Multiplicación Multiplicación es un término con origen en el latín multiplicativo que permite nombrar el hecho y las consecuencias de multiplicarse o de multiplicar (incrementar el número de cosas que pertenecen a un mismo grupo). Para la matemática, la multiplicación consiste en una operación de composición que requiere sumar reiteradamente un número de acuerdo a la cantidad de veces indicada por otro. Los números que intervienen en la multiplicación reciben el nombre de factores, mientras que el resultado se denomina producto. El objetivo de la operación, por lo tanto, es hallar el producto de dos factores. Cada factor, por otra parte, tiene su propia denominación: la cifra a sumar repetidamente es el multiplicando, mientras que el número que indica la cantidad de veces que hay que sumar el multiplicando es el multiplicador. La multiplicación, en definitiva, consiste en tomar el multiplicando y sumarlo tantas veces como unidades contiene el multiplicador. Por ejemplo: 5 x 2 = 10 (“cinco multiplicado por dos es igual a diez”) es la operación que señala que hay que sumar 2 veces el número 5 (5 + 5 = 10 es igual a 5 x 2 = 10). La misma lógica se utiliza con números más grandes (8 x 5 = 40 es igual a 8 + 8 + 8 + 8 + 8 = 40). Cabe resaltar que la multiplicación cumple con la propiedad conmutativa. Esto quiere decir que el orden de los factores no altera el producto: 7 x 2 = 14 es igual que 2 x 7 = 14 (sumar 7 veces el número 2 genera el mismo resultado que sumar 2 veces el número 7). Con respecto al resto de las propiedades más comunes, la multiplicación no presenta ningún problema. En el caso de la propiedad asociativa, es posible agrupar los factores de cualquier forma sin alterar el producto. Con respecto a la propiedad distributiva, si tomamos como ejemplo 2 x (4 + 3 – 5), se deberá extraer cada elemento encerrado entre paréntesis y multiplicarlo por 2, conservando su signo, de la siguiente manera: 2 x 4 + 2 x 3 – 2 x 5. Esto último también se puede expresar como una serie de sumas: 2 x 4 + 2 x 3 + 2 x (-5). Una particularidad de la multiplicación cuando se implican números negativos es que al operar con dos de ellos se obtiene uno positivo; incluso en contextos que poco tienen que ver con las matemáticas, es muy común oír la frase “menos por menos, más“. Por otro lado, al multiplicar un número positivo por uno negativo, el resultado es siempre negativo. Así como en la suma, se suelen emplear imágenes para facilitar el aprendizaje de estas particularidades. El más usado es pensar en un eje sobre el cual se ubican todos los números enteros, centrando la vista en el cero; a su izquierda están los números negativos y a su derecha, los positivos, y cada operación que se realice se grafica “desplazándose” en uno u otro sentido, de acuerdo al signo de las cifras en cuestión. En la escuela primaria se suele aprender la multiplicación luego de haber visto la suma y la resta, en ese orden, y la forma en la que se les presenta esta operación es a través de las conocidas “tablas de multiplicar“. Básicamente, consisten en todas las multiplicaciones posibles entre los números del 1 al 9, aunque dependiendo del centro educativo pueden abarcar más cuentas. Cada tabla corresponde a un número, por lo que se habla de “la tabla del 3″, por ejemplo, para referirse a “3 x 1, 3 x 2″ y así hasta “3 x 9″. De esta manera, se fijan en la memoria esta serie tan aleatoria como absurdamente sencilla de multiplicaciones, evitando a los niños razonar el procedimiento. En pocas palabras, el universo de las matemáticas es mucho más complejo que “9 x 9″. En el lenguaje coloquial, la multiplicación hace referencia a un aumento de ciertas cosas o situaciones: “La multiplicación de los delitos en el barrio ha hecho que la gente comience a instalar rejas en sus casas”. BIBLIOGRAFÍA: http://definicion.de/multiplicacion/