LA LIBERTAD DE LOS ADOLESCENTES ESTÁ EN PELIGRO. ¡NO AL BULLYING! El acoso escolar es un fenómeno que se ha extendido en los últimos años, y cada vez son más los adolescentes que se ven acosados por sus compañeros de escuela. Este grave problema tendría que ser estudiado en profundidad. La educación se tiene que ver reforzada en valores, a los que ya no se les da casi importancia, siendo éstos la base de una buena educación. Los padres cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos, se encuentran trabajando, mientras estos niños tienen que ser atendidos por los abuelos, o permanecen solos en casa hasta que regresan de trabajar. ¿Qué está pasando con la educación de estos adolescentes?, ¿por qué muestran esa actitud tan violenta y tan inhumana? A lo largo de este artículo vamos a intentar responder a estas preguntas en la medida de lo posible. DEFINICIÓN DE BULLYING Es un fenómeno de violencia interpersonal injustificada que ejerce una persona o grupo contra sus semejantes y que tiene efectos de victimización en quien lo recibe. Se trata estructuralmente de un abuso de poder entre iguales. Es violencia que puede ser verbal, física, psicológica, directa e indirecta. Estas cinco categorías no son puras, pueden mezclarse entre sí. Puede ser un bullying puntual, pero los casos graves normalmente se prolongan durante un curso académico, y es muy muy grave si va más allá de este tiempo. También hay que mencionar que se da más en niñas que en niños La ratio es por cada cinco niños, una niña. Pero pueden ser tanto víctimas como agresores. En este sentido, el problema del machismo o la, digamos, estimulación que la sociedad está haciendo a los varones para que sean gallitos les viene fatal porque les estimula al enfrentamiento, a resistir. En general los chicos están más implicados, pero las chicas empiezan a hacerlo hasta en formas en que antes no estaban implicadas, por ejemplo en violencia física o sexual. No obstante, en el caso de las chicas suele ser más de violencia indirecta. Por ejemplo, la exclusión social —con esta no te juntes —, el aislamiento o la difusión de rumores. CIFRAS ALARMANTES DEL ACOSO ESCOLAR Antes de abordar el tema del acoso escolar, veamos de forma sencilla los datos obtenidos tras todos estos estudios. Casi un 6% de los alumnos españoles han vivido en sus propias carnes el fenómeno conocido como "Bullying": que convierte a algunos escolares en víctimas de sus propios compañeros. El 90% son testigos de una conducta de este tipo en su entorno, 1 El 30% han participado en alguna ocasión ya sea como víctima o como agresor Entre el 25 y el 30% de los estudiantes de primer ciclo de ESO afirma haber sido víctima alguna vez de agresiones El 5,6% es actor o paciente de una intimidación sistemática El 34.6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor en caso de encontrarse en una situación de violencia. Sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%) El 37% cree que no devolver los golpes les convierte en cobardes. El 40% de los pacientes psiquiátricos fue víctima de un «matón» en el colegio. Características del acoso escolar o Bullying: Debe existir una víctima indefensa atacada por un abusón o grupo de matones, Presencia de desigualdad de poder (desequilibrio de fuerzas), entre el más fuerte y el más débil. Es una situación desigual, de indefensión para la víctima, Existencia de una acción agresiva repetida, durante un período largo de tiempo y de forma recurrente. La agresión crea en la víctima la expectativa de poder ser blanco de ataques nuevamente. La Intimidación se refiere a sujetos concretos, nunca al grupo. La intimidación se puede ejercer en solitario o en grupo. LA INEXISTENCIA DE LA EDUCACIÓN EN VALORES La educación –dice Victoria Camps- catedrática de Filosofía moral y política de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha perdido el norte, ha caído en la indefinición y ha olvidado su objetivo fundamental: la formación de la personalidad. Una formación que corresponde, sobre todo, a la familia, pero también a la escuela, a los medios de comunicación, al espacio público en todas sus manifestaciones. Urge, por tanto, volver a valores como el respeto, la convivencia, el esfuerzo, la equidad o la utilización razonable de la libertad. Educar en el respeto y la tolerancia es un complemento de la educación de la libertad. Vivir estos valores es amar la dignidad de la persona y respetar su intimidad. También, porque no podríamos entender la libertad si no la contempláramos como una apertura hacia los otros. Hay que respetar que no todos seamos del mismo país, hablemos la misma lengua, tengamos el mismo aspecto físico, la misma raza, el mismo poder adquisitivo. El respeto en la escuela la podemos trabajar con la lectura en clase, la participación, los debates, cuando uno/a habla, los demás respetan su turno y no interrumpen. Asimismo la tolerancia es fundamental para vivir en paz y sin conflictos. Tenemos y debemos entender que las personas somos diferentes y 2 tenemos distintas formas de pensamiento, no son mejores que las nuestras, ni peores, sino simplemente otras. La tolerancia con los amigos, compañeros, familiares es fundamental para una vida en sociedad y para ser mejores personas. La igualdad es otro de los valores más importantes y en el que debemos hacer hincapié, tenemos que luchar por la igualdad de razas, de sexo, de religión, igualdad entre ricos y pobres. Porque en nuestro interior todos somos iguales, sin ningún tipo de distinción. Otro de los valores que hay que trabajar en la escuela es la verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido. Trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad. Implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad. Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos. Puesto que vivimos en sociedad debemos mantener una convivencia civilizada con todas las personas, respetando, tolerando y siendo solidarios. Resulta muy claro que la crisis actual es el resultado de los falsos valores; de los falsos valores en la relación del ser humano con la propiedad, con sus semejantes y con las ideas. La expansión y predominio de los valores materialistas engendra necesariamente el veneno del nacionalismo, de las fronteras económicas, de los gobiernos soberanos y del espíritu patriótico, todo lo cual excluye la cooperación entre los seres humanos para su propio beneficio, y corrompe la relación entre las gentes, que es la sociedad. Y si la relación del individuo con los demás no es la apropiada, la estructura de la sociedad tiene que desplomarse por fuerza. De un modo análogo, el ser humano, en su relación con las ideas justifica una ideología -ya sea de izquierdas o de derechas, con buenos o malos medios, una ideología, en fin- para lograr un resultado. De manera que la desconfianza mutua, la falta de buena voluntad, la creencia de que un buen fin puede alcanzarse por malos medios, el sacrificio del presente por un ideal futuro, todo eso se ve claramente que son causas del actual desastre, del desorden en el que vive la humanidad. LA IMPORTANCIA ADOLESCENCIA DE LA EDUCACIÓN AFECTIVOSEXUAL EN LA Una tesis doctoral realizada por el departamento de Sociología de la Universidad de Granada advierte que es necesario intervenir en la educación afectivosexual de los adolescentes, si se quiere favorecer la igualdad sexual y de género y prevenir la 3 violencia de género. Los resultados de seis años de trabajo -que incluyeron dos cursos de educación afectivosexual, seguidos de entrevistas personales con un grupo de 42 chicas y chicos de entre 15 y 18 años- revelaron que la clase social, el género y la etnia son tres dimensiones fundamentales no sólo en la diferenciación social, sino también en la educación afectivosexual de las y los adolescentes. La intervención en dicha educación es necesaria para prevenir problemas como los de las enfermedades de transmisión sexual y los de los embarazos no deseados en adolescentes, pero también para promover, desde la educación formal, la igualdad sexual y de género. Porque, según los investigadores, el imaginario colectivo de la adolescencia se encuentra en realidad muy alejado de estos valores democráticos y de ciudadanía. La falta de afectividad de los adolescentes, la falta de cariño y de relaciones sociales se puede invertir de forma negativa y crear a niños violentos y agresivos. Estos adolescentes la única forma de hacerse notar, de crearse un grupo y hacerse líder es maltratando a los débiles. Es una pena que estos niños sin cariño se conviertan en violentos y futuros delincuentes. Desde la escuela se debe promover actividades que fomenten la afectividad y el contacto físico como forma de prevenir el bullying. Por otro lado, hay que puntualizar que los padres también pasan mucho tiempo fuera de casa trabajando, cuando llegan a casa están cansados, y por lo tanto no tienen mucho tiempo para dedicar a sus hijos y darles el afecto y el cariño que a esas edades tanto necesitan y que van a condicionar sus vidas en un futuro. Victòria Cardona i Romeo, educadora familia, reflexiona sobre este punto y opina que existe dejadez de los padres a la hora de educar a los hijos. No imponer Queremos que nuestros hijos e hijas sean comprensivos y personas sociables. El termómetro de su tolerancia y respeto será la comprensión que tengan con el punto de vista de los familiares, amigos y conocidos. Que nunca hagan agravios a nadie. Todo el mundo tiene la posibilidad de cambiar si es bien tratado. Por esto, se dice lo que no está bien, pero con gran amor hacia la persona que ha actuado mal. Si los padres y madres tienen respeto por la intimidad de sus hijos y tolerancia, sin dramatizar, sin enfrentarse, conseguirán de ellos y de ellas que reconozcan sus dificultades personales y que pidan el consejo oportuno. El Santo Padre Juan Pablo II nos lo recomienda con esta frase: "Las ideas se proponen, no se imponen". ¿POR QUÉ OCURREN ESTOS EPISODIOS DE VIOLENCIA? Las causas por las que un chico o una chica arremete constantemente contra otro compañero o compañera, llegando a crear una situación abusiva de dominio, son múltiples. Los estudios sobre este asunto indican factores personales, familiares y sociales del agresor y la víctima, así como factores relacionados con la cultura escolar. AGRESOR: Factores personales, familiares y sociales: Las relaciones y sentimientos de los padres del agresor hacia su hijo son trascendentales, ya que modelan comportamientos que más tarde serán repetidos por él. La característica compartida por los agresores es la falta de empatía, es decir, la incapacidad para ponerse en el lugar del otro, la no creencia en que sus actos repercuten en otra persona que los 4 siente y padece como un tormento. A menudo el agresor puede llegar a pensar que la víctima se lo merece, pues las acciones de éste le han provocado y han precipitado la reacción intimidatoria. El matón, el agresor líder, a pesar de su impopularidad entre los compañeros de clase, consigue con sus actos que su posición en el grupo, su reconocimiento, mejore, demostrando ante los demás que es fuerte al producir miedo y manifestar prepotencia en sus relaciones con aquellos que no pertenecen a su grupo. Al principio, el agresor se meterá con su víctima con malos tratos de intensidad baja pero, conforme transcurra el tiempo y observe que su víctima carece de protección, irá aumentando la intensidad y frecuencia de los abusos, creando un círculo vicioso de agresión, un proceso de victimización, que de ninguna forma debe proseguir. Factores relacionados con la cultura escolar y formación de grupos: De sobra es sabida la importancia que tienen los amigos, el grupo de iguales, para el desarrollo evolutivo de niños y adolescentes. En ocasiones este factor grupal refuerza la unión y consistencia del grupo a través de terceros, los chivos expiatorios, que sirven para reforzar los vínculos de amistad, clave en la preadolescencia y adolescencia. Por ello, el maltrato tiene el momento de mayor intensidad y frecuencia desde los 11 a los 13 años, si bien es en el arco de edad de los 12 a los 16 años donde mayor número de estudios se han realizado. El grupo de agresores a veces se constituye formalmente alrededor del proceso de victimización y actúa paulatinamente, creando una conciencia colectiva en la que la víctima es cada vez menos estimada y valorada, lo que favorece que las agresiones aumenten en cantidad e intensidad. Por otro lado la actitud de la escuela y el clima de relaciones interpersonales y de respeto entre sus miembros es un factor muy importante. Las escuelas que permiten y favorecen que los alumnos comuniquen sus dificultades y en las que éstos se sienten escuchados serán capaces de prevenir e intervenir cuando empiecen los hostigamientos. El agresor sabrá que existe una clara oposición a las acciones de prepotencia y agresión que quiera realizar. OBSERVADORES: El grupo de los observadores posee una influencia crucial en el curso de los acontecimientos, pues en el caso de oponerse a las agresiones, los agresores perderán justificación y poder y tendrán que ejercer mayor número de agresiones a más víctimas o cejar en su empeño. El miedo a ser ellos mismos los atacados por los agresores sirve de barrera psicológica para irse separando paulatinamente de la víctima. Pero los observadores han de entender que es el parámetro moral compartido por todos ellos lo que les ha de unir, tanto si es a favor de los agresores como si optan por la víctima, y ahí reside precisamente su fuerza para parar los hostigamientos y amenazas. VÍCTIMA: Factores familiares, personales y sociales: Si difícil es determinar el perfil del agresor, más difícil es precisar las características de las victimas sin estigmatizarlo. Los factores familiares asociados a este perfil apuntan a la sobreprotección como causa primordial, que impide el desarrollo social del chico o de la chica conforme a su desarrollo evolutivo. Sin embargo no todas las víctimas son iguales. El gracioso, el 5 provocador y el molesto se sitúan en la fina línea que separa a la víctima del agresor, pudiendo representar ambos papeles. Aún así, podemos trazar una característica compartida por las víctimas: su falta de competencia social, la cual se refleja en su carencia de asertividad; esto es, su dificultad para saber comunicar sus necesidades claramente y para hacerse respetar por los demás. Su situación de víctima refuerza su vulnerabilidad y le debilita socialmente ante los otros –ante el conjunto de los compañeros, no ya sólo ante sus agresores- y pierde popularidad paulatinamente entre sus iguales. A menudo su situación académica se deteriorará y sufrirá estrés emocional, que contribuirá a aumentar las dificultades de aprendizaje que se le presenten. El miedo y la sensación de incompetencia tanto como el sentimiento de culpa le impedirán comunicar sus dificultades a otros, pudiendo llegar a situaciones de depresión y a una importante falta de autoestima. A pesar de todo lo dicho, debemos tener presente que puede acabar siendo víctima cualquier chico o chica que no tenga el amparo de sus compañeros. Ante los ojos del agresor, cualquier razón es suficiente para convertirse en víctima: los rasgos físicos, la indumentaria, la capacidad intelectual, la sensibilidad artística, los buenos resultados académicos, etc. En resumen, cualquier forma de diferencia, de distinción, cosa que es realmente preocupante, porque constituye el germen de la intolerancia y la insolidaridad. Factores relacionados con la cultura escolar y la formación de grupos: La víctima, cuando comienzan a meterse con ella -a menudo a través de insultos, rechazos, motes,...- irá perdiendo apoyos entre sus compañeros, pudiendo llegar a sentirse, incluso, merecedor de la agresión por algún problema personal que pueda o imagine tener. Si continúan los malos tratos puede sentirse totalmente aislado de sus compañeros y sufrir un infierno personal. Las escuelas conscientes de la diversidad de su alumnado están atentas a los componentes emocionales de sus miembros, trabajan la cooperación y el compromiso entre alumnos y reconocen la valía personal de cada uno de sus alumnos. Más allá de la competitividad y la búsqueda exclusiva de buenos resultados académicos, dichas escuelas estarán prestas a crear ambientes de confianza y escucha ante los conflictos entre alumnos. Las víctimas tienen que sentir que en su medio escolar se les apoya y que tienen derecho a comunicar su situación de indefensión. Las escuelas que trabajan la amistad, el buen clima en el grupo clase y la solidaridad y el respeto entre compañeros tendrán mejores estrategias para prevenir las situaciones de maltrato entre iguales. LINEA DE ACOSO ESCOLAR PARA AYUDAR A LOS ADOLESCENTES Esta página forma parte de la Campaña contra el Acoso Escolar diseñada por la ONG PROTEGELES: organización de protección de la infancia que trabaja en prevención y seguridad infantil en las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación -TIC-. Esta Web es una Helpline o Línea de Ayuda, creada con el objetivo de prestar apoyo y orientación personalizada a todos aquellos niños y adolescentes que están sufriendo acoso en el entorno escolar, por parte de alguno/os de sus compañeros. 6 Tras esta página se encuentra un equipo de psicólogos, con experiencia en el trabajo con menores a través de Internet, así como profesionales de la seguridad infantil. Desde www.acosoescolar.info se le presta atención personalizada a cada menor que se dirige a la Web. Buscan la mejor forma de ayudarle a afrontar el problema, procuran soluciones y actúan como intermediarios con el centro escolar y otros estamentos. Cuando se trata de situaciones graves informan al Defensor del Menor y/o a las Consejerías de Educación correspondientes u otras entidades relacionadas. El objetivo es atender principalmente a esa gran mayoría de casos de acoso, de baja intensidad o intensidad media, para los que no suele haber respaldo y mucho menos apoyo psicológico. Los casos graves serán traslados fuera de PROTEGELES. Los menores que precisen de ayuda en situaciones de acoso escolar pueden ponerse directamente en contacto con profesionales que le pueden ayudar a través del siguiente correo electrónico: [email protected]. No dudéis en pedir ayuda si os encontráis en esta situación, la mejor manera de hacer frente al maltrato es denunciarlo. BIBLIOGRAFÍA Ferran Barri (2006), SOS Bullying. Prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia. Rosa Serrate, Bullying. Acoso escolar. Publicado en N/A. Manu Boisteau, Stéphanie Duval, Acoso escolar ¡no!. Aprende a decir ¡No!, Ricou Sanz, Javier, Acoso Escolar. Editorial: RD Editores. González de Rivera y Revuelta, José Luis. El maltrato psicológico: cómo defenderse del bullying, el mobbing y otras formas de acoso. Editorial Espasa Calpe. Francisco de Zataráin (2009). Contra el bullying. Cómo defenderse del acoso. Peacemakers Editores, México. Ángela Serrano (2006). Acoso y violencia en la escuela: cómo detectar, prevenir y resolver el bullying. Madrid: Ariel. Manuel Armas Castro y Laura Armas Barbazán (2006). Violencia Escolar. Vigo: Nova Galicia, D.L. Rojas Marcos, Luis (1996). Las semillas de la violencia. Madrid: Espasa Calpe (8a. ed) 7