¿Violencia: tendencia natural, acto perverso o pulsión de muerte? Comentarios de Alexandre da Costa Pantoja (Brasilia) en referencia al texto de Fernando González Anguiano (México) Abril de 2016 Viaje Virtual Lima-Brasilia-Guadalajara El Triángulo de la Psicoanálisis A partir del trabajo de nuestros compañeros de México, Fernando Anguiano González, que tan bien expuso sobre los temas de la violencia en sus aspectos teóricos, y también prácticos, elegí algunos temas y cuestiones abordados por él y así haré mis "provocaciones", conforme la orientación dada a los colaboradores. La violencia Social ¿Qué debemos pensar acerca de la violencia social? Para mí, sería ese exceso de agresividad del ambiente social no dominado por las instituciones vigentes, creadas por la cultura, y que alcanzan a un individuo o una colectividad en el sentido destructivo. ¿Dónde sería la falla? Es posible observar por dos ángulos: El primero es sobre el que asalta y la insuficiencia del sistema represivo. Y para eso se puede pensar de instancias en este caso, es decir, tanto al nivel individual (represión de los instintos destructivos del agresor); como en el aspecto del aparato social (policía, justicia, etc.). ¿Cómo interactúan estas dos instancias? ¿Son independientes? Creo que pueden estar interconectados, pues conforme Freud (1924), ' (...) la primera renuncia del instinto es forzada por poderes externos, y sólo entonces ella crea la moralidad, que se expresa en la conciencia y requiere nueva renuncia del instinto. La nueva renuncia del instinto que podría estar hablando de Freud sería, en sí mismo, la culpa inconsciente, Superego introyectado, por así decirlo, que se constituye a partir de la cultura. La sensación de impunidad frente a actos de violencia puede crear coraje al individuo/grupo en la búsqueda de satisfacción de sus deseos sin ningún criterio que toma en cuenta los otros. Conciencia es creada a partir de la prohibición del tema uno frente al otro y así debe ser agarrada de la relación como los otros (Dios, padre, líder, etc.), diferentes. Diferencia que también puede llevar al odio, que como dice al autor, se reunió antes del amor. El segundo lado es el que es agredido: Cómo era frágil que sufrió violencia, no podía evitarlo. ¿Por qué carece de fuerzas? Podemos pensar en las sociedades con la diferencia de distribución del ingreso muy fuerte entre la gente, donde el grupo de mayor poder adquisitivo por la pérdida de identificación con el grupo más frágil (desobjetación de Green?) para desarrollar un dominio más agresivo. Su energía para obtener aquello que suena que necesita, no para, siempre se renueva, adoptando cada vez más una característica de voracidad. Cuales condiciones son dadas para que ese más frágil se fortalezca? Que interés podría tener el sádico en la resolución del dolor del masoquista? En países donde hay un exceso de paternalismo, populismo (relación directa entre el Líder Político y las masas, donde hay pequeñas ganancias de esa y fortalecimiento del primero, con poderes (autoritarios), parece existir la ilusión de que los menos favorecidos tienen una conexión directa con el poder, pero ese mismo poder no tiene interés en retirarlo de sus condiciones, eso es lo que le da legitimidad. Creo adecuado pensar en un modelo sadomasoquista. Todo este cuadro parece perfecto para que los grupos e individuos más fuertes puedan ejercer sus fantasías de omnipotencia contra los más frágiles, en la clara sensación de que nada los detiene. De esta forma hay espacio para la violencia hacerse presente, sin ser percibida frente a otro conflicto aún más agudo: la sobrevivencia (falta de comida, habitaciones, salud etc.). Esa situación se presenta en los casos de esclavitud humana, prostitución, comercialización de niños, etc. De esa forma se crea un clima para aquellos que se encuentra en desventaja, también en busca de realización de esas mismas fantasías de omnipotencia, ejerciendo su destructividad contra aquellos que lo someten. Se observa esto en asaltos donde son asesinados individuos que no tenían intención de reacción, violencia gratuita, malogro de espacios públicos, entre otros. Algo queda claro en todo esto: la agresividad en cualquiera de las situaciones buscara su descarga y con eso su consecuencia: el placer. Y será siempre por el camino más fácil (principio del placer). Y después de encontrado el sendero, será poa í que, inicialmente él seguirá (compulsión a la repetición). El Ambiente Determina la Destructividad Me surge la idea cuando el autor habla en ambiente que puede determinar la destructividad (madre, familia, cultura), es de que a pesar de todo el aparato constitutivo para el desarrollo de la violencia ya estar listo, tanto en los individuos como en los grupos, hay formas de minimizarlo. Así como una madre que cuida a su bebe, una familia que acoge las demandas de sus miembros, también la cultura, sigue la misma línea. Que posibilidades son ofertadas a la sociedad, por sus gobernantes, para que individuos tengan las necesidades primarias atendidas, sus capacidades desarrolladas, y disminuida de esa forma su agresividad “suelta”. Si por un lado no serán resueltas por completo, hay como Freud (1924) mismo explicó formas de utilizar parte de esa energía agresiva, por medio de las artes, del trabajo, de la ciencia, o mismo las drogas (aquí no en sentido moralista), etc. Es lo que tenemos! Como ya nos alertó en El mal estar en la Civilización (Freud, 1930): “A mi modo de ver, el tema decisivo para la especie humana es saber en qué medida, su evolución cultural podrá controlar las perturbaciones traídas a la vida en común por los instintos humanos de agresión y destrucción”. Cuestión esta, que aquí estamos si no respondiendo, por lo menos repitiendo, pensándolo, no en términos del siglo 19, pero de este inicio de siglo 21, verificando lo que podemos aprovechar de la herencia (psicoanalítica, para nosotros participantes de este Triangulo) que Freud y sus sucesores nos dejaron. Perversión y Psicopatía Cuando el autor mejicano no logra ver en las teorías de la perversión y de la psicopatía la explicación de la actuación de grupos criminosos que usan niños, que eliminan emigrantes, o jóvenes estudiantes que buscan ser escuchados, y aún el gobierno adopta una postura en lo mínimo ambigua frente a esos problemas, creo que aquí sí, debemos como sicoanalistas usar todo nuestro aparato teórico y clínico para poder pensar, no solamente como tratar esas enfermedades que se presentan, pero también cual es el ambiente en que ellas se desarrollan. En la sociedad post moderna en que vivimos, hay un creciente aumento de la valoración del individuo, en desmedro de lo colectivo, en razón de libertad individual. Podemos entonces pensar, que libertad es esta? Freud nos presentaba que no hay ganancia, sin una compensatoria perdida, o sea, principio del placer x principio de la realidad. O por otra, se cambia cantidad de felicidad, por cantidad de seguridad. En el caso actual estamos cambiando la seguridad (exigencia cultural de belleza, orden y limpieza), por una libertad individual (acceso al placer). Pero la ganancia de libertad/placer no es proporcional a la perdida de seguridad, una vez que la primera también depende de la segunda, le proporciona su “brillo”, o sea, la conquista, lo que no parece tan obvio, por increíble que parezca. No hay libertad finalmente a ser conquistada, lo que no parece tan obvio, por increíble que parezca. No hay libertad finalmente a ser conquistada, y si conquistas puntuales de libertades, liberaciones. Pues dice Freud: “Estamos suponiendo, que solo podemos extraer goce de un contraste, y muy poco de un estado de cosas (…) lo que llamamos de felicidad (…) viene de la (preferible repentina) satisfacción de necesidades represadas hasta un alto grado y, por su naturaleza, solo es posible, como fenómeno episódico”. Lo que inaugura el principio de la realidad es el contacto con el Otro. Hoy estamos viviendo en la Post Modernidad el quiebre del principio de la realidad, la perdida de la figura del padre, todos los otros valores ahora se deben adecuar, o ser referenciados por la libertad individual. Hay un intento de conyugar los mismos valores culturales antiguos, orden, limpieza, belleza, no más con la seguridad, pero ahora con la libertad, o sea, con la busca del placer inagotable del humano, lo que antes era considerado autodestructivo. Aquel que llega a ese mundo debe por esa nueva exigencia social, “jugársela” con su libertad, que en suma, no fue conquistada, no teniendo así sabor de libertad. Parafraseando Bion: libertad sin conquista no es libertad es abandono. Para donde caminan esos abandonados con sus libertades, para la enfermedad narcicística, que es lo que encontramos hoy en nuestros consultorios. Pacientes Autorreferenciales, donde no hay espacio para el otro, para la alteridad, o sea, en algunos casos lo que es llamado por algunos de clínica del vacío. Vacío pienso, provocado no por la falta de contenido, pero sí de continente. Es el esparcimiento de la subjetividad. Ese ambiente a mi ver es propicio para la difusión y propagación de la violencia, que como podemos ver en el bello texto del autor mexicano, la pulsión de muerte necesita de una nivelación, una desconexión emocional para alcanzar sus mayores grados, siendo que alguno de ellos son el genocidio, el asesinato. Tendremos que ocupar un lugar en las discusiones que se presentan en nuestras sociedades civiles, o cualquier otra que nos convoque para pensar sus conflictos y angustias. Usar nuestro conocimiento del humano para ayudar a comprender a partir de lo que vivenciamos en nuestra clínica, y a partir de ella el conocimiento subjetivo del sujeto (que no olvidemos, viene de aquel que se somete), y en nuestra producción científica, para que podamos contribuir para la construcción de una sociedad más acogedora y proveedora de posibilidades de desarrollo de la especie humana.