Subido por Verónica Pereira

6 metodologías de enseñanza que todo profesor innovador debería conocer

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6 metodologías de enseñanza que todo profesor innovador debería conocer
Estos son algunos de los principales modelos innovadores que han forjado los profesores de
este siglo para adaptar la enseñanza a las necesidades de los estudiantes de hoy.
El mundo está cambiando y con éste, la forma cómo las personas aprenden. Existe por
eso, una necesidad urgente de reinventar la práctica docente y las metodologías de
enseñanza, para adaptarlas a los nuevos contextos y garantizar así, aprendizajes significativos.
¿Qué quiere decir esto? Que ahora, los alumnos deben ser los protagonistas de un
sistema que poco a poco está superando el tradicional paradigma
donde el profesor es el
(modelo)
centro del conocimiento.
El compromiso con la calidad educativa actual implica tener docentes comprometidos y
preparados para desvelar las capacidades y potencialidades de cada alumno, estimulando la
motivación a través de métodos novedosos y escuelas que abran los espacios
necesarios para el desarrollo de esas nuevas prácticas. Las nuevas metodologías de enseñanza
son un hecho y están cambiando los entornos educativos en todo el mundo. Han sido creados
por los propios docentes y es imperativo considerarlos y seguir formulando nuevas propuestas
que apuesten a la renovación y mejora de los procesos educativos actuales.
1. Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)
El Aprendizaje Basado en Proyectos permite a los
alumnos adquirir conocimientos y competencias a
través de la elaboración de proyectos que den
respuesta a problemas de la vida real. Al partir de un
problema concreto y real, esta metodología garantiza
procesos de aprendizaje más didácticos, eficaces y
prácticos y permite al estudiante desarrollar
competencias complejas como el pensamiento crítico,
la comunicación, la colaboración y la resolución de
problemas.
El ABP es un método pedagógico que involucra a los estudiantes de una manera activa en su
aprendizaje al pedirles que investiguen la respuesta a alguna pregunta o problema del mundo real y
luego creen una solución concreta. En todo este proceso, la comunidad escolar reflexiona sobre
qué, cómo y por qué están aprendiendo. Finalmente, los estudiantes presentan sus proyectos a una
audiencia mayor.
¿Cómo funciona?
Los estudiantes desarrollan una investigación a partir de un problema o pregunta desafiante que
esté relacionada con sus intereses y su mundo real. En esta búsqueda deben generar preguntas y
buscar distintas fuentes para encontrar soluciones. En todo este proceso, la comunidad escolar
reflexiona sobre qué, cómo y por qué están aprendiendo. Finalmente, los estudiantes presentan sus
proyectos a una audiencia real de su comunidad.
Esta metodología estimula el aprendizaje colaborativo y le da más significado y conexión con el
mundo real a lo que aprenden. La literatura ha destacado como beneficios del ABP que los
estudiantes exploran sus propios intereses, comparten sus talentos, construyen habilidades en
pensamiento crítico, planificación, comunicación y creatividad e innovación.
Implementación
En 2017, Educación 2020 y el Ministerio del Medio Ambiente desarrollaron un piloto en la Escuela
Ciudad de Lyon, donde todos los estudiantes de pre-kínder a octavo, aprendieron a través de ABP
10 asignaturas, que además fueron vinculadas con proyectos medioambientales. El proceso implicó
una intensiva preparación de todo el cuerpo docente y directivo del colegio.
Hoy se está implementando en el Liceo Politécnico América de Los Andes, con el objetivo de
convertirse en el primer Liceo Experimental del Aprendizaje Basado en Proyecto a nivel nacional.
IMPACTO
Gracias a esta metodología los estudiantes aprenden a aprender y desarrollan mayor autonomía,
confianza, creatividad, pensamiento crítico, entre otras habilidades. Los profesores aumentan la
colaboración, se sienten más motivados y recuperan el rol de guía, lo que también tiene un efecto
muy positivo en la comunidad educativa.
2. Flipped Classroom (Aula
Invertida)
En este modelo pedagógico, los elementos tradicionales
de la lección impartida por el profesor se invierten. Los
materiales educativos son estudiados por los alumnos en
casa y, luego, se trabajan en el aula. El objetivo:
optimizar el tiempo en clase para dedicarlo a atender las
necesidades especiales de cada alumno y al desarrollo de
proyectos cooperativos.
En el modelo educativo Flipped Classroom, los profesores ya no son los poseedores únicos de la
información, pero siguen siendo los que tienen la experiencia necesaria para potenciar las
habilidades de los estudiantes.
El aula dejó de ser un espacio donde solo se escuchaba la voz del profesor, para convertirse en un
escenario donde todos participan, un lugar para experimentar y reforzar los conocimientos que el
alumno adquirió a través de lecturas en casa o en cualquier otro sitio. Si usted ya es parte de este
modelos de clase o está próximo a integrarse, este texto le será útil.
Estos cambio se derivan de una nueva generación de alumnos empoderados, de un nuevo rol para
los profesores y de un concepto totalmente innovador de lo que significa ir a clases. Se trata del
modelo de enseñanza conocido como Clase Invertida o Flipped Classroom, donde ahora los
responsables del progreso de su aprendizaje son los propios estudiantes y el maestro dejó de ser un
transmisor de conocimiento que se valía de un monólogo, para convertirse en un guía y un creador
de contenidos que fomentan la imaginación y curiosidad de los asistentes.
Este cambio ha sido interpretado por muchos como una pérdida de protagonismo por parte de los
profesores, ya que ellos dejan de ser los poseedores únicos de la información. Sin embargo, esto no
es del todo cierto, nuestra Directora de las Licenciaturas de Pedagogía y Psicología en UNITEC
Campus Sur, Guadalupe Luna asegura que: “El contexto es muy complicado para un profesor, por
este perfil de alumno muy estimulado por los medios electrónicos. Porque ahora los maestros
competimos con muchos factores: clases extracurriculares, que le quitan protagonismo a la escuela
tradicional y además con unos padres que ya cuestionan lo que decimos y hacemos. Entonces,
debemos entender que el contexto es otro, el alumno es otro y yo me voy a convertir en el factor
que impulse su aprendizaje durante las horas que convivimos”.
En el modelo de Flipped Classroom, los profesores siguen siendo fundamentales en el proceso de
aprendizaje, pero ahora transmiten sus conocimientos a través de contenidos más atractivos, con
técnicas motivadoras y con la garantía de poder ofrecer un nivel mayor de atención a los alumnos
¿En qué consiste la clase invertida?
Lo notable de este concepto es que en el salón de clases todos tienen un papel protagónico, cada
uno tiene la responsabilidad de aportar a la clase para construir conocimiento colectivo, el elemento
más valioso de acuerdo a nuestra experta, la maestra Guadalupe Luna: “El aprendizaje colaborativo
es esta dinámica de roles donde ahora el alumno sabe que lo que contribuyó a la clase, después de
haber estudiado en casa, va a tener una meta, que no solo le compete a él sino que es grupal. Esta es
la clave del aula invertida, que el chico salga, sea curioso, busque, traiga lo prometido y enriquezca
su propio ambiente en el salón de clases. Y cuando eso es premiado y hay un producto final, todos
estamos satisfechos y queremos más”.
En esta dinámica, los alumnos estudian en casa a través de lecturas recomendadas por el profesor,
después asisten a clases con un conocimiento previo del tema, convirtiendo al aula en un foro
participativo, donde cada uno explica su versión de los conceptos y comienzan a hilarlos, de tal
manera que refuerzan la información que obtuvieron previamente y despejan dudas.
Mientras que por su cuenta, el profesor está en una constante búsqueda de metodologías y
dinámicas que le permitan captar la atención de su alumnado, pero sobre todo que despierten en
ellos la curiosidad de investigar y conocer más del tema. Ese es el indicador de éxito de este
esquema de enseñanza.
"Debemos entender que el contexto es otro, el alumno es otro y yo me voy a convertir en el factor
que impulse su aprendizaje durante las horas que convivimos"
¿Cuáles son los beneficios?
Te compartimos algunas de las ventajas que obtendrás si decides utilizar la clases invertida:
1. Estudiantes que aprenden a su ritmo
Al ser un modelo de enseñanza más personalizado y cercano, el profesor y el alumno pueden
regresar y revisar los conceptos de acuerdo a las necesidades individuales y no colectivas, evitando
así la frustración de algún integrante.
2. Tiempo extra para el profesor
El profesor ya no está obligado a gastar cierto número de horas en la enseñanza de los temas, ahora
esa actividad la realizan los alumnos por sí mismos. De esta forma tenemos a un profesor mucho
más creativo para reforzar conocimientos en clases.
3. Resolución de problemas en conjunto
Al convertir el salón de clases en un escenario participativo, los alumnos comienzan a construir
conocimiento y soluciones con base a la visión de cada uno de los integrantes del grupo. De esta
manera, se promueve la interacción social.
4. Mejores resultados
Al invertir la clase, usted tendrá mejores resultados y el ambiente de aprendizaje será más
productivo, porque los alumnos se interesan en la materia, se motivan y crece su autonomía. Sin
embargo, no sólo se mejora la actitud personal sino que el grupo se vuelve más unido, ya que
trabaja por objetivos comunes.
5. Evaluación integral
Aunque el resultado de las actividades que se desarrollen en clase es importante para el modelo de
clase invertida, sin duda el proceso de aprendizaje también es fundamental y esta nueva forma de
enseñanza le permitirán evaluarlo y darle un gran peso en la calificación final.*
¿Cómo afrontar este reto?
Y es así como llegamos al punto donde los profesores, los alumnos y las propias escuelas se tienen
que reinventar, ya que por un lado tenemos estudiantes que cada vez exigen mayor autonomía de
estudio, mientras que los maestros están en busca de dinámicas alternativas que logren enganchar a
sus estudiantes.
Si está a punto de iniciar este viaje por el mundo del Flipped classroom nuestra experta en
Pedagogía, la maestra Guadalupe Luna le brinda algunos consejos que le ayudarán durante sus
primeros intentos:
Alinear objetivos: todo tiene que responder a una meta final, a la meta de la clase.
Crear un plan de trabajo donde se determinen los tiempos para utilizar la dinámica de clase
invertida.
Evaluar el contexto y hacerse algunas preguntas: ¿mis alumnos tienen disciplina?, ¿el tema es lo
suficientemente atractivo para utilizar esta técnica de enseñanza? ¿tengo claros los roles de trabajo
dentro del salón de clases? ¿tengo claro el objetivo de la sesión?
Lograr un resultado final que sea palpable, tener una evidencia fotográfica o en video que sirva
como testigo para que los alumnos sepan que consiguieron un producto.
Esta nueva forma de enseñanza que cada día está más presente en los salones de clase nos deja no
solo estudiantes más capaces, sino más cercanos a sus profesores y una educación más
personalizada, porque el modelo así lo permite, ya que libera al maestro de tareas rutinarias para
permitirle un mayor análisis y conocimiento de cada uno de los integrantes de su clase.
3. Aprendizaje Cooperativo
Una metodología que los maestros usan para agrupar a
los estudiantes e impactar de forma positiva. Quienes
utilizan este método aseguran que hacerlo permite que
los estudiantes mejoren la atención y la adquisición de
conocimientos. El objetivo de esta metodología es que
cada miembro de un grupo establecido realice con
éxito sus tareas apoyándose en el trabajo de los demás.
El aprendizaje cooperativo es una metodología activa
que tiene como finalidad lograr la autonomía del
alumnado, además de profundizar en aspectos tan
determinantes como la ayuda mutua, el trabajo en
equipo, la responsabilidad individual, el desarrollo de las habilidades sociales y la inclusión de todo
el alumnado.
Entre sus múltiples ventajas, el aprendizaje cooperativo busca que sea el alumno quien aprenda de
sí mismo y de sus compañeros, y siempre guiado por un docente que cede su protagonismo a su
alumnado.
Todas estas ventajas, junto con los valores que transmite el modelo pedagógico del aprendizaje
cooperativo ha hecho que muchos docentes se hayan animado a incorporar dicha metodología con
el pleno convencimiento de que otra educación es posible.
Pues bien, en este artículo tengo la intención de dar unas pautas que creo que pueden ser muy útiles
para todos aquellos que se inician en un modelo pedagógico que, insisto, busca por encima de todo
la inclusión de todo su alumnado. Unas recomendaciones que son fruto del estudio, pero también
de mi experiencia en el aula.
1. Formación de grupos
La elaboración de los denominados equipos de base es uno de los aspectos clave de la
metodología cooperativa. Y lo es porque una buena elección de los equipos de base hará
posible que los grupos no solo estén compensados y sean heterogéneos, sino que el espíritu
de cooperación sea el adecuado. De ahí que sea recomendable empezar a trabajar de manera
cooperativa tras haber conocido cómo trabaja individualmente cada alumno. Por eso, es
conveniente esperar algunas semanas tras el inicio de curso para empezar a formar los
equipos de base.
También aconsejaría que la elaboración de los equipos de base fuera una decisión del equipo
educativo de un grupo y que todos los docentes que impartieran el cooperativo en dicho
grupo trabajaran con los mismos equipos de base, como mínimo, durante un trimestre.
2. Ambiente de aula
Un factor determinante a la hora de crear conciencia de grupo radica en el ambiente que
seamos capaces de crear en el aula. Y cuando me refiero al ambiente, no solo estoy hablando
de la decoración del aula, a la que personalmente doy mucho valor, sino a un ambiente que
tenga que ver con aspectos que sirvan para reafirmar la conciencia individual y de grupo. Es
por ello que resulta muy útil trabajar aspectos de motivación personal como las
autoafirmaciones positivas o las celebraciones de manera grupal ante un logro, por pequeño
que sea.
Ejemplos de autoafirmaciones positivas: Me merezco tener amigos, soy capaz de ayudar a mis
compañeros.
Ejemplos de celebraciones grupales: ¡Somos un equipo!, ¡Hemos trabajado de manera genial!
¡Juntos podemos lograr lo que nos propongamos!
3. Dinámicas de grupo
Otra de las recomendaciones que quiero compartir con vosotros tiene que ver con el hecho de que
hay que enseñar a cooperar. ¿Qué significa esto? Pues que en muchas ocasiones, los equipos de base
no funcionan porque no se ha trabajado previamente la conciencia de grupo. De ahí que sea tan
importante, antes de empezar a trabajar de manera cooperativa, que los alumnos realicen dinámicas
de grupo que vayan encaminadas a la cohesión y a la cooperación. En este sentido puede ser muy
útil que los centros elaboren una planificación de dinámicas de grupo a través del PAT (Plan de
Acción Tutorial) y que sean los tutores en sus sesiones de tutoría quienes trabajen dichas dinámicas.
4. Estructuras cooperativas
Una vez hemos conseguido generar conciencia de grupo y elaborar los equipos de base que
funcionen de manera cooperativa en el aula, el siguiente paso es empezar a trabajar de manera
curricular a través de las denominadas estructuras cooperativas. Entre los muchos tipos de
estructuras cooperativas que existen, me parece realmente interesante empezar por las denominadas
Estructuras Kagan. ¿Y en qué consisten las Estructuras Kagan? Las Estructuras Kagan parten de un
principio muy claro: conseguir que todos los alumnos estén involucrados en una tarea y que así la
enseñanza se convierta en algo más fácil y divertido. Así, estas estructuras parten de cuatro
principios básicos:
Interdependencia positiva
Responsabilidad individual
Participación equitativa
Interacción simultánea
Entre las Estructuras Kagan más conocidas estarían: RALLYROBIN, ROUNDROBIN,
RALLYTABLE, RALLYCOACH y RALLYQUIZZ.
4. Gamificación
Se trata de la integración de mecánicas y dinámicas de juego
y videojuegos en entornos no lúdicos, con el fin de potenciar
la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y
otros valores positivos comunes a todos los juegos. La
integración de dinámicas de juego en dichos entornos no es
un fenómeno nuevo, pero el crecimiento exponencial del uso
de videojuegos en los últimos años ha despertado el interés
de muchos expertos del ámbito educativo.
Una de las claves principales al aplicarla es que los alumnos tengan perfectamente asimiladas las
dinámicas de juego que se llevarán a cabo. Todas ellas tienen por objeto implicar al alumno a jugar
y seguir adelante en la consecución de sus objetivos mientras se realiza la actividad.
En función de la dinámica que se persiga, el profesor deberá explotar más unas u otras. Por
ejemplo, si el maestro busca despertar el interés por el juego en el alumno deberá aplicar la
dinámica de la recompensa. Si, por otra parte, busca atraer el interés sobre la actividad, el maestro
puede aplicar la dinámica de la competición que, aunque no es vista como una cualidad positiva, es
un buen instrumento en el ámbito educativo.
Esta última, tiene la ventaja de poder realizarse de forma individual, por parejas o en grupo y en
ella se basa Ismael Gómez Gutiérrez, docente de Primaria del CEIP Ciudad de Badajoz, durante su
actividad ‘Charlie y la fábrica de chocolate’. También utiliza el cooperativismo, que no es más que
otra forma de competir pero, en este caso, en grupo. Esta misma actividad cuenta también con la
dinámica de la solidaridad al fomentar la ayuda mutua entre compañeros de una manera altruista.
Objetivos de la gamificación
Intentamos potenciar al máximo las habilidades de los niños a través de la experimentación y el
juego, puesto que mediante la experiencia y la diversión creemos que es más fácil alcanzar
aprendizajes más significativos y funcionales”, explica Bernardo Jareño Manclús, maestro del
Colegio Alberto Sols, en Sax (Alicante), refiriéndose a su experiencia con la gamificación en el
aula con herramientas como Classdojo y Symbaloo. Pero, ¿cuál es la finalidad de utilizar esta
técnica?
Cualquier actividad realizada en contexto de la gamificación busca lograr tres claros objetivos: por
un lado la fidelización con el alumno, al crear un vínculo con el contenido que se está trabajando.
Por otro lado, busca ser una herramienta contra el aburrimiento y motivarles. Finalmente, quiere
optimizar y recompensar al alumno en aquellas tareas en las que no hay ningún incentivo más que
el propio aprendizaje.
Aquellos que usan la gamificación afirman que aporta ingredientes muy atractivos para sus
alumnos y que, gracias a su uso, obtienen mejores resultados en algunas actividades. “Con esta
metodología hemos conseguido seguir trabajando en el aprendizaje cooperativo inmerso en el resto
de áreas y necesario para potenciar estos aprendizajes”, relata Silvia Valenciaga Sánchez, docente
de 3º de Primaria en el CEIP La Arboleda de Numancia (Soria).
Pero Silvia no es la única que opina así. Muchos docentes relatan que su carácter lúdico facilita la
interiorización de conocimientos de sus alumnos de una forma más divertida, generando una
experiencia positiva en ellos. Además, consideran que es una gran oportunidad para trabajar
aspectos como la motivación, el esfuerzo, la fidelización o la cooperación dentro del ámbito
escolar.
Aplicar la gamificación en el ámbito de la educación consiste en utilizar una actividad lúdica para
aprender o llevar al aula la organización y las reglas de un juego, con el objetivo de implicar a los
alumnos y ofrecerles una forma diferente de aprendizaje. Para ello, se recompensa la realización de
ciertas tareas establecidas con puntos, niveles o rankings, fomentando el esfuerzo, la
autoafirmación y la colaboración. Te explicamos las ventajas de esta estrategia didáctica y te damos
algunos recursos e ideas para que te animes a aplicarla el próximo año.
VENTAJAS DE UN APRENDIZAJE ACTIVO
Las ventajas de aprender de manera práctica, compartida y lúdica son múltiples, tanto desde el
punto de vista educativo como personal y social. El juego educativo:
Trabaja la toma decisiones, la habilidad para solucionar problemas y la creatividad.
Mejora la capacidad de cooperar y el respeto a los demás.
Fomenta la motivación y despierta el interés por el estudio y el aprendizaje.
Afianza conocimientos.
Puede proponer roles o situaciones reales por lo que prepara para la vida.
IDEAS PARA GAMIFICAR LA CLASE
Puedes gamificar tu aula de maneras muy diferentes, con videojuegos, webs o apps, y aplicando la
gamificación al proceso completo de aprendizaje o solo como modo de evaluación.
1. Usa juegos de entretenimiento para aprender. Puedes utilizar juegos o videojuegos que en
principio solo están pensados para divertirse, y convertirlos en fuente de aprendizaje con un poco
de imaginación:
– Angry Birds para explicar Física
– Minecraft para casi todas las asignaturas; por ejemplo, para aprender fracciones. Incluso se ha
creado un mod del juego específico para educación.
– SimCity para trabajar Conocimiento del medio o Ciencias sociales. Sus creadores han
desarrollado una versión especialmente pensada para profesores que utilizan el juego en clase.
– Lure of the Labyrinth para pensar con lógica y practicar Matemáticas.
2. Utiliza aplicaciones o juegos educativos. Están especialmente diseñados para aprender una o más
asignaturas o temas y ofrecen recompensas cuando se consiguen avances. Algunos ejemplos son:
– Duolingo o Busuu para practicar idiomas.
– Sistemas de tareas y puntuaciones o premios como ClassCraft, Class Dojo y OpenBadges, que
pueden valorar tanto el aprendizaje como el buen comportamiento.
– Kahoot, para hacer preguntas e interactuar con los alumnos.
– Juegos como los de Vedoque, Toporopa o Cyberkidz. También puedes crear tus propios juegos
con aplicaciones como Cerebriti, Sploder o Zondle.
– Testeando, para evaluar lo aprendido a través de tests tipo ¿Quién quiere ser millonario?
3. Saca partido a aulaPlaneta. Con aulaPlaneta puedes incluir todos estos recursos y otros que te
interesen en el Cuaderno de estudio o el Cuaderno del profesor y compartirlos con tus alumnos.
Además, en la plataforma aulaPlaneta y en el Banco de contenidos encontrarás otras muchas
opciones interactivas para dar un componente lúdico añadido a tus clases, como simulaciones y
juegos para practicar todas las asignaturas, y actividades autocorregibles para evaluarlas.
5. Design Thinking (Pensamiento de
Diseño)
El Pensamiento de Diseño nace de la práctica de los
diseñadores y su método para resolver problemas y satisfacer
a sus clientes. Aplicado a la educación, este modelo permite
identificar con mayor exactitud los problemas individuales de
cada alumno, generar ideas, resolver problemas
creativamente y ampliar el horizonte en términos de
soluciones.
Literalmente se puede traducir como pensar con la mentalidad de un diseñador: un profesional que
ha sido formado para diseñar soluciones a problemas gráficos, industriales, de procesos, cotidianos
o complejos. En suma, un personaje activo ante las demandas de su entorno y a las múltiples
oportunidades de crear alternativas para apoyar a las personas a abordar estas demandas. Y esta
mentalidad es la que necesitamos para enfrentar también los desafíos de nuestro entorno educativo.
Este pensamiento de diseño o manera de pensar tiene la capacidad de combinar tres habilidades
clave: la empatía para comprender el contexto o encuadre del problema, la creatividad en la
generación de ideas y soluciones y el razonamiento para analizar y ajustar las soluciones a un
contexto particular.
En el mundo educativo, el pensamiento de diseño también ha tomado la forma de un concurso internacional
conocido como “Diseña el Cambio” (Design for Change). En otro momento abordaremos esta metodología. A
continuación conozcamos el Pensamiento de Diseño de la mano de uno de los equipos que han hecho la
bajada al mundo educativo: Ideo.
PASO A PASO
Paso 1 – Descubrimiento
En esta etapa se realiza una investigación sobre las necesidades del entorno o principales
problemas. La metodología tienen distintas herramientas que apoyan el proceso, como el mapa de
empatía.
Paso 2 - Interpretación
Una vez identificadas las necesidades se identifican criterios comunes entre ellas, para poder reconocer
aspectos no identificables a simple vista. Este momento es conocido como “insight” o el sentido emergente
más profundo de lo que hemos podido rescatar como necesidades.
Paso 3 - Ideación
Con el replantamiento del problema o desafío se inicia uno de los momentos divergentes del proceso a través
de la generación de ideas. Hay muchas formas de hacer, desde la lluvia de ideas a viva voz, como a través de
post-its o en procesos de lluvia de ideas en silencio. Todos estos métodos tienen en común las reglas de lluvia
de ideas.
Paso 4 – Experimentación
Cuando ya se ha identificado qué ideas se quieren llevar a la práctica, el pensamiento de diseño propone la
creación de prototipos, es decir, modelos baratos de la idea que permiten ”concretizarla” en formas en tres
dimensiones. El prototipado permite ir más allá de la idea inicial y, al mismo tiempo, recibir el feedback de los
demás que identifica áreas menos exploradas o que llevaban a algún error o una solución ya existente.
Paso 5 – Evolución
El proceso de feedback de los demás o testeos con usuarios permite ir afinando la solución de la idea
incorporando la voz de otros interesados. Este ajuste también permite ver si nuestra idea ha permitido o no
solucionar el problema identificado y así poder mejorarla. No hay una sola versión de la idea. La solución
puede vivir un proceso de mejora continua, conocido como producto siempre en Beta.
6. Aprendizaje Basado en el Pensamiento (Thinking Based
Learning)
Enseñarles a contextualizar, analizar, relacionar,
argumentar, convertir información en conocimiento y
desarrollar destrezas del pensamiento más allá de la
memorización. Ese es el objetivo del thinking-based
learning o aprendizaje basado en el pensamiento (TBL).
Para que la metodología Thinking-Based Learning
(Aprendizaje Basado en el Pensamiento) sea efectiva, los estudiantes deben afinar al máximo
habilidades como el pensamiento independiente, la capacidad comunicativa, la escucha activa,
la empatía, la metacognición y la recopilación de datos a través de los sentidos.
El Thinking-based Learning (TBL) o Aprendizaje Basado en el Pensamiento es una de las
metodologías activas más populares en el entorno educativo gracias a su utilidad para
incentivar en el alumnado la capacidad para efectuar un aprendizaje más consciente y
profundo que cambia la manera en la que aborda la información recibida.
Uno de sus mayores exponentes, Robert Swartz, la define como una metodología de
enseñanza en la que la instrucción en destrezas de pensamiento se infusiona en el contenido
del curriculum. De ahí que, para implantarla en el aula, los profesores deban animar a sus
alumnos a utilizar sus habilidades del pensamiento, los nuevos hábitos mentales y la
metacognición; todas ellas adecuadas para explorar en profundidad lo que están estudiando.
Así, y gracias a la interiorización de estos procesos, los estudiantes pueden transformar su
experiencia de aprendizaje, pasando de la mera memorización a la comprensión profunda de
los conceptos, lo que les permite poner relacionar las ideas con mayor facilidad. Y esto no solo
tiene importantes beneficios a nivel educativo: dominar las destrezas de pensamiento
proporciona una serie de habilidades que los estudiantes podrán aplicar a todos los ámbitos
de su vida.
El hábito de pensar
Por ejemplo, los hábitos de pensamiento o hábitos de la mente (HOM) que desarrolla esta
metodología proporcionan aptitudes que colocan al estudiante en una posición de control
sobre sus acciones y decisiones. Tal y como apuntan diferentes expertos, el Aprendizaje
Basado en el Pensamiento coloca al alumnado en el centro de su propio aprendizaje, por lo
que pasa a tener un papel activo en la adquisición de nuevos conocimientos. Y esto consigue
aumentar su interés y motivación.
Para conseguirlo, los alumnos deben transformar la manera de procesar la información del
mundo que les rodea.Así, tienen que trabajar en los 16 hábitos destacados por los
expertos Arthur Costa y Bena Kallick: persistir; manejar la impulsividad; escuchar con
comprensión y empatía; empatizar; crear, imaginar, innovar; responder con asombro y
sorpresa; tomar riesgos responsables; desarrollar el sentido del humor; pensar de manera
interdependiente; permanecer abierto al aprendizaje continuo; pensar sobre el pensamiento
(metacognición); ser precisos; cuestionar y plantear problemas; aplicar el conocimiento del
pasado a una nueva situación; pensar y comunicarse con claridad y precisión; y recopilar datos
a través de todo sentido.
Por el camino, no solo desarrollarán estas aptitudes de manera individual, sino también de
forma global: en su conjunto, les permitirán mejorar su capacidad analítica, su pensamiento
crítico y creativo e incluso su inteligencia emocional cuando aprenden a escuchar de manera
activa, a empatizar y a dominar sus propias emociones.
Cómo desarrollar el Aprendizaje Basado en el Pensamiento
Cuando se trabaja esta metodología, se desarrollan de manera más profunda las principales
habilidades del pensamiento de alto orden (HOT). En el libro ‘A taxonomy for learning,
teaching and assessing: A revision of Bloom’s taxonomy of educational objectives’, Lorin W.
Anderson y David R. Krathwohl definen las HOT como el uso extendido de la mente para
enfrentar nuevos desafíos a través del pensamiento crítico y el pensamiento creativo. El
investigador Robert Marzano identifica ocho variables que componen estas
habilidades: comparando, clasificando, induciendo, deduciendo, analizando, construyendo,
analizando perspectivas y resumiendo explícitamente.
Como recomiendan los expertos, la mejor manera de infusionar estas aptitudes con el
currículo escolar con la intención de potenciar las capacidades del alumnado es
mediante organizadores gráficos del pensamiento. Cada uno de ellos permite desgranar una
idea en diferentes partes. De esta manera, se puede reflexionar sobre todo lo que rodea a un
hecho histórico, una teoría filosófica o un ejercicio matemático de manera visual.
El aprendizaje basado en el pensamiento, Thinking-Based Learning (TBL), es una metodología
activa que enseña a los alumnos a pensar, razonar, tomar decisiones y construir su propio
aprendizaje a través del trabajo de los temas del currículo. El objetivo, por lo tanto, no es solo
que los estudiantes adquieran los conocimientos del temario, sino que también desarrollen
destrezas y habilidades relacionadas con el pensamiento y puedan ponerlas en práctica en el
futuro de forma autónoma, para cualquier otro tema, concepto o reto. Te explicamos las
claves de este enfoque metodológico y las ventajas que supone su utilización en el aula.
LAS CLAVES DEL APRENDIZAJE BASADO EN EL PENSAMIENTO
La principal figura del aprendizaje basado en el pensamiento es Robert Swartz, filósofo,
profesor e investigador, responsable de la organización Center for Teaching Thinking. Swartz
defiende que se debe ejercitar y trabajar el pensamiento crítico y creativo en el marco de los
contenidos curriculares y este es precisamente el objetivo del Thinking-Based Learning. Se
trata, por lo tanto, de una metodología que cambia el enfoque con el que se afrontan los
contenidos: no se trata de memorizar o aprender nociones básicas sobre un tema o
concepto, sino de poner en práctica y asimilar los procedimientos necesarios para generar y
desarrollar el conocimiento.
El TBL requiere, en consecuencia, que el profesor oriente e instruya a los alumnos en los
procedimientos necesarios para realizar razonamientos de orden superior y en las rutinas de
pensamiento que después los estudiantes ponen en práctica para afrontar de forma reflexiva
y profunda los contenidos que están aprendiendo. Para ello utilizan distintas herramientas y
estrategias, como preguntas específicas y organizadores gráficos, y trabajan juntos en grupos
cooperativos. Aprenden a pensar y tomar decisiones con destreza, teniendo en cuenta las
opciones disponibles, las consecuencias positivas y negativas y su importancia, y
seleccionando la mejor opción según ello. De este modo el pensamiento crítico y creativo
queda integrado en la enseñanza-aprendizaje de los contenidos y, en cualquier otro
momento en el que los alumnos quieran comprender o asimilar un concepto, pueden poner
en práctica las herramientas de pensamiento que han adquirido aplicándolas a la nueva
información.
1.
2.
3.
4.
CINCO VENTAJAS DEL TBL
Promueve el aprendizaje activo. Frente a métodos de enseñanza tradicionales en los que el
docente transmite la información a los estudiantes, que solo deben memorizarla, el TBL sitúa
al alumno en el centro de su aprendizaje. Es el estudiante quien debe construir el
conocimiento, lo que resulta mucho más motivador y eficaz.
Logra un conocimiento más profundo y significativo. Al construir su propio aprendizaje y
desarrollarlo mediante diversas técnicas y herramientas, el alumno asimila mejor los
conocimientos, los analiza, relaciona y alcanza una comprensión más profunda.
Es muy versátil. Se trata de un método de enseñanza que puede aplicarse a cualquier materia,
tema o concepto incluido en el currículo y, además, puede combinarse con otras muchas
metodologías activas, como el aprendizaje por proyectos, el trabajo colaborativo o la
pedagogía inversa o flipped classroom. Se ajusta, por lo tanto, a distintas formas de enseñaraprender y de organizar el aula.
Permite una evaluación más eficaz. Con el TBL el resultado es solo una parte del aprendizaje:
lo esencial es el procedimiento realizado para alcanzar el conocimiento. Esto afecta también al
proceso de evaluación y, al afrontar un examen o una prueba, los alumnos no se limitan a
recordar lo aprendido, sino que reproducen el proceso, relacionan la información adquirida y
demuestran una verdadera comprensión de los conceptos o temas evaluados. Este método
promueve que utilices diversos instrumentos de evaluación, como estos.
5. Trabaja destrezas y habilidades para toda la vida. Este método no solo facilita que los
alumnos comprendan y asimilen los contenidos curriculares, sino que además les enseña a
pensar, les mueve a la reflexión y les anima a dialogar, expresar sus puntos de vista y
colaborar. En el proceso ponen en práctica distintas estrategias y adquieren multitud de
destrezas y habilidades del pensamiento que les resultarán útiles a lo largo de toda su
trayectoria estudiantil, laboral y personal, como:

Búsqueda, procesamiento, análisis, clasificación y evaluación de la información

Creatividad, curiosidad e innovación

Planteamiento y resolución de problemas


Toma de decisiones
Esfuerzo, perseverancia y superación de errores o retos
Búsqueda de exactitud, veracidad y precisión
Autonomía y capacidad de colaboración

Escucha, comprensión y empatía

Expresión oral y escrita


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