Martín L. King “Ayer soñé que llegará un día en que esta nación se levante y viva de acuerdo con el verdadero sentido de su credo, según el cual todos los hombres fueron creados iguales. Cuando dejemos que la libertad resuene en cada poblado, en cada Estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día en que todos los hijos de Dios, blancos y negros, judíos y gentiles, protestantes y católicos, podamos estrecharnos las manos y cantar con las palabras el viejo espiritual negro: ¡Libres al fin, libres al fin! ¡Gran Dios todopoderoso, al fin somos libres!” 28 de agosto de 1963