En el desarrollo como moldeado por fuerzas inconscientes que motivan la conducta humana La teoría surgió cuando Freud formuló el psicoanálisis, que es tanto una teoría de la personalidad, como un método de terapia. Freud trató de explicar cómo es que llegamos a ser como somos, es decir, cómo se forman nuestras personalidades. Freud propone un modelo estructural que también hace parte de la conformación de la personalidad, está compuesto por el ello, el yo y el superyó Existen tres niveles de conciencia que constituyen la personalidad: El inconsciente, el preconsciente y el consciente. Se considera como la fuente de motivos y deseos; mediante él se satisface el principio del placer. Representa la razón o el sentido común. Se rige por el principio de la realidad, mediante el cual se puede equilibrar la personalidad. Incluye la conciencia e incorpora sistemas de valores y deberes aprobados por la sociedad. Los primeros años de vida son decisivos en la formación de la personalidad, a medida que los niños desarrollan conflictos entre sus impulsos biológicos innatos relacionados con la sexualidad y las restricciones de la sociedad. Según Freud, estos conflictos se presentan en etapas invariables del desarrollo psicosexual. En cada etapa la fuente principal es la gratificación. Si los niños reciben muy poca o demasiada gratificación en cualquiera de las etapas son vulnerables o padecen de fijación. Las experiencias de la niñez temprana forman la personalidad de manera permanente. Es la primera fase del desarrollo freudiano que ocurre durante los 18 primeros meses de vida en que los centros de placer del bebe se encuentran alrededor de la boca. Masticar, chupar y morder son los orígenes principales del placer. Estas acciones reducen la tensión en el bebé. Es la segunda fase del desarrollo freudiano que ocurre entre el año y medio y los tres años, en la que el mayor placer en el niño implica el ano o las funciones de evacuación que están asociadas a este. Según Freud, el ejercicio de los músculos anales reduce la tensión. Es la tercera fase del desarrollo freudiano que ocurre entre los tres y los seis años. Su nombre proviene de la palabra latina phallus, que significa “pene”. Durante esta fase, el placer se concentra en los genitales a medida que el niño descubre que la manipulación propia es placentera. Durante esta fase aparece el complejo de Edipo. Según está teoría, durante la etapa fálica el niño experimenta una atracción por su madre; y de forma similar la niña sufre lo que se denomina complejo de Electra. Es la cuarta fase del desarrollo freudiano que ocurre aproximadamente entre los seis años y la pubertad. El niño reprime todo el interés en la sexualidad y desarrolla habilidades sociales e intelectuales. Es la quinta y última fase del desarrollo freudiano que ocurre a partir de la pubertad. Esta es la fase del renacimiento sexual. La fuente de placer sexual ahora es alguien de fuera de la familia. Se considera que las investigaciones de Freud, particularmente su estudio sobre la estructura de la mente y el psicoanálisis, es uno de sus aportes más significativos. Su planteamiento en torno a las diferentes etapas del desarrollo psicosexual del niño ha provocado un debate entre las personas que están a favor de sus teorías y las que las critican