Causas de la Guerra de los 30 años La Guerra de los 30 años fue una guerra librada en Europa entre los años 1618 y 1648, en la que participaron todos los grande países europeos. Como todas las guerras, los motivos que la causaron en primera instancia fueron evolucionando, siendo en un primer momento causada por la religión y la rotura existente entre la reforma y la contrarreforma pero cambiando estas una vez entraron otros países cuyas motivaciones eran otras. Antecedentes de la Guerra de los 30 años Para hablar sobre las causas de la guerra de los 30 años debemos dar un pequeño contexto de la época anterior al conflicto. En el siglo XVI, Carlos I de España había firmado un tratado llamado la Paz de Augsburgo, con los príncipes alemanes, buscando la paz entre los luteranos y los católicos. Pero este tratado era muy débil, y las tensiones entre ambos bandos no dejaron de aumentar. Años más tarde el nieto de Carlos, Felipe III de España, y el rey de Francia, comenzaron a estar interesados en los territorios alemanes. El primero por tener dominios por la zona, y los segundos en su búsqueda por volver a tener el poder perdido en la décadas anteriores. Mientras tanto en el Sacro Imperio Germánico existía un gran tensión entre los protestantes y católicos y solo era cuestión de tiempo que se enfrentarán. En el momento que Fernando II, un líder católico, fue nombrado emperador alemán y rey de Bohemia, con la idea de imponer su religión, causó las revueltas protestantes de Bohemia. Las 4 causas de la Guerra de los 30 años Por todo esto podemos hablar sobre numerosas causas que provocaron este conflicto tan importante. Las principales causas son las siguientes: 1. En principio fue una guerra religiosa, que enfrentaba a los católicos contra los protestantes. La tensión entre ambos grupos es una de las causas principales. 2. El nombramiento de Fernando II, gran defensor de los católicos, causó las revueltas que iniciaron la guerra. 3. Algunos países se unieron a la guerra al ver la ocasión para tomar posesiones que aumentaran su hegemonía, siendo el caso de aquellos estados que no tenían tantos problemas religiosos. 4. La zona de la guerra era muy importante comercialmente y muchos estados querían dominarla, siendo este el motivo por el que países de la misma religión se enfrentaron entre sí durante el conflicto. Fases de la Guerra de los 30 años Para continuar con este resumen de la Guerra de los 30 años debemos hablar sobre el desarrollo de la misma. Fue un conflicto muy amplio, por lo que se suele dividir la guerra en 4 fases, para entender mejor cómo fue evolucionando. Estas 4 fases son las siguientes: Fase Bohemia La elección de Fernando II como rey de Bohemia causó una gran revuelta de protestantes por toda la zona, la cual tardó un par de años en ser detenida. Lo que en principio fue solo un conflicto interno llegó a otros países, siendo esta revuelta la que comenzó la guerra de los 30 años. En esta fase sucedió uno de los momentos de mayor tensión entre ambas religiones, la llamada Tercera defenestración de Praga. En este evento una serie de protestantes secuestraron a dos funcionarios del rey y los lanzaron por una ventana del palacio, tomando Praga y formando un gobierno. Tras esto eligieron a Federico V como persona que debía tomar el trono, siendo un ataque directo al verdadero rey, Fernando II. Fernando eligió como su general a Von Tilly, quien recuperó numerosas ciudades y llegó a Praga donde obligó a Federico V a huir de la ciudad, y después arrasó la ciudad de Praga. Fernando II volvió a gobernar, prohibiendo la libertad de culto. Parecía que toda había terminado, pero la guerra ya se había vuelto un conflicto internacional. Fase danesa Fernando II había conseguido tomar Bohemia y el Palatinado, dos de los electores protestantes, quedando solo dos regiones protestantes libres. Por esto la elección del emperador se volvió claramente hacia el lado católico, estando los protestantes en gran minoría. Los protestantes estaban en minoría, así que pidieron ayuda a Cristian IV, rey de Dinamarca, el cual tenía intereses económicos en entrar en una guerra con Alemania. Cristian decidió atacar Alemania, pero fue vencido por Von Tilly, siendo obligado a firmar la Paz de Lubeck, según la cual Dinamarca prometía no ayudar a los protestantes enemigos de Fernando II. El emperador no tardó mucho en vengarse de los principales protestantes alemanes, obligándoles a devolver los bienes a la iglesia católica. Fase sueca Fernando II solo conseguía victorias, pero tenía tantos enemigos que nunca terminaban. El último en entrar la guerra fue Gustavo Adolfo, rey de Suecia, quien había sido convencido por el ministro francés Richelieu de atacar a Fernando. El ejército sueco era el mejor del mundo, y no tardó demasiado en conseguir grandes victorias frente a Alemania. Gran parte del mérito era de Gustavo Adolfo, un gran guerrero que combatía en primera línea de batalla, lo cual le terminó costando la vida en una de las batallas contra los alemanes. La pérdida de Gustavo Adolfo fue enorme para los suecos, los cuales terminaron perdiendo todo las zonas que habían conseguido. Todo esto terminó provocando la Paz de Praga, la cual daba beneficios a Fernando II, y era horrible para los intereses suecos. Fase francesa Richelieu había utilizado a Gustavo Adolfo para debilitar a los alemanes, consiguiendo con ello que la entrada de los franceses a la guerra fuera mucho más sencilla. El ministro francés consiguió ayuda de Sajonia, Países Bajos y parte de Italia, para enfrentarse a la unión formada por los alemanes y españoles, ambos de la Casa de Habsburgo. Durante años hubo numerosas batallas, pero ninguno de los dos bandos parecía conseguir ventaja. Fue entonces cuando Fernando III subió al trono alemán, y Luis XIV fue nombrado rey de Francia, ambos con ideas más cercanas a la paz que sus antecesores. Poco después, y tras una gran victoria de los franceses que lograron entrar hasta Viena, ambos bandos firmaron la paz, la cual fue especialmente beneficiosa para los franceses. Consecuencias de la Guerra de los 30 años Tras la guerra se firmaron unos tratados de paz, los cuales finalizaban el conflicto, y cambiaban el devenir de Europa para siempre. Estos acuerdos fueron la Paz de Westfalia, firmada en 1648, y la Paz de los Pirineos, firmada en 1658. Ambos acuerdos debilitaron en gran medida a los Habsburgo, y fortalecieron a los franceses, logrando cambiar la hegemonía de Europa, y provocando unos años más tarde el fin de los Habsburgo. Algunas de las consecuencias de estos dos tratados fueron las siguientes: • • • • • • Aumentó el poder de los estado-nación frente al Imperio, ya que el emperador tuvo que admitir el poder que tenían los príncipes en sus estados. Alemania se volvió una régimen con total libertad religiosa, tanto de católicos como de protestantes. Francia recibió importantes territorios tanto de España como de Alemania. Francia aumentó su poder hasta conseguir la hegemonía europea, mientras que España pasaba a ser un estado menor. Las Provincias Unidas conseguían su independencia de España. El Papa perdió gran parte del poder que tenía en la política europea