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Laboratorio 1. El concepto de ser humano en Freud. Irene Aguado Herrera.

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Laboratorio 1.
El concepto de ser humano en Freud.
Irene Aguado Herrera.
¿Qué nos define como especie humana? ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?
Cuando se intenta definir el concepto del ser humano, este a su vez nos remite a un terreno
epistemológico, indiferente de la disciplina de estudio al que nos refiramos. Como lo menciona la
autora, Si bien, el tema del psicoanálisis no trabajo el concepto de sujeto como tal, con su teoría si
abrió la posibilidad de pensar al hombre como una ser humano, alguien que se construye así mismo,
que está en constante construcción y re significación. Para indagar de esta temática, por medio del
Psicoanálisis hacemos referencia a las bases que propuso su propio creador Sigmud Freud. En el
destaca que el psicoanálisis es un procedimiento que sirve para indagar procesos anímicos, como
método de tratamiento y como un conglomerado de conocimientos psicológicos que lo lleva a ser
una nueva disciplina científica.
La manera que entiende Freud a la ciencia, responde a su tiempo histórico sumado a múltiples
propuestas, ya que él tuvo una influencia epistemológica positivista, el resultado de dicha formación
intelectual que constituye lo conceptualizado como saber transmitido. Entenderemos por saber
trasmitido a lo que se produce cuando espera saber de otro. Por ello es imposible referirse de
manera única la epistemología psicoanálisis.
Para Freud el ser humano es diferente a los animales desde un punto de vista cualitativo y como
consecuencia de producción e institución de normativas, para protegerse y para regular las
relaciones entre sí. A todo ello se le denomina con el termino de cultura, con la cual el ser humano
se refiere como autor que constituye la capacidad de modificar así mismo su entorno. Estos cambios
ya no solo estarán a expensas de lo provisto natural, sino que se apropiara convirtiéndolos en
herramientas útiles, para enfrentar a los peligros de la naturaleza y aprovechar su entorno.
Como consecuencia de lo mencionado anteriormente, también cambiará la manera de concebirse
así mismo. Por un lado, comprende todo el saber y el poder conquistado por los hombres para llegar
al dominio de las fuerzas de la naturaleza y extraer los bienes naturales para satisfacer las
necesidades humanas; y por otro lado, todas las organizaciones necesarias para regular las
relaciones de los hombres entre si y muy especialmente la distribución de los bienes naturales
alcanzables. Por tanto, podemos indicar una de las características de la evolución consiente en la
transformación paulatina de la coerción externa en coerción interna por la acción de una especial
instancia del hombre, el súper yo.
El propio ser humano ha generado las condiciones que lo han llevado a transformarse de un ser
natural a un ser social y cultural. Tomando en cuenta que para lograr lo anterior, este debe estar
sujeto a leyes que permitan la convivencia y con ello regular las acciones sociales. Este es el precio
que el hombre ha pagado para poder gozar de los beneficios de vivir en comunidad, lo que lo obliga
a reflexionar en su formación social.
En este orden de ideas surgen dos pilares fundamentales sobre los cuales descansa la cultura. La
dominación de las fuerzas naturales y la coerción de los instintos. A este acto que da lugar a la
formación primitiva de organizaciones sociales, se le adhiere la conciencia moral. Este posibilita la
creación de leyes que prohíben a los seres humanos a realizar acciones impulsados por sus instintos.
Permitiendo así, subsistir y explicar la condición humana misma.
De acuerdo a lo señalado se puede caracterizar al ser humano como un ser social, cuya pertenecía
a una organización, le permite constituirse como tal, a la vez que se le impone una serie de
exigencias, modificándolo de manera radical. Sin embargo, por su condición de social estos deseos
llamados instintos, no le es otorgado, puesto que la ley de la cultura le impone tanto renunciar al
objeto del deseo cuando su búsqueda del camino sea errática.
Para Freud el actuar del ser humano esta permeado de la no satisfacción y la búsqueda constante
de buscar satisfacción. Porque tiene una representación de la ley social, en que el sujeto puede y
reprime, o sea mandar al inconsciente, aquellas pulsiones que, por la ley, por lo social no puede
satisfacer, o sea, legalmente algo reprimido es el reconocimiento de la ley y por lo tanto ante eso la
responsabilidad de no satisfacer la pulsión.
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