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Revista Normas y Calidad N° 90

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Telesalud en Colombia
Por: Dr. Carlos Édgar Rodríguez,
Director de Acreditación en Salud ICONTEC
Las dificultades de financiación, operación y sostenibilidad en el corto plazo del sistema
de salud constituyen un reto y una invitación urgente al examen de alternativas que
contribuyan a la eficiencia y mejores resultados de la atención en salud. Los
planificadores de las instituciones encargadas de administrar o de prestar los servicios se
enfrentan a una demanda creciente y los recursos son cada vez más limitados para cubrir
las necesidades. Hay dificultades de todo tipo, incluyendo problemas de cobertura,
accesibilidad, calidad y no parece fácil encontrar soluciones. Este es el panorama de la
atención en salud en la mayoría de países. A la vez, la sociedad juzga en forma severa la
ineficiencia, los altos costos, las demoras y las barreras de acceso al sistema y cuestiona
permanentemente la calidad, la oportunidad de la atención y los costos de la tecnología,
entre otros aspectos.
Frente a este panorama se discuten propuestas diversas de solución: el énfasis en la
atención primaria en salud propuesto en la Ley 1438 de 2011, la agrupación de
instituciones bajo la figura de redes integradas de atención, la economía de escala en la
compra de insumos, tecnología y medicamentos, la introducción de guías de manejo, la
racionalización del uso de servicios, el análisis de costo efectividad de las intervenciones,
la mayor presión por la calidad de los servicios, y cada vez con mayor fuerza se habla del
desarrollo de la telesalud como una posibilidad real para los sistemas de salud en todo el
mundo. Es necesario que estas herramientas sean conocidas y sobre todo
implementadas y evaluadas.
Ley 1419 de 2010
En relación con la última de las soluciones mencionadas, en diciembre 13 de 2010 se
expidió en Colombia la Ley 1419, con la cual el Congreso estableció los lineamientos para
la telesalud en Colombia. Dicha norma ha pasado inadvertida
en medio de la crisis actual de finanzas del sistema y podría perderse como una iniciativa
clave para el país, si no se hacen esfuerzos para difundir su contenido, importancia y
vigencia, en una época en la que las telecomunicaciones y la informática desempeñan un
papel principal en la vida de la sociedad. Si se revisa cuidadosamente su contenido, se
encuentran en la Ley elementos de gran potencial para la transformación del sector salud
y para obtener beneficios reales y efectivos para la población, a un costo razonable.
Entre otros conceptos la Ley definió:
Telesalud: es el conjunto de actividades relacionadas con la salud, servicios y
métodos, los cuales se llevan a cabo a distancia, con la ayuda de las tecnologías
de la información y telecomunicaciones; incluye, entre otras, la telemedicina y la
teleeducación en salud.
Telemedicina: es la provisión de servicios de salud a distancia en los
componentes de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación,
por profesionales de la salud que utilizan tecnologías de la información y la
comunicación, que les permiten intercambiar datos con el propósito de facilitar el
acceso y la oportunidad en la prestación de servicios a la población que presenta
limitaciones de oferta, de acceso a los servicios o de ambos en su ámbito
geográfico.
Teleeducación en salud: es la utilización de las tecnologías de la información y la
telecomunicación, para la práctica educativa de la salud a distancia.
En el artículo cinco, la Ley crea el Comité Asesor de la Telesalud conformado por
delegados de los Ministerio de la Protección Social, Comunicaciones, Educación,
Vivienda, Desarrollo Territorial y Medio Ambiente e invitados permanentes de
asociaciones científicas, universidades y centros de investigación y da un plazo de
un año para la reglamentación, conformación y operación del comité.
Funciones del Comité Asesor de la Telesalud
Si se revisan las funciones planteadas para el comité asesor, se encuentran elementos
estratégicos claves para el desarrollo del tema en Colombia:
Asesorar al gobierno para el desarrollo de la telesalud en Colombia, como una política
de Estado.
Asesorar al Ministerio de Telecomunicaciones, en cuanto a las necesidades de
conectividad que hagan viable la telesalud.
Recomendar las prioridades de inversión de los recursos para el desarrollo e
investigación de la telesalud.
Promover la educación en el uso de las tecnologías de la información y comunicación
aplicadas a la salud.
La Ley propone el desarrollo de un mapa de conectividad acorde con las prioridades en
salud, educación, alfabetismo laboral, entre otros (Artículo 7). Define recursos para la
telesalud, en especial la asignación de 5 % del presupuesto de inversión del fondo de
comunicaciones del Ministerio del ramo, destinado a las inversiones que se requieran
para desarrollar la telesalud en las instituciones públicas de salud; estos recursos se
deben sumar a los de otros Ministerios y a los que destinen los diferentes actores del
sistema general de seguridad social en salud (Artículo 8).
En cuanto a la oferta de este tipo de servicios, la Ley dispone que los aseguradores y
prestadores ofrezcan dentro de su portafolio de servicios, la telemedicina como una
modalidad de servicio, adecuada, efectiva y racional. La Ley fija un plazo de 12 meses
para que el Ministerio de la Protección Social tramite la inclusión en el Plan Obligatorio de
Salud (POS) de estos servicios y aclara que el desarrollo de éstos no exime a prestadores
o aseguradores de la atención personalizada; ordena además al Ministerio armonizar los
servicios prestados de manera personalizada, con aquellos que utilicen los recursos de la
telemedicina para lo cual fijó un plazo de seis meses. (Artículo 9).
En cuanto a la gestión del conocimiento, en la Ley se recomienda incluir los
conocimientos en telesalud en el pensum de estudios de las carreras de las áreas de la
salud y en los programas de Ingeniería de sistemas, Telecomunicaciones, Eléctrica,
Electrónica y Mecatrónica, entre otros, y desarrollar postgrados en la materia y cursos de
inducción previos a la realización del servicio social obligatorio en las profesiones del área
de la salud. Por otra parte, el Ministerio de la Protección Social propenderá por el
desarrollo de redes de conocimiento que, apoyadas en las tecnologías de la información y
la comunicación, permitan desarrollar buenas prácticas, investigaciones y estudios
científicos, con el fin de mejorar de manera continua los servicios ofrecidos.
Es importante aclarar que la telemedicina no es nueva en Colombia: algunos grupos de
investigación especialmente de universidades, de instituciones prestadoras de servicios
de salud y algunas empresas privadas, han obtenido resultados importantes en materia
de cobertura, calidad de los servicios e incursión en cada vez más posibilidades
tecnológicas.
Experiencias
Dada la brevedad del espacio se reseñan en este texto dos experiencias importantes para
consultar; incluyen el centro de telemedicina de la Universidad Nacional de Colombia, que
desde hace más de diez años opera redes de telemedicina en diferentes municipios del
país y en regiones apartadas como Vichada, Amazonas, Guaviare, Caquetá, Cesar y
Sucre, entre otros, en el marco del Plan Nacional de Telemedicina en cabeza del
Ministerio de la Protección Social. Este centro, que es un orgullo del país, ofrece
interconsulta especializada, con oportunidad de respuesta inferior a siete horas hábiles a
la recepción en especialidades como: medicina interna, pediatría, psiquiatría,
dermatología, ginecología, ortopedia, cardiología, infectología, urología, otorrinolaringología, neurología, nutrición y dietética; servicios todos de gran necesidad,
habida cuenta del déficit de personal médico especializado que afecta incluso las grandes
ciudades del país. Aparte de este invaluable aporte, este grupo ha desarrollado sistemas
para la administración de imágenes, plataformas de aprendizaje virtual, hospital virtual,
dispositivo de autenticación y firma digital, tele monitorización de signos vitales, trasmisión
de señales biomédicas a través de red celular, un sistema de información del centro de
telemedicina, entre muchos otros desarrollos.
La otra experiencia de características similares, que nos permitimos citar, es la lograda
por la Fundación Cardiovascular – Instituto del Corazón en Bucaramanga (Institución
acreditada en salud). Ellos han desarrollado un Centro Nacional de Telemedicina para la
interacción entre médicos generales, en lugares remotos y personal especializado de su
institución, en temas como medicina interna, pediatría, cardiología, dermatología, clínica
del dolor, cirugía vascular periférica, entre otros. A través de los desarrollos en historia
clínica electrónica, información en línea en tiempo real y aprovechando los desarrollos de
la banda ancha, han implementado el servicio de “teleUCI” que permite el monitoreo a
distancia de pacientes en estado crítico y la orientación a personal médico para la toma
de decisiones en tiempo real. Según las estadísticas de esta institución, que desarrolló su
centro de telemedicina desde el año 2003, hay por lo menos 100 hospitales vinculados al
programa en 23 departamentos del país.
Algunas empresas privadas especializadas en este ramo ya operan en Colombia, desde
hace años y ofrecen servicios en temas tan variados como tele-holter, tele-espirometría;
telemedicina de rescate y más recientemente, cuidado en casa a través de plataformas
integradas de telemedicina y teléfonos móviles para tele oftalmología, tele dermatología y
muchos otros servicios.
Implicaciones
Todos estos avances implican cambios significativos respecto de la forma en la que
actualmente se atiende las personas en los servicios de salud. Nuevos desarrollos en esta
línea incluyen los servicios de Health Presence, a través del cual los propios pacientes
pueden interactuar, consultar, incluso recibir prescripción médica sin salir de su hogar, a
través de exámenes de rutina que se pueden realizar con cámaras y pantallas en las que
sean analizadas a distancia las evidencias físicas y los datos semiológicos relevantes de
los pacientes. Cisco y otras empresas han desarrollado en Estados Unidos estaciones de
exámenes que pueden ofrecer atención especializada a personas que se encuentran en
lugares remotos.
Es evidente que todos estos cambios tecnológicos generan resistencia y nos alertan
sobre la presencia cada vez más cierta de “médicos virtuales”, un concepto insospechado
por médicos y pacientes, hace apenas un par de décadas y que sin duda genera
incertidumbre en distintos frentes, por ejemplo la tradición hipocrática de una relación
médico-paciente, cara a cara, en la que la interacción personal desempeña un papel clave
al momento del diagnóstico y de la toma de decisiones clínicas.
En todo caso, es claro también, que la situación actual de la atención médica se ha
deteriorado en ese contacto necesario con el paciente, en razón del escaso tiempo de que
disponen los profesionales, el exceso de trámites y diligenciamiento de formatos, las
limitaciones de formación en habilidades de comunicación, el agite de la vida moderna y
demás. A la vez, el número de profesionales de la salud está por debajo de lo necesario
para satisfacer la demanda creciente y no se cuenta con suficientes especialistas en muchas regiones apartadas e incluso en las grandes ciudades. También es cierto, que los
usuarios de los servicios poseen cada vez más información en tiempo real sobre aquello
que los afecta, con lo cual la dependencia de información proveniente del personal de
salud ha disminuido. En este sentido la existencia de foros clínicos, redes sociales de
pacientes que intercambian información sobre su enfermedad y tratamiento, sitios web
con información especializada en patologías y en lenguaje accesible al público en general,
entre otros muchos cambios, han modificado, al menos en parte, la asimetría de
información que hace que la gente consulte los servicios de salud. Si se tienen en cuenta
estas nuevas posibilidades virtuales, la escasez del personal de salud y los demás
factores contemplados, la telesalud tiene todas las posibilidades en el futuro inmediato.
Es importante mencionar también la resolución 1448 de 2006 y sus anexos técnicos en
los cuales se establecen las condiciones de habilitación para las instituciones que prestan
servicios bajo la modalidad de telemedicina. Aparte de los requisitos de estructura y
proceso, resalta algunos temas como las obligaciones de prestadores extranjeros de este
servicio; el consentimiento informado al paciente incluyendo explicar en qué consiste esta
modalidad de atención sus riesgos y beneficios; las responsabilidades éticas que promulgó la Asociación Médica Mundial en especial frente a la calidad y la responsabilidad
con las recomendaciones dadas por el “ teleexperto” y las actuaciones de quien recibe la
orientación.
La agenda
La agenda de la Telesalud debe ser incluida en las actuales discusiones de actualización
y unificación del plan de beneficios (POS); deben definirse mecanismos para el pago
expedito y oportuno de estos servicios por parte de las aseguradoras cuando sus afiliados
sean atendidos por esta modalidad. Es necesario buscar un equilibrio entre el desarrollo
de esta forma de prestación de servicios y la atención personalizada. Es importante hacer
una evaluación del nivel de cumplimiento de requisitos de habilitación por parte de los
prestadores de estos servicios. Se requiere sobre todo que los usuarios comprendan los
alcances, sean informados de las limitaciones y ventajas y puedan utilizar, en forma
adecuada, las tecnologías disponibles. Posiblemente, en algunas regiones ésta será la
forma en la que el Estado pueda garantizar el derecho a la salud habida cuenta de
nuestra variedad y dispersión geográfica, las limitaciones de vías y medios de transporte y
la imposibilidad de costear desplazamientos a los centros de atención. El gobierno y la
Comisión de Regulación en Salud tienen la palabra; nos corresponde a todos ser garantes
de la calidad de los servicios ofrecidos y de las decisiones que se tomen sobre este
importante tema. Finalmente las disposiciones, normas y buenas prácticas que se han
desarrollado hasta la fecha en el campo de la telesalud pueden ser de mucho interés para
el desarrollo de la historia clínica electrónica, uno de los retos más urgentes propuestos
por la Ley 1438 de 2011.
Adjunto
Leyes asociadas con el tema:
Ley 527 de 1999, Por medio de la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los
mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales.
Ley 1341 del 2009, Por la cual se definen principios y conceptos sobre la sociedad de la
información y la organización de las tecnologías de la información y las comunicaciones
TIC, se crea la Agencia Nacional del espectro y se dictan otras disposiciones.
Ley 1273 de 2009, Por medio de la cual se modifica el código penal, se crea un nuevo
bien jurídico tutelado – denominado “de la protección de la información y de los datos”- y
se preservan integralmente los sistemas que utilicen las tecnologías de la información y
las comunicaciones.
Ley 1266 del 2008, Por la cual se dictan las disposiciones generales del “hábeas data” y
se regula el manejo de la información contenida en bases de datos personales, incluidos
los servicios de salud y especifica que los datos personales no pueden ser transmitidos ni
compartidos sin consentimiento del cliente.
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