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LA EDUCACION SEXUAL PARA ESTUDIANTES CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

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"LA EDUCACION SEXUAL PARA ESTUDIANTES CON
NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES"
Tomado de: http://www.geocities.com/Heartland/Cottage/6843/educacionsexual.html consultado el: 21/04/06
La capacidad de expresar, entender y comunicar nuestras necesidades sexuales de manera adecuada es un
derecho básico. Desafortunadamente la identidad sexual no puede considerarse como una característica innata de
nuestra personalidad y necesitamos educación al respecto porque tanto la instrucción recibida como la experiencia
adquirida nos habrá de permitir ampliar nuestro repertorio y lograr así una imagen sexual positiva. Los programas
de educación sexual en las escuelas públicas deberían, por lo tanto, proporcionar recursos de información para
todos los estudiantes adolescentes que estén tratando de encontrar su identidad sexual.
A pesar de la oposición pública actualmente en los Estados Unidos, existe una necesidad apremiante de
establecer programas de educación sexual en nuestras escuelas particularmente cuando se trata de estudiantes
con necesidades educativas especiales como autismo, problemas de aprendizaje, impedimentos mentales de nivel
educable y trastornos moderados de conducta entre otros, ya que ellos carecen del conocimiento adecuado
respecto a su propia identidad sexual en comparación con sus compañeros de escuela no discapacitados
(Smigielski & Steinmann, 1981). A este respecto, el psicólogo y educador sexual, Sol Gordon (1973) hizo el
siguiente comentario:
"Los estudiantes con necesidades educativas especiales poseen las mismas emociones
e impulsos sexuales que sus compañeros no discapacitados pero lamentablemente
carecen del conocimiento adecuado lo que les coloca en una situación en desventaja
y a pesar de toda la "experiencia" que posean, son el segmento más vulnerables de
nuestra población en el aspecto relacionado con el tema de la explotación sexual y
la patología del mismo." (página 351)
Los estudiantes con autismo, dificultades de aprendizaje, problemas de comportamientos o impedimentos
mentales no severos, sienten la misma curiosidad sexual emergente que sus compañeros sin discapacidad pero
debido a las condiciones asociadas con su específica discapacidad generalmente éstos encuentran problemas de
carácter social no típicamente encontrados en la mayoría de estudiantes jóvenes no discapacitados (White, 1985),
como por ejemplo:
a. Tienen grandes dificultades al relacionarse socialmente con sus compañeros (Gresham & Reschly, 1986).
b. Sus compañeros no discapacitados les consideran de bajo nivel mental (Dudly-Maring & Edmiaston, 1985).
c. Tienen una conceptualización inferior en cuanto a problemas de salud se refiere (Noland, Riggs, & Hall,
1985).
d. Sufren rechazo por parte de sus profesores (Baugh, 1984).
En vista de la iniciativa existente para integrar a los estudiantes con necesidades educativas especiales en
colegios ordinarios, los obstáculos antes mencionados toman un matiz mayor ya que los estudiantes con éstas
necesidades educativas frecuentemente estarán en contacto social en una manera más pública que previamente
anticipado. Por lo tanto, la implementación de una instrucción sexual adecuada e individualizada deberá ser parte
integral de un esfuerzo del programa de educación general para aclimatizarlos a una integración total social. Como
comentó un escritor:
"La educación sexual ayuda a los estudiantes con necesidades educativas especiales
a aceptar responsabilidad por sus propios actos fomentando en ellos la madurez en
forma muy positiva y esto les ayuda a rechazar el concepto erróneo de que no son
dignos de ser amados o que nunca podrán mantener una relación sexual satisfactoria;
después de todo la salud sexual es sólo una parte de nuestra salud general que
necesitamos para preparar a nuestros jóvenes en esta vida." (McNab, 1978 página
301)
La educación sexual, por lo tanto, requiere un esfuerzo inmenso mutuo para facilitarles todo el conocimiento
necesario que les ayude a entender su desarrollo natural pero antes de lograr este objetivo debemos
familiarizarnos con las estrategias típicas asociadas con la educación sexual.
ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA
Al tocar el tema de la educación sexual con estudiantes con necesidades educativas especiales entramos a un
mundo curricular totalmente distinto al que encontramos cuando enseñamos matemáticas, lectoescritura u otras
materias. Por ello debemos examinar nuestro propio sistema de valores morales para presentar el material del
caso en una manera libre de discernimientos (Reed & Munson, 1976) ya que en muchos casos las actitudes
transmitidas a los estudiantes acerca del sexo tienen un mayor impacto que el contenido del mismo. (Gordon,
1973) La Asociación Norteamericana para la Salud, la Educación Física y la Recreación (conocido bajo las siglas
AAHPER en inglés) en cooperación con la Administración sobre Educación Sexual para los USA (SIECUS) sugiere
tener en cuenta las siguientes pautas al enseñar programas de educación sexual:
1. Recordar que la edad cronólogica del alumno es el mejor pronóstico de interés sexual para los estudiantes
con necesidades educativas especiales.
2. Evaluar y modificar cuidadosamente todo material pedagógico antes de su implementación con niños y
jóvenes con necesidades educativas especiales.
3. Considerar de una manera muy cuidadosa los valores morales de los estudiantes con necesidades
educativas especiales ya que podrían ser diferir con los de la profesora.
4. Escuchar cuidadosamente y no simplemente ofrecer información sexual.
5. Preparar y modificar el contenido de cualquier información para que ésta cumpla con el interés específico y
necesidades individuales de la persona con necesidades educativas especiales.
6. Evitar hacer comentarios o usar expresiones prejuiciadas en base a creeencias personales.
Las investigaciones han demostrado que los estudiantes con necesidades educativas especiales de alta incidencia
son curiosos, tienen un deseo inalcanzable de enterarse de muchas cosas y necesitan, por lo tanto, del respaldo
de una persona con un alto nivel de sensibilidad que les proporcione una información correcta (Block, 1972) ya que
al igual que sus compañeros no discapacitados, éstos estudiantes pasan por una etapa de crecimiento y desarrollo
sexual natural y aún cuando su estilo de aprendizaje sea diferente ambos experimentan necesidades afectivas de
la misma manera.
Cuando elaboremos un programa de educación sexual, debemos tener en cuenta los siguientes puntos básicos
(Payne, Polloway, Smith, & Payne, 1981, página 315):
1.
Enseñaza. Proporcionar una información adecuada para el desarrollo de los estudiantes. Existe un folleto
elaborado por Fisher, Krajicek, y Borthnick (1974) y publicadas por AAHPER y SIECUS (1971), así como
artículos como Sobre tu Sexualidad (Calderwood, 1979) de mucha utilidad.
2. ¿Cuándo comenzar a enseñar? Iniciar la instrucción antes que comienzen las dificultades -- en el período
pre-pubertad -- e integrar con espontaneidad información de tipo sexual en la instrucción regular
incluyendo asuntos de interés en una manera apropiada.
3. ¿En qué lugar enseñarla? El aula de clases es el lugar más adecuado para este tipo de instrucción, salvo
en aquellos casos en que se trate de detalles anatómicos y sus funciones específicas en donde una
asesoría individual sería mucho más recomendable. Recordemos que la mayoria de malentendidos sobre
la sexualidad ocurren cuanto el tema es ignorado tanto en casa como en la escuela.
4. ¿Cómo enseñarla? Debemos ser francos, directos, específicos, instructivos y evitar el proselitismo al
responder las preguntas y comentarios de los estudiantes.
Al preparar un programa de educación sexual debemos reconocer los intereses, preguntas y necesidades
individuales de los estudiantes porque la finalidad de un programa de educación sexual estará basado en sus
propias preocupaciones y si no cumplimos con este criterio, el interés del estudiante se desvanecerá y el programa
fracasará. Para tener éxito debemos ampliar las oportunidades comunicativas del estudiante y proporcionarles
respuestas favorables (Reich & Harshman, 1975) lo cual podemos establecerlo mediante:
1. Un inventario de intereses.
2. Evaluaciones de necesidades individuales.
3. Casilleros confidenciales para el estudiante.
4. Asesoría de grupo o en forma individual.
5. Presentaciones formales en el aula (Payne et al., 1981).
Al seleccionar materiales específicos debemos ser conscientes de las aptitudes específicas del estudiante, ya que
por ejemplo, el estudiante con impedimento mental requerirá un ritmo de lenguaje y presentaciones más concretas
que el estudiante con problemas de aprendizaje o trastornos de comportamiento (Sbindell, 1975). Las
características personales que posee un buen profesor de educación sexual son las siguientes:
1. Credibilidad: Ganarse la confianza y respeto de los estudiantes y mantener su atención en el tema.
2. Conocimiento: Conocer el tema al dedillo y presentar el material en una manera abierta y franca.
3. Confianza: Fomentar, en los estudiantes, el sentimiento de que pueden comunicarse con libertad y
abiertamente con una figura de autoridad.
4. Aceptación: Aceptar las diferencias individuales de otras personas.
5. Accesibilidad: Comunicar a los estudiantes libertad para expresar sentimientos altamente privados a una
persona de autoridad.
6. Flexibilidad: Ayudar a resolver problemas con un estudiante de una manera no rígida.
7. Autenticidad: Mantener una postura sincera hacia el estudiante.
CONCLUSIÓN
Actualmente existe muchísima oposición a los programas de educación sexual de estudiantes con y sin
necesidades educativas especiales en las escuelas públicas norteamericanas. Sin embargo, a pesar de la
ausencia de estudios empirícos que determinen el éxito o fracaso de los esfuerzos que conlleven la enseñanza de
educación sexual, existe un concenso general dentro de nuestra sociedad a favor de la educación sexual en
nuestras escuelas. Existe un alto índice de estrés asociados con el virus AIDS y el alto riesgo que corren los
estudiantes con necesidades educativas especiales (Black, 1986) una razón muy importante para incluír un
programa de instrucción elaborada por profesionales del ramo de la salud, administradores de escuela, padres de
familia que les ayude a obtener un conocimiento de sexualidad apropiado y prepararlos para obtener una madurez
sexual satisfecha y socialmente productiva (Smigielski & Steinmann, 1981). La educación sexual deberá ser un
piedra angular en un curriculum pertinente, pedagógico y funcional. En las palabras de un investigador:
"Tradicionalmente, la enseñanza de educación sexual a estudiantes con necesidades
educativas especiales ha sido rechazada debido a las actitud negativa que nuestra
sociedad tiene hacia las personas con discapacidades, así como la aprensión
existente de los padres de familia acerca del significado de comportamientos
sexuales aceptables o no aceptables en nuestra sociedad. Sin embargo, el Acta para
la Educación de Estudiantes con Discapacidades de 1974 (IDEA) ha proporcionado a
los padres de familia y a los profesionales con un arma sumamente efectiva para
colocar presión en los programas locales, estatales y federales existentes y
designar fondos monetarios para la elaboración de programas de instrucción sexual.
Es nuestra responsabilidad, como padres de familia y como profesionales velar
porque no sean olvidadas las necesidades sexuales de las personas necesidades
especiales. (McNab, 1978, página 301)."
REFERENCIAS
AAHPER, (1971) A resource guide in sex education for the mentally retarded. New York: SIECUS.
Baugh, R.I. (1984) Sexuality education for the visually and hearing impaired child in the regular classroom. Journal of School Health, 54, 407409.
Black, J., (1986) AIDS: Preschool and school issues. Journal of School Health, 56, 93-96.
Dudly-Maring, C.C. & Edimiaston, R. (1985). Social status of learning disabled children and adolescents: A review Learning Disabilities
Quarterly, 8, 189-204.
Fischer, H.L. Kracekc, M.J., & Borthnick, W.A. (1974) Sex education for the developmentallly disabled. Baltimore: University Prk Press.
Gordon, S. (1973) Missing in special education: Sex. Journal of Special Education, 5(4), 351-354.
Gresham, F.M. & Reschly, D.S. (1986). Social skill deficits and low peer acceptance of maintreamed learning disabled children. Learning
Disabilities Quarterly, 9-2332.
McNab, W.L. (1978). The sexual needs of the handicapped, Journal of School Health, 48, 301-306.
Noland, M.P., Riggs, R.S., & Hall, J.W. (1985). Relationships among health knowledge, health locus of control. and health status in secondary
special education students: A review, Journal of Special Education.
Payne, J.S., Polloway, E.A., Smith, J.E., & Payne, R.A. (1981). Strategies for teaching the mentally retarded. Columbus, OH: Merrill.
Reed, A.R., & Munson, H.E. (1976) Resolution of one's sexual self: An important first step for sexuality educators, Journal of School Health,
56(1), 31-34.
Reich, M.L., & Harshman, H.W. (1975). Sex education for handicapped children: Reality or repression? Journal of Special Education, 5, 373-377.
Smigieslki, P.A.. & Steinnmann, M.J. (1981). Teaching sex education to multiply handicapped adolescents, Journal of School Health, 51, 238241.
Sbindell, P.E. (1975). Sex education program and the mentally retarded. Journal of School Health, 45, 88-90.
White, W.S. (1985). Perspective on the education and training of learning disabled adults. Learning Disabilities Quarterly, 8, 231-236.
Wrenn, C., & Schwarzrock, S. (1980). Coping with series. Circle Pines, MN: American Guidance Service.
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