Resume 3ª exposición – Breve historia del español de América Los orígenes del español americano se tienen que buscar en el primer castellano que se hablaba en la Península Ibérica. Con el paso de los años las variedades de América han ido evolucionando. Así se podría decir que el español se caracteriza por dos factores fundamentales: la variación y la expansión. Es una lengua que se está extendiendo por territorios que antes no la utilizaban, presentando diferencias de uso determinadas por factores de tipo diatópico y diastrático. A mediados del siglo XV, sobre todo entre los siglos XVI y XVII, el español pasa a ser la lengua predominante de la Península Ibérica. Se trataría de una expansión en dos ejes: 1) El horizontal Conlleva su uso en zonas donde previamente no se utilizaba 2) El vertical Que provoca que se imponga en los campos anteriormente reservados para el latín. Este proceso no era algo nuevo y la situación histórica, política, social y cultural ayudaron a su expansión y predominación. El castellano pasó a ser considerado el lenguaje culto, hablado por los estudios y las personas de alta clase. También se produjo una extensión por las regiones actualmente bilingües como en Valencia o Cataluña. Su expansión no termina aquí ya que en 1492 cae el reino Nazarí de Granada, lo que conllevó a la castellanización del territorio llevando a la desaparición del árabe de la zona. Así el castellano terminó siendo el idioma oficial de los territorios de España de la época, y llegó a América gracias a la llegada de Colón en 1492. Se puede apreciar que con el paso del tiempo se han ido produciendo cambios en diferentes zonas geográficas; así a finales del siglo XV podemos encontrar diferencias entre el norte y el sur de la Península Ibérica. Cuando Colón llegó a América la lengua se encontraba en un proceso de transformación en todos los niveles lingüísticos (sobre todo en la fonología) y por tanto tendrá una gran repercusión. Hay tres cambios a destacar: - Los tres pares del español medieval perdieron la correlación de sonoridad que oponía a sus fonemas, por lo que se reducen a tres unidades todas ellas sordas. - La prepalatal fricativa atrasó su punto de articulación hasta convertirse (en el siglo XVII) en un fonema fricativo velar /x/, la <j> del español actual. - /t^s/ empezó a adelantar su punto de articulación hasta que (a principios del siglo XVII) adquirió una pronunciación interdental fricativa sorda /0-/. En parte de Andalucía su realización podía ser de dos tipos: 1) interdental con un resultado /0-/ (ceceo); y 2) alveolar con un resultado /s/ (seseo). Llegando a América en oleadas sucesivas, generó una variedad distinta, propiamente americana, ya que por un lado se trataba de una lengua extremadamente variada, social y geográficamente; y por otro lado que no se podía hablar, teniendo tantas variedades, del español de una determinada fecha. Con respecto a su origen social, se sostuvo durante un gran periodo de tiempo que los emigrados a América pertenecían a estratos bajos de la sociedad española, que explicaría un cierto rusticismo del español americano. Actualmente ya no es posible mantener esto, ya que si bien es verdad que emigraron a América mucha gente sin cultural también fueron colonos con un nivel de instrucción muy alto; así la nueva población de América se asemejaría a la que habría en España. En cuanto a su origen geográfico, en los trabajos realizados por Boyd-Bowman se demuestra que la mayor parte de emigrantes procedían de Andalucía, durante los primeros años de la colonización dando lugar a un fenómeno llamado español antillano. Esta situación se mantuvo en los años posteriores, hasta que al final de las guerras de conquista en la mayoría del territorio americano, se observó un cambio en el tipo de emigrantes. Dejaron de ir del tipo aventurero-militar y pasaron a ser gran cantidad de artesanos y profesionales, personal administrativo y religioso… Queda claro que las tendencias migratorias del primer periodo se mantienen en esta época; procedían su mayor parte del suroeste peninsular y de las Islas Canarias. Con todo esto se puede llegar a la conclusión de que el español de américa tenía una base andaluza a la que le añadieron aportes de otras variedades regionales. En el caso concreto de Andalucía se adelantaron a su habla, concretamente en la zona occidental de la región, contribuyendo de forma decisiva en la creación del español de América. De todo lo descrito anteriormente se puede llegar a la conclusión de la compleja situación en el momento en que nace el español americano. El español antillano fue el resultado de un proceso de criollización a partir de las primitivas variedades dialectales que los colonos trajeron como lengua materna, de sus respectivos lugares de origen. Tuvo las siguientes etapas: - El contacto lingüístico de diferentes variedades dialectales - La reducción y simplificación de los fenómenos más caracterizados - La creación de un dialecto con función de <lingua franca> regional - La nativización del dialecto originado por los pasos anteriores - La estandarización del nuevo dialecto Este proceso se originó cuando la confluencia de distintas variedades de lengua en una convivencia tan estrecha como la que se daba en las colonias americana produjo cierta acomodación lingüística. No obstante, no se puede considerar en ningún caso tal variante criolla de las Antillas como la base de la variedad americana del español. Por tanto no se debería de hablar del español antillano como antecedente común de todo el español de América. Llegados a este punto, es imprescindible distinguir cuidadosamente entre la llegada del español a América y su proceso de expansión y consolidación en el continente, fenómeno muy lento y complejo cuyo desarrollo se extiende prácticamente hasta la actualidad. Con todo, es posible establecer unos patrones comunes en todas las regiones a los que hay que añadir tales especificidades, derivadas de por ejemplo la cantidad de lenguas indígenas habladas en la zona o de la relación de los colonos con la población autóctona. La polémica sobre el andalucismo es probablemente la disputa más importante que se haya producido en torno al español del Nuevo Mundo, no solo por la importancia del asunto que se analiza, sino también por la valía científica de los diferentes estudiosos que intervienen en ella. Ahora bien, conviene recordar una vez más que éstas que, por el contrario, se debe pensar en evolución paralela, pero independiente, a ambos lados del Atlántico. Para entender el origen y el desarrollo del seseo americano se debe considerar, en primer lugar, la existencia de esta pronunciación en algunos grupos de emigrados peninsulares a América copió, por el origen regional/social de los diferentes hablantes, esto es, por sus hábitos lingüísticos individuales; no existen en estos primeros momentos preferencias geográficas o sociales que se puedan considerar propiamente americanas. Según señala Sánchez Méndez, "el seseo fue ampliando su base social y alcanzando prestigio como rasgo patrimonial de la lengua colonial en el momento en el que es hablado en las Islas Canarias”.