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Cómo hablar con un niño enfadado y lograr que nos haga caso

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Cómo hablar con un niño enfadado y
lograr que nos haga caso
Técnicas de disciplina positiva para calmar al niño
enfadado
Alba Caraballo Folgado Periodista
14 de julio de 2017
Raro es el niño que nunca tiene una rabieta o un berrinche. En esos casos de explosión
de ira, sabemos que no se puede ni negociar, ni explicar, ni argumentar. La rabia les
impide escuchar lo que les decimos, así que no queda más remedio que aguantar el
chaparrón e intentar que no hagan daño a los demás ni a sí mismos.
Pero, ¿qué ocurre con todos esos momentos de enfado en el niño?, ¿reaccionamos como
deberíamos? Es muy posible que cuando el niño se enoja por algo y llora, levanta la voz
o incluso, lanza un objeto, tendamos a perder la paciencia, le gritemos, le demos un
azote o le castiguemos. Pero antes de dejarnos llevar por la ira, ¿por qué no ponemos
en práctica estos consejos de disciplina positiva? Son muy útiles para hablar con
un niño enfadado y lograr que nos haga caso.
Consejos para hablar con un niño enfadado y
conseguir que nos preste atención
En los últimos años cada vez se habla más de la disciplina positiva, son técnicas y
estrategias para educar a nuestros hijos imponiendo normas y límites pero, evitando
los autoritarismos, gritos, azotes, castigos... Se trata de educar al niño desde el respeto y
el cariño, sin olvidar, por supuesto, la disciplina. Muchos siguen pensando que el azote
es básico en la educación y que no pasa nada por gritar a los niños. Si eres uno de ellos,
tan sólo has de intentarlo y ver, la diferencia entre un modelo educativo y otro.
Los niños tienen a flor de piel sus emociones, en edades tempranas les falta el
autocontrol que tenemos, o deberíamos tener los adultos. Por ello, pueden tener más
explosiones de ira o más momentos de enfado y frustración y no tienen por qué llegar a
esa rabieta de estar tirados en el suelo, gritando y pataleando.
Esos momentos de enfado en el niño, pueden hacernos perder la paciencia y dejarnos
llevar también por las emociones, pues bien, hay una serie de consejos que nos dan
pedagogos y expertos para evitar tener ese arranque y lograr que el niño nos preste
atención si está enfadado:
- Dar ejemplo: En lugar de gritar si el niño está gritando, darle un azote si ha lanzado
algo o zarandearle si pegó a la hermana, debemos ser los primeros en manejar la ira. Si
gritamos y mostramos gestos violentos el niño estará aprendiendo de nuestra conducta y
nos imitará en sus momentos de enfado. Si en lugar de gritar, pedimos a los niños que
bajen la voz: "así no puedo comprenderte, dime sin gritar qué te ocurre y le intentamos
poner solución", la tensión del momento bajará y será más fácil argumentar con él.
- Escuchar: tu hijo sólo está intentando contarte su malestar por algo, puede que lo
haga a gritos o entre lágrimas y eso te desespere. Pero, en definitiva, si mantienes la
calma, te bajas a su altura y le pides que te explique lo que le pasa de forma tranquila, se
sentirá escuchado y atendido, e irá bajando el nivel de enfado a medida que le puedas
dar soluciones o poner remedio a lo que ha ocurrido. Se trata de responder con cariño y
mostrar interés hará que el niño responda positivamente.
- Desdramatizar: si el niño se enfada por cosas sin importancia de forma frecuente, no
se la des tú. No hagas demasiado caso a los caprichos que puede tener y no montes un
gran enfado por algo sin importancia.
- Frenar la agresividad: si el niño pierde totalmente los nervios y comienza a pegar,
sujétale de los brazos y mirándole a los ojos dile que no vas a permitir ese tipo de
conducta. Mantente firme y contundente.
- Respirar hondo: cuando el niño enfadado se niega a hacer lo que le pedimos en lugar
de responder gritando "TE HE DICHO DOCE VECES QUE RECOJAS LOS
JUGUETES", respira hondo, o aléjate un segundo y vuelve de forma tranquila. Emplea
la disciplina positiva: "de acuerdo, has decidido que no los recoges, pero entonces no
podrás jugar con ellos después". Son consecuencias a sus actos que el niño irá
asimilando y evitarán que el día a día sea un continúo gritar de unos y otros.
- Hablar con cariño: explícale que entiendes lo que le ocurre, que en ocasiones tu
también te sientes enfadada y cansada e intenta darle una solución a la queja o enfado.
Hablarle con calma y dulzura ayuda a aplacar el enfado del niño y a captar su atención.
Incluso puedes hacerle algún mimo, una caricia, un abrazo... puede que sólo esté
llamando tu atención porque demanda cariño.
-Ofrecer alternativas: si el enfado del niño va en aumento, debemos ofrecerle otra
actividad que le entretenga antes de que estalle la gran pataleta.
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Video: Pautas para enseñar al niño a tolerar la frustración
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