Subido por inecacij

225131029-GENETICA-CRIMINAL-01-pptx

Anuncio
 1.
INVESTIGACIONES PROCEDENTES DE LA GENÉTICA: LA
HERENCIA CRIMINAL
 Los
progresos de la Genética llamaron pronto la atención
de las teorías de la criminalidad, suscitándose el problema
de la «herencia criminal». ¿Cabe hablar, en un sentido
estricto, de una herencia «criminal ¿Cuáles son los factores
hereditarios y cómo influyen en la conducta delictiva? Dos
datos, estadísticamente comprobados, impulsaron las más
diversas investigaciones: el significativo porcentaje de
personas unidas por un parentesco consanguíneo entre los
enfermos mentales y la presencia de un gravamen
hereditario morboso o degenerativo muy superior en
individuos criminales que en no criminales, esto es, la
denominada «herencia peyorativa».
 El
significativo porcentaje de personas unidas por un
parentesco consanguíneo entre los enfermos mentales
y la presencia de un gravamen hereditario morboso o
degenerativo muy superior en individuos criminales que
en no criminales (herencia peyorativa) fueron dos
datos estadísticamente comprobados que impulsaron
numerosas investigaciones científicas.
 Aunque
no todos los componentes biológicos pueden
imputarse a la herencia (existen conocidos fenómenos
de «mutaciones genéticas» y de «rebeliones contra la
identidad», los estudios que a continuación se
relacionan subrayan la importancia de la «carga
hereditaria».
Los
ámbitos preferentes de la
Genética criminal serían los estudios
sobre
familias
criminales
(genealogías-criminales,
estudios
estadísticos, etc.), estudios sobre
gemelos
y
adopción,
y
las
investigaciones sobre cromosomas.
 A)
 En
Familias criminales: genealogías de delincuentes -•
puridad, se t rata más de «tablas de descendencia» que de
«árboles genealógicos» completos, ya que, por lo general,
estas investigaciones hacen un seguimiento de la
descendencia de una sola parte o línea, dejando sin
considerar el influjo hereditario de los demás descendientes‘
además, se contraen al análisis de una familia concreta y
determinada, excepcional, lo que no permite hacer extensivos
los resultados obtenidos ni generalizarlos dada la falta de
representatividad de la muestra y la imposibilidad de aplicar el
método estadísticos®; reparos que se añaden 'al formulado
desde la Sociología, por cuanto no parece correcto imputar
exclusivamente a la herencia lo que es producto de una
pluralidad compleja de factores (entre otros, el aprendizaje, la
influencia del medio, etc.)'^.
En
estos trabajos creyó verse una confirmación de las
teorías hereditarias, ya que no era fácil explicar, en
otro caso, la elevada tasa de criminalidad de los
descendientes de una misma familia; índice lo
suficientemente significativo como para que no
pudiera atribuirse sólo a factores externos y
ambientales, ya que también otras familias habrían
estado sometidas a la presión de éstos sin que sus
miembros
demostrasen
tales
inclinaciones
criminales".
 Sin
embargo tales investigaciones no demuestran que la
degeneración, transmitida por vía hereditaria, sea la causa
de la criminalidad: los altos índices de ésta apreciados en
algunos grupos familiares o clanes se explica fácilmente por
distintas razones. De otro lado, el hecho de que familias
socialmente
«cualificadas»
produzcan
delincuentes,
mientras miembros de familias «indeseables» se adapten a
las exigencias comunitarias, parece desmentir la hipótesis
comentada. Se ha objetado, también, a las genealogías de
delincuentes -y con razón- la falta de representatividad de
la muestra que utilizan y la imposibilidad de generalizar sus
resultados; así como el imputar exclusivamente a la
herencia lo que es producto de una compleja interacción
de factores (entre otros, el aprendizaje, la influencia del
medio entorno
 De
las investigaciones más conocidas destaca la de LUND,
quien observó que la proporción de delincuentes
condenados por delitos graves es mayor entre aquellos
cuyos padres fueron también delincuentes, que entre
aquellos otros uno sólo de los cuales fue condenado; y estos
últimos, a su vez, son más que aquellos sin padres penados.
También la de BERNHARDT, quien dividió los criminales
examinados en dos grupos: aquellos cuyos padres no eran
criminales, pero sí sus abuelos u otros ascendientes; y
aquéllos que carecían de ascendientes criminales,
observando que, en el primer grupo, la proporción de
hermanos delincuentes era el doble que en el segundo1089.
Debe citarse, por último, a KUTTNER y a ERNST, cuyos trabajos
se ocupan no de la criminalidad de los padres del
delincuente, sino de la de sus hijos1090.
Las
críticas de índole metodológica a los
estudios de familias criminales determinarían,
posteriormente, el empleo de otras técnicas
de comparación y control para asegurar la
fiabilidad y representatividad de los
resultados^**. Surge, así, la Estadística Familiar
(LUND, GORING, BERNHARDT, CONRAD, RIEDL,
etcétera), cuyos resultados, como se verá,
sistematizó fielmente EXNER.
 Junto
a la importante obra de GORING, ya examinada en otro
lugar, destacan la de LUND (1918), quien observó que la
proporción de delincuentes condenados por delitos graves es
mayor entre aquéllos cuyos padres fueron también delincuentes,
que entre aquellos otros uno solo de los cuales fue condenado; y
estos últimos, a su vez, son más que aquéllos sin padres
penados^®; y la de BERNHARDT; éste dividió los criminales
examinados en dos grupos: aquéllos cuyos padres no eran
criminales, pero sí sus abuelos u otros ascendientes; y aquellos que
carecían de ascendientes criminales; observando que, en el
primer grupo, la proporción de hermanos delincuentes era el
doble que en el segundo (en ambos casos, partió de la base de
que los respectivos ambientes no eran criminógenos)^"; también
los estudios de CONRAD sobre la epilepsia^^; y los de RIEDL sobre
alcoholismo en jóvenes.
parientes laterales de los mismos: entre los parientes de criminales
reincidentes, el número de delincuentes es muy superior al hallado entre
parientes de criminales primarios. Ascenderían los porcentajes a un 37
por 100 entre los hermanos del primer grupo; a un 10,8 por 100 entre los
hermanos del segundo; y, entre primos, a un 17,5 por 100 y un 6,3 por
100, respectivamente^". Como complementarios de los anteriores,
deben citarse, también, los trabajos que se ocupan no de la
criminalidad de los padres del delincuente, Ahora bien, si es cierto que
la criminalidad se concentra
significativamente en líneas familiares sin prejuzgar si ese hecho se
explica más por razones genéticas o por razones estrictamente
ambientales los estudios genealógicos podrían aportar un punto de
partida válido tanto para la predicción como para la intervención en el
problema criminal.
 B)
Estudios sobre gemelos
 Los
estudios de Genética, inicialmente orientados a la investigación
de enfermedades somáticas hereditarias, encontraron especial eco
en el ámbito criminológico durante la década de los años treinta, a
raíz de la obra de J. LANGE, fisiólogo alemán, «Verbrechen ais
Schiksal»
 «El
delito como destino»; produciéndose un revival de tal enfoque en
la década de los sesenta, sobre todo, gracias a la valiosa
contribución del danés CHRISTIANSEN (1968 y 1974).

Los estudios de gemelos operan con dos datos: la mayor o menor
semejanza de la carga genética (gemelos «univitelinos» o gemelos
«bivitelinos») y los índices de «coincidencia» criminal apreciados en los
respectivos casos.
 Los
gemelos univitelinos o unicigóticos (identical twins) son
producto de la fertilización de un mismo óvulo y tienen
idéntico genotipo; los bivitelinos o dicigóticos, proceden
de la fertilización simultánea de dos óvulos (fratenal twins).
LANGE, en 1929, trató de comprobar cuando uno de los
hermanos ha demostrado su predisposición delictiva que
es lo que sucede con el otro cuya carga hereditaria era
idéntica. Semejante punto de partida adoptan otras
investigaciones, que, como la de LANGE, obtuvieron los
mismos resultados: una llamativa coincidencia en la
trayectoria de los gemelos, ambos serían delincuentes.
Ahora bien, con la siguiente particularidad: los índices
deconcordancia eran muy inferiores en los gemelos
bivitelinos o dicigóticos.
 En
todo caso, CHRISTIANSEN reconoció la relevancia del medio o
entorno en la génesis de la criminalidad, de modo que la carga
hereditaria (monocigótico uersus dicigótico) no sería un dato
excluyente, sino un elemento más en el proceso dinámico de
interacción personalidad medio. Así como la necesidad de discriminar
la incidencia del factor genético según la clase o modalidad de la
infracción delictiva, por haber apreciado índices muy superiores de
concordancia criminal en delitos sexuales que en delitos contra el
patrimonio'^"; y en la más grave criminalidad que en la de menor
trascendencia'^^. La ponderación y mesura de CHRISTIANSEN, cuyo
trabajo no pudo llegar a concluir, se ponen de relieve cuando el
propio autor manifestó que los resultados por él obtenidos no
demuestran inequívocamente la tesis de LANGE*'^ sobre el papel
predominante de la herencia en la explicación del fenómeno criminal.
 Desde
la tesis fatalista, inicial, de LANGE a la más
reciente y matizada de CHRISTIANSEN1094, la Genética
Criminal ha experimentado una evolución sensible,
asumiendo poco a poco la tesis de que la herencia de
la disposición delictiva es un problema más complejo;
de
 hecho
los trabajos posteriores arrojan índices de
concordancia cada vez menos optimistas y reclaman la
ponderación de otras muchas variables (especialmente
ambientales). Más aún, todo parece indicar que es
necesario discriminar la incidencia del factor genético
según la modalidad de la infracción delictiva: se han
apreciado, por ejemplo, índices muy superiores de
concordancia criminal en delitos sexuales que en delitos
contra el patrimonio
C)
Estudios de «adopción: 82
Otra de las técnicas empleadas para ponderar la
influencia genética o hereditaria es la de los estudios
de adopción, esto es, del comportamiento de
criminales y no criminales, ambos adoptados, y en su
relación con los padres biológicos y adoptivos, según
sean estos últimos —o no sean— delincuentes. Una de
las primeras investigaciones sobre adopción fue la de
L. KUTTNER, en 1938, quien llegó a la conclusión de
que los hijos de criminales delinquen con mayor
frecuencia que los hijastros de los mismos, siendo el
factor genético —y no el ambiental— el único que
podría explicar dicho hallazgo
 -Pero
a juicio de los autores, no puede desprenderse
de esta investigación un alegato irrefutable a favor
de un modelo genético simplista de la criminalidad^";
tan sólo consideran lícito especular con la posibilidad
de referir la conducta criminal a una «desventaja
genética acumulativa»®^ de modo que algunos
individuos, por razón de su legado genético, se
encuentran en una situación física y psíquica más
proclive que los demás miembros de la sociedad
para sucumbir al crimen.
SCHULSINGER,
después de confrontar 57
jóvenes adoptados, psicópatas, con un grupo
de control de 57 jóvenes adoptados no
psicópatas, manteniendo constantes las
demás variables (sexo, momento de la
adopción, clase social de los padres adoptivos,
etc.), llegó a la misma conclusión: la relevancia
decisiva del factor genético. También CROWE

D) Malformaciones cromosómicas:

A la vista de las primera investigaciones, llevadas a cabo en internos y
personas mentalmente enfermas, se abrió la hipótesis de que un desajuste o
disfunción cromosómica condicionaría el comportamiento humano y por
tanto, también el criminal. El elevado número de malformaciones
cariotípicas que se creyó haber hallado en la población reclusa; los bajos
índices de tales anomalías detectados, por el contrario, en la mujer; y el
impacto que los medios de comunicación produjeron al divulgar las
malformaciones cromosómicas de alguna célebre «carrera criminal»,
contribuyeron, sin duda, al auge de este tipo de investigaciones, entre las
que destacan las de CASEY, JACOBS,
 El
criterio básico para diagnosticar dichas disfunciones
o defectos es el número de los cromosomas, por
exceso o por defecto. Cada célula contiene, como es
sabido, 23 pares de cromosomas; uno de los cuales
(gonosomas) determina las características sexuales
primarias y secundarias del individuo. En la mujer,
ambos cromosomas son similares en tamaño y forma
(XX) contemplados en el microscopio; en el varón,
difieren, siendo uno de ellos más pequeño (XY).
 1')
Las principales malformaciones observadas fueron:
 a)
Por defecto: el «síndrome de Turner» (XO). No se ha
detectado la composición YO, hasta la fecha, composición
probablemente letal.
 b)
Por exceso: 1". En la mujer, malformaciones cariotípicas
que responden a las
 fórmulas:
XXX, XXXX y XXXXX. 2". En el varón: el denominado
«síndrome de Klinefelter», cuya composición puede
responder a las siguientes: XXY, XXXY, XXXXY o XXXYY. 3". La
célebre «trisomía XYY», el XYYY, el llamado «Y long», etc.
 La
sintomatología y consecuencias de los respectivos
síndromes, asícomo las hipótesis y resultados de las diversas
investigaciones, carecen aún del necesario consenso
científico.
 «síndrome
de Turner», parece afectar sólo a una de
cada cinco mil mujeres; y presentaría, entre otros, los
siguientes síntomas: baja estatura, cuello corto, pecho
ancho, útero pequeño, etc.El «síndrome de
Klinefelter», que según algunos estudios podría afectar
a un 2 por 100 de la población reclusa conllevando
anomalías mentales, presenta una sintomatología
distinta: circunferencia torácica disminuida, caderas
anchas, escaso vello en el cuerpo, piernas largas,
atrofia testicular. Parece asociarse a bajos
coeficientes intelectuales, alcoholismo;
homosexualidad y esterilidad^™. Los varones que
padecen esta anomalía cromosómica presentan una
caracterización femenina.
la trisomía XYY, al parecer más frecuente en la población reclusa que en
la población general en la masculina que en la femenina y ausente en
la raza negra, carece de una sintomatología específica, aunque se
señalan entre las características más comúnmente detectadas en los
portadores de la misma: la elevada estatura, perturbaciones
hormonales, defectos de conducta y adaptación al medio, déficit
intelectual, trastornos mentales, escasa afectividad, y, sobre todo
agresividad. Agresividad que, en buena medida, deriva de una hipótesis
no verificada: si el cromosoma (gonosoma) Y es el determinante de la
masculinidad (XY), el portador de un doble YY, en buen lógica, debiera
ser un «superhombre», violento y agresivo.
 JACOBS
y sus colaboradores definieron a los varones XYY como
«peligrosos, violentos y con propensión al crimen», coincidiendo los
primeros trabajos en que la característica más acusada de aquéllos era
una excepcional estatura y una tendencia llamativa a ser internados. Se
ponía, en todo caso, el acento más en la nota de «agresividad» que en
la de «subnormalidad».
 a)
Los trabajos científicos realizados en torno al cariotipo XYY como
expresión anómala del gonosoma XY versan casi exclusivamente sobre
varones con frecuentes características somático psíquicas y
circunstancias ambientales muy adversas.
 b)
Dado que el cariotipo XYY no es el único elemento endógeno
actuante en la persona, sólo cabe imputar al mismo, a lo sumo, una
cierta «direccionalidad», que se configuraría en función de los demás
factores endógenos y exógenos, pero no una «disposición» criminal ni
una «constitución» delictiva de aquélla.
 c)
Las investigaciones realizadas hasta la fecha se han llevado a
cabo casi exclusivamente en la población «reclusa», en internos,
pudiendo estimarse que el número de estos portadores del
cariotipo XXY no excede el 5 por 100. Interno y delincuente no
son términos sinónimos.
 d)
Las mismas ponen de relieve una cierta conexión de dichas
malformaciones cromosómicas y determinadas manifestaciones
de la criminalidad, sobre todo, violenta o agresiva y sexual; si bien
dicha «conexión» no permite formular pronósticos seguros y
fiables (causalidad) sino meras «correlaciones». La presencia del
cariotipo XYY no conlleva, de forma inevitable, una conducta
anormal ni delictiva.

e) El cariotipo XYY no es hereditario. Se ha constatado, por
ejemplo, que el padre no lo transmite necesariamente a sus hijos.

f) Es difícil —e incluso inviable— sugerir y articular programas de prevención
respecto a las personas portadoras del cariotipo XYY. Porque dicha anomalía
cromosómica sólo permite establecer conexiones o correlaciones con la
criminalidad: puede ser un «factor» pero no la «causa» de ésta. Porque un
programa amplio y riguroso de prevención obligaría a examinar la totalidad de
la población, y no sólo la reclusa. Por último, porque una intervención genética
de tal naturaleza invadiría, probablemente, la sagrada esfera de los derechos
humanos.

g) La valoración jurídico-penal de las malformaciones cariotípicas reclama
particular cautela. No obstante, bastaría con las normas contenidas en la
mayor parte de los códigos penales para ponderar, en su caso, la constatada
influencia de aquéllas en el comportamiento criminal enjuiciado.
 Es
necesario, pues, relativizar la relevancia de las investigaciones
sobre anomalías genéticas pues de ellas no se desprende, sin más,
una asociación significativa entre dotación genética
(malformaciones genotípicas) y comportamiento criminal.
 4.-
La conducta humana agresiva y sus fundamentos biopsicosociales. Dos grupos de teorías han tratado de explicar la
agresividad humana: las instintivistas y las ambientalistas1113. Las
teorías instintivistas refieren la conducta agresiva del hombre a un
instinto innato, condicionado filogenéticamente cuya presentación
es natural y espontánea.
 Junto
a Darwin, que sienta las bases del pensamiento instintivista
actual en su obra El origen de las especies (1859), otros autores han
mantenido la naturaleza primaria de la agresividad humana. Así, R.
Ardrey, quien atribuye al instinto homicida del hombre una función
adaptativa, Sorel, Koestler, etc.1114.
 Cabe
hablar, a su vez, de dos suborientaciones instintivistas
representadas, respectivamente, por
 modelos
etológicos (Konrad Lorenz) y psicoanalíticos (Freud y otros).
Para LORENZ, la pulsión de agresión en los animales es un instinto
primario, independiente de los estímulos externos, cuya misión sería la
conservación de la especie y sin ninguna relación con el principio del
mal. Cumpliría tres funciones: la selección del más fuerte en bien de
su perpetuación, la agresión intraespecífica con la finalidad de
proporcionar un territorio donde incluso el más debil disponga de un
espacio vital idóneo y, por último, la creación de un orden jerárquico
que afiance una estructura social sólida1115. La agresividad, por
tanto, es una fuerza instintiva primaria, que responde a estímulos
internos y en cuya génesis y desarrollo no intervienen sustancialmente
influencias externas, la experiencia ni la educación. Dichos estímulos
endógenos provocan una tensión interna que genera inquietud e
impulsa a la acción, aprovechando la oportunidad favorable.
Freud,
en una primera etapa, entiende que la
agresividad es un instinto componente del sexual,
tiene naturaleza reactiva, defensiva, no
determinada biológicamente1117. Posteriormente,
en 1920, cambia de opinión optando por un
enfoque biológico. Según éste, la destructividad se
convierte en un fenómeno primario de la vida, pero,
a diferencia de Lorenz, para quien tanto la
motivación agresiva como las inhibiciones de ésta
serían innatas, Freud mantiene que mientras el
impulso agresivo tiene una base biológica, su
inhibición se conforma durante la infancia con la
formación del super-yo o conciencia
Descargar