Crim apuntse 5

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TEMA 5
LA MODERNA CRIMINOLOGÍA EMPÍRICA:
APORTACIONES DE ORIENTACIÓN BIOLOGICISTA
EL PROBLEMA DE LA EXPLICACIÓN DEL DELITO:
DIVERSAS RESPUESTAS AL MISMO.
La Criminología Clásica y Neoclásica partían del dogma del libre albedrío
rechazando que pudiera hablarse de “causas” de la criminalidad, careciendo de una
teoría etiológica de la criminalidad.
La Criminología Positivista, por el contrario, asume un paradigma del delito
etiológico por entender que ciertos factores (causas) biológicos, psicológicos o
sociales determinan la conducta criminal.
En la actualidad, estos modelos teóricos, otrora simplistas y monocausales devienen
progresivamente más complejos e integrados.
El enfoque “causal-explicativo” etiológico, subsiste en nuestros días.
El labeling approach (etiquetamiento) no se interesa por la explicación o etiología
del delito (de la desviación primaria) ni aporta una teoría de la criminalidad,
preocupándose por su génesis y dinámica.
Se preocupa por explicar los selectivos procesos de criminalización que llevan a cabo
las agencias del control social formal
TEORÍAS Y MODELOS BIOLOGICISTAS: ORIENTACIONES
(NEOLOMBROSIANAS) Y APORTACIONES MODERADAS.
RADICALES
Con la lucha de Escuelas se perfilaron en el panorama criminológico 3 orientaciones:
1. LAS BIOLÓGICAS
2. LAS PSICOLÓGICAS
3. LAS SOCIOLÓGICAS
BIOLÓGICAS
Miran de nuevo al hombre delincuente, tratando de localizar en alguna parte de su
cuerpo el factor diferencial que explica la conducta delictiva. Ésta se supone
consecuencia de alguna patología, disfunción o trastorno orgánico.
Las orientaciones biológicas arrojan muy elevado nivel de empirismo, poseen una
incuestionable vocación clínica y terapéutica. Son las más próximas a algunos de los
ideales del positivismo criminológico pues parten de la premisa de que el hombre
delincuente es “distinto” del no delincuente.
La gran tentación a que se hallan sometidas las teorías biologicistas es la de
generalizar indebidamente (suponiendo la existencia de relaciones causa-efecto) de
leyes universales, allí donde sólo existe como mucho una correlación.
El código biológico y genético es uno de los componentes del continuo proceso de
interacción, proceso abierto y dinámico en el que se inserta la conducta del hombre.
Desde un punto de vista político, las concepciones biologicistas radicales reflejan una
visión arrogante del orden social, cuyo complejo de superioridad conduce a atribuir el
delito a patologías del individuo.
APORTACIONES PROCEDENTES DE DIVERSOS ÁMBITOS:
ANTROPOMETRÍA, ANTROPOLOGÍA, BIOTIPOLOGÍA, NEUROFISIOLOGÍA,
ENDOCRINOLOGÍA, BIOQUÍMICA, GENÉTICA CRIMINAL, ETC.
Áreas donde se han realizado las principales investigaciones biológicas:
ANTROPOMETRÍA
Correlación entre medidas corporales y delincuencia.
Bertillon ideó un complejo sistema de medidas corporales –once- que unidas a la
fotografía de los delincuentes pretendía servir como instrumento de identificación de
éstos.
ANTROPOLOGÍA
Herencia lombrosiana, ya que la hipótesis fundamental de la Antropología Criminal es
la existencia de un tipo humano inferior, degenerado, hipoevolutivo, dotado de
características singulares distintas de los demás individuos no delincuentes y con una
poderosa carga hereditaria
Goring aún propugnando la tesis de la inferioridad de base hereditaria del delincuente,
NEGÓ la existencia de un tipo físico de criminal. Refutó la metodología y tesis
lombrosianas.
Hooton por el contrario se aproximó considerablemente a la doctrina lombrosiana,
rebatiendo las tesis de Goring, siendo relevante para él la inferioridad física.
Di Tullio subraya la importancia del examen clínico y psicofisiológico del delincuente,
prestando especial atención al proceso dinámico de formación de la personalidad por
oposición al enfoque estático lombrosiano.
Según él, la herencia no transmite la criminalidad sino sólo la predisposición criminal o
proceso mórbido que requiere además la concurrencia de otros factores criminógenos.
BIOTIPOLOGÍA
La premisa de las investigaciones biotipológicas es la correlación existente entre las
características físicas del individuo y sus rasgos psicológicos.
En la Escuela Francesa destaca la tipología de SIGAUD quien distinguía cuatro tipos
humanos según el sistema que predominase en ellos: respiratorio, digestivo, muscular
y cerebral.
En la Escuela Alemana destaca KRETSCHMER elaborando una doble tipología: los
tipos (constitucionales) y los tipos (caracteriológicos)
Llegó a la conclusión de que los pícnicos arrojan los índices más bajos de
delincuencia; los leptosomáticos son de difícil tratamiento y proclives a la reincidencia
siguiendo a los atléticos en porcentajes de criminalidad.
Inició las teorías somatotípicas.
En la Escuela Norteamericana destacan SHELDON, el matrimonio GLUECK y
CORTÉS
El enfoque de Sheldon tiene connotaciones embriológicas pues parte del
blastodermo, distingue tres capas concéntricas: el endodermo, mesodermo y
ectodermo.
Y según las características somáticas darían lugar a tres tipos:
el tipo endomorfo, el mesomorfo y el ectomorfo
Siendo las conclusiones de Sheldon:
a. Predominio acusado del componente mesomorfo en el grupo de criminales
en comparación con el grupo de control.
b. Los jóvenes delincuentes eran acusadamente mesomorfos y escasamente
ectomorfos.
El matrimonio Glueck llegó también a la conclusión de que la mayor parte de los
delincuentes eran dominantemente mesomórficos.
En cuanto a Cortés, su análisis dinámico e integrador relativiza la trascendencia del
factor físico al considerar que éste no es inalterable, no es un producto definitivamente
terminado sino el resultado de un proceso continuo de interacción en que el que
intervienen tanto la dotación genética como las influencias ambientales que recibe el
sujeto en los distintos momentos de su vida.
MODERNA NEUROFISIOLOGÍA
El descubrimiento del electroencefalógrafo (EEG), aparato que permite el registro
gráfico de la actividad eléctrica del cerebro, ha potenciado una serie de
investigaciones científicas que permiten demostrar una clara correlación entre
determinadas irregularidades o disfunciones cerebrales y la conducta humana,
concretamente la conducta criminal.
Clasificación de las disfunciones:
∞
Disfunción cerebral mínima
Definida como una anomalía de la estructura cerebral, suele asociarse a
comportamientos antisociales, problemas de percepción visual, hiperactividad,
agresividad, etc..
Una manifestación concreta de tal anomalía serían las «reacciones explosivas»
vg. Malos tratos al cónyuge e hijos, abusos sexuales en niños, suicidios,
agresividad, homicidios sin motivos aparentes, etc.
∞
Anomalías electroencefalográficas
Relación entre éstas y los comportamientos delictivos, especialmente los
violentos.
∞
Otras disfunciones cerebrales
Las dolencias cerebrales pueden explicar muchos crímenes violentos, tratando
de verificarse a propósito de patologías concretas como los tumores, shocks
traumáticos, epilepsia, demencia senil, etc.
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
Según una hipótesis muy reciente que parte de Eysenck, el funcionamiento del
sistema nervioso autónomo o sistema vegetativo puede predisponer a la persona a un
comportamiento antisocial y en su caso, delictivo, por la importancia que tiene en el
proceso de socialización, jugando un papel primordial porque de él dependen
determinadas reacciones del cuerpo humano que escapan al control de la
voluntariedad.
El proceso de socialización puede depender sensiblemente del funcionamiento del
sistema nervioso autónomo. Aunque ciertamente, no puede estimarse demostrado que
exista una correlación inequívoca entre el sistema nervioso autónomo y la conducta
delictiva. Sin embargo, todo parece indicar, por ejemplo, la menor sensibilidad
fisiológica y emocional del psicópata que avala la hipótesis de una hipoactividad
emocional de éste a la estimulación. Consta también, la incapacidad de la
personalidad psicopática para anticipar las consecuencias negativas de sus actos.
Diversas investigaciones parecen insinuar la incapacidad del psicópata para aprender
del castigo de modo que determinado sustrato biológico le impide formar una
conciencia social.
ENDOCRINOLOGÍA
Para SCHLAPP, el crimen no es sino consecuencia de una perturbación emocional
derivada de un desajuste hormonal.
BERMAN aportó valiosos datos sobre3 la interrelación existente entre actividad
glandular, la personalidad y los problemas de comportamiento, resaltando los
espectaculares éxitos clínicos obtenidos a través de tratamientos hormonales.
A propósito de la delincuencia agresiva y sexual, han proliferado investigaciones
tendentes a demostrar algún tipo de relación entre los niveles de testosterona y la
conducta criminal masculina, así como ha sido objeto de debate el éxito de los
tratamientos hormonales en delincuentes sexuales.
La Endocrinología ha puesto de relieve la influencia de la actividad hormonal en el
temperamento y carácter del individuo.
BIOQUÍMICA Y SOCIOBIOLOGÍA
Para la moderna Sociobiología, el factor biológico, el ambiental y el proceso de
aprendizaje forman parte de un continuo y dinámico proceso de interacción.
El hombre no es sólo naturaleza sino un complejo organismo biosocial.
La Sociobiología traza un nuevo concepto de aprendizaje, producto de la combinación
del código genético y el medio o entorno.
Componentes bioquímicos:
1
Déficit de minerales y vitaminas.
Según HIPPCHEN, una insuficiencia de vitamina B (B3 y B6) sería causa de la
peligrosa hiperactividad de muchos jóvenes porque dicho déficit produce
intranquilidad y desasosiego.
Para el Nobel, LINUS PAULING el ser humano es un ser bioquímico y un
trastorno o desequilibrio en su balanza bioquímica como consecuencia de
diversas razones (dieta errónea, defectuosa metabolización de ciertas
sustancias, etc.) puede determinar severos desajustes en su conducta.
2
Hipoglucemia.
Numerosas investigaciones relacionan la hipoglucemia con comportamientos
agresivos.
El cerebro es el único órgano que obtiene su energía exclusivamente de la
combustión de hidratos de carbono. Un déficit significativo de glucosa en
sangre –bajo niveles de ésta o súbito descenso de los mismos- puede
deteriorar el funcionamiento de aquél.
Algunas investigaciones relacionan crisis hipoglucémicas con la comisión de
asesinatos múltiples y sucesivos.
3
Alergias.
Otros sociobiólogos relacionan los cuadros alérgicos con comportamientos
delictivos o irregulares, por ejemplo el síndrome de tensión y fatiga alérgicos.
4
Contaminantes ambientales.
No faltan trabajos científicos en los últimos lustros que relacionan determinados
contaminantes ambientales con los trastornos de conducta: entre otros, el
plomo, cadmio, mercurio y algunos gases inorgánicos como la clorina y el
dióxido de nitrógeno.
5
Otras investigaciones ambientalistas.
Ponen el acento en la relevancia etiológica de los factores térmico, acústico,
luminoso, espacial, urbanístico, etc.
La más brillante aportación de la Sociobiología se debe a JEFFERY, basado tanto en
la Psicología ambiental, la Psicología del Aprendizaje y la Psicofisiología.
GENÉTICA CRIMINAL (HERENCIA CRIMINAL)
El significativo porcentaje de personas unidas por un parentesco consanguíneo entre
los enfermos mentales y la presencia de un gravamen hereditario morboso o
degenerativo muy superior en individuos criminales que en no criminales (herencia
peyorativa) fueron dos datos estadísticamente comprobados que impulsaron
numerosas investigaciones científicas.
Aunque no todos los componentes biológicos pueden imputarse a la herencia, los
estudios que, a continuación se detallan subrayan la importancia de la “carga
hereditaria”
Familias criminales: genealogías de delincuentes.
Estas investigaciones suelen hacer un seguimiento de la descendencia de una sola
línea, dejando sin considerar el influjo hereditario de los demás descendientes.
Creyó verse la confirmación de las teorías hereditarias ya que no era fácil explicar de
otro modo la elevada tasa de criminalidad de los descendientes de una misma familia,
índice lo suficientemente significativo como para imputarlo sin más a factores externos
o ambientales.
Estudios sobre gemelos.
Operan con 2 datos fundamentales: la mayor o menor semejanza de la carga genética
(gemelos univitelinos o bivitelinos) y los índices de coincidencia criminal apreciados en
los respectivos casos.
La Genética Criminal ha experimentado una evolución sensible asumiendo poco a
poco que la tesis de que la herencia de la disposición delictiva es un problema más
complejo; trabajos posteriores arrojan índices de concordancia cada vez menos
optimistas y reclaman la ponderación de otras muchas variables (especialmente
ambientales).
Estudios de adopción.
Consiste en el seguimiento de la conducta de criminales y no criminales, ambos
adoptados, en su relación con los padres biológicos y adoptivos, según sean éstos
delincuentes o no delincuentes.
El resultado más llamativo es que los hijos biológicos de criminales delinquen con
mayor frecuencia que los hijos adoptados de los mismos.
Malformaciones cromosómicas.
A la vista de las primeras investigaciones sobre reclusos y enfermos mentales se abrió
la hipótesis de que ciertas malformaciones cariotípicas o cromosómicas determinarían
el comportamiento humano y por tanto, también el criminal.
El criterio básico para diagnosticar tales disfunciones sería el número de cromosomas,
es decir, un exceso o defecto en la composición de los llamados «gonosomas» que
son los cromosomas que fijan las características sexuales primarias y secundarias del
individuo.
Cada célula contiene 23 pares de cromosomas (uno de ellos son los gonosomas). En
la mujer, ambos cromosomas son similares en tamaño y forma contemplados al
microscopio (XX). En el varón difieren, siendo uno de ellos más pequeño (XY).
Las principales malformaciones observadas fueron:
a) Por defecto: el síndrome de TURNER (XO)
b) Por exceso:
1 En la mujer, anomalías cariotípicas como XXX, XXXX y XXXXX.
2 En el varón, el síndrome de KLINEFELTER XXY, XXXY, XXXXY o XXXYY.
3 La conocida trisomía XYY. Más frecuente en la población reclusa que en la
general (según diversos estudios), más frecuente también en la masculina que
en la femenina y ausente en la raza negra.
Carece de una sintomatología específica si bien se supone a sus portadores de
elevada estatura, corpulentos, con perturbaciones hormonales y defectos de
conducta y adaptación al medio, significativo déficit intelectual, escasa
afectividad y desmedida agresividad.
FUNDAMENTOS BIOLÓGICOS DE LA AGRESIVIDAD HUMANA
Dos grupos de teorías: las instintivistas y las ambientalistas.
TEORÍAS INSTINTIVISTAS
Refieren la conducta agresiva del hombre a un instinto innato, condicionado
filogenéticamente cuya presentación es natural y espontánea.
Junto a Darwin, que sienta las bases del pensamiento instintivista actual en su obra “El
origen de las especies” otros autores han mantenido la naturaleza primaria de la
agresividad humana.
A su vez, existen dos suborientaciones instintivas representadas por modelos
etológicos (Lorenz) y psicoanalíticos (Freud)
Para Lorenz la pulsión de agresión en los animales es un instinto primario,
independiente de los estímulos externos, cuya misión principal sería la conservación
de la especie y sin ninguna relación con el principio del mal. Por tanto, la agresión
destructiva es una función equivocada del instinto, una desviación de éste.
Freud en una primera etapa entiende que la agresividad es un instinto componente del
sexual, teniendo naturaleza reactiva, defensiva y no determinada biológicamente.
Posteriormente, en 1920 cambia de opinión optando por un enfoque biológico. Según
éste, la destructividad se convierte en un fenómeno primario de la vida, pero a
diferencia de Lorenz, para quien tanto la motivación agresiva como las inhibiciones de
ésta serían innatas, Freud mantiene que mientras el impulso agresivo tiene una base
biológica, su inhibición se conforma durante la infancia con la formación del super-yo o
conciencia.
TEORÍAS AMBIENTALISTAS
Por el contrario, las ambientalistas ven en la agresividad no un instinto primario sino el
producto de las influencias del medio, de factores psicológicos, culturales o sociales;
no tiene pues naturaleza innata sino adquirida.
Eric Fromm distingue entre una agresión benigna y una agresión maligna.
La primera, propia de los animales, es defensiva y filogenéticamente programada para
defender los intereses vitales. La agresión maligna, específicamente humana, no se
halla programada genéticamente, no tiene naturaleza adaptativa, ni es placentera su
satisfacción porque según Fromm «sólo el hombre puede ser destructivo más allá del
fin de defenderse o de obtener lo que necesita»
También la Escuela de Yale descarta la existencia en el hombre de una pulsión
autónoma y primaria de la agresión. Fue conocida su hipótesis frustración-agresión,
aunque simplista y generalizadora.
Por último, Bandura y Walters que desarrollaron la teoría del aprendizaje social,
hablan de una agresión instrumental (como forma de obtener otros fines) y de un
aprendizaje discriminatorio.
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LA AGRESIVIDAD debe analizarse desde los tres niveles que configuran la realidad
biopsicosocial del ser humano:
-
Físico o biológico.
Psíquico o mental.
Social o cultural.
Existen determinadas zonas del cerebro que al ser estimuladas dan lugar a ansiedad y
temor, originando conductas evitativas; y otras por el contrario que producen placer y
ponen en marcha conductas de aproximación. Ello demuestra la existencia de un
sustrato neuroanatómico relacionado con la expresión o inhibición de respuestas
emocionales conectadas directa o indirectamente con la conducta agresiva.
También existen zonas encefálicas relacionadas directamente con la agresividad.
El cerebro humano, desde un punto de vista filogenético, representa una fase más
evolucionada y compleja que el cerebro denominado reptil, primitivo (sin conciencia, ni
memoria e incapaz de adaptarse a nuevas situaciones. También más evolucionado
que el cerebro “neomamífero”.
A diferencia de lo que sucede en el mundo animal, la agresividad humana trasciende
la estricta defensa de los intereses vitales de la especie y se sitúa en un área invadida
por las pasiones, el resentimiento y la biografía del individuo. Deja pues de ser
positiva, biológicamente adaptativa y se convierte en “maligna”, destructiva.
La sociedad actual es una sociedad violenta. En ella las necesidades existenciales del
individuo se orientan básicamente hacia el consumo y la competencia, lo que ocasiona
un estado permanente de frustración que explica las pulsiones agresivas.
Lo que se transmite por vía genética es una dimensión de pautas agresivas, una
secuencia completa de respuestas a situaciones de tensión y estrés que comprometen
la supervivencia: no el comportamiento delictivo.
Respuestas agresivas como la conducta criminal no se seleccionan por la evolución, ni
se heredan,
NO EXISTEN GENES CRIMINALES.
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