SAJ 50 - 2021 CRISTO EUCARISTÍA RENUEVA LA COMUNIÓN (Febrero – Marzo) Este tiempo de cuaresma es propicio para reflexionar en la Eucaristía como sacrificio de Jesús que se renueva en el altar y meditar en la madre de Dios como mujer eucarística para desde MIRANDO NUESTRA REALIDAD Hay situaciones en la vida que nos dejan grandes enseñanzas, así se puede ver en los juegos panamericanos realizados en nuestro país, nos deja la lección que cuando se quiere hacer algo bien, es posible. Toda la organización, la creatividad, la parte logística, todo el despliegue de dones, talentos, disciplina por parte de los organizadores y deportistas que ha llevado al país a obtener 11 medallas de oro, (39 en total), así como la participación de la gente. El 89 % cree que hubo una buena organización. El 91% de peruanos piensa que ha sido una experiencia nunca antes vista y el 93 % cree que deja un impacto positivo y duradero en el país. Este impacto no es solo económico, sino que también este evento ha inyectado un clima de ánimo, de esperanza y buena energía en la población. Ante la noticia de que ganó uno de los nuestros nos lleva a experimentar que todos ganamos. En fin, el éxito de los juegos panamericanos son señal que el trabajo en equipo y la comunión es posible cuando hay un bien querido que se anhela alcanzar. Es importante reconocer también el papel de la mujer en los diversos campos, podemos descubrir a muchas mujeres participando en los diferentes espacios de la sociedad y de la Iglesia. A nivel de equipos zonales, áreas parroquiales, en las amapafas, en las rondas campesinas y en diversas organizaciones de base, existen damas que sacrifican tiempo, familia y descansos para ofrecer su vida al servicio de la comunión. Sin embargo, no podemos ser ajenos a la realidad. Hay mujeres que están en el anonimato, que sufren maltrato verbal, físico, violaciones por parte de los esposos, mujeres que se les restringe su participación o libertad. La Iglesia, su esencia y su identidad es la comunión, porque su fundador es un Dios que en todo lo que Él ha creado ha puesto la impronta de la interconexión e interrelación. Somos seres en relación que para nuestra supervivencia necesitamos vivir en comunión. ¿Cuál será la causa de todas las causas que no permite dar testimonio de comunión en nuestra comunidad parroquial? Haz un listado y elige la causa más influyente. ¿Cómo vemos la comunión en las familias eucarísticas? Somos testigos que en muchas de nuestras familias aún nos hace falta identificarnos más con el bien común, con el respeto por la dignidad de toda persona, y con una sociedad donde no existe excluidos, en donde todos gozan de los mismos derechos. Esto se puede expresar en la corrupción generalizada en las diversas instituciones. Muchos ciudadanos no han logrado cultivar en sus familias el valor de la honestidad, por eso se apropian de bienes que corresponden a todo el conjunto de la sociedad, la ambición es tan fuerte que no se avizora todo el daño moral, estructural y social que se hace al tejido social. ¿Qué hace falta a la familia para que aporte ciudadanos comprometidos con la sociedad? ¿Cómo afecta el tema de la corrupción en nuestra labor pastoral? ¿Con qué actitudes la Iglesia da testimonio que no admite la corrupción? ¿Habrá algunas actitudes de corrupción que la Iglesia deben arrancar? ¿Cuáles? Iluminación Bíblica: La comunión en la familia, en la sociedad con todas sus estructuras y en la Iglesia exige un encuentro personal con Cristo que es la sabia que produce la renovación interior, el cambio de mente y corazón. San Pablo en su carta a los Romanos recuerda cuál es la voluntad de Dios y que necesitamos para descubrirla No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno lo que le agrada, lo que es perfecto…Que cada uno actúe sabiamente según el carisma que Dios le ha entregado. Miren cuántas partes tiene nuestro cuerpo, y es uno, aunque las distintas partes no desempeñan la misma función. Así también nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo. Dependemos unos de otros y tenemos carismas diferentes según el don que hemos recibido. Si eres profeta, transmite el conocimiento que se te da; si eres diácono, cumple tu misión; si eres maestro, enseña; si eres predicador, sé capaz de animar a los demás; si te corresponde dar, da con la mano abierta; si eres dirigente, actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren, muéstrate sonriente. (Rom.12, 2. Según el texto bíblico ¿Cuál es la voluntad de Dios? ¿Cómo es la comunión que San Pablo nos presenta? San Pablo nos exhorta que la vivencia de la comunión es la exigencia de los que participan en la cena del Señor: En primer lugar, según me dicen, cuando se reúnen como Iglesia, se notan divisiones entre ustedes, y en parte lo creo. Incluso tendrá que haber facciones, para que así se destaquen las personas probadas. Ustedes, pues, se reúnen, pero ya no es comer la Cena del Señor, pues cada uno empieza sin más a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga. ¿No tienen sus casas para comer y beber? ¿O es que desprecian a la Iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Tendré que aprobarlos? En esto no. Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan 24 y, después de dar gracias, lo partió diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.» De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.» Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga. Por tanto, el que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. Cada uno, pues, examine su conciencia y luego podrá comer el pan y beber de la copa. El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo. Y por esta razón varios de ustedes están enfermos y débiles y algunos han muerto. (1Co, 11, 18-29). La comunión una gran novedad La comunión es la novedad que Jesús Eucaristía nos trae ante un mundo marcado por el individualismo. Este sacramento exige integración en un único cuerpo eclesial y san Pablo en ambos textos bíblicos nos explican en que consiste aquella comunión: ser un solo cuerpo por el que circula su sangre y en donde no existe ningún excluido que pasa necesidades, no cumplir con esta exigencia, san Pablo nos advierte que estamos comiendo o participando de la cena del Señor indignamente y por lo tanto estamos comiendo nuestra propia condenación. ¿Cómo aporto a mi Iglesia para que seamos un solo cuerpo? La novedad de la comunión es posible, así lo afirma el apocalipsis “Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas El libro que cierra la Biblia, concluye con una hermosa promesa para el pueblo de Dios ¿Qué quiere Dios para su pueblo? Ante un mundo que se nos presenta como catastrófico, que parece que ya todo está perdido, que ya no se pudiera hacer nada y en donde la comunión es una utopía, un sueño inalcanzable, el libro del apocalipsis nos revela una gran promesa que estamos todos llamados a creer “Ahora todo lo hago nuevo” ¿Qué nos hace falta para experimentar esta novedad y promesa de Jesús? La comunión con Cristo es única La comunión de la que nos habla Jesús a través de San Pablo es única. no hay ninguna comunión como esta: se trata de comerlo y alimentarnos de Él para pasar a formar parte de su ser, nos hace consanguíneos y participes de su divinidad. Es una relación íntima al 100 %, se transforma en nuestro alimento. En el evangelio de San Mateo nos revela que esta comunión con Cristo es inigualable: Tomen y coman esto es mi Cuerpo. El evangelista Juan, también, de modo particular destaca el verbo “PERMANECER” “MORAR” para indicar la intimidad mística entre Cristo y el discípulo: "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él" (Jn 6, 56; cf. 15, 4-9). EL SELLO DE LA COMUNIÓN ES SU SANGRE. El Evangelio de San Mateo nos recuerda que aquella alianza de unión con su pueblo tiene un sello. Jesús la sella con su sangre: Beban todos de ella, Esto es mi sangre, sangre de la alianza que es derramada por muchos. San Agustín expresa lo siguiente respecto a la comunión entre las personas y Jesús: Nos hemos convertido en Cristo. En efecto, si él es la cabeza y nosotros sus miembros, el hombre total es él y nosotros" (san Agustín, Tractatus in Johannem, 21, 8). ¿Cuál es el significado profundo que San Agustín quiere expresar con esta frase? La Eucaristía renueva, nos transforma, Jesús nos hace partícipes de su divinidad y nos lleva a a resplandecer su vida. LA IGLESIA NOS ENSEÑA: Un fruto de la Eucaristía en la Unidad del Cuerpo Místico CIC N° 1395 La Eucaristía hace la Iglesia. Los que reciben la Eucaristía se unen más estrechamente a Cristo, por ello mismo Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo: la Iglesia. La comunión renueva, fortifica, profundiza esta incorporación a la Iglesia realizada ya por el bautismo. En el Bautismo somos llamados a formar un solo cuerpo, la Eucaristía realiza esta llamada: “El caliz de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo todos participamos de un solo pan. ¿Cómo los cristianos damos testimonio que formamos parte de un único cuerpo? ¿Por qué la mayoría de gente pide celebraciones de misa y no comulga? San Juan Pablo II, en el numeral 12 del documento Ecclesia Eucharistía, nos explica que Jesús cuando instituye la Eucaristía nos enseña: La caridad universal del Sacramento: lo expresa cuando dice: « Éste es mi cuerpo », « Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre entregado por vosotros... derramada por vosotros » No solo les dijo que se alimenten de su cuerpo y sangre; sino que resaltó que entrega su vida por todos. El valor de su sacrificio: Su sacrificio vale la salvación de todos y lo cumple unas horas más tarde en la cruz. La perpetuidad del sacrificio en la cruz por medio del banquete sagrado de la comunión en su cuerpo y su sangre. Por ello, en cada misa se actualiza su pasión, muerte y resurrección ya no de manera cruenta. ¿Qué relación existe entre las palabras amor, salvación y la frase renovación de la comunión? CON CRISTO EUCARISTÍA EDIFICAMOS UNA NUEVA SOCIEDAD. (Abril y mayo 2021) Hemos dialogado como la corrupción causa daño en la construcción de una sociedad. La ambición, las ansias de poder y tener para “ser respetados y bien vistos en la sociedad” son una de las causas de este mal. Ante ello, Jesús propone todo lo contrario a nuestra visión humana. Escuchemos: Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, Jesús les preguntó: «¿De qué venían discutiendo por el camino?» Ellos se quedaron callados, pues habían discutido entre sí sobre quién era el más importante de todos. Entonces se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos (Mc. 9, 35-36). Según el texto bíblico ¿Cuál es el modelo de un seguidor de Cristo? El compendio de la doctrina social de la Iglesia 542, respecto al fiel laico dice: La identidad del fiel laico nace y se alimenta de los sacramentos: El Bautismo lo configura con Cristo… La Confirmación lo configura con Cristo, enviado para vivificar la creación y cada ser… La Eucaristía lo hace partícipe del único y perfecto sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, en su carne, para la salvación del mundo. El fiel laico es discípulo de Cristo a partir de los sacramentos y en virtud de todo lo que Dios ha obrado en él imprimiéndole la imagen misma de su Hijo, Jesucristo, de este don divino de gracia, nace su don y tarea, que cualifica al laico para amar y servir. La última cena un encuentro y una escuela de servicio. El lavado de los pies en el contexto de la Eucaristía nos ayuda a relacionar que la Eucaristía es el sacramento que compromete, fortalece y nos alienta a servir. Jesús les enseñó a sus apóstoles que quien está con Él se identifica con el servicio, porque es por este medio que nos ponemos en el lugar del otro, sintiendo sus necesidades, sus sufrimientos, reconociéndolo como un hermano, hermana con dignidad y que por lo tanto merece ser reconocida, atendida para que se desarrolle para lo que ha sido creada. El sacrificio de Jesús se actualiza en cada Eucaristía: Jesús sigue entregándose a nosotros como alimento para enriquecernos con su amor, redimirnos de nuestros pecados, hacernos partícipes de su resurrección ofreciéndonos fuerzas para renovar la sociedad. El sacrificio de Jesús en el altar es en honor a cada persona, en honor a todos los que el padre le ha confiado. Todos somos invitados a contemplar y acoger con amor este sacrificio de Jesús en el altar para seguir sus huellas en el encargo que Él nos ha confiado. Todos compartimos la misión de Jesús; delante de nuestra misión están las personas: El agricultor siembra para que otros se alimenten por ello tiene que hacer su trabajo pensando en la salud de los demás, un vigilante de una escuela cuida los bienes que son para el uso de maestros y estudiantes con el fin de un buen aprendizaje, los trabajadores de un restaurante preparan y atienden para que los clientes queden satisfechos con su servicio, las autoridades reciben la confianza para trabajar por el bien de todo un pueblo y país, a los agentes de pastoral se les confía un ministerio para promover a la persona en su dignidad e imagen y semejanza de Dios. Siempre el fin último es la persona, misión que tenemos que hacerlo bien porque cada ser humano es sagrado y hace que todo trabajo dirigido a ellas sea sagrado, en esta tarea nos socorre la Eucaristía, sacrificio que se renueva en el altar para renovarnos. ¿Qué novedades has vivido en tu ministerio en el año 2019 y que marcan la diferencia del año 2018? Compromiso del fiel laico que se alimenta de los sacramentos : (Cf. CDSI 542 -552 ) 1.- Hombres y mujeres nuevos, inmersos en el ministerio de Dios e incorporados en la sociedad, santos y santificadores. 2. fieles laicos que fortalecen su vida espiritual y moral madurando las capacidades para el cumplimiento de sus deberes sociales. Adquieren un estilo adecuado al compromiso en el campo social y político…armonizando la vida en su totalidad… en efecto no puede haber dos vidas paralelas. 3. Fieles laicos prudentes, actúan según las exigencias dictadas por la prudencia… la prudencia capacita para tomar decisiones coherentes, con realismo, sentido de responsabilidad, sensatez y valentía…Es una virtud que exige el ejercicio maduro del pensamiento. 4. Fiel laico servicial, la presencia del fiel laico en el campo social se caracteriza por el servicio, signo y expresión de la caridad, que se manifiesta en la vida familiar, cultural, laboral, económica, política… 5. Los fieles laicos emerge ante todo el servicio a la persona humana, es una tarea esencial, central y unificante del servicio que la Iglesia y en ella los fieles laicos, están llamados a prestar a la familia humana. Para llevar a cabo esta tarea de transformar la sociedad, es necesario asumir el esfuerzo de la renovación interior, ya que el cambio social depende de la suma de los actos libres de cada persona, depende el orden social. Ninguna institución asegura por si misma casi mecánicamente el bien de todos. De la renovación interior del espíritu cristiano, por la comunión íntima con Cristo en la Eucaristía, debe preceder el compromiso de mejorar la sociedad, de sanar las instituciones, las estructuras y las condiciones de vida contrarias a la dignidad humana. Por ello, todos los fieles laicos están llamados a trabajar a la vez por la conversión de los corazones y por el mejoramiento de las estructuras a fin de obtener instituciones en las que la dignidad de todos los hombres sea verdaderamente respetada y promovida. Definitivamente el orden social tiene como base la verdad, la justicia, vivificado por el amor. La Eucaristía como alimento espiritual fortalece la caridad: Dándose a nosotros Cristo reaviva nuestro amor, y nos hace capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas y de arraigarnos en Él. Por la misma caridad que enciende en nosotros, la Eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales. Cuanto más participamos de la vida de Cristo y más progresamos en su amistad, tanto más difícil se nos hará romper con Él por el pecado mortal… lo propio de la Eucaristía es ser el sacramento de los que están en plena comunión con la Iglesia. En silencio Meditemos (se puede conversar de dos en dos). ¿Cómo es tu experiencia de escuchar a Dios y romper con aquello que hace daño a la sociedad? ¿En qué situaciones de tu vida tienes que progresar para renovar tu amistad con Jesús en la Eucaristía? Un fruto de la Eucaristía es que lleva a asumir un compromiso con los pobres: La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: para recibir en la verdad el cuerpo y la Sangre de Cristo entregado por nosotros debemos reconocerá Cristo en los más pobres sus hermanos (CIC 1397) Con María renovamos nuestra Pequeña Comunidad Meditar y contemplar a María nos ayuda a descubrir la acción del Espíritu de Dios en ella y a comprender cuál es el rol de la mujer en la vida de la Iglesia. Escuchemos un texto bíblico que nos dice mucho de la presencia de Dios. Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (He, 1, 12-14). ¿Qué opinas de la presencia de la virgen María en aquella pequeña comunidad? Meditemos en algunas actitudes de María que nos inspiran a vivir una relación de comunión con Jesús. (Cf con Ecclesia Eucharistía N° 52 ss) María mujer « eucarística » con toda su vida. Ella llevó a Jesús en su vientre, en su realidad física de su cuerpo y de su sangre, es el primer tabernáculo de la historia. Se dispone a acoger a Jesús en su vientre virginal, quien aún visible ante los ojos de la humanidad, se ofrece a la adoración de Isabel. La madre de Dios desde su venida al mundo empieza una comunión íntima entre Él y la Iglesia, motivo por el que no se pude dejar de lado a la madre de Dios, ella puede guiarnos hacia el encuentro del Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con Él. María mujer de fe Eucarística Quién más como ella para animarnos a confiar plenamente en la Eucaristía. Ella desde antes de que este sacramento fuera instituido, con su aceptación en ser la madre de Dios y cuidarlo hasta las últimas consecuencias, nos da cátedra de fiarnos en la Eucaristía. Nos ordena confiar en los mandatos de su Hijo: “hagan lo que él les diga”. Ella sabe que, si su Hijo fue capaz de convertir el agua en vino, también hará que el vino se convierta en su sangre. Por ello, con toda firmeza, María pide a la Iglesia creer en las palabras que Jesús expresó en la última cena y llevar a la práctica su mandato “Hagan esto en memoria mía”. María vive la misión como fruto de la Eucaristía: María está presente en una pequeña comunidad, que cuenta con el testimonio de haber vivido la pasión, muerte, resurrección y la ascensión del Señor, una comunidad que representa a la Iglesia naciente; es aquél grupo que estuvo presente en la última cena con Jesús, ahora está con su madre en la espera del Espíritu Santo prometido. María cumpliendo una misión importante desde que la Iglesia nace. ¿Qué testimonios del mes mariano podemos narrar? Con María empieza la vida de Jesús en este mundo: Encarnación, pasión y resurrección. El mes mariano, nos inspira a reflexionar en el rol importante que ella tiene en la Iglesia. Ella hace visible su comunión con Cristo e impulsa la vida en comunidad, tal como o hemos leído en hechos de los apóstoles, por lo tanto, honrar a María es promover la Pequeña Comunidad. ¿Cómo podemos aplicar la misión de María en la Iglesia a nuestra pequeña comunidad? NUESTRA TAREA PASTORAL Somos una Iglesia que celebra y vive de la Eucaristía, ello nos exige renovar de manera constante la comunión para una nueva sociedad, porque al participar de la Eucaristía o alimentarnos de ella la vida no puede seguir igual cada quien viviendo su fe o promoviéndola de manera individualizada ¿Con qué acciones concretas podemos motivar a las zonas para renovar la comunión? ¿En qué aspectos necesitamos mejorar como equipo parroquial, para renovar la comunión? ¿Qué vamos a hacer para que ello ocurra? ¿Cómo Iglesia que acción concreta vamos a promover para renovar las estructuras o instituciones de nuestra comunidad?