POPULAR COLECCIÓN POPULAR 667 MÁS ALLÁ DE LA ECONOMÍA Procedencia de los textos: “Introducción y antecedentes doctrinales”, “La salida” “La voz” y “Una dificultad especial para combinar la salida y la voz” se reimprimen con autorización del editor de Exit, Voice, and Loyalty. Responses to Decline in Firms, Organizations, and States, de Albert O. Hirschman, pp. 1-20, 21-29, 30-43 y 44-54, Cambridge, Mass.: Harvard University Press, Copyright © 1970 by the President and Fellows of Harvard College. “Salida y voz, una esfera de influencia en expansión” y “Cuatro reencuentros” se reimprimen con autorización del editor de A Propensity to Self-Subversion de Albert O. Hirschman, pp. 9-44 y 95-100, Cambridge, Mass.: Harvard University Press, Copyright © 1995 by the President and Fellows of Harvard College. “Cómo se recurrió a los intereses para contrarrestar las pasiones”, “Ética y ciencias sociales: una tensión permanente” y “Otra explicación al apresuramiento contemporáneo”, extraídos del libro The Passions and the Interests: Political Arguments for Capitalism before Its Triumph, de Albert O. Hirschman, se publican por acuerdo con Capitán Swing Libros S.L. “¿Un ciclo privado-público?”, “Sobre la decepción”, “Las frustraciones de participar en la vida pública” y “Secuencias inadvertidas y otras secuencias notables”, extraídos del libro Shifting Involvements: Private Interest & Public Action, de Albert O. Hirschman, se publican por acuerdo con Princeton University Press, Copyright © 2002 by Princeton University Press. “Doscientos años de retórica reaccionaria”, “La tesis de la perversidad”, “De la retórica reaccionaria a la retórica progresista” y “Más allá de la intransigencia” se reimprimen con autorización del editor de The Rhetoric of Reaction: Perversity, Futility, Jeopardy, de Albert O. Hirschman, pp. 1-18, 11-35, 149-159 y 164-167, Cambridge, Mass.: The Belknap Press of Harvard University Press, Copyright © 1991 by the President and Fellows of Harvard College. “El Estado benefactor en dificultades: ¿crisis estructural o trastornos del desarrollo?” y “Notas sobre la consolidación de la democracia en América Latina” fueron publicados originalmente en Rival Views of Market Society and Other Recent Essays por Viking Penguin Inc., en 1986. © Estate of Albert O. Hirschman ALBERT O. HIRSCHMAN Más allá de la economía antología de ensayos Selección de textos e introducción José Woldenberg Traducción Eduardo L. Suárez, Juan José Utrilla, Francisca Minguella, Raúl Gutiérrez, Tomás Segovia FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Primera edición, 2014 Hirschman, Albert O. Más allá de la economía. Antología de ensayos / Albert O. Hirschman ; selec. e introd. de José Woldenberg ; trad. de Eduardo L. Suárez ; Juan José Utrilla, Francisca Minguella, Raúl Gutiérrez, Tomás Segovia. – México : FCE, 2014. 519 p. ; 17 × 11 cm – (Colec. Popular ; 667) ISBN 978-607-16-2129-0 1. Hirschman, Albert O. – Crítica e interpretación 2. Economía – Siglo XXI I. Woldenberg, José, selec. II. Suárez, Eduardo L., tr. III. Minguella, Francisca, tr. IV. Gutiérrez, Raúl, tr. V. Segovia, Tomás, tr. VI. Ser. VII. t. LC HB75 Dewey 330.09 H669a Distribución mundial Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero D. R.© 2014, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008 Comentarios: [email protected] www.fondodeculturaeconomica.com Tel.: (55)5227-4672; fax: (55)5227-4694 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos. ISBN 978-607-16-2129-0 Impreso en México • Printed in Mexico ÍNDICE Introducción, por José Woldenberg . . . . . . . . . . . . . . 7 Primera parte Salida, voz y lealtad I. Introducción y antecedentes doctrinales . . . . . II. La salida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . III. La voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IV. Una dificultad especial para combinar la salida y la voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V. Salida y voz: una esfera de influencia en expansión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VI. Salida, voz y el destino de la RDA. Un ensayo de historia conceptual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 67 78 95 108 140 Segunda parte Las pasiones y los intereses VII. Cómo se recurrió a los intereses para contrarrestar las pasiones . . . . . . . . . . . . . VIII. Ética y ciencias sociales: una tensión permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX. Otra explicación del apresuramiento contemporáneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 264 285 Tercera parte Interés privado y acción pública X. ¿Un ciclo privado-público? . . . . . . . . . . . . . . XI. Sobre la decepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XII. Las frustraciones de participar en la vida pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII. Secuencias invertidas y otras secuencias notables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293 301 321 358 Cuarta parte Retóricas de la intransigencia XIV. Doscientos años de retórica reaccionaria . . . XV. La tesis de la perversidad . . . . . . . . . . . . . . . . XVI. De la retórica reaccionaria a la retórica progresista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XVII. Más allá de la intransigencia . . . . . . . . . . . . . 383 394 430 446 Quinta parte Miscelánea XVIII. El Estado benefactor en dificultades: ¿crisis estructural o trastornos del desarrollo? . . . . . XIX. Notas sobre la consolidación de la democracia en América Latina . . . . . . . XX. Cuatro reencuentros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465 473 Bibliografía general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495 455 INTRODUCCIÓN i Albert O. Hirschman fue un economista; un economista preocupado por los temas del desarrollo. Pero fue algo más que eso. Se trata de un ensayista magistral que ofreció herramientas conceptuales para acercarse a muy diversos fenómenos de la vida social. La presente antología deja a un lado al Hirschman economista y presenta una serie de materiales que pueden ayudar al lector a incursionar en terrenos inaugurados por nuestro autor más allá de los temas del crecimiento y la sustentabilidad del mismo. ii Albert O. Hirschman nació en Alemania en 1915. De origen judío, fue bautizado en la religión protestante, aunque su familia era agnóstica. En 1931 ingresó al movimiento juvenil del Partido Socialdemócrata. Las diferencias que se vivieron en él fueron el antecedente remoto para la que luego fue una de sus obras más relevantes: “Fue una primera experiencia del conflicto entre ‘exit’ y ‘voice’, en el cual dudé si optar por la defección o por la manifestación del disenso y la crítica desde dentro”. En 1933, luego de la muerte de su padre y ante el ascenso nazi, emigró para estudiar en Francia. Luego de dos años partió hacia Londres, donde 7 estudió en la London School of Economics, y de ahí a Italia. Fue a combatir a España porque se daba cuenta de “que el fascismo estaba avanzando y no me podía quedar observando sin hacer nada”. Abandonó España porque no aceptó ser encuadrado en “una formación enteramente comunista”. Trabajó en Francia en el Emergency Rescue Committee, proporcionando “papeles” a exiliados cuya vida se encontraba en peligro. En 1941 llegó a los Estados Unidos, donde se instaló de manera definitiva, no sin antes combatir en el frente africano y luego en Italia. Antes, en Italia, en 1936, escribió un ensayo contra la política del régimen fascista que fomentaba la reproducción sin límite. Con las estadísticas oficiales demostraba que, a mayor número de hijos, menos sobrevivían. “Al fin y al cabo […] ¡es deletéreo (mortífero) incitar y premiar a las mujeres que traen al mundo a todos los niños, incluso desde el punto de vista natalista!” El texto jamás se publicó. Quizá en ese artículo se encontraba ya uno de los rasgos de su obra: buscar explicaciones con fuerte apoyo empírico para comprender “de qué modo suceden las cosas, cómo acontece el cambio”. No era afecto a las teorizaciones monumentales; más bien se inclinaba por marcos conceptuales de alcance medio, capaces de explicar fenómenos sociales complejos. Apreciaba más al Marx “politólogo” que al economista. “Me impresionó mucho el Dieciocho Brumario. Sus escritos históricos eran mucho menos ‘ortodoxos’ que sus escritos económicos.” Las inmensas construcciones conceptuales, al volverse rígidas, se convertían en corsés que impedían observar las singularidades y embrollos de los casos específicos. Trabajó en el Plan Marshall para la reconstrucción de la Europa de la posguerra. Fue “una gran invención”, dijo. Se trataba de consolidar regímenes democráticos buscando al 8 mismo tiempo la prosperidad económica. Luego laboró como asesor en Colombia y se interesó en América Latina. Por esas experiencias llegó a los obstáculos para el desarrollo, temas sobre los cuales se volvió una voz apreciada e influyente. En ese tiempo subrayó su “aversión por los diagnósticos demasiado uniformes y unilaterales […] por los principios generales y las prescripciones abstractas. Creo que es necesario revisar al ‘paciente’ con una suerte de ‘linterna empírica’, antes de poder comprender qué tiene. Es fundamental la comprensión de las peculiaridades […] e incluso de las vías insólitas”. Su paso por América Latina lo llevó a acuñar una voz ingeniosa: la “fracasomanía”, una especie de complejo/prejuicio que impedía ver y aquilatar los avances. La idea se me ocurrió a partir de la observación de la realidad colombiana y brasileña. En Colombia, la primera reforma agraria, prometida en los años treinta por el gobierno “newdealista” de Alfonso López, había sido siempre interpretada como un fracaso total, cuando en cambio los datos que yo recogí indicaban con claridad que se habían efectuado algunos cambios en sentido positivo en las zonas rurales. Su flexibilidad llama la atención; su capacidad para autocorregirse, también. Eso me sucedió con el esquema “exit/voice”. En la historia alemana reciente se ha verificado una conjunción, mejor dicho, una cooperación entre estos dos elementos, la defección y la protesta; en cambio, en mi formulación originaria los dos se excluían recíprocamente (cuando hay más defección —salida— hay menos protesta, y viceversa). 9 “Mi teoría ha sido criticada por un estudioso alemán, quien ha afirmado que los acontecimientos de Alemania Oriental contradicen abiertamente mi planteamiento. Y en efecto es así.” Sin remilgos, con abrumadora sencillez. Era además un amante de la literatura, de sus potencialidades. Para rebatir a Mancur Olson, quien afirmaba que “el actor racional es un free rider, un aprovechado […] que se abstiene de la acción colectiva contando con el hecho de que otros harán su parte […] de modo que la acción colectiva sucede muy rara vez”, Hirschman no sólo le recordó que las acciones colectivas suceden y que la gente participa en ellas, sino que le citó a Pascal: “La esperanza que tienen los cristianos de poseer un bien infinito está mezclada con el goce efectivo […], ya que no son como aquellos que esperarán un reino del cual no tendrán nada, siendo súbditos, sino que esperan la santidad, la exención de la injusticia y poseen algo”.1 iii Hirschman es siempre sugerente y flexible. Sus formulaciones no son rígidas y el “quizá” siempre está presente. Sabe que no hay leyes duras en la historia humana, o son tan generales que resultan anodinas. Lo mejor entonces es repasar la historia, las trayectorias singulares, el encadenamiento de los sucesos, y buscar explicaciones pertinentes y lógicas. 1 La reconstrucción de la anterior microbiografía no es más que un resumen ultraapretado del libro de Albert O. Hirschman A través de las fronteras. Los lugares y las ideas en el transcurso de una vida, entrevista realizada por Carmine Donzelli, Marta Petrusewicz y Claudia Rusconi, traducción de Federico Villegas, fce, México, 1999. 10 Reacio a las fatalidades que se desprendían de no pocos análisis de los procesos de desarrollo económico, y que con sus requisitos una y otra vez construían una especie de camisas de fuerza, Hirschman encontró “secuencias invertidas”, notables, casuísticas, azarosas, que no debían ser ajenas a los ojos de los analistas. Al final o al principio, la realidad siempre es más rica y compleja que los marcos conceptuales explicativos. En términos políticos era un reformista. Sus textos exudan la idea de que las cosas no sólo se transforman, sino que pueden ser transformadas en una determinada dirección: buscando el crecimiento económico y al mismo tiempo mejorando las condiciones de vida de los más. Sabía, sin embargo, que las “cosas” también podían degradarse, orientarse en sentido contrario, degenerar hasta construir escenarios invivibles, y por ello también su mesura. Desplegó un esfuerzo consistente por entender la lógica y los resortes de diversas escuelas de pensamiento e intentó sentar las bases para una conversación y un debate civilizado entre ellas. Hombre erudito, salpicaba sus textos con referencias a los más diversos autores, pero la literatura y sus creadores nunca quedaban fuera de sus exposiciones. Tuvo la fuerza ética suficiente para autocorregirse, para volver sobre sus formulaciones y retocarlas, revisarlas, ampliarlas. No era un necio incapaz de reconocer que otros o la propia “realidad” reclamaban ajustes a sus tesis. Por el contrario, asumía que eso que llamamos ciencia avanza por aproximaciones sucesivas y al final es una construcción colectiva. La antología que aquí se presenta, como ya apuntaba, deja a un lado al Hirschman economista y hace de cuatro de sus obras la columna vertebral. La selección de algunos capítulos de esos libros es acompañada con artículos poste11 riores que afinaron, ejemplificaron o revisaron algunos aspectos de las mismas. Salida, voz y lealtad resulta imprescindible para pensar las fórmulas mediante las cuales se pueden activar los resortes de alerta de lo que no está funcionando en empresas, gobiernos, partidos, etc. Tuvo en su momento un enorme impacto y hasta la fecha es una herramienta útil para analizar fenómenos tan distintos como la competencia en el mercado, las migraciones o los conflictos intrapartidistas. Las pasiones y los intereses es un ensayo de reconstrucción histórica de las ideas que abrieron paso a la legitimidad de la sociedad de mercado, el comercio, la iniciativa privada. Hirschman ofrece una lectura de cómo las ideas se acunaron aun antes de la irrupción de los fenómenos antes enunciados. Y apunta también a cómo las expectativas desatadas por esas elaboraciones, como toda creación humana, habían sido desbordadas, corregidas, negadas. Interés privado y acción pública estudia el paso de una esfera a la otra. Encuentra en la decepción un puente eficiente para trascender la vida privada e involucrarse en la acción pública, e igualmente para dejar atrás la vida política (en el sentido más amplio) y recluirse en la vida privada. Sabe que la decepción no es el único resorte, pero sus sugerencias ayudan a comprender un tema hasta ahora poco estudiado. Retóricas de la intransigencia es un tratado magistral de cómo a lo largo de doscientos años se activan los discursos reaccionarios en contra de los intentos de transformación. Tres tesis se han puesto en acto para combatir las tres grandes oleadas de expansión de derechos (civiles, políticos y económicosociales): la de la perversidad (buscando superar una situación solamente se logrará agudizarla), la de la futilidad (hágase lo que se haga las cosas son inmodificables) y la del riesgo (al alcanzar lo deseado se perderán otras más valio12 sas). Hirschman no dice que en algunos casos no tengan gramos de razón, sino que su reiteración mecánica nos habla de un patrón de pensamiento incapaz de ver las virtudes de las diferentes transformaciones. Pero, en un giro magistral de ciento ochenta grados, finaliza su libro desmontando igualmente los resortes cansinos de la retórica progresista. Su llamado es a construir un espacio para el diálogo y la deliberación, lo cual requiere alejarse de las formulaciones dogmáticas. Al final aparecen tres textos en una especie de miscelánea: a) un acercamiento a las dificultades para la reproducción del Estado de bienestar que ilustra la singularidad del pensamiento de Hirschman y sus fórmulas expositivas, b) un breve texto sobre las dificultades para el asentamiento de la democracia en América Latina que es clara expresión del no determinismo del pensamiento de nuestro autor y c) un texto autobiográfico —incluso íntimo— sobre las pérdidas y los reencuentros y que arroja luz sobre las vicisitudes de la vida de Hirschman y el marco político-intelectual en el que se desarrolló. iv “Salida, voz y lealtad” En 1970 Hirschman publicó Salida, voz y lealtad. Respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y Estados. Siete años después fue traducido y publicado por el Fondo de Cultura Económica. Empezaba diciendo que “bajo cualquier sistema económico, social o político, los individuos, las empresas y los organismos en general están sujetos a fallas en su comporta13 miento eficiente, racional, legal, virtuoso o, en otro sentido, funcional”. Esas fallas, en infinidad de ocasiones, resultaban reparables. La competencia podía ser un mecanismo para su “reparación”, pero Hirschman exploró otros mecanismos correctivos que establecían relaciones singulares entre ellos: a) la salida y b) la voz. Como sus nombres lo indican, la primera era el abandono, la huida, la salida. La segunda era la voz, la queja, la denuncia. El libro estaba destinado “a un análisis comparativo de estas dos opciones y a su interconexión”. Si bien a primera vista la salida resultaba más frecuente y pertinente en el terreno de la economía, la voz aparecía sobre todo en el terreno de la política, aunque, conforme desarrollaba su argumentación, el propio Hirschman detectó que ambas podían aparecer en los dos campos. Ambas tenían gradaciones, impactos y relaciones diversas. Hirschman definía sus conceptos y explicaba cómo funcionaban; observaba cómo interactuaban (la salida podía inhibir la voz, la voz podría acabar siendo un residuo de la salida, la voz podía ser una alternativa a la salida) y encontraba que no resultaba sencillo que ambas se dieran a la vez con la misma intensidad. “La presencia de la opción de la salida puede disminuir grandemente la probabilidad de que la opción de la voz sea tomada en forma general y eficaz.” Pero para explicarlas en profundidad era necesario introducir un tercer concepto: la lealtad. La lealtad a primera vista potenciaría la voz en detrimento de la salida, dado que esta última es casi sinónimo de deslealtad, pero al introducir no solamente la salida, sino la amenaza de salida, las combinaciones se hacían más complejas. El libro contenía múltiples ejemplos y dotaba de instrumentos conceptuales novedosos para aproximarse a institu14 ciones públicas o privadas (la familia o el grupo religioso) y podía ser una buena herramienta para el análisis de fenómenos como la disidencia política, las relaciones entre partidos o la interacción entre las escuelas públicas y las privadas. Tuvo un enorme impacto. Dieciséis años después (1986), Hirschman publicó un libro de ensayos varios en el cual se encontraba una presentación sintética y refinada de aquel libro. Lo llamó “Salida y voz: una esfera de influencia en expansión” (Enfoques alternativos sobre la sociedad de mercado y otros ensayos recientes). No sólo presentaba un buen resumen de sus categorías y sus interrelaciones, sino que ilustraba su funcionamiento en “algunos campos de aplicación”: los sindicatos, los mercados, los servicios públicos, la migración, los partidos políticos, el matrimonio y el divorcio, y el desarrollo adolescente. En todos los casos se presentaba una peculiar relación entre la salida y la voz. Y luego de la unificación alemana (sería mejor decir: de la absorción de la llamada República Democrática Alemana por la República Federal Alemana), volvió sobre el tema para analizar “Salida, voz y el destino de la RDA. Un ensayo de historia conceptual” (Tendencias autosubversivas. Ensayos). Publicado en 1995, dio una explicación comprensiva de los sucesos que llevaron al desplome de la RDA y afinó los instrumentos conceptuales que había inventado casi veinticinco años antes. Reconstruyó cómo, en efecto, de 1949 a 1988 en buena medida la salida había inhibido a la voz e incluso había sido una política estatal para destensar el ambiente, al permitir la huida hacia Alemania Occidental. Comparaba el caso alemán con lo que había sucedido en Polonia, Checoslovaquia y Hungría, donde los movimientos disidentes (la voz) 15 habían sido más poderosos, y señalaba que la salida hacia la república vecina había opacado a la voz. No obstante, y teniendo que ajustar su propio modelo, recreaba la forma en que la salida y la voz se entrelazaron y fortalecieron en 1989 hasta llevar al colapso del régimen comunista. Por ello he decidido que en esta antología aparezcan tres de los capítulos del libro original, precisamente los que hacen alusión a la salida y la voz, un primer acercamiento a sus interrelaciones y los dos últimos ensayos. Aunque tienen una pequeña zona de confluencia, representan un resumen elocuente del planteamiento general y de algunas de sus áreas de aplicación, y una utilización sugerente y explicativa de un fenómeno relevante: la manera en que la salida y la voz se articularon en los últimos días de un régimen totalitario del que prácticamente no quedó nada. En el último de ellos el propio Hirschman decía: “Mi libro fue escrito con el propósito ‘constructivo’ de explorar de qué manera la salida y la voz podían contribuir a restablecer o fortalecer una organización en deterioro para que regresara a una salud y actuación tolerables”; pero ahora el modelo servía también para desentrañar las claves del desplome de un Estado. “Las pasiones y los intereses” ¿Cómo se desarrollaron en el pensamiento las transformaciones que ayudaron a pavimentar el piso ideológico para el desarrollo del capitalismo? Hirschman realizó un rastreo singular y erudito sobre la forma en que “los intereses” fueron pensados como una fórmula eficiente para domar a “las pasiones”. No fue una fórmula súbita —nos explica—, sino que se fue fortaleciendo en oleadas sucesivas. 16 Su libro Las pasiones y los intereses. Argumentos políticos en favor del capitalismo antes de su triunfo apareció en inglés en 1977 y apenas un año después en español. Guardando cierta distancia de Marx y Weber, que, “aunque disienten en cuanto a la importancia relativa de los factores económicos y no económicos”, convergen ambos en que “contemplan el surgimiento del capitalismo y de su ‘espíritu’ como un ataque a los sistemas de ideas y las relaciones socioeconómicas preexistentes”, lo que él intentó e hizo fue presentar “algunas pruebas de que lo nuevo surgió de lo antiguo en mayor medida de lo que generalmente se cree”. Su libro constaba de tres apartados: a) una reconstrucción de “la secuencia de ideas eslabonadas”, apoyada en muy diversas fuentes y autores; b) estudios particulares de pensadores fundamentales en esa secuencia, y c) una lectura más bien ensayística de los efectos que presuntamente desencadenaría el despliegue de los intereses en lugar de las pasiones. Se trataba de descubrir “¿cómo se volvieron honorables las actividades comerciales, bancarias y otras similares para obtener dinero […] tras haber sido condenadas o despreciadas como ambición, amor por el lucro, y avaricia durante los siglos anteriores?” O para decirlo de otra manera, cómo se dio el paso del ideal caballeresco que subrayaba el honor y la gloria como los valores fundamentales, a la idea de que el despliegue de los intereses individuales desembocaba en un bien para los más. Hirschman encuentra en el Renacimiento el inicio de esa historia, y en la noción de que hay que asumir al hombre tal como es (y no como lo imaginamos), el disparador de una serie de construcciones ideológicas que intentaban frenar, modelar y reprimir las pasiones. Es una historia de 17 las ideas a través de muy diferentes autores que oscila entre las nociones de reprimir las pasiones, modelarlas con educación, enfrentar unas con otras o domarlas convirtiendo en legítimos los intereses. Resulta una historia fascinante sobre cómo un haz de conductas antes anatemizadas empiezan a ser revaloradas hasta construir un nuevo paradigma. Si las pasiones aparecen como fuerzas destructivas y la razón es ineficaz para contenerlas, son los intereses y su despliegue los que pueden ofrecer un mejor marco para la convivencia humana. Se piensa que “en la búsqueda de sus intereses los hombres se suponen firmes, constantes y metódicos, por oposición al comportamiento de los hombres que se ven castigados o cegados por sus pasiones”. En el segundo capítulo, Hirschman abordaba el mismo tema pero ahora por autor. Así, repasaba a Montesquieu, James Steuart, John Millar, los fisiócratas y Adam Smith, para finalizar en el capítulo tres con un ensayo sobre “esa hazaña” del pensamiento y la imaginación. Se trata de una recapitulación muy al estilo Hirschman: contrastar lo expuesto contra otras corrientes de pensamiento. Así, contrapone la visión optimista de Montesquieu y Smith, que piensan que “la forma como los individuos comunes, al perseguir sus vicios o simplemente su propio interés, podrían contribuir al bienestar general”, a la visión de Barnave, que proclama “que una agregación de virtudes privadas puede traducirse en un estado que no tenga nada de virtuoso”, o a las dudas de Ferguson que se detiene en la forma en que el comercio construye hombres aislados y solitarios, sin lazos de afecto o, peor aún, de cómo “la preocupación por la riqueza individual” puede conducir a la creación de “gobiernos despóticos”, precisamente por el temor a perder lo acumulado. 18 De la misma manera rescata a Tocqueville, que vio no pocos peligros en la expansión de los nuevos usos y costumbres. Escribe Hirschman: Aquí los intereses distan mucho de domar o encadenar a las pasiones de los gobernantes; por el contrario, si los ciudadanos se absorbieran en la persecución de sus intereses privados, sería posible que “un hábil ambicioso viniese a apoderarse del mundo”. Y Tocqueville dirige algunas palabras soberbiamente cáusticas y proféticas […] a quienes, en aras de un clima favorable para los negocios, piden “ley y orden”. No obstante, nuestro autor escribe a manera de resumen: La idea de que los hombres en persecución de sus intereses serían eternamente inofensivos sólo fue abandonada por completo cuando la realidad del desarrollo capitalista se hizo evidente. A medida que el crecimiento de los siglos xix y xx desarraigaba a millones de hombres, empobrecía a grupos numerosos y enriquecía a algunos, causaba desempleo en gran escala durante las depresiones cíclicas y producía la moderna sociedad de masas, varios observadores vieron con claridad que quienes estaban aprisionados en estas transformaciones violentas se volverían apasionados a veces: apasionadamente iracundos, temerosos, resentidos. Como toda obra humana, las ideas que ofrecieron un cuadro legitimador para la expansión del comercio, los negocios, la banca, vieron declinar su poder de atracción ante la aparición de nuevas realidades. Escribió nuestro autor: “La doctrina aquí reseñada tiene un aire de irrealidad”; pero afirmaba que su reconstrucción había valido la pena porque 19 A lbert O. Hirschman fue un pensador riguroso e inventivo, pero también un ensayista magistral. Formado como economista e interesado sobre todo en los problemas del desarrollo, elaboró ricas herramientas conceptuales para acercarse, de forma flexible y sugerente, a muy diversos fenómenos de la vida social. En sus textos late la idea de una transformación voluntaria del estado de las cosas, que busque el crecimiento económico y, al mismo tiempo, mejore las condiciones de vida de las mayorías. Esta antología deja a un lado al Hirschman economista para mostrar su riqueza analítica, su sensibilidad e incluso su afición por la literatura. En estos artículos y capítulos de libros se exponen aspectos cruciales de su legado intelectual, con lo que se busca hacer justicia a la uni- www.fondodeculturaeconomica.com versalidad de su pensamiento, propio de un auténtico humanista. Albert O. Hirschman (1915-2012) fue un economista estadunidense de origen alemán, muy cercano a América Latina. Impartió cátedra en las universidades de Yale, Columbia, Harvard y en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. De su autoría, el FCE ha publicado, entre otras obras, La estrategia del desarrollo económico (1961), Salida, voz y lealtad (1977), Las pasiones y los intereses (1978), De la economía a la política y más allá (1984), Interés privado y acción pública (1986) y Retóricas de la intransigencia (1991). José Woldenberg (Monterrey, 1952) es doctor en ciencias políticas por la UNAM y catedrático de esa misma universidad. Fue consejero presidente del Instituto Federal Electoral. De 2009 a 2011 dirigió la revista Nexos. Es colaborador del diario Reforma. Su obra más reciente es Violencia y política: 1994. Lo que entonces fue crónica, hoy es historia.