albert o. hirschman, más allá de la economía

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POPULAR
COLECCIÓN POPULAR
667
MÁS ALLÁ DE LA ECONOMÍA
Procedencia de los textos:
“Introducción y antecedentes doctrinales”, “La salida” “La voz” y “Una
dificultad especial para combinar la salida y la voz” se reimprimen con
autorización del editor de Exit, Voice, and Loyalty. Responses to Decline
in Firms, Organizations, and States, de Albert O. Hirschman, pp. 1-20,
21-29, 30-43 y 44-54, Cambridge, Mass.: Harvard University Press,
Copyright © 1970 by the President and Fellows of Harvard College.
“Salida y voz, una esfera de influencia en expansión” y
“Cuatro reencuentros” se reimprimen con autorización
del editor de A Propensity to Self-Subversion de Albert O. Hirschman,
pp. 9-44 y 95-100, Cambridge, Mass.: Harvard University Press,
Copyright © 1995 by the President and Fellows of Harvard College.
“Cómo se recurrió a los intereses para contrarrestar las pasiones”, “Ética
y ciencias sociales: una tensión permanente” y “Otra explicación al
apresuramiento contemporáneo”, extraídos del libro The Passions and the
Interests: Political Arguments for Capitalism before Its Triumph, de Albert
O. Hirschman, se publican por acuerdo con Capitán Swing Libros S.L.
“¿Un ciclo privado-público?”, “Sobre la decepción”, “Las frustraciones de
participar en la vida pública” y “Secuencias inadvertidas y otras secuencias
notables”, extraídos del libro Shifting Involvements: Private Interest & Public
Action, de Albert O. Hirschman, se publican por acuerdo con Princeton
University Press, Copyright © 2002 by Princeton University Press.
“Doscientos años de retórica reaccionaria”, “La tesis de la
perversidad”, “De la retórica reaccionaria a la retórica progresista” y
“Más allá de la intransigencia” se reimprimen con autorización
del editor de The Rhetoric of Reaction: Perversity, Futility, Jeopardy,
de Albert O. Hirschman, pp. 1-18, 11-35, 149-159 y 164-167,
Cambridge, Mass.: The Belknap Press of Harvard University Press,
Copyright © 1991 by the President and Fellows of Harvard College.
“El Estado benefactor en dificultades: ¿crisis estructural o trastornos
del desarrollo?” y “Notas sobre la consolidación de la democracia
en América Latina” fueron publicados originalmente en Rival Views of
Market Society and Other Recent Essays por Viking Penguin Inc., en 1986.
© Estate of Albert O. Hirschman
ALBERT O. HIRSCHMAN
Más allá de la economía
antología de ensayos
Selección de textos e introducción
José Woldenberg
Traducción
Eduardo L. Suárez, Juan José Utrilla,
Francisca Minguella, Raúl Gutiérrez,
Tomás Segovia
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Primera edición, 2014
Hirschman, Albert O.
Más allá de la economía. Antología de ensayos / Albert O. Hirschman ;
selec. e introd. de José Woldenberg ; trad. de Eduardo L. Suárez ; Juan José Utrilla,
Francisca Minguella, Raúl Gutiérrez, Tomás Segovia. – México : FCE, 2014.
519 p. ; 17 × 11 cm – (Colec. Popular ; 667)
ISBN 978-607-16-2129-0
1. Hirschman, Albert O. – Crítica e interpretación 2. Economía – Siglo XXI
I. Woldenberg, José, selec. II. Suárez, Eduardo L., tr. III. Minguella, Francisca, tr.
IV. Gutiérrez, Raúl, tr. V. Segovia, Tomás, tr. VI. Ser. VII. t.
LC HB75
Dewey 330.09 H669a
Distribución mundial
Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero
D. R.© 2014, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 México, D. F.
Empresa certificada ISO 9001:2008
Comentarios: [email protected]
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Tel.: (55)5227-4672; fax: (55)5227-4694
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere
el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.
ISBN 978-607-16-2129-0
Impreso en México • Printed in Mexico
ÍNDICE
Introducción, por José Woldenberg . . . . . . . . . . . . . .
7
Primera parte
Salida, voz y lealtad
I. Introducción y antecedentes doctrinales . . . . .
II. La salida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
III. La voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
IV. Una dificultad especial para combinar
la salida y la voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
V. Salida y voz: una esfera de influencia
en expansión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI. Salida, voz y el destino de la RDA. Un ensayo
de historia conceptual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
43
67
78
95
108
140
Segunda parte
Las pasiones y los intereses
VII. Cómo se recurrió a los intereses
para contrarrestar las pasiones . . . . . . . . . . . . .
VIII. Ética y ciencias sociales: una tensión
permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
IX. Otra explicación del apresuramiento
contemporáneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
195
264
285
Tercera parte
Interés privado y acción pública
X. ¿Un ciclo privado-público? . . . . . . . . . . . . . .
XI. Sobre la decepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XII. Las frustraciones de participar
en la vida pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XIII. Secuencias invertidas y otras secuencias
notables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
293
301
321
358
Cuarta parte
Retóricas de la intransigencia
XIV. Doscientos años de retórica reaccionaria . . .
XV. La tesis de la perversidad . . . . . . . . . . . . . . . .
XVI. De la retórica reaccionaria a la retórica
progresista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XVII. Más allá de la intransigencia . . . . . . . . . . . . .
383
394
430
446
Quinta parte
Miscelánea
XVIII. El Estado benefactor en dificultades: ¿crisis
estructural o trastornos del desarrollo? . . . . .
XIX. Notas sobre la consolidación
de la democracia en América Latina . . . . . . .
XX. Cuatro reencuentros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
465
473
Bibliografía general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
495
455
INTRODUCCIÓN
i
Albert O. Hirschman fue un economista; un economista
preocupado por los temas del desarrollo. Pero fue algo más
que eso. Se trata de un ensayista magistral que ofreció herramientas conceptuales para acercarse a muy diversos fenómenos de la vida social. La presente antología deja a un
lado al Hirschman economista y presenta una serie de materiales que pueden ayudar al lector a incursionar en terrenos inaugurados por nuestro autor más allá de los temas del
crecimiento y la sustentabilidad del mismo.
ii
Albert O. Hirschman nació en Alemania en 1915. De origen judío, fue bautizado en la religión protestante, aunque
su familia era agnóstica. En 1931 ingresó al movimiento
juvenil del Partido Socialdemócrata. Las diferencias que se
vivieron en él fueron el antecedente remoto para la que luego fue una de sus obras más relevantes: “Fue una primera
experiencia del conflicto entre ‘exit’ y ‘voice’, en el cual dudé si optar por la defección o por la manifestación del disenso y la crítica desde dentro”. En 1933, luego de la muerte de su padre y ante el ascenso nazi, emigró para estudiar
en Francia. Luego de dos años partió hacia Londres, donde
7
estudió en la London School of Economics, y de ahí a Italia. Fue a combatir a España porque se daba cuenta de “que
el fascismo estaba avanzando y no me podía quedar observando sin hacer nada”. Abandonó España porque no aceptó
ser encuadrado en “una formación enteramente comunista”.
Trabajó en Francia en el Emergency Rescue Committee,
proporcionando “papeles” a exiliados cuya vida se encontraba en peligro. En 1941 llegó a los Estados Unidos, donde se
instaló de manera definitiva, no sin antes combatir en el
frente africano y luego en Italia.
Antes, en Italia, en 1936, escribió un ensayo contra la
política del régimen fascista que fomentaba la reproducción
sin límite. Con las estadísticas oficiales demostraba que,
a mayor número de hijos, menos sobrevivían. “Al fin y al
cabo […] ¡es deletéreo (mortífero) incitar y premiar a las
mujeres que traen al mundo a todos los niños, incluso desde el punto de vista natalista!” El texto jamás se publicó.
Quizá en ese artículo se encontraba ya uno de los rasgos
de su obra: buscar explicaciones con fuerte apoyo empírico
para comprender “de qué modo suceden las cosas, cómo
acontece el cambio”. No era afecto a las teorizaciones monumentales; más bien se inclinaba por marcos conceptuales de
alcance medio, capaces de explicar fenómenos sociales complejos. Apreciaba más al Marx “politólogo” que al economista. “Me impresionó mucho el Dieciocho Brumario. Sus escritos históricos eran mucho menos ‘ortodoxos’ que sus escritos
económicos.” Las inmensas construcciones conceptuales, al
volverse rígidas, se convertían en corsés que impedían observar las singularidades y embrollos de los casos específicos.
Trabajó en el Plan Marshall para la reconstrucción de la
Europa de la posguerra. Fue “una gran invención”, dijo. Se
trataba de consolidar regímenes democráticos buscando al
8
mismo tiempo la prosperidad económica. Luego laboró como
asesor en Colombia y se interesó en América Latina. Por
esas experiencias llegó a los obstáculos para el desarrollo,
temas sobre los cuales se volvió una voz apreciada e influyente. En ese tiempo subrayó su “aversión por los diagnósticos demasiado uniformes y unilaterales […] por los principios generales y las prescripciones abstractas. Creo que es
necesario revisar al ‘paciente’ con una suerte de ‘linterna
empírica’, antes de poder comprender qué tiene. Es fundamental la comprensión de las peculiaridades […] e incluso
de las vías insólitas”.
Su paso por América Latina lo llevó a acuñar una voz
ingeniosa: la “fracasomanía”, una especie de complejo/prejuicio que impedía ver y aquilatar los avances.
La idea se me ocurrió a partir de la observación de la realidad
colombiana y brasileña. En Colombia, la primera reforma agraria, prometida en los años treinta por el gobierno “newdealista”
de Alfonso López, había sido siempre interpretada como un
fracaso total, cuando en cambio los datos que yo recogí indicaban con claridad que se habían efectuado algunos cambios en
sentido positivo en las zonas rurales.
Su flexibilidad llama la atención; su capacidad para
autocorregirse, también.
Eso me sucedió con el esquema “exit/voice”. En la historia alemana reciente se ha verificado una conjunción, mejor dicho,
una cooperación entre estos dos elementos, la defección y la
protesta; en cambio, en mi formulación originaria los dos se
excluían recíprocamente (cuando hay más defección —salida— hay menos protesta, y viceversa).
9
“Mi teoría ha sido criticada por un estudioso alemán,
quien ha afirmado que los acontecimientos de Alemania
Oriental contradicen abiertamente mi planteamiento. Y en
efecto es así.” Sin remilgos, con abrumadora sencillez.
Era además un amante de la literatura, de sus potencialidades. Para rebatir a Mancur Olson, quien afirmaba que “el
actor racional es un free rider, un aprovechado […] que se
abstiene de la acción colectiva contando con el hecho de que
otros harán su parte […] de modo que la acción colectiva
sucede muy rara vez”, Hirschman no sólo le recordó que las
acciones colectivas suceden y que la gente participa en ellas,
sino que le citó a Pascal: “La esperanza que tienen los cristianos de poseer un bien infinito está mezclada con el goce
efectivo […], ya que no son como aquellos que esperarán un
reino del cual no tendrán nada, siendo súbditos, sino que esperan la santidad, la exención de la injusticia y poseen algo”.1
iii
Hirschman es siempre sugerente y flexible. Sus formulaciones no son rígidas y el “quizá” siempre está presente. Sabe
que no hay leyes duras en la historia humana, o son tan generales que resultan anodinas. Lo mejor entonces es repasar
la historia, las trayectorias singulares, el encadenamiento de
los sucesos, y buscar explicaciones pertinentes y lógicas.
1
La reconstrucción de la anterior microbiografía no es más que un resumen ultraapretado del libro de Albert O. Hirschman A través de las fronteras.
Los lugares y las ideas en el transcurso de una vida, entrevista realizada por Carmine Donzelli, Marta Petrusewicz y Claudia Rusconi, traducción de Federico
Villegas, fce, México, 1999.
10
Reacio a las fatalidades que se desprendían de no pocos
análisis de los procesos de desarrollo económico, y que con
sus requisitos una y otra vez construían una especie de camisas de fuerza, Hirschman encontró “secuencias invertidas”, notables, casuísticas, azarosas, que no debían ser ajenas
a los ojos de los analistas. Al final o al principio, la realidad
siempre es más rica y compleja que los marcos conceptuales
explicativos.
En términos políticos era un reformista. Sus textos exudan la idea de que las cosas no sólo se transforman, sino
que pueden ser transformadas en una determinada dirección: buscando el crecimiento económico y al mismo tiempo mejorando las condiciones de vida de los más. Sabía, sin
embargo, que las “cosas” también podían degradarse, orientarse en sentido contrario, degenerar hasta construir escenarios invivibles, y por ello también su mesura. Desplegó un
esfuerzo consistente por entender la lógica y los resortes de
diversas escuelas de pensamiento e intentó sentar las bases
para una conversación y un debate civilizado entre ellas.
Hombre erudito, salpicaba sus textos con referencias a los
más diversos autores, pero la literatura y sus creadores nunca quedaban fuera de sus exposiciones.
Tuvo la fuerza ética suficiente para autocorregirse, para
volver sobre sus formulaciones y retocarlas, revisarlas, ampliarlas. No era un necio incapaz de reconocer que otros o la
propia “realidad” reclamaban ajustes a sus tesis. Por el contrario, asumía que eso que llamamos ciencia avanza por aproximaciones sucesivas y al final es una construcción colectiva.
La antología que aquí se presenta, como ya apuntaba,
deja a un lado al Hirschman economista y hace de cuatro
de sus obras la columna vertebral. La selección de algunos
capítulos de esos libros es acompañada con artículos poste11
riores que afinaron, ejemplificaron o revisaron algunos aspectos de las mismas. Salida, voz y lealtad resulta imprescindible para pensar las fórmulas mediante las cuales se pueden
activar los resortes de alerta de lo que no está funcionando
en empresas, gobiernos, partidos, etc. Tuvo en su momento
un enorme impacto y hasta la fecha es una herramienta útil
para analizar fenómenos tan distintos como la competencia
en el mercado, las migraciones o los conflictos intrapartidistas. Las pasiones y los intereses es un ensayo de reconstrucción histórica de las ideas que abrieron paso a la legitimidad
de la sociedad de mercado, el comercio, la iniciativa privada. Hirschman ofrece una lectura de cómo las ideas se
acunaron aun antes de la irrupción de los fenómenos antes
enunciados. Y apunta también a cómo las expectativas desatadas por esas elaboraciones, como toda creación humana,
habían sido desbordadas, corregidas, negadas. Interés privado
y acción pública estudia el paso de una esfera a la otra. Encuentra en la decepción un puente eficiente para trascender
la vida privada e involucrarse en la acción pública, e igualmente para dejar atrás la vida política (en el sentido más
amplio) y recluirse en la vida privada. Sabe que la decepción no es el único resorte, pero sus sugerencias ayudan a
comprender un tema hasta ahora poco estudiado. Retóricas
de la intransigencia es un tratado magistral de cómo a lo
largo de doscientos años se activan los discursos reaccionarios en contra de los intentos de transformación. Tres tesis
se han puesto en acto para combatir las tres grandes oleadas
de expansión de derechos (civiles, políticos y económicosociales): la de la perversidad (buscando superar una situación solamente se logrará agudizarla), la de la futilidad (hágase lo que se haga las cosas son inmodificables) y la del
riesgo (al alcanzar lo deseado se perderán otras más valio12
sas). Hirschman no dice que en algunos casos no tengan
gramos de razón, sino que su reiteración mecánica nos habla de un patrón de pensamiento incapaz de ver las virtudes
de las diferentes transformaciones. Pero, en un giro magistral de ciento ochenta grados, finaliza su libro desmontando
igualmente los resortes cansinos de la retórica progresista.
Su llamado es a construir un espacio para el diálogo y la
deliberación, lo cual requiere alejarse de las formulaciones
dogmáticas. Al final aparecen tres textos en una especie de
miscelánea: a) un acercamiento a las dificultades para la
reproducción del Estado de bienestar que ilustra la singularidad del pensamiento de Hirschman y sus fórmulas expositivas, b) un breve texto sobre las dificultades para el asentamiento de la democracia en América Latina que es clara
expresión del no determinismo del pensamiento de nuestro
autor y c) un texto autobiográfico —incluso íntimo— sobre las pérdidas y los reencuentros y que arroja luz sobre las
vicisitudes de la vida de Hirschman y el marco político-intelectual en el que se desarrolló.
iv
“Salida, voz y lealtad”
En 1970 Hirschman publicó Salida, voz y lealtad. Respuestas
al deterioro de empresas, organizaciones y Estados. Siete años
después fue traducido y publicado por el Fondo de Cultura
Económica.
Empezaba diciendo que “bajo cualquier sistema económico, social o político, los individuos, las empresas y los
organismos en general están sujetos a fallas en su comporta13
miento eficiente, racional, legal, virtuoso o, en otro sentido,
funcional”. Esas fallas, en infinidad de ocasiones, resultaban
reparables. La competencia podía ser un mecanismo para
su “reparación”, pero Hirschman exploró otros mecanismos
correctivos que establecían relaciones singulares entre ellos:
a) la salida y b) la voz.
Como sus nombres lo indican, la primera era el abandono, la huida, la salida. La segunda era la voz, la queja, la
denuncia. El libro estaba destinado “a un análisis comparativo de estas dos opciones y a su interconexión”. Si bien a
primera vista la salida resultaba más frecuente y pertinente
en el terreno de la economía, la voz aparecía sobre todo en
el terreno de la política, aunque, conforme desarrollaba su
argumentación, el propio Hirschman detectó que ambas
podían aparecer en los dos campos. Ambas tenían gradaciones, impactos y relaciones diversas.
Hirschman definía sus conceptos y explicaba cómo funcionaban; observaba cómo interactuaban (la salida podía inhibir la voz, la voz podría acabar siendo un residuo de la salida,
la voz podía ser una alternativa a la salida) y encontraba que
no resultaba sencillo que ambas se dieran a la vez con la
misma intensidad. “La presencia de la opción de la salida
puede disminuir grandemente la probabilidad de que la opción de la voz sea tomada en forma general y eficaz.”
Pero para explicarlas en profundidad era necesario introducir un tercer concepto: la lealtad. La lealtad a primera
vista potenciaría la voz en detrimento de la salida, dado que
esta última es casi sinónimo de deslealtad, pero al introducir no solamente la salida, sino la amenaza de salida, las
combinaciones se hacían más complejas.
El libro contenía múltiples ejemplos y dotaba de instrumentos conceptuales novedosos para aproximarse a institu14
ciones públicas o privadas (la familia o el grupo religioso) y
podía ser una buena herramienta para el análisis de fenómenos como la disidencia política, las relaciones entre partidos o la interacción entre las escuelas públicas y las privadas. Tuvo un enorme impacto.
Dieciséis años después (1986), Hirschman publicó un
libro de ensayos varios en el cual se encontraba una presentación sintética y refinada de aquel libro. Lo llamó “Salida y
voz: una esfera de influencia en expansión” (Enfoques alternativos sobre la sociedad de mercado y otros ensayos recientes).
No sólo presentaba un buen resumen de sus categorías y sus
interrelaciones, sino que ilustraba su funcionamiento en
“algunos campos de aplicación”: los sindicatos, los mercados, los servicios públicos, la migración, los partidos políticos, el matrimonio y el divorcio, y el desarrollo adolescente.
En todos los casos se presentaba una peculiar relación entre
la salida y la voz.
Y luego de la unificación alemana (sería mejor decir: de
la absorción de la llamada República Democrática Alemana
por la República Federal Alemana), volvió sobre el tema
para analizar “Salida, voz y el destino de la RDA. Un ensayo
de historia conceptual” (Tendencias autosubversivas. Ensayos).
Publicado en 1995, dio una explicación comprensiva de los
sucesos que llevaron al desplome de la RDA y afinó los instrumentos conceptuales que había inventado casi veinticinco años antes.
Reconstruyó cómo, en efecto, de 1949 a 1988 en buena
medida la salida había inhibido a la voz e incluso había sido
una política estatal para destensar el ambiente, al permitir
la huida hacia Alemania Occidental. Comparaba el caso
alemán con lo que había sucedido en Polonia, Checoslovaquia y Hungría, donde los movimientos disidentes (la voz)
15
habían sido más poderosos, y señalaba que la salida hacia la
república vecina había opacado a la voz. No obstante, y teniendo que ajustar su propio modelo, recreaba la forma en
que la salida y la voz se entrelazaron y fortalecieron en 1989
hasta llevar al colapso del régimen comunista.
Por ello he decidido que en esta antología aparezcan tres
de los capítulos del libro original, precisamente los que hacen alusión a la salida y la voz, un primer acercamiento a
sus interrelaciones y los dos últimos ensayos. Aunque tienen una pequeña zona de confluencia, representan un resumen elocuente del planteamiento general y de algunas de
sus áreas de aplicación, y una utilización sugerente y explicativa de un fenómeno relevante: la manera en que la salida
y la voz se articularon en los últimos días de un régimen
totalitario del que prácticamente no quedó nada.
En el último de ellos el propio Hirschman decía: “Mi libro fue escrito con el propósito ‘constructivo’ de explorar de
qué manera la salida y la voz podían contribuir a restablecer
o fortalecer una organización en deterioro para que regresara
a una salud y actuación tolerables”; pero ahora el modelo
servía también para desentrañar las claves del desplome de
un Estado.
“Las pasiones y los intereses”
¿Cómo se desarrollaron en el pensamiento las transformaciones que ayudaron a pavimentar el piso ideológico para el
desarrollo del capitalismo? Hirschman realizó un rastreo
singular y erudito sobre la forma en que “los intereses” fueron pensados como una fórmula eficiente para domar a “las
pasiones”. No fue una fórmula súbita —nos explica—, sino
que se fue fortaleciendo en oleadas sucesivas.
16
Su libro Las pasiones y los intereses. Argumentos políticos
en favor del capitalismo antes de su triunfo apareció en inglés
en 1977 y apenas un año después en español. Guardando
cierta distancia de Marx y Weber, que, “aunque disienten
en cuanto a la importancia relativa de los factores económicos y no económicos”, convergen ambos en que “contemplan el surgimiento del capitalismo y de su ‘espíritu’ como
un ataque a los sistemas de ideas y las relaciones socioeconómicas preexistentes”, lo que él intentó e hizo fue presentar “algunas pruebas de que lo nuevo surgió de lo antiguo
en mayor medida de lo que generalmente se cree”.
Su libro constaba de tres apartados: a) una reconstrucción de “la secuencia de ideas eslabonadas”, apoyada en
muy diversas fuentes y autores; b) estudios particulares de
pensadores fundamentales en esa secuencia, y c) una lectura más bien ensayística de los efectos que presuntamente
desencadenaría el despliegue de los intereses en lugar de las
pasiones.
Se trataba de descubrir “¿cómo se volvieron honorables
las actividades comerciales, bancarias y otras similares para
obtener dinero […] tras haber sido condenadas o despreciadas como ambición, amor por el lucro, y avaricia durante
los siglos anteriores?” O para decirlo de otra manera, cómo
se dio el paso del ideal caballeresco que subrayaba el honor
y la gloria como los valores fundamentales, a la idea de que
el despliegue de los intereses individuales desembocaba en
un bien para los más.
Hirschman encuentra en el Renacimiento el inicio de
esa historia, y en la noción de que hay que asumir al hombre tal como es (y no como lo imaginamos), el disparador
de una serie de construcciones ideológicas que intentaban
frenar, modelar y reprimir las pasiones. Es una historia de
17
las ideas a través de muy diferentes autores que oscila entre las nociones de reprimir las pasiones, modelarlas con
educación, enfrentar unas con otras o domarlas convirtiendo en legítimos los intereses.
Resulta una historia fascinante sobre cómo un haz de conductas antes anatemizadas empiezan a ser revaloradas hasta
construir un nuevo paradigma. Si las pasiones aparecen como
fuerzas destructivas y la razón es ineficaz para contenerlas,
son los intereses y su despliegue los que pueden ofrecer un
mejor marco para la convivencia humana. Se piensa que “en
la búsqueda de sus intereses los hombres se suponen firmes,
constantes y metódicos, por oposición al comportamiento
de los hombres que se ven castigados o cegados por sus pasiones”.
En el segundo capítulo, Hirschman abordaba el mismo
tema pero ahora por autor. Así, repasaba a Montesquieu,
James Steuart, John Millar, los fisiócratas y Adam Smith,
para finalizar en el capítulo tres con un ensayo sobre “esa
hazaña” del pensamiento y la imaginación. Se trata de una
recapitulación muy al estilo Hirschman: contrastar lo expuesto contra otras corrientes de pensamiento.
Así, contrapone la visión optimista de Montesquieu y
Smith, que piensan que “la forma como los individuos comunes, al perseguir sus vicios o simplemente su propio interés,
podrían contribuir al bienestar general”, a la visión de Barnave, que proclama “que una agregación de virtudes privadas
puede traducirse en un estado que no tenga nada de virtuoso”, o a las dudas de Ferguson que se detiene en la forma en
que el comercio construye hombres aislados y solitarios, sin
lazos de afecto o, peor aún, de cómo “la preocupación por la
riqueza individual” puede conducir a la creación de “gobiernos
despóticos”, precisamente por el temor a perder lo acumulado.
18
De la misma manera rescata a Tocqueville, que vio no
pocos peligros en la expansión de los nuevos usos y costumbres. Escribe Hirschman:
Aquí los intereses distan mucho de domar o encadenar a las
pasiones de los gobernantes; por el contrario, si los ciudadanos
se absorbieran en la persecución de sus intereses privados, sería posible que “un hábil ambicioso viniese a apoderarse del
mundo”. Y Tocqueville dirige algunas palabras soberbiamente
cáusticas y proféticas […] a quienes, en aras de un clima favorable para los negocios, piden “ley y orden”.
No obstante, nuestro autor escribe a manera de resumen:
La idea de que los hombres en persecución de sus intereses
serían eternamente inofensivos sólo fue abandonada por completo cuando la realidad del desarrollo capitalista se hizo evidente. A medida que el crecimiento de los siglos xix y xx
desarraigaba a millones de hombres, empobrecía a grupos numerosos y enriquecía a algunos, causaba desempleo en gran
escala durante las depresiones cíclicas y producía la moderna
sociedad de masas, varios observadores vieron con claridad
que quienes estaban aprisionados en estas transformaciones
violentas se volverían apasionados a veces: apasionadamente
iracundos, temerosos, resentidos.
Como toda obra humana, las ideas que ofrecieron un
cuadro legitimador para la expansión del comercio, los negocios, la banca, vieron declinar su poder de atracción ante
la aparición de nuevas realidades. Escribió nuestro autor:
“La doctrina aquí reseñada tiene un aire de irrealidad”; pero
afirmaba que su reconstrucción había valido la pena porque
19
A
lbert O. Hirschman fue un pensador riguroso e inventivo, pero
también un ensayista magistral. Formado como economista e interesado sobre todo en los problemas del desarrollo, elaboró ricas
herramientas conceptuales para acercarse, de forma flexible y
sugerente, a muy diversos fenómenos de la vida social. En sus textos late la idea de una transformación voluntaria del estado de las
cosas, que busque el crecimiento económico y, al mismo tiempo,
mejore las condiciones de vida de las mayorías. Esta antología deja
a un lado al Hirschman economista para mostrar su riqueza analítica, su sensibilidad e incluso su afición por la literatura. En estos
artículos y capítulos de libros se exponen aspectos cruciales de
su legado intelectual, con lo que se busca hacer justicia a la uni-
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versalidad de su pensamiento, propio de un auténtico humanista.
Albert O. Hirschman (1915-2012) fue un economista estadunidense
de origen alemán, muy cercano a América Latina. Impartió cátedra
en las universidades de Yale, Columbia, Harvard y en el Instituto
de Estudios Avanzados de Princeton. De su autoría, el FCE ha publicado,
entre otras obras, La estrategia del desarrollo económico (1961),
Salida, voz y lealtad (1977), Las pasiones y los intereses (1978),
De la economía a la política y más allá (1984), Interés privado
y acción pública (1986) y Retóricas de la intransigencia (1991).
José Woldenberg (Monterrey, 1952) es doctor en ciencias políticas
por la UNAM y catedrático de esa misma universidad. Fue consejero
presidente del Instituto Federal Electoral. De 2009 a 2011 dirigió
la revista Nexos. Es colaborador del diario Reforma. Su obra más reciente
es Violencia y política: 1994. Lo que entonces fue crónica, hoy es historia.
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