a formularla como tal. No por eso deja de reconocer que la maduración de la gónada en la paloma tiene por condición necesaria la vista de un congénere, sin que importe su sexo, y tan suficiente, que su efecto se obtiene poniendo solamente al alcance del individuo el campo de reflexión de un espejo. La función del estadio del espejo se nos revela entonces como un caso particular de la función de la imago, que es establecer, una relación del organismo con su realidad o, como se ha dicho, Innenwelt con el Umwelt. Pero esta relación con la naturaleza está alterada en el hombre por cierta dehiscencia del organismo en su seno, por una Discordia primordial que traicionan los signos de malestar y la incoordinación motriz de los meses neonatales. El estadio del espejo es un drama cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación; y que para el sujeto, presa de la ilusión de la identificación espacial, maquina las fantasías que se sucederán desde una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma 50 que llamaremos ortopédica de su totalidad, y a la armadura por fin asumida de una identidad enajenante, que va a marcar con su estructura rígida todo su desarrollo mental. Este cuerpo fragmentado, se muestra regularmente en los sueños, cuando la moción del análisis toca cierto nivel de desintegración agresiva del individuo. Aparece entonces bajo la forma de miembros desunidos y de esos órganos figurados en exoscopia, que adquieren alas y armas para las persecuciones intestinas.Correlativamente, la formación del yo [je] se simboliza oníricamente por un campo fortificado, o hasta un estadio, distribuyendo desde el ruedo interior hasta su recinto, hasta su contorno de cascajos y pantanos, dos campos de lucha opuestos donde el sujeto se empecina en la búsqueda del altivo y lejano castillo interior, cuya forma simboliza el ello de manera sobrecogedora. Este instaura en las defensas del yo un orden genético que responde a los votos formulados por la señorita Anna Freud en la primera parte de su gran obra, y sitúa la represión histórica y sus retornos en un estadio más arcaico que la inversión obsesiva y sus procesos aislantes, y estos a su vez como previos a la enajenación paranoica que data del viraje del yo [je] especular al yo [je] social. Este momento en que termina el estadio del espejo inaugura, por la identificación con la imago del semejante y el drama de los celos primordiales,la dialéctica que desde entonces liga al yo [je] con situaciones socialmente elaboradas. Es este momento el que hace volcarse decisivamente todo el saber humano en la mediatización por el deseo del otro, constituye sus objetos en una equivalencia abstracta por la rivalidad del otro, y hace del yo [je] ese aparato para el cual todo impulso de los instintos será un peligro, aún cuando respondiese a una maduración natural; pues la normalización misma de esa maduración depende desde ese momento en el hombre de un expediente cultural: como se ve en lo que respecta al objeto sexual en el complejo de Edipo. El término "narcisismo primario" con el que la doctrina designa la carga libidinal propia de ese momento, revela en sus inventores, a la luz de nuestra concepción, el más profundo sentimiento de las latencias, de la semántica. Pero ella ilumina también la oposición dinámica que trataron de definir de esa libido a la libido sexual, cuando invocaron instintos de destrucción, y hasta de muerte, para explicar la relación evidente de la libido narcisista con la función enajenadora del yo [je], con la agresividad que se desprende de ella en toda relación con el otro, aunque fuese la de la ayuda más samaritana. Al término de la empresa histórica de una sociedad por no reconocerse ya otra función sino utilitaria, y en la angustia del individuo ante la forma concentracionaria del lazo social cuyo surgimiento parece recompensar ese esfuerzo:una libertad que no se afirma nunca tan auténticamente como entre los muros de una cárcel, una exigencia de compromiso en la que se expresa la impotencia de la pura conciencia para superar ninguna situación, una idealización voyeurista-sádica de la relación sexual, una personalidad que no se realiza sino en el suicidio, una conciencia del otro que no se satisface sino por el asesinato hegeliano. En ese punto de juntura de la naturaleza con la cultura que la antropología de nuestros días escruta obstinadamente, sólo el psicoanálisis reconoce ese nudo de servidumbre imaginaria que el amor debe siempre volver a deshacer o cortar de tajo.En el recurso, que nosotros preservamos, del sujeto al sujeto, el psicoanálisis puede acompañar al paciente hasta el límite extático del "tú eres eso", donde se le revela la cifra de su destino mortal, pero no está en nuestro solo poder de practicante, el conducirlo hasta ese momento en que empieza el verdadero viaje. RESUMEN APUNTES DE CARPETA SOBRE ESTADIO DEL ESPEJO El autoerotismo es una satisfacción parcial de las pulsiones que se da en un cuerpo fragmentado,el autoerotismo está antes del yo desde el origen.Las pulsiones autoeróticas son primordiales.Es lo primero que se da en la infancia y el yo todavia no esta 51 diferenciado.Para que se pueda constituir el narcisismo es necesario primero que aparezca el yo,a travez del estadio del espejo podemos construir el yo y gracias a eso se constituye el narcisismo. En el texto de 1949 en el congreso Lacan trata la experiencia humana, lo imaginario en relación con el otro. El niño en su maduración se reconoce en el espejo como una unidad, antes de dicha maduración no hay reconocimiento.A través del espejo el niño se anticipa a algo que todavía no está formado. Es una experiencia constituyente (estructurante).La imagen viene dada desde afuera, y le permite al niño cierta anticipación constituyente. A partir del espejo el sujeto se reconoce a sí mismo como una organización. COLOQUIO 7 Más allá del principio del placer (1920) APARTADO I ● Establece que, desde el punto de vista económico, el aparato psíquico se rige por el principio del placer. La cantidad de excitación en la vida anímica es la que determina el placer o displacer: ○ Placer → disminución de la carga ○ Displacer → incremento de la carga ● El aparato psíquico se rige por una tendencia a la estabilidad (toma esto de la medicina→ Fechner). Tiene a un equilibrio, homeostasis. ● Plantea que es inexacto hablar de un dominio del placer en el aparato psíquico, afirma que en el alma existe una fuerte tendencia al principio de placer, pero ciertas otras fuerzas o constelaciones la contrarían, entonces el resultado final no siempre puede corresponder a la tendencia al placer. Es limitado, y señala dos limitaciones (o fuentes de displacer): 1. La sustitución del principio del placer por el principio de realidad: el principio de placer es incompatible con la vida y la vida en sociedad. 2. Conflictos o escisiones del aparato psíquico: cuando en el aparato psíquico se dan conflictos o disociaciones comienza a actuar la represión → que separa la idea del afecto y actúa sobre la representación. Esto provoca malestar y forma un síntoma que tiene una satisfacción parcial, degradada, no directa. APARTADO II ● Freud desarrolla las neurosis traumáticas, que se caracterizan por: ○ Aparecer luego de un accidente donde el sujeto vivencio un peligro de muerte ○ El factor capital es la sorpresa, el terror. Cuando se siente terror uno no está preparado para enfrentar lo desconocido, a diferencia de la angustia donde existe una expectativa y preparación para lo desconocido; y en el miedo se requiere la presencia de un objeto determinado para sentirlo. ● ¿El sueño es una realización del deseo? La vida onírica de la neurosis traumática muestra este carácter: reconduce al enfermo, una y otra vez, a la situación de su accidente, de la cual despierta con renovado terror. 52 ● El juego infantil → Fort Da ○ El niño juega con el carretel de tirarlo lejos hasta no verlo, y luego atraerlo hacia él (aparicion - desaparicion// alternancia entre ausencia y presencia). ○ Se relaciona con el gran logro cultural del niño: su renuncia pulsional (renuncia a la satisfacción pulsional) de admitir sin protestas la partida de la madre. ○ El juego le permite simbolizar y tramitar lo que el niño siente pasivamente cuando la madre lo abandona (en el juego lo hace activo) ○ El niño repitió en el juego una impresión desagradable, esto de debe únicamente a que la repetición iba conectada a una ganancia de placer de otra índole, pero directa. APARTADO III ● En el psicoanálisis, se pretendía que el paciente reconstruya a partir de su recuerdo. Sin embargo el enfermo no puede recordar todo lo reprimido. Frente a esto, Freud mediante observaciones, llega a la conclusión de que el enfermo tiene una compulsión a la repetición, se ve forzado a repetir lo reprimido en vez de recordarlo. ● La reproducción de lo reprimido, contiene siempre un fragmento de la vida sexual infantil, por lo tanto del Complejo de edipo y sus ramificaciones. Y esto se escenifica en el terreno de la transferencia, es decir, la relación con el médico. Y se sustituye la neurosis existente por una → neurosis de transferencia. ● La transferencia reproduce la relación que el sujeto tuvo en la infancia con sus padres. ● ¿POR QUÉ SI SUFREN, REPITEN? ¿Qué hay más allá del principio del placer? → la compulsión a la repetición → es primaria. El sujeto no puede controlar la repetición. Repite porque no puede elaborar mediante la palabra lo que le sucede. ● La compulsión a la repetición en los no neuróticos es vista como un sesgo demoníaco, un destino que los persigue. ● En la compulsión a la repetición lo inconsciente (reprimido) no ofrece resistencia a la cura y aspira a irrumpir en la conciencia o descargarse (por la medio de la acción real) ● En la vida anímica existe una compulsión de la repetición que se instaura más allá del principio del placer. ○ En el juego infantil: compulsión de repetición y satisfacción pulsional placentera directa. ○ En los fenómenos de transferencia: están al servicio de la resistencia del yo, obstinado en la represión. ○ En el destino: es en gran parte explicada por la ratio (razón). APARTADO IV ● Freud propone representar al organismo vivo de la forma más simple posible: como una vesícula indiferenciada (organismo unicelular). Su superficie está vuelta hacia el mundo exterior (membrana), y sirve como órgano receptor de estímulos. Esta flota en medio de este mundo exterior cargado de estímulos, y sería aniquilada por a acción de estos si no contara con una protección antiestimulo. ● Dicha protección se obtiene debido a que la parte vuelta hacia el mundo exterior, se vuelve inorgánica y opera apartando los estímulos, como una “envoltura especial”. 53 ● ● ● ● La misma hace que los estímulos se propaguen hacia el interior con una fracción de su intensidad. De esta forma, considerará traumáticas a las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar la protección antiestimulo. Un suceso como el trauma, provocará una perturbación en la economía energética el organismo y pondrá en acción todos los medios de defensa. Queda abolido el principio del placer y la tarea que se plantea es dominar el estímulos, es decir, ligar psíquicamente los volúmenes del estímulo que penetraron violentamente, a fin de conducirlos después a su tramitación. Se produce una CONTRAINVESTIDURA, en favor de la cual se empobrecen todos los otros sistemas psíquicos, de suerte que el resultado es una extensa parálisis o rebajamiento de cualquier otra operación psíquica. Si en la neurosis traumática los sueños reconducen tan regularmente al enfermo a la situación en que sufrió el accidente, es notorio que no están al servicio del cumplimiento de deseo. Estos sueños buscan recuperar el dominio sobre el estímulo. Pero los mencionados sueños ya no pueden verse como cumplimiento de deseo, más bien obedecen a la compulsión a la repetición, que se apoya en el deseo de convocar lo olvidado y reprimido. La compulsión a la repetición tiene que ver con lo pulsional atribuido a la vida orgánica: algo por estar vivo busca retornar a un estado anterior. Se repite para dominar la pulsión. APARTADO V ● Las pulsiones son representantes de todas las fuerzas eficaces que provienen del interior del cuerpo y transfieren el aparato anímico ● En en ICC las investiduras pueden transferirse, desplazarse y condensarse de manera completa y fácil , mientras que en el PRC solo se arrojan datos incorrectos ● Los procesos primarios ocurren en el icc ● La tarea de los estratos superiores del aparato anímico es ligar la excitación de las pulsiones que entra en operación en el proceso primario ○ Si se fracasa se provoca una perturbación análoga a las neurosis traumáticas ○ Si se logra se establece el principio de placer y se modifica el principio de realidad ● Repetir en la transferencia los episodios del periodo infantil de su vida se sitúa MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DE PLACER ● La compulsión a repetir es un carácter universal de todas las pulsiones:La pulsión es un esfuerzo de reproducción de un estado anterior ● Las pulsiones orgánicas conservadoras (pulsión de vida) recogieron todas las variaciones impuestas a su curso vital preservándolas a la repetición, aspirando engañosamente a la impresión de que aspiran al cambio y al progreso. Sin embargo, en realidad se empeñan en alcanzar una vieja meta a través de viejos y nuevos caminos: SE BUSCA VOLVER A LA INANIMACIÓN= MUERTE ● La pulsiones de conservación presentan una notable oposición con el presupuesto de que la vida pulsional en su conjunto sirve a la provocación de la muerte ● La pulsiones sexuales son genuinas pulsiones de vida, dado que contrarían a la función de llevar a la muerte ● En los organismos uno de los grupos pulsionales se lanza hacia delante para alcanzar más rápido la meta final de la vida(muerte) mientras que otro grupo se 54 lanza hacia atrás para volver retomar el camino desde cierto punto y así a prolongar la duración del trayecto (vida) COLOQUIO 8 (?) EL YO Y EL ELLO 1- Lo consciente y lo inconsciente ❖ ¿Que es la conciencia? El psicoanálisis ve a la conciencia tan solo como una cualidad de lo psíquico, que puede sumarse a otras o faltar en absoluto. Es un término descriptivo que se basa en la percepción más inmediata y segura, un estado eminentemente transitorio. Una representación consciente en un momento dado no lo es ya en el momento inmediatamente posterior, aunque pueda volver a serlo, bajo condiciones dadas. Podemos decir entonces que esta representación es latente, capaz de conciencia. La conciencia es la superficie del aparato anímico, de donde proceden todas las percepciones tanto del exterior (percepciones sensoriales), como del interior (sensaciones y sentimientos). Es la encargada de dominar el acceso de la motilidad y ejercer durante la noche la censura onírica. ❖ ¿Que es lo inconsciente? Son aquellos procesos o representaciones anímicas de gran energía, que, sin llegar a ser conscientes, pueden provocar en la vida anímica las más diversas consecuencias. El estado en que estas representaciones se hallan es el que conocemos con el nombre de represión ❖ Clasificación o tipos de inconsciente: Se nos presentan dos clases de inconsciente a- Lo inconsciente latente: capaz de conciencia. Solo es inconsciente en un sentido descriptivo y no en un sentido dinámico; se lo denomina pre consciente b- Lo inconsciente reprimido: incapaz de inconsciencia. A este le reservamos el nombre de inconsciente. En otras palabras, en el sentido descriptivo hay dos clases de inconsciente, y solo uno en el sentido dinámico. Durante el análisis observamos que el enfermo tropieza con dificultades, sus asociaciones cesan en absoluto en cuanto han de aproximarse a lo reprimido, se halla bajo el dominio de una resistencia. Dichas resistencias parten del yo, provocando en él sensaciones displacientes. De esta forma comprobamos que en el yo también hay algo ICC. La existencia de un yo coherente (núcleo del yo) y un yo reprimido (resistencia). Llegamos a la conclusión de que lo ICC no coincide necesariamente con lo reprimido. Todo lo reprimido es inconsciente, pero no todo lo ICC es reprimido... también una parte del yo, cuya amplitud nos es imposible fijar, puede ser ICC, y lo es seguramente. Y este ICC del yo no es latente en el sentido de lo PREC; pues si lo fuera no podría ser activado sin hacerse CC, 55 y su atracción a la CC no opondría tan grandes dificultades. Viéndonos así obligados a admitir un tercer ICC: el ICC no reprimido. 2- El yo y el ello ❖ ¿Como una representación ICC se vuelve CC? La verdadera diferencia entre una idea ICC y una PREC consiste en que el material de la primera permanece oculto, mientras que la segunda se muestra enlazada con representaciones verbales. Estas representaciones son restos mnémicos y proceden principalmente de percepciones acústicas. Aquí está la condición necesaria para que este proceso se lleve a cabo: solo puede hacerse CC lo que ya fue alguna vez una percepción CC. Algo ICC se vuelve CC por su enlace con representaciones verbales (palabras). Estas representaciones son resto mnémicos que fueron alguna vez percepciones CC. o o Percepción: la carga que se extiende desde la huella mnémica hacia el sistema P. Alucinación: la carga se traslada al polo perceptual. YO Es ante todo un ser corpóreo, y no solo un ser superficial. Si queremos encontrarle una analogía anatómica, habremos de identificarlo con el homúnculo cerebral de los anatómicos, que se halla cabeza abajo sobre la corteza cerebral, tiene los pies hacia arriba, mira hacia atrás y ostenta, a la izquierda, la zona de la palabra. Es una parte del ello modificada por la influencia del mundo exterior. Solo se limita a ocupar una parte de su superficie y tampoco se halla separado del, pues interactúa con él en su parte inferior. Se esfuerza en transmitir al ello dicha influencia del mundo exterior, y sustituye en el principio del placer por el principio de realidad. Es la unidad narcisista. De este yo parte la represión. Genera resistencia (lo que se opone al contacto con lo reprimido). De estas resistencias nada sabe el sujeto, entonces hay una parte del yo que tiene que ver con lo ICC. Tiene que ver con la razón. Desde el punto de vista tópico, el yo se encuentra en una relación de dependencia, tanto respecto a las reivindicaciones del ello como a los imperativos del superyó y a las exigencias de la realidad. Aunque se presenta como mediador, encargado de los intereses de la totalidad de la persona, su autonomía es puramente relativa. Desde el punto de vista dinámico, el yo representa evidentemente, en el conflicto neurótico, el polo defensivo de la personalidad, pone en marcha una serie de de mecanismos de defensa, motivados por la percepción de un afecto displacentero (señal de angustia). Desde el punto de vista económico, el yo aparece como un factor de ligazón de los procesos psíquicos; pero, en las operaciones defensivas, las tentativas de ligar la energía 56 pulsional se contaminan de los caracteres que definen el proceso primario: adquieren un matiz compulsivo, repetitivo. ELLO Al nacer, el individuo es un ello psíquico, desconocido. Este se opone al yo, ya que contiene las pasiones y se rige por el principio del placer. Es el polo pulsionar o lugar de las pulsiones En la superficie del ello aparece el yo por acción del mundo exterior. El ello solo es placer El ello tiene que ver con la pasión. Desde el punto de vista económico es el reservorio primario de la energía psíquica, de un punto de vista dinámico el ello entra en conflicto con el yo y el superyó que, desde el punto de vista genético, constituyen diferenciaciones de aquel. Funciones del yo - Regir los accesos a la motilidad - Establece el orden temporal de los procesos psíquicos y los somete al examen de la realidad - Consigue un aplazamiento de las descargas motoras - Se halla en una situación semejante a la de un monarca constitucional, sin cuya sanción no puede legislarse nada, pero que reflexionara mucho antes de oponer su veto a una propuesta del parlamento. - Intenta dominar al ello, sustrae libido de él y transforma sus cargas de objeto en estructuras yoicas - Con ayuda del superyó, extrae del ello la experiencia histórica en él acumulada. 3. El yo y el superyó (ideal del yo) Génesis del superyó: Freud toma el caso de la melancolía, ya que en esta se produce un mecanismo análogo al de la formación del superyó. Una reconstrucción en el yo del objeto perdido, la sustitución de una carga de objeto por una identificación. Cuando el ello abandona el objeto, surge frecuentemente en su lugar, una modificación en el yo, una reconstrucción del objeto en el mismo. Esta modificación del yo es un medio de dominar al ello y de hacer más profundas sus relaciones con él. Cuando el yo toma los rasgos del objeto se ofrece al ello intentando compensar la pérdida, diciendo de alguna manera: “puedes amarme, pues yo soy parecido al objeto perdido”. Las primeras identificaciones, las más importantes, con la figura paterna, son las que finalmente dan formación al ideal del yo (superyó). SUPERYO 57 Surge del yo. Es una fase especial del yo, una diferencia dentro del mismo y se opone a su contenido restante. Presenta una conexión menos firme con la conciencia. Es el residuo de las primeras elecciones de objeto del ello. Tiene que ver con la primera y más importante identificación del individuo, con el padre, perteneciente al primer periodo sexual. Debido a esto conserva un carácter de padre y reina severamente sobre el yo como conciencia moral, o quizá como sentimiento ICC de culpabilidad. Es el heredero del complejo de Edipo. El abogado del mundo exterior, o sea, del ello y se opone al yo, el verdadero representante del mundo exterior o de la realidad. Su relación con el yo no se limita solo a la advertencia “así, como el padre, debes ser”, sino que comprende también una prohibición “así, como el padre, no debes ser”, pues hay algo que le esta exclusivamente reservado. Su función es comparable a la de un juez o sensor con respecto al yo. Freud considera la conciencia moral, la autoobservacion, la formación de ideales, como funciones del superyó. 4. Las dos clases de pulsiones Freud empieza este capítulo declarando que con la división del ser anímico en el yo, ello y superyó, se propone sostener y continuar la teoría de las pulsiones que inicio en “Mas allá del principio del placer”, es decir, la oposición entre el Eros (que integra las pulsiones sexuales, las sublimadas y las de conservación), y la pulsión de muerte (que tiene en el sadismo su representante). Insiste en que la vida es un combate entre ambas tendencias que se enlazan, mezclan y alían entre sí, consiguiendo en el mejor de los casos la derivación hacia el exterior de los impulsos destructores por medio del sistema muscular y del componente sádico de las pulsiones sexuales, y pone como ejemplo de la disociación que puede producirse entre ambas, con la consecuente aparición de la pulsión de muerte, a la neurosis obsesiva. Se propone entonces, orientar su estudio hacia las relaciones entre el yo, el ello y el superyó, por un lado, y las dos clases de pulsiones por el otro, así como a la situación del principio del placer con respecto a todos ellos. La antítesis de las dos clases de pulsiones puede ser sustituida por la polarización del amor y el odio, que bajo diversas condiciones dan la impresión de transformarse fácilmente uno en otro. Por otra parte, también se le impone una modificación en la teoría del narcisismo, ya que si al principio toda la libido se halla acumulada en el ello, el cual emplea una parte en cargas eróticas de objeto, y una vez que el yo crece y se fortalece se apodera de esta libido objetal para aparecer ante el ello como objeto, la conclusión es que este narcisismo del yo es un narcisismo secundario. De estas pulsiones, una tiene que ver con la creación, la otra con la destrucción. 3- Las servidumbres del yo (o patologías del superyó) 58 Del mismo modo que el niño se hallaba sometido a sus padres y obligado a obedecerlos, se somete el yo al imperativo categórico de su superyó. El superyó se encuentra próximo al ello, y puede arrogarse para con el yo la representación del mismo. Penetra profundamente en el ello, y, en cambio, se halla más alejado que el yo de la conciencia. Para el estudio de estas relaciones se tienen en cuenta determinados hechos clínicos Reacción terapéutica negativa: mecanismo por el que muchos analizantes reaccionan durante la cura en sentido inverso a como sería lógico esperar. Cada una de las soluciones parciales que habría de traer consigo un alivio o una desaparición temporal de los síntomas, por lo contrario, provoca en estos sujetos una intensificación de la enfermedad, y durante el tratamiento empeoran en vez de mejorar, ya que la cura es considerada un peligro. Esto tiene un factor moral, un sentimiento de culpabilidad, que halla su satisfacción en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo que la misma significa. En dos afecciones es intensamente CC el sentimiento de culpabilidad. El ideal del yo muestra entonces una particular severidad y hace al yo objeto de sus iras, a veces extraordinariamente crueles 1- Neurosis obsesiva: es extraordinariamente intenso el sentimiento de culpabilidad, sin que por parte del yo exista nada que justifique tal sentimiento. El yo del enfermo se rebela contra la supuesta culpabilidad y pide auxilio al médico para rechazar dicho sentimiento. El análisis nos revela luego que el superyó es influido por procesos que permanecen ocultos al yo 2- Melancolía: se experimenta aun con más intensidad la impresión de que el superyó ha atraído así la conciencia. Pero aquí no se atreve el yo a iniciar protesta alguna. Se reconoce culpable y se somete al castigo. Esta diferencia resulta comprensible. En la neurosis obsesiva se trataba de impulsos repulsivos que permanecían exteriores al yo. En cambio, la melancolía nos muestra que el objeto sobre el cual recaen las iras del superyó ha sido acogido en el yo. Hay otros casos en los que el sentimiento de culpabilidad permanece ICC 3- Histeria: el yo histérico se defiende contra la percepción penosa que le amenaza por parte de la crítica de su superyó, en la misma forma que emplea acostumbradamente para defenderse contra una carga de objeto transportable, o sea por medio de la represión. Depende del yo que el sentimiento de culpabilidad permanezca ICC. Sabemos que en general el yo lleva a cabo las represiones en provecho y al servicio del superyó; pero en el caso presente lo que hace es servirse de esta misma arma contra su riguroso señor. En la neurosis obsesiva predominan los fenómenos de la formación de reacciones. En la histeria no consigue el yo sino mantener a distancia el material al cual se refiere el sentimiento de culpabilidad. 4- Un caso especial de criminales: el incremento de estos sentimientos de culpabilidad pueden llegar a hacer del individuo un criminal. De hecho, en muchos criminales, sobre todo en los jóvenes, hemos descubierto un sentimiento de culpabilidad, que existía incluso antes que se cometa el delito. Por lo tanto esto no era la consecuencia, sino el motivo que llevaba a 59 la ejecución de tal acto; como si el sujeto sintiera un alivio al poder enlazar dicho sentimiento ICC de culpabilidad con algo real y actual. Freud señala que el ello es totalmente amoral, el yo se esfuerza por ser moral, y el superyó puede ser hipermoral y hacerse entonces tan cruel como el ello. El introduce entonces una nueva hipótesis: la de que el ideal del yo extrae su imperativo riguroso y cruel de la pulsión de muerte segregada tras la disociación de las pulsiones que conlleva la identificación con el padre. Por otra parte, se nos muestra el yo como una pobre cosa sometida a tres distintas servidumbres y amenazada por tres diversos peligros, del mundo exterior, de la libido del yo y del rigor del superyó. En calidad de instancia fronteriza, quiere el yo constituirse en mediador entre el mundo exterior y el ello, intentando adaptar el ello al mundo exterior y alcanzar en este los deseos del ello por medio de su actividad muscular. Se ofrece al ello como objeto de su libido, a la cual procura atraer sobre si. Para el ello no es solo un auxiliar, sino un sumiso servidor que aspira a lograr el amor de su dueño. El yo no se conduce imparcialmente con respecto a las dos clases de instintos. Mediante su labor de identificación y sublimación auxilia a los instintos de muerte del ello en el sojuzgamiento de la libido, pero al obrar así se expone al peligro de ser tomado como objeto de tales instintos y sucumbir victima de ellos. Ahora bien, para poder prestar tal auxilio ha tenido que colmarse de libido, constituyéndose así en representante del eros, y aspira entonces a vivir y a ser amado. El yo es la verdadera residencia de la angustia. Amenaza por tres distintos peligros desarrolla el yo el reflejo de fuga, retirando su carga propia de la percepción amenazadora o del proceso desarrollado en el ello considerado peligroso y emitiéndola en calidad de angustia. Esta reacción primitiva es sustituida luego por el establecimiento de cargas de protección (mecanismos de las fobias). El yo sigue, simplemente, las advertencias del principio del placer. En cambio, si podemos determinar qué es lo que se oculta detrás de la angustia del yo ante el superyó, o sea ante la conciencia moral. Aquel ser superior que luego llego a ser el ideal del yo amenazo un día al sujeto con la castración, y este miedo a la castración es probablemente el nódulo en torno del cual cristaliza luego el miedo a la conciencia moral. El ello se encuentra bajo el dominio de la pulsión de muerte, mudo, pero poderoso, y quiere obtener la paz acallando, conforme a las indicaciones del principio del placer, al eros perturbador. Pero con esta hipótesis tememos estimar muy por bajo la misión del eros. INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA I Inhibición: no significa necesariamente algo patológico. Son restricciones de las funciones del yo, bien como medida de precaucion, bien a consecuencia de un empobrecimiento de energia 60 Síntoma: es signo de un proceso patológico. No puede ser ya descrito como un proceso que ocurra dentro o actue sobre el yo. Clasificación o tipos de inhibiciones: a- Inhibiciones especificas: encontramos las causas de estas en una intensa erotización de los órganos que en tales funciones intervienen. La función yoica de un órgano queda alterada cuando se produce este aumento. *El yo renuncia a estas funciones para no tener que llevar a cabo una nueva represión, para evitar un nuevo conflicto con el ello. * encontramos otro tipo de inhibiciones de autocastigo muy frecuentes en las actividades profesionales. Aquí el yo no debe hacer determinadas cosas porque habrían de traerle consigo provecho y éxito, lo cual ha sido prohibido por el superyó. b- Inhiciiones generales: aquí el yo se encuentra absorbido por una labor psíquica de particular gravedad, tal como un duelo, gran supresión afectiva, o la tarea de mantener sumergidas fantasias sexuales que quieren emerger continuamente. Se empobrece la energía de la que este (el yo) puede disponer y se ve obligado a restringir su gasto en muchos lugares. II Síntoma: es un signo y un sustitutivo de una expectativa de satisfacción de un instinto, un resultado del proceso de la represión. La represión parte del yo, que a veces por mandato delsuperyo rehusa agregarse a una carga instintiva iniciada en el ello. Por medio de la represión logra el yo impedirle que la idea, vehiculo del impulso prohibido, alcance a ser CC Por la represión, la liberación del instinto aparece como displacentera en lugar de placentera (transformación de los afectos). El yo puede ejercer mucha influencia sobre el ello. Cuando el yo lucha contra el instinto del ello, da una 'señal' de displacer para alcanzar su propósito con la ayuda del principio del placer, instancia casi omnipotente. ¿De dónde saca el yo la energía para dar esta señal de displacer? La saca de la representación a reprimir y la convierte en displacer (angustia). El afecto reprimido es transformado en angustia, y así el yo resulta ser la sede de la angustia. No se crea aquí nueva energía: se toma la energía de lo reprimido y se la convierte en angustia. El síntoma surge del impulso instintivo obstruído por la represión. Cuando gracias a la señal de displacer o angustia logra el yo su propósito de dominar al impulso, no logramos saber nada sobre la represión: sólo cuando ésta fracasa podemos comprender algo de ella. El impulso instintivo encuentra un sustituto de su satisfacción en el síntoma, el cual no es placentero y sí es obsesivo. Esta sustitución impide la descarga por medio de la motilidad: el síntoma no se transforma en acción. Por tanto el yo opera bajo la influencia de la realidad exterior excluyendo de esta realidad el éxito del proceso sustitutivo. III La represión nos revela a la vez la fuerza y la debilidad del yo. La lucha no termina con la formación del síntoma, y suele seguir con una lucha contra el síntoma mismo. En efecto, el yo busca suprimir el síntoma por ser algo extraño y aislado en 61 la vida anímica, y busca además integrarlo a ella. Esto se ve especialmente en los síntomas histéricos, donde es posible discriminar por un lado el impulso y por el otro el castigo. IV El ejemplo concreto es el caso Juanito, quien se niega a salir a la calle por temor a los caballos. ¿Dónde está aquí el síntoma?, ¿en la angustia?, ¿en la restricción a moverse libremente?, ¿en el caballo como objeto elegido?; ¿dónde está la satisfacción que Juanito se prohíbe? Vemos que se trata de un miedo muy concreto: el temor a que lo muerda un caballo. El análisis de Juanito revela un conflicto de ambivalencia: odia y ama al mismo tiempo a su padre. Su fobia debe ser una tentativa de resolución de dicho conflicto, el cual en este caso no se resuelve al triunfar una de las dos tendencias. Juanito reprime el impulso hostil hacia su padre, pues antes había visto cómo se hería un caballo y un compañerito que lo montaba al caerse juntos, asaltándose entonces el deseo de que a su padre le pasara lo mismo. En esta fobia la angustia no es el síntoma. Si Juanito, enamorado de su madre, mostrara miedo al padre, esto no significaría ni una neurosis ni una fobia, simplemente una expresión de sus sentimientos. Lo que hace de esta reacción una neurosis es simplemente la sustitución del padre por el caballo. Este desplazamiento es lo que constituye el síntoma, que permite resolver la ambivalencia. Lo resuelve desplazando uno de los dos impulsos de Juanito sobre el caballo u objeto sustituto. Podríamos aquí preguntarnos ¿si Juanito deriva el impulsos hostil hacia el caballo, porqué no lo agrede en lugar de tenerle miedo? Si Juanito lo hubiera directamente agredido, la represión no habría modificado en absoluto el carácter agresivo del impulso instintivo, sino sólo su objeto. Esto nos lleva a pensar que en Juanito ha ocurrido algo más. La representación de ser devorado por el padre (mordido por el caballo), es un antiquísima representación típica infantil, lo que a su vez es la expresión de un impulso amoroso pasivo: ser amado por el padre, en el sentido genital, aunque se exprese en la fase de transición de lo oral a lo sádico (regresión). Pero esto, ¿se trata sólo de una sustitución de la representación por una regresión a imágenes primordiales (ser devorado por el padre) o de un rebajamiento regresivo real de lo genital a lo oral y sádico? No es fácil decidirlo. El caso del hombre de los lobos parece confirmar la segunda alternativa, pues dio muestras de impulsos sádicos y neurosis obsesiva. Por lo tanto, el yo no utiliza sólo la represión: también recurre a una regresión y, una vez instalada ésta, puede luego seguir una represión. Los casos de Juanito y del hombre de los lobos sugieren otras reflexiones. En ambos casos el impulso hostil hacia el padre queda reprimido por su transformación en lo contrario: en vez de agredir al padre, éste (lobo o caballo) agrede al sujeto. Pero también se ha reprimido el impulso amoroso pasivo, y también el impulso amoroso hacia la madre. O sea aquí se reprimieron varios impulsos, no uno solo, y además hubo una regresión a fases anteriores. En ambos casos encontramos también el miedo a la castración: por este miedo abandona Juanito la agresión contra su padre (y el miedo a la mordedura es el miedo a la mordedura de sus genitales). En el hombre de los lobos, la castración se aprecia en sus sueños. En suma: en ambos casos es el miedo a la castración el motivo de la represión. Las ideas angustiosas de ser mordido por el caballo o devorado por el lobo son sustitutivos deformados de la idea de 62 ser castrado por el padre. El miedo angustioso a la castración es una angustia real, miedo a un peligro juzgado como verdadero. La angustia causa aquí entonces la represión y no, como antes habíamos dicho (Freud alude aquí a su primera teoría sobre la angustia) que la represión cause la angustia, o sea que la represión transforme el impulso instintivo en angustia. La angustia, concluímos, no nace nunca de la libido reprimida. Sin embargo en casos como el coitus interruptus o la abstinencia forzada se produce angustia a expensas de la energía del impulso instintivo desviado. Podemos explicar esto pensando que el yo sospecha peligros cuando hay un coitus interruptus, ante los cuales reacciona con angustia, pero esta hipótesis no conduce a nada. Los análisis de las fobias anteriores parecen hacer más sólida la hipótesis de que la angustia produce la represión. V La existencia de neurosis sin angustia (por ejemplo la histeria de conversión), nos obliga a reveer nuevamente las relaciones que habíamos establecido antes entre síntoma y angustia. Lo que hemos estudiado hasta ahora fueron las fobias, las cuales al ser tan afines a las histerias de conversión, las podemos llamar 'histerias de angustia'. Los síntomas de la histeria de conversión (parálisis motoras, contracturas, dolores, etc) sustituyen a una descarga normal de la excitación: implican una descarga perturbada. El camino para dicha descarga sustitutiva guarda relación con la situación primitiva donde ocurrió la represión, por ejemplo, existió realmente el dolor que ahora aparece como síntoma, hubo percepciones reales donde ahora aparecen alucinaciones, etc. Los síntomas pueden ser indiferentes (por ejemplo en la parálisis) o displacenteros (alucinaciones), pero nada de esto nos ayuda a ver la formación del síntoma, por lo cual veremos que sucede en la neurosis obsesiva. En ella encontramos síntomas primitivos que son prohibitivos, punitivos, defensivos, pero poco a poco el yo va produciendo síntomas donde se integran la prohibición y la satisfacción. En los casos más simples el síntoma tiene dos momentos: ejecutar cierto mandamiento y luego suprimir lo hecho en el momento anterior. Analizando todo esto notamos dos cosas: en la neurosis obsesiva hay una lucha constante contra lo reprimido que luego poco a poco va cediendo, y segundo, el yo y el superyo son importantes para la formación del síntoma. Tanto en la histeria como en la neurosis obsesiva la situación inicial es el Edipo, pero en la última, por factores constitucionales (debilidad de la organización genital de la libido) hay una regresión a la fase sádico-anal. Quizá la razón tampoco sea constitucional sino temporal (el yo empezó con sus resistencias al comienzo de la fase fálica). Metapsicológicamente, la regresión podemos explicarla como una 'disociación de los instintos', como una separación de los componentes eróticos que, al comienzo de la fase genital, se habían agregado a la carga psíquica destructora de la fase sádica. La regresión es el primer triunfo del yo en su lucha defensiva. En la neurosis obsesiva se ve con claridad que se trata de una defensa contra el complejo de castración. Represión, regresión y exageración de rasgos de carácter son defensas típicas de la neurosis obsesiva. En la histeria faltan o son más débiles las terceras. En la neurosis obsesiva el superyo es muy severo, y no puede sustraerse a la regresión ni a la disociación de los instintos. 63 Durante la latencia, la tarea principal parece ser la defensa contra la tentación masturbatoria. Esta lucha genera luego síntomas del tipo de los ceremoniales. Vemos aquí también una sublimación de los componentes erótico-anales. En la pubertad vuelven a despertarse los impulsos agresivos de la época temprana, que son en realidad impulsos eróticos que tuvieron una regresión. El yo lucha contra los impulsos agresivos sin sospechar que está luchando contra los impulsos eróticos. El superyo actúa en la represión de la sexualidad, adoptando ésta sobretodo formas más repulsivas: la repulsión se hace más intolerable por efecto de un único factor: la regresión de la libido. La represión no destruyó el contenido del impulso agresivo pero sí su afecto: la agresión no es experimentada como un impulso sino como una mera idea. El yo aparece muy influenciado por el superyo, y puede sentirse culpable. La culpabilidad puede también no sentirse en la neurosis obsesiva, manifestándose por síntomas de autocastigo (que significan también impulsos instintivos masoquistas). La neurosis obsesiva tiende a procurar cada vez mayor amplitud a la satisfacción sustitutiva, a costa del renunciamiento. El yo se ve impulsado a buscar la satisfacción en los síntomas, lo cual puede paralizar totalmente la voluntad del yo puesto que en cada decisión encontrará, por ambos lados, impulsos igualmente enérgicos. VI Durante esta lucha podemos observar dos actividades del yo dedicadas a la formación de síntomas, y que prueban que la represión tropieza con dificultades. Las dos técnicas son: 'borrar lo sucedido' y el 'aislamiento'. Borrar lo sucedido busca borrar mediante un símbolo motor, un suceso anterior: ritos, supersticiones, y ceremoniales. Aquí los síntomas tienen dos tiempos: el primer acto es preventivo, evita que algo suceda o se repita y tiene un carácter racional; el segundo acto borra el primero y tiene carácter mágico. En la neurosis obsesiva, aquello que no ha sucedido como el sujeto hubiera deseado es borrado por medio de su repetición en forma distinta, acumulándose toda una serie de motivos para continuar indefinidamente esas repeticiones. Aislamientodespués de un suceso desagradable o un acto propio importante para la neurosis, es interpolada una pausa, donde nada debe suceder, ni percibirse ni hacerse. A diferencia de la histeria, donde se puede olvidar una impresión traumática, aquí no se puede olvidar pero, mediante el aislamiento, interrumpir los lazos asociativos. El aislamiento se refuerza con actos motores de intención mágica. Normalmente se usa también el aislamiento, por ejemplo, en la concentración. El tabú al contacto físico es típico en la neurosis obsesiva, porque allí se agudizan las ambivalencias (amor y agresión hacia el objeto amado): aquí es donde el aislamiento es más fuerte. En las fobias, histerias de conversión y neurosis obsesivas, el origen lo constituye el complejo de Edipo, y el miedo a la castración es el motor de la resistencia del yo, pero sólo en las fobias ese miedo se exterioriza y se confiesa. VII En las zoofobias infantiles vistas, el yo tiene que actuar contra una carga de objeto libidinosa del ello por comprender que, el aceptarla, traería consigo el peligro de la castración. 64 Queda por ver en el caso Juanito (Edipo positivo) si la defensa del yo va contra el impulso amoroso hacia la madre o el impulso agresivo contra el padre. Sólo el primero de ellos es puramente erótico. En Juanito el impulso amoroso parece haber sido totalmente reprimido, emergiendo sólo el impulso agresivo en el síntoma. En el caso del hombre de los lobos, el impulso reprimido que aparece en el síntoma es el impulso erótico (actitud femenina con respecto al padre: Edipo negativo). A partir de todo esto Freud nota un defecto en su teoría de los instintos. Y la solución la encuentra en un hecho conocido: los impulsos instintivos pueden estar fusionados, al reprimir el impulso amoroso, al mismo tiempo se puede estar reprimiendo el impulso agresivo. En Juanito por ejemplo, el impulso agresivo es también reprimido. Relación con la angustia: Cuando el advierte el peligro de castración, da la señal de angustia e inhibe la amenaza del ello. Por la fobia el miedo a la castración recibe un objeto distinto y una expresión disfrazada (ser mordido por el caballo o ser devorado por el lobo, en vez de ser castrado por el padre). Esta sustitución tiene la ventaja de eliminar la ambivalencia, y además la ventaja de permitir al yo desarrollar angustia, ya que de un padre ausente no puede temerse la castración, pero al mismo tiempo el padre no puede ser suprimido: teniéndole miedo al caballo puede controlar la angustia, simplemente evitándolo. En rigor no se sustituye aquí un peligro interior por uno exterior, sino uno exterior (castración) por otro exterior (mordedura). La única diferencia entre esta angustia y la angustia real (o sea la normal ante situaciones peligrosas objetivas) es que la primera tiene un contenido inconciente, que sólo deformado o disfrazado alcanza la conciencia Si hasta ahora veníamos viendo la angustia como una señal de peligro, ahora la vemos como una reacción frente a una pérdida (castración). VIII La angustia se nos presenta como algo que sentimos y que es displacentero. Además implica un acto de descarga (motora, que afecta los órganos respiratorios y el corazón), y la percepción de dicha descarga. Descarga y percepción diferencian ya la angustia del dolor y la tristeza. La angustia se basa en un incremento de la excitación (que produce displacer) y su descarga (que decrece el displacer). Esto es una explicación fisiológica, pero una explicación más psicológica muestra que la angustia proviene de actualizar una situación prototípica: el trauma de nacimiento. O sea, explicaríamos la angustia por un factor histérico. Concluiremos hasta aquí que las fobias infantiles no remiten al acto del nacimiento. Se puede comprobar que el niño siente angustia en tres casos: cuando está solo, cuando está en la oscuridad, y cuando está en presencia de extraños (caras no familiares). Estos tres casos se reducen a una sola condición: el niño advierte la falta de la persona amada o ansiada. La angustia es reacción ante esta falta, y nos recuerda el miedo a la castración, que también implica la separación de un objeto y aún la angustia más primitiva del nacimiento, proveniente de la separación de la muerte. Con la experiencia de que un objeto exterior (por ejemplo el pecho) puede poner término a una situación peligrosa que recuerda la del nacimiento, se desplaza el contenido del peligro de una situación económica (inundación masiva de excitaciones) a una situación de pérdida de un objeto. El peligro es ahora la ausencia de la madre, y el niño reacciona con angustia antes que se produzca la temida situación económica. En la fase fálica la angustia aparece ante la separación posible de los genitales. El ser despojado de los mismos equivale a una 65 nueva separación de la madre (pues su posesión es garantía de una unión sexual con ella), lo que retrotrae al niño a una tensión de necesidad similar a la experimentada en el nacimiento. La angustia tiene distinta connotación según el periodo considerado: surge al principio ante el peligro de la impotencia psíquica en la época de la carencia de madurez del yo; el peligro de la pérdida del objeto en la falta de independencia de los primeros años infantiles; el peligro de castración en la fase fálica; y el miedo al superyo durante el periodo de latencia. Sin embargo, todas estas situaciones siempre subsisten y se puede volver a ellas. Así como en las fobias y neurosis obsesivas (más típicas del varón) la angustia es angustia ante la amenaza de castración, así en la histeria (más típica de la mujer) la angustia es angustia ante la pérdida del objeto de amor. IX relación entre formación de síntomas y angustia. Al respecto hay dos opiniones: 1) la angustia misma ya es un síntoma neurótico, y 2) el síntoma está para eludir la angustia. Freud apoya esta segunda opinión, y la ejemplifica mostrando por ejemplo que si impedimos al obsesivo lavarse las manos siente angustia, lo que prueba que el síntoma tapaba la angustia, El síntoma protege de la angustia y de la situación de peligro que la había generado. La situación de peligro es interna (aunque se pueda proyectar en el exterior). ya que está en el mismo impulso instintivo. El yo, para hacer a éste inofensivo, lo desvía de su fin. Así como hay un distinto peligro en cada etapa de la vida, lo mismo pasa con el dolor: la niña siente dolor cuando pierde la muñeca, y el adulto cuando pierde un ser querido; también en el dolor puede haber regresos al mundo infantil (en el caso de las neurosis). X La angustia es incuestionablemente una reacción frente al peligro. Pero no siempre un peligro genera angustia. En el origen de las neurosis debemos encontrar tres factores: biológico (la larga indefensión del bebé que aumenta los peligros del mundo exterior), filogénico (la evolución sexual humana es distinta a la de otras especies próximas, porque por ejemplo sufre interrupciones durante el periodo de latencia, donde los impulsos instintivos son experimentados como peligrosos), y un tercer factor psicológico: el yo debe defenderse contra ciertos impulsos instintivos por él considerados peligrosos, pero esta defensa no es tan exitosa como cuando se trata de peligros externos, por lo cual debe formar síntomas. XI APENDICE A. Modificación de opiniones anteriores Resistencia y contracarga.- La defensa contra el instinto exige un esfuerzo permanente: la resistencia. Esta implica una contracarga, es decir una reacción del yo opuesta al impulso (poe ejemplo pureza o escrupulosidad en la neurosis obsesiva). En las neurosis obsesivas estas contracargas afectan los rasgos de carácter, pero en la histeria mas bien se circunscriben a relaciones muy especiales (ternura hacia el objeto odiado, etc). En la histeria el impulso es 66 combatido eludiendo la situación externa, también peligrosa. Esto además lo vemos en las fobias, donde la contracarga es exterior y no interior, como en las neurosis obsesivas. Aún cuando el yo haya logrado vencer la resistencia, debe aún luchar contra la obsesión de repetición y la atracción de los prototipos inconcientes sobre el proceso instintivo reprimido. Esto último se llama resistencia de lo inconciente. Profundizando el análisis, encontramos cinco tipos de resistencia, tres de las cuales provienen del yo, y las otras del ello y del superyo. Las resistencias del yo son la resistencia de la represión (de la que hablamos antes), la resistencia de la transferencia (en relación a la situación analítica), y la resistencia derivada del beneficio de la enfermedad (incorporación del síntoma al yo). La resistencia del ello es lo que antes hemos llamado resistencia de lo inconciente. Y la resistencia del superyo, la más invencible, parece provenir de la conciencia de culpabilidad o necesidad de castigo. Angustia por la transformación de la libido.- Nuestra teoría anterior veía en el yo la única sede de la angustia, pero ahora debemos pensar también en una angustia del instinto del ello. Esta angustia aparece cada vez que hay una situación de peligro análoga a la del trauma de nacimiento. La angustia del yo también puede aparecer: es cuando el yo adquiere poder sobre esta angustia sirviéndose de ella como aviso ante el peligro y como medio para provocar la intervención del mecanismo placer-displacer. La angustia del ello es involuntaria y automática, y aparece en situaciones análogas a la del nacimiento, pero la angustia del yo (el otro origen de la angustia) funciona como aviso para eludir tan peligrosa situación. La primera angustia se ha transformado en la segunda. Represión y defensa.- La represión es sólo uno de los métodos de defensa del yo, la cual por nuestras nuevas investigaciones ha resultado ser quizá la más importante de las defensas. B. Complemento al tema de la angustia La angustia se caracteriza por su imprecisión y su carencia de objeto definido. Esto la diferencia del miedo, donde hay un objeto identificable. La angustia real es ante un peligro conocido, y la angustia neurótica se da ante un peligro desconocido, emanado de un instinto. En el peligro conocido o real hay un aspecto afectivo (angustia) y uno protector (nos defendemos). Quizá el peligro instintivo también tenga estos dos componentes. La angustia puede llegar a paralizar la acción protectora. A veces el peligro es conocido y real, pero sentimos una angustia desproporcionada frente a él: aquí se mezclan la angustia real y la neurótica. El peligro proviene de nuestra impotencia, si no no tendríamos miedo: impotencia material en el peligro real, impotencia psíquica en el peligro instintivo. Estas impotencias se basan en experiencias anteriores realmente vividas. En síntesis: la situación peligrosa es la situación de impotencia, reconocida, recordada y esperada. La angustia es la reacción primitiva a la impotencia en el trauma, reacción que es luego reproducida, como señal de socorro, en la situación peligrosa. El yo, que ha sufrido pasivamente el trauma ahora lo repite en forma mitigada para poder controlarlo. Entre peligro real exterior y peligro interno instintivo hay una íntima conexión: el peligro real, para ser tal, debe tener alguna significación para el yo, o sea debe haberse hecho interno. 67 Y al revés: un peligro interno instintivo puede desembocar en un peligro externo (la satisfacción del instinto traería como consecuencia un peligro desde el exterior). C. Angustia, dolor y tristeza Angustia es reacción de peligro ante la pérdida del objeto, pero esto también es tristeza y también dolor. Entonces, ¿cuándo la separación del objeto produce angustia, cuándo tristeza, y cuándo dolor? La primera condición de la angustia es la pérdida de la percepción del objeto, que es equiparada con la pérdida misma. Más tarde comprende que el objeto puede estar, pero estar enfadado con él, y aquí aparece una condición más permanente de la angustia: la falta de cariño. La situación traumática de la ausencia de la madre no es la misma que la situación traumática del nacimiento (en esta última sólo hay angustia). En la primera hay un anhelo porque la madre vuelva: de esto dependerá la reacción de dolor. Es dolor es la reacción ante la pérdida verdadera del objeto, pero la angustia es la reacción al peligro que tal pérdida trae consigo. La tristeza surge una vez producida la pérdida, y surge bajo la influencia del examen de la realidad que impone la separación del objeto, puesto que este ya no existe. La tristeza lleva a cabo la separación. Angustia: reacción del individuo cada vez que se encuentra en una situación traumatica, es decir, sometido a una afluencia de excitaciones, de origen externo o interno, que es incapaz de controlar. La angustia automática se opone, en la opinión de Freud, a la señal de angustia La expresión angustia automática se comprende comparándola con el concepto de señal de angustia. En ambos casos, como fenómeno automatico y como señal de alarma, la angustia debe considerarse como producto del estado de desamparo psíquico del lactante, que evidentemente constituye la contrapartida de su estado de desamparo biológico. La angustia automática es una respuesta espontanea del organismo frente a esta situación traumatica o a su reproducción. Por “situación traumatica” debe entenderse un aflujo no controlable de excitaciones demasiado numerosas e intensas: esta idea es muy antigua en Freud; la encontramos en sus primeros escritos acerca de la angustia, en los que la define como el resultado de una tensión libidinal acumulada y no descargada. El termino “angustia automática” se refiere a un tipo de reacción; no prejuzga el origen interno o externo de las excitaciones traumatizantes. Angustia ante un peligro real: angustia ante un peligro exterior que contituye para el individuo una amenaza real. Síntoma: expresión de un cumplimiento de deseo y la realización de un fantasma inconsciente que sirve al cumplimiento de ese deseo. 68